domingo, 17 de julio de 2011

El Mejor Gobernador

Norma Morandini, Luis Juez y, en su momento, antes de ser traicionado, Pino Solanas, más algunos periodistas, afirmaron que Hermes Binner, ahora candidato a Presidente, es y fue el mejor gobernador de Argentina.
Examinemos los hechos.
Según la Asociación de Abogados Ruralistas, en los últimos ocho años de gobierno K, la Provincia de Santa Fe ha perdido 14.000 millones de dólares, mediante las salvajes retenciones agropecuarias, el intervencionismo de la ONCA, sus instituciones herederas y la Secretaría de Comercio.
Claro, éste fue el gobierno Progue Nacional, con su mercantilismo económico de la España del Siglo XVI. Raro progresismo retrospectivo. Sin embargo, en los últimos cuatro años, este gobernador, “el mejor del país”, declaró que el Gobierno Nacional tiene derecho a establecer retenciones agropecuarias y a intervenir en los mercados. ¡Qué gran defensa del federalismo!
Cuando se votó la 125, si bien el Senador socialista por Santa Fe, Rubén Giustiniani, votó en contra, aclaró que las retenciones deberían imponerlas las provincias y, al mes siguiente, Binner, siguiendo el ejemplo K, envió a la legislatura provincial un proyecto, aumentando excesivamente el impuesto inmobiliario rural, cosa que no pudo ser por la oposición del senado provincial, dominado por el Frente para La Victoria, el cual, después, arregló con Binner y al año siguiente aprobaron el aumento.
Tampoco se preocupó el gobernador de presionar al Gobierno Nacional para que implementara el ya aprobado proyecto del Complejo Ferrovial Rosario, esencial para el transporte de granos a las terminales portuarias del Sur de Santa Fe, ni tampoco de insistir ante los Kirchner para que se dragara a más de 34 pies el canal de acceso a los 23 puertos privados que rodean a Rosario y que abarataría el flete, trayendo riqueza para toda la Nación, pero especialmente para la Provincia de Santa Fe.
La situación financiera de la Provincia y de su principal municipalidad, que también gobiernan los socialistas, es deficitaria, pero el número de empleados públicos, por lo general afiliados, aumenta constantemente y ellos se precian de que debe haber más Estado. Cuando renunció Usandizaga, la Municipalidad de Rosario contaba con unos 5.000 empleados; ahora, después de dos gestiones de Binner como intendente, hay alrededor de 20.000. El ejecutivo provincial tiene déficit, pero la familia socialista está bien atendida: casi todos tienen cargos provinciales o municipales. La solidaridad comienza por casa.
La luz que provee la Empresa Provincial de la Energía es la más cara de la Nación y del Mercosur. La estatizada Aguas Santafecinas sólo se ha sumado a los cortes ilegales de calles, haciendo pozos, cortando las mismas sin hacer nada más, mientras que en verano también aumentaron los cortes de agua. Es decir que, en cuestión de cortes de calles, hay en Santa Fe también cortes oficiales. Sin embargo, la carga impositiva provincial y en los municipios socialistas ha aumentado mucho.
Pero lo más doloroso y frustrante es que chicos de 5 ó 6 años están en las principales avenidas de Rosario o Santa Fe pidiendo limosna, mientras que muchos carenciados recorren las calles buscando comida en la basura, en la Provincia que en producción de alimentos es sólo superada por la de Buenos Aires.
En educación, la misma dejó de ser realmente obligatoria. Basta ver a los chicos pidiendo en vez de ir a la escuela. En esto coincide con el gobernador otro progue y candidato también a Gobernador de Santa Fe, Agustín Rossi, quien se opuso públicamente a la educación obligatoria. La Presidente dijo que los chicos antes iban a la escuela a comer y ahora van a estudiar. Ella y Binner se equivocan: ahora no van ni comen, en la Nación que en base al número de habitantes es la primer productora de alimentos del mundo y en la Provincia que es también en base a su número de habitantes, la primera productora de alimentos de Argentina.
En cuanto a seguridad, la Ciudad de Santa Fe es la más insegura del país y en Rosario son asaltadas, golpeadas, violadas y asesinadas numerosas mujeres y, al mediodía, se asalta a mano armada, en pleno centro de Rosario, mientras que la policía provincial, temerosa de violar los derechos humanos de los delincuentes, no toma las denuncias para no aumentar las estadísticas de delitos violentos, que ya rivalizan en números porcentuales con las del Gran Buenos Aires, del otro “gran gobernador” Scioli, con el cual Binner también coincide en otra cualidad, la sumisión ante la Presidente. Claro, en la Provincia, los derechos humanos y la impunidad son sólo para los delincuentes; los ciudadanos honestos no los tienen.
También coincide en algo más: la droga es prácticamente de venta libre en la Provincia; los nudos del narcotráfico en la zona de San Lorenzo están ignorados y los chicos en las villas afrontan el frío fumando pegamento que les destruye el cerebro, mientras muchos de ellos se transforman en delincuentes juveniles y, por ende, impunes. Las secciones para ayuda a los drogadictos, en los hospitales provinciales y de la Municipalidad de Rosario, prácticamente no funcionan.
No obstante, hay dinero para comprar caros edificios para establecer museos de la memoria, favorables al terrorismo rojo. Sólo hay un aspecto en el que funciona bien la Provincia y la Municipalidad de Rosario: es en la salud pública, cosa que debe reconocérseles, pero no alcanza para declarar a la gobernación como la mejor de la Nación.
Frente a todo esto, Binner lanzó su candidatura presidencial separándose de Ricardo Alfonsín, un día después de haber usado a los radicales para las internas abiertas, y también lo ignoró al progre Pino Solanas, dejándolo solo. Estas dos medidas no fueron principistas ni gratuitas, favorecieron la candidatura de Cristina Kirchner, dividiendo a la oposición, y entonces Cristina lo invitó a Binner a inaugurar un gasoducto con otro progre, que nos quiere remitir nuevamente a las chozas, Evo Morales. En realidad, el Mejor Gobernador nos está introduciendo progresivamente en el túnel del tiempo, pero hacia atrás.

JUSTAMENTE EN ESO ESTÁ LA DIFERENCIA

Los comicios recientemente realizados en nuestra Capital muestran claramente que nuestro país está polarizado, profundamente polarizado. Pero no sería tan grave si la polarización fuera solamente política, sino también en otros aspectos que hacen a la convivencia en sociedad, tal como se realiza en las comunidades más avanzadas.
Actualmente todo es blanco o negro, no hay tonalidades intermedias, no hay grises, no hay claros y oscuros. En realidad es casi un extremismo en las conductas en el cual se ha perdido la consideración y respeto al prójimo, los valores básicos, la educación más elemental, en definitiva el“fair play”, el juego limpio, que es elemental en las sociedades más civilizadas.
Dentro del actual universo político, los actores son el partido oficialista por un lado y por el otro, la oposición fragmentada de más de una decena de partidos.
A lo largo de toda la gestión del matrimonio Kirchner el gobierno mostró con toda la claridad sus principales características, las cuales, las más importantes y notorias, enumeraré a continuación:
Una acendrada soberbia y arrogancia, como si fueran los dueños de la “verdad revelada”, autoritarismo, autismo y falta de tolerancia que impide diálogos, consenso y acuerdos, confrontación con el que no piensa igual, resentimiento, rencores y odios, tergiversación de la realidad y de la verdad, ocultamiento de la acción de gobierno.
El kirchnerismo es sectario, desmesurado, irreflexivo, apresurado, confrontativo y frecuentemente irracional, y de muy limitado sentido común. Utiliza la presión política y económica y la extorsión para sumar voluntades y la manipulación, el engaño y la mentira para el logro de sus propósitos.
He mencionado solamente las más salientes, pero la lista es mucho más extensa. No creo que haya argentino que desconozca estas particularidades, verdaderas falencias, algunas de una gravedad tan grande que pareciera imposible que ocurran en un régimen democrático.
Por otro lado tenemos la oposición, muy dispersa que también en alguna medida tiene sus propias fallas y particularidades. Pero fundamentalmente todos piden diálogo, mesura, seguridad, cumplimiento de las leyes, honestidad, paz y perspectiva de futuro.
La gran diferencia entre el oficialismo y la oposición es que el primero simula y utiliza la denominación de democrático, pero sin respetar las leyes, la Constitución y las instituciones que esta prevé. La división de Poderes es solamente una ficción que se agrede y se trasgrede permanentemente, mientras que los partidos de la oposición se caracterizan precisamente en ajustarse a las reglas y al juego democrático.
El presenta nota no tiene como finalidad analizar la gestión de gobierno por el contenido de sus decisiones, por cierto muchas muy polémicas, sino la forma en que se efectúan y los procedimientos que se utilizan.
Simplemente quiero destacar como ejemplo de lo expresado, conductas relacionadas con los recientes comicios. El oficialismo tuvo una aplastante derrota en estas elecciones que se efectuaron con absoluta corrección y orden y sin objeciones ni denuncias de ningún tipo.
¿No hubiera correspondido que la presidente, de poseer un mínimo de don de gentes, saludara y felicitara al candidato ganador? ¿No hubiera correspondido que lo mismo hiciera el candidato derrotado? ¿No debería haber correspondido hacer lo mismo con su propio candidato, pese a que ha sido derrotado y no ocultarlo como lo está haciendo?
En su mezquindad también obligó a Filmus presentarse al ballottage. ¿Qué sentido tiene volver someter al perdedor y al FPV a una nueva segura derrota, aún mayor que la anterior, y obligar a los porteños a otra votación y a la Ciudad los consiguiente esfuerzos en organizarla y una nueva erogación de varios millones de pesos?
La tenacidad es una virtud pero la terquedad (característica de los burros y de las mulas) es un grave defecto que no lleva más que al desastre.
Se sabe que Cristina tiene grandes falencias en su formación personal y muy particularmente en el aspecto social. Pero lo planteado es tan elemental y evidente, ya que ocurre hasta en cualquier competencia deportiva, por más antagonismo que exista entre los rivales. Doy por sentado que Macri no es “enemigo personal” de la presidente.
¿Sabrá Cristina que lo cortés no quita lo valiente?
Lo primero que intentó hacer el kirchnerismo es presentar la rotunda y terminante derrota sufrida, como un triunfo del oficialismo. La clásica metodología de tergiversar (engañar) la realidad adaptándola a su conveniencia.
La reacción de la presidente fue como la de una mujer insatisfecha y despechada. Y su torpe comportamiento disparó de inmediato la reacción de sus complacientes y serviles colaboradores quienes públicamente expresaron comentarios y justificaciones insólitas, de toda índole, siempre buscando descalificar y embarrar al claro ganador y su arrasadora victoria. Como siempre en su obsecuencia sin límites el Jefe de Gabinete fue uno que dio la nota por los exabruptos disparatados que pronunció.
Su ejemplo fue seguido por el popular cantante Fito Páez quien con un increíble razonamiento ofendió profunda y despectivamente a los habitantes porteños. “Me da asco la mitad de Bs.As.” manifestó refiriéndose a los ciudadanos que votaron a Macri.
En realidad, por no ser un dirigente político, este personaje tiene derecho y la libertad de opinar lo que quiera sin tener mayor importancia. Pero el exabrupto fue levantado por el periódico oficialista“Página 12” como para dejar sentado el presunto “respaldo popular” y gubernamental a los dichos del cantante.
Probablemente Páez tenía razón en decir lo que expresó. El triunfo opositor reduce sus posibilidades de volver a participar en algún festival “progresista y popular” como lo hizo el año pasado en el cual por unas pocas horas de actuación embolsó la friolera de $700.000, aproximadamente lo mismo que un trabajador gana en veinte años de trabajo.
Los desafortunados dichos del cantante fueron posteriormente defendidos por personajes de la cultura “popular y progresista”con argumentos que por su tenor y contenido no vale la pena reproducir.
Para no hacer excesivamente extensa esta nota y concluyendo, para los comicios presidenciales de octubre los ciudadanos habilitados para votar tienen una opción perfectamente bien definida: La Constitución o el Delito. (ref. 1)
Este sencillo y simple enunciado encierra por un lado el censurable accionar del partido gobernante y la posibilidad de cambiar para bien. Utilizando la memorable título de la obra de Sarmiento, debemos optar entre lo que representa la civilización, en todo el sentido de la palabra y por otro, la barbarie corrupta, también en todo el sentido de la palabra, del kirchnerismo.
Precisamente en ello está la diferencia.

OTRA REFLEXIÓN AL PASO

DE ASQUEROSOS Y FACHOS…
Dar es dar y no fijarme en ella y su manera de actuar. Dar es dar y no decirle a nadie si quedarse o escapar.
Cuando el mundo te pregunta del porqué, porqué, porqué… Por qué da vuelta la rueda, por qué no te detenés,
yo te digo que dar es dar y no marcar las cartas simplemente dar, no explicarle a nadie, no hay nada que explicar.
Dar es dar, y lo que recibes es también libertad (…)”
Fito Páez

Interesante paradoja se da en la Argentina por estos días: las noticias atrasan o hablan de lo evidente como sorprendente, mientras la Presidente no define en qué adverbio de tiempo expresarse para vender lo invendible o justificarse.
Muchas veces se dijo que hay dos países tratando de convivir en una misma geografía. Se aludía así a la realidad palpable de todos los días, en contra partida con el relato oficial tan distante de la percepción social. En una se vive o sobrevive, en el otro solamente se transcurre o se respira, nada sutil diferencia.
Ahora bien, esas Argentinas antagónicas, subsistiendo azorada una de otra, coincidían al menos en la temporalidad: “Tiempo vivido por la conciencia como un presente, que permite enlazar con el pasado y el futuro”(RAE) Sin embargo, esta nueva partición del país difiere también en el sentido temporal. Es decir, ambos subsisten en épocas disímiles como si obrara una licencia literaria, donde simultáneamente puede observarse en un sector, damas vistiendo miriñaque; y en otro, minifaldas, piercingy tatuajes…
Lo extraño es que muchos de nosotros, podemos situarnos -según el momento- en este o aquel espacio como si tuviésemos la magia de cambiar de décadas o siglos acaso. Nos vanagloriamos con lo último de la tecnología, sincronizando datos entre agendas y teléfonos portátiles, conectándonos en décimas de segundo con el mundo todo; y de repente nos cruzamos en pleno centro urbano con un chico descalzo durmiendo en un zaguán cuando el frío hace estragos…
Es complejo vivir en tamaña dualidad. Inexorablemente se pierde noción de la realidad, y todo cuanto acontece es vivido y percibido como un espectáculo en el cuál, lo mejor, es no involucrarse demasiado. No llegamos al asombro magnánimo por el progreso que experimentamos, ni alcanzamos la indignación suficiente como para exigir que el hambre y la intemperie terminen de una buena vez, formando parte del pasado. Quizás por esto, entre otras peculiaridades, es que somos tan extraños.
Pasamos de la “tecnópolis”, a simplemente la polis donde hasta la ciencia se esfuma, como si se tratara de aquella urbe griega caracterizada ahora por grandes trozos de piedras. Un espacio donde lo “tecno”es una apoteosis porque no permite, por ejemplo, que el agua llegue a todos los ciudadanos, ni hay infraestructura para lograr que el gas emane de estas latitudes (en lugar de ir a buscarlo a la otra punta del mapamundi), o que en los hospitales haya gasas, algodones, ¡y camas…! Si no es mucho pedir dadas las circunstancias.
Sin duda, son dos extremos de un puente difícil de atravesar sin perder la cordura, evitando que entre medio se escuche gritar: “asquerosos”,“perversos” o “fachos”. Y es que el asco puede vislumbrarse sin maquillaje en el trayecto donde yace el chico tirado en la calle, y la perversión aflora sin disimulo en ese espacio donde se sitúa la corte de aplaudidores y se habla de desarrollo, “notebook para todos”, fibra óptica y wireless
Es verdad, en Argentina o en las Argentinas, subsisten asquerosos que dicen gobernar para todos, distribuyendo la riqueza con sintomática rareza: inaugurando obras despampanantes, que amén de servir como grandes negocios inmobiliarios más adelante, representan incluso la mitad del monto de dinero que se ha otorgado a una fundación cuyo fin era, justamente, evitar que unos consuman el software que deslumbra a la Presidente, y otros no tengan ni siquiera un techo para cobijarse.
Los vocablos que tanto debate causaron posiblemente no estaban errados. Lo erróneo ha sido simplemente el target al cual se los ha aplicado. Para encontrar apologistas de regímenes pasados y sentir, con razón, asco, no es necesario dividir escenarios. Basta con mirar hacia un mismo lado, donde se erige comúnmente un palco. Sitio privilegiado donde el negro en vez de significar luto, a esta altura bien puede significar espanto, contrastando con el encandilamiento de un reloj que parece simbolizar ese muro ya inexistente, donde de un lado el tiempo avanzaba, y del otro se estancaba inexpugnablemente.
Si encima desde ese lugar se discursea sobre la igualdad y el modelo de inserción social, es inevitable que se perciba cierta sensación de asquerosidad.
Finalmente, si además desde allí se otorga callando, y en consecuencia asumiendo complicidad con las voces que segmentan al pueblo por la elección que se hace al elegir representantes, no es para extrañarse que, en la maniquea obra en la que estamos, actúen émulos de dictadores, fascistas, ya sean gigantes o enanos que causen náusea o por qué no, sin eufemismo, asco.
Y a quién le quepa el sayo…

Por sus fracasos políticos, CFK depende cada vez más de la economía para ganar

El Gobierno perdió la iniciativa política y apuesta a triunfar en octubre exclusivamente gracias a la economía. Néstor Kirchner compartía con Carlos Menem y Raúl Alfonsín la misma obsesión por mantener siempre la iniciativa, fijando la agenda pública a través de la creación de escenarios impactantes en donde el Gobierno era siempre el primer actor. Así fue que el ex presidente empezó con la defenestración de la Corte Suprema, luego reactivó los juicios a los militares, para pasar inmediatamente después a la batalla por la renegociación de la deuda externa. Sin ceder nunca la iniciativa, Kirchner planteó después la estatización de los fondos de las AFJP y de allí saltó a la reforma política y la batalla contra Clarín, la ley de matrimonio igualitario, etc. Con la muerte de Kirchner, este estilo cambió. CFK no generó ningún escenario político conmocionante. Se limitó, en cambio, a explotar los logros económicos del Gobierno, tratando de imponer en el electorado la idea de que el consumo y el poder adquisitivo estarían bajo riesgo si gana la oposición. El resultado de este nuevo estilo es que la suerte electoral del Gobierno parece descansar exclusivamente en sus éxitos económicos, mientras que en lo político se acumulan los fracasos más diversos. Da la impresión de que la costosa estructura de inteligencia del Estado no advirtió con tiempo a la presidente que se avecinaba el escándalo Schoklender-Bonafini y que las compulsas de ADN de los hermanos Noble Herrera terminarían en un fracaso para el kirchnerismo. Los encuestadores del oficialismo, por su parte, se equivocaron de medio a medio al sostener que el Frente para la Victoria estaba en condiciones de ganarle la Capital a Mauricio Macri. En el armado electoral, los errores no son menos importantes. La Casa Rosada estaba convencida de que Carlos Reutemann aceptaría salir en las fotos con Agustín Rossi, apoyándolo para que gane la gobernación de Santa Fe. Pero el ex piloto hizo lo que mejor le sale y se escabulló a todas las presiones oficiales, dejando al kirchnerismo solo ante el peligro de salir tercero el próximo domingo, detrás de Miguel del Sel. En Córdoba, ni el más pesimista de los operadores presidenciales suponía que José Manuel de la Sota y Juan Carlos Schiaretti harían del congelamiento de las relaciones con CFK su mejor argumento para ganar la gobernación el 7 del mes que viene.
Y ni que hablar de la resolución manu militari de la composición de las listas de candidatos, que lastimó a la mayor parte de la presidencia del PJ. Esta pobreza política también aumenta la Scioli-dependencia del kirchnerismo, que cada vez más está sujeto a conseguir en octubre cerca del 50% de los votos en el segundo cordón del conurbano.
Sin tiempo para cambios
La ausencia total de iniciativa y el abandono del estilo de negociación peronista fueron sustituidos por la administración de los resortes del poder casi sin articulación política. El encumbramiento de un cortesano como Carlos Zannini es el ejemplo más claro de que la política está siendo reemplazada por la aplicación, sin anestesia, de los mecanismos del poder. El relato mediático diario de la presidente es otra muestra de este nuevo esquema. Ella apenas alude, a veces indirectamente, a la realidad política, la oposición y los temas de la coyuntura. Sus discursos, a veces autistas, se aferran obsesivamente a los números, los éxitos reales y supuestos de la economía y a las medidas que se adoptan. La discusión política está fuera de la agenda presidencial y Cristina actúa en la práctica como si su difunto marido siguiera ocupándose de negociar, acordar y construir. Sin duda que el espectacular ascenso de CFK en las encuestas desde el bicentenario y luego de la muerte de Kirchner no sólo disimuló la ausencia de política sino que hasta creó la ilusión de que ésta no era más necesaria.
La realidad es que parece tarde para que el cristinismo, en medio de la lucha electoral, se reformule a sí mismo y regenere los consensos en crisis con el PJ, el sindicalismo, los empresarios y hasta la centro izquierda. Tal vez como una forma de afirmar su poder personal, la presidente se ocupó de esmerilar a las pocas espadas políticas del gobierno, empezando por Aníbal Fernández, para darle mayor juego a un ejecutor más limitado, como es Florencio Randazzo. El ascenso de La Cámpora en los espacios de poder tiene el mismo signo: los jóvenes turcos del kirchnerismo vienen a purgar a la vieja clase política y entonces generan más problemas que soluciones. Dentro de un mes, el Gobierno tendrá que colectar en la primaria del 14 de agosto el 40 por ciento de los votos para evitar que se derrumbe el mito de su invulnerabilidad para octubre. A la primaria, la presidente llegará con el escándalo de Schoklender-Bonafini y el caso Noble Herrera a cuestas, más dos derrotas contra Macri y otra segura en Santa Fe. En otra consecuencia de su carencia de política, el cristinismo no dejó espacio para los grises. Aseguró que la segunda vuelta era imposible y que, por lo tanto, ni siquiera debía considerarse como hipótesis. Si los hechos empiezan a desmentir esto a través de un porcentaje inferior al 40% en la primaria, el Gobierno sufrirá una nueva derrota por el solo hecho de que el ballotage se vuelva altamente probable. El kirchnerismo no está preparado para ganar el ballotage, porque sencillamente niega la posibilidad de su existencia. Con las primarias, el error fue parecido. El Gobierno instaló en la sociedad la idea de que Cristina ya ganó: ¿entonces qué incentivo tiene el electorado para votarla en una primaria en la que no compite con nadie?
Si las primarias abren la expectativa de una segunda vuelta, CFK seguiría marchando hacia octubre enarbolando sólo las banderas de la economía, mientras la política sigue ausente de la Casa Rosada.

EN PLENA CAMPAÑA ELECTORAL

Los fiscales pedirían en agosto la indagatoria a los Schoklender y Bonafini
El Gobierno solucionó tardíamente el pago de las quincenas adeudadas a los trabajadores del programa de construcción de viviendas populares “Sueños Compartidos” de la Fundación Madres de Plaza de Mayo, después de varios piquetes en distintas provincias y municipios. Estos hechos desgastaron al Gobierno Nacional y a la propia Hebe de Bonafini, que mandó a los trabajadores a cobrarle a Schoklender, “que fue el que los choreó”. Los más optimistas en el Gobierno pensarían que, con el pago de los trabajadores, se está comprando un tiempo valioso, porque corre el reloj electoral. Mientras tanto, los funcionarios tendrían prohibido hablar del tema, fingiendo de este modo que el escándalo no existe.
Antes de votar
Pero las moderadas expectativas positivas de la Casa Rosada estarían pendiendo de un hilo. En la primera o segunda semana de agosto, ni bien terminada la feria judicial, los fiscales Raúl Plee y Jorge di Lello terminarían de acumular las pruebas para citar a declaración indagatoria a Pablo y Sergio Schoklender y a Hebe de Bonafini por los delitos de lavado de dinero y fraude simple a la administración pública. Es cierto que el juez federal Norberto Oyarbide es el que decidirá en última instancia si cabe la citación a declaración indagatoria y en qué momento, pero es muy difícil que el magistrado, muy cercano al Gobierno, se niegue a los pedidos de los dos fiscales sin correr el riesgo de que se desate un nuevo escándalo.
De concretarse esta situación, habrá que esperar qué resulta de las tres principales indagatorias. Es decir, si las mismas permiten el procesamiento por los dos delitos requeridos, con lo cual al Gobierno se le adelantan los tiempos de esta crisis, cuando pensaba diferir todo esto para después de las elecciones presidenciales. Ayer el Gobierno ya percibió una muestra del giro que está tomando la causa cuando Sergio Schoklender se presentó en la justicia para jugar su carta fuerte: la responsabilidad de administrar es del consejo de administración que preside Bonafini y su actuación como apoderado fue aprobada por este órgano. Así es que el parricida mal pudo estafar sólo al Estado Nacional, a los trabajadores y a los adjudicatarios de las viviendas de “Sueños Compartidos”. Schoklender se está defendiendo con toda lógica: su única forma de mejorar su posición es hundiendo a Bonafini. Pero el problema -para el Gobierno- es que el desmoronamiento del máximo ícono de los derechos humanos conduciría también a que emerjan las responsabilidades en la línea que va desde Julio De Vido hasta el Subsecretario de Obras Públicas Abel Fatala.
La complicación judicial de Bonafini es un trago amargo al que se suma el durísimo golpe que recibió Estela de Carlotto. La presidente de las Abuelas es una de las principales derrotadas por el resultado negativo de la compulsa de las muestras de ADN de los hermanos Noble Herrera con las del Banco Nacional de Datos Genéticos. No son hijos de desaparecidos, demostrándose así que esta persecución fue utilizada por CFK y NCK porque no les gustaba la línea editorial del multimedios. Queda claro también que la política de derechos humanos fue bastardeada para ser utilizada con fines políticos menores y que nunca estuvo dirigida a descubrir la verdad.