lunes, 19 de septiembre de 2011

PAREN, ME QUIERO BAJAR

PAREN, ME QUIERO BAJAR

Memoria: facultad que permite retener y recordar lo pasado. Cada uno tiene sus propias memorias de hechos que nos fueron comunes, porque los vimos desde ángulos diferentes. La suma de todas las memorias, hacen la historia. Desde el gobierno, la memoria es decididamente parcial sobre casi todo. Por lo menos en mi caso.
Tengo miedo que de tanto oír las mismas memorias, que no son las mías, empiece a dudar de lo que realmente sucedió. Y no me refiero a los hechos de los 70, esos los tengo muy claros, me asusta el olvido de los hechos recientes, ya que existe la posibilidad, con el paso de los años, de olvidar lo inmediato.
Asumo que estoy corriendo el riesgo de que me diga,“vieja, vaya a ocuparse de sus nietos”; no se preocupe, me ocupo. El problema es que me preocupa y me ocupa lo que pasó y pasa en mi país. ¿Hemos perdido la memoria, o ya nada nos importa, y lo inmoral nos parece normal?
Dejo de lado la total falta de respeto por la Constitución Nacional, el federalismo y la división de poderes. Dejaron de existir. A partir de este escándalo mayúsculo, recordemos escándalos muy mediáticos conocidos por todos. Desde los desaparecidos dineros de Santa Cruz, hasta los 60 kgs. de cocaína en el aeropuerto de Barajas, España (Southern Wings) y SKANSKA, el INDEC, la inseguridad.
Más memoria: los subsidios al transporte, Jaime, cuyo juicio se pospone una y otra vez mientras él viaja a cualquier lugar del mundo; la embajada paralela en Venezuela, la valija de Antonini Wilson, los medicamentos truchos, la compra y venta de terrenos en El Calafate, con ganancias siderales, la compra de US$2 millones en un día por parte del ex presidente Kirchner; los inverosímiles aumentos patrimoniales de funcionarios nacionales, empezando por la actual presidente. ¿Recuerda?
Hay tanto más. De tanto que hay, se va olvidando. Como es cosa de todos los días, no importa. Un sobreprecio en la obra pública, ¿a quién le llama la atención? Al contrario, la falta de sobreprecio sería noticia. Pero entre toda esta inmundicia que sucede alrededor nuestro y que permitimos, mientras nos distraemos con la tilinguería del día, hay hechos muy recientes que también parecen haber sido olvidados.
¿Alguien sabe qué pasó con los departamentos de Zaffaroni, juez de la Corte, alquilados y usados como prostíbulos? ¿A alguien le importa? Si los departamentos, aunque fuera uno, estuviera a nombre de NN, el hombre ya estaría por lo menos procesado. Porque no todos somos iguales ante la ley, como dice el olvidado artículo 16 de la CN.
En 3 días, 3 accidentes ferroviarios; el 1° con 11 muertos y más de 200 heridos; el 2°, con peatón muerto en las vías al día siguiente; el 3°, otro choque con casi 90 heridos, entre un ómnibus, un camión y el premetro. Recién nos enteramos que los contratos con las concesionarias de los FFCC caducaron todos en el 2002. Los K están en el poder desde 2003. ¿Y?
Desde las elecciones primarias, que con fraude o sin él, la presidente ganó por amplísimo margen, la oposición, por lo general bastante despistada, entró en estado de hibernación. Yo sigo en estado de shock, pero no trabajo de política, ni ofrezco alternativas, sólo relato lo que veo y como lo veo. Sería bueno que reaccionaran, de ser posible antes del 23/10/11.
Y ya que estamos, ¿Usted cree que van a encontrar al, o a los captores/asesinos de Candela? ¿Usted cree que alguna vez vamos a conocer las razones reales del secuestro de la nena? ¿Usted cree que vamos a conocer alguna vez qué pasó de verdad con Jorge Julio López, con los asesinatos de Gral. Rodríguez, con la efedrina, con… y con…?
A pesar de todo lo anterior y de todo lo que no recuerdo, que es mucho, Usted sabe tan bien como yo quien va a ganar cómoda las próximas elecciones. Ya sé, me va a decir esa horrorosa frase que nos define, “y, es lo que hay”. ¿No es hora de empezar a cambiar lo que hay?
Y llegamos a lo que me tiene realmente azorada. ¡Schoklender! Lo he seguido como perro de presa en su tournée por los canales de TV. Lo he escuchado con atención. Es decididamente inteligente. Frío, cerebral, va largando las palabras con cuentagotas. Llega hasta donde quiere llegar.
No hay periodista que le haga perder el rumbo, dice lo que quiere decir y nada más. Pero todos los días agrega algo. Algo que no nos dice a nosotros, los televidentes de a pie; sus destinatarios son otros: sus socios de ayer que están compelidos a no soltarle la mano. Un mensaje claramente mafioso, “si me mandás en cana, yo hago lo mismo con vos, tengo documentos”.
Recordemos que el 24/3/11, hace muy poco tiempo, en el Mercado Central (un centro de compraventa de drogas), Sergio habló, casi en nombre del gobierno, rodeado y avalado por Moreno, Giorgi, Boudou y Mariotto. Aparentaba ser un miembro más del gobierno de Cristina.
Hoy, mientras se da el lujo de hablar en defensa de la república, de la división de poderes, de la alternancia en la política, que es sana para la democracia; mientras dice defender a las 6.000 familias que se quedaron sin trabajo y sin casa, mientras “deschava” corruptelas por parte de altos funcionarios públicos y de la fundación madres (no confundir con Madres Línea Fundadora), intento rehacer la biografía del personaje.
Me repito que fue acusado, juzgado y condenado por doble parricidio, que no hay delito más atroz que el que está agravado por el vínculo, ¡y qué vínculo! Me repito que su asociación con Mamá Hebe, -es necesario un simposio de siquiatras para explicarla-, y sus negocios/ados con“sueños compartidos”, lo tuvieron como protagonista, no único, ni excluyente, pero sí partícipe necesario e imprescindible. Me repito todo eso y más.
Pero el problema es que le creo. Quiero creerle. Quiero que todo lo que diga sea cierto y tenga como probarlo. Y ahí es donde me preocupa mi salud mental, el desierto en el que nos han dejado los opositores, y el tremendo disparate que es creerle a Sergio Schoklender. Pero le creo.
Y como le creo y creo que tiene pruebas de todo lo que dice y de lo que no dice, que debe ser más terrible que lo que cuenta, es que quiero que paren el país por un ratito, el tiempo suficiente para bajarme y poder dar unas vueltas por el espacio exterior. Argentina se me ha convertido en un lugar altamente insalubre. Haga memoria. ¿Usted a quién va a votar?

Sociedad Degradada

Sociedad Degradada
“La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer”.
Antoni Gala

Si a uno de nuestros máximos jueces se le prueba que es propietario de lugares donde se ejerce la prostitución, y no renuncia; si la única arma de la que parece disponer la oposición para intentar evitar la catástrofe electoral es un parricida estafador; si el organismo ícono de los derechos humanos se transforma en una empresa constructora al servicio del Gobierno; si una obra es anunciada seis veces y su inexistencia se cobra la vida de muchos argentinos, y si una de las principales vedettes es un hombre que también es madre, debemos confesar que hemos dejado de ser un país en serio.
Es curioso lo que está sucediendo, por ejemplo, en relación al sentimiento generalizado hacia el extranjero. Por una parte, parece que nos estamos convirtiendo en una sociedad xenófoba -basta con estudiar el proyecto de ley de tierras, que priva a los no argentinos del derecho constitucional a poseer superficies importantes- y, por el otro lado, todos los días abrimos con mayor generosidad y con mayor irresponsabilidad nuestras fronteras a los inmigrantes de todo tipo.
El proyecto mencionado es, a todas luces, una estúpida maniobra populista y, a la vez, la semilla de la transferencia de grandes propiedades rurales a los amigos del Gobierno; como es obvio, cuando la cantidad de clientes posibles disminuyen, los precios de los bienes bajan. Los pseudo nacionalistas locales, tan funcionales al oficialismo en tantos y variados temas, parecen creer que los extranjeros que, además, sólo poseen hoy el 3% de la superficie- darían a la tierra un uso distinto a los nacionales o, forzando la hipótesis, que podrían enrollarla cual alfombra y llevársela.
Recuerdo que, hace relativamente poco, una imbécil cadena de mails llamaba a oponerse a una supuesta operación que, a través del llenado de las bodegas de los buques que volvían en lastre a Europa con agua potable del Paraná, en realidad estaba saqueando ese recurso natural que, según se dice, pronto faltará en el mundo. Si el autor original de ese dislate se hubiera sentado a pensar, habría descubierto que todas las bodegas que se encuentran por año en esa situación equivalen al caudal que ese río lleva al mar en menos de una hora.
Porque, en el fondo, la tierra y el agua son nada más que dos armas más que los argentinos suponemos en manos de los poderes universales que quieren perjudicarnos, sin percibir que tal conspiración en nuestra contra no es necesaria, que para destruir a la Argentina nos bastamos y sobramos los ciudadanos de este martirizado país.
Desde el otro ángulo, como dije, nos hemos convertido, por obra y gracia del kirchner-cristinismo-que busca y obtiene miles de votos con esa política- en el país que, en todo sentido, tiene más inexistentes fronteras.
No sólo por la porosidad de las mismas al tráfico de todo tipo de drogas y dineros non sanctossino por la demencial manera en que los argentinos actuales conducimos lo que debiera ser una política migratoria. Desafío al lector a encontrar una sola nación en el mundo, con excepción de la Argentina, que no imponga requisito alguno al ingreso y permanencia de extranjeros en su territorio.
Es claro que esa falta de exigencias ha hecho que hoy nuestro país se vea inundado de inmigrantes sin formación de ningún tipo, pobres marginados en sus propias tierras, que nada pueden aportar a nuestro país y que, por el contrario, demandan de él la atención de sus necesidades básicas insatisfechas en materia de salud, educación, transporte y vivienda.
También debe reconocerse que esa negligencia migratoria es funcional a la política, que rápidamente transforma a los recién llegados en clientes del poder de turno, los documenta y exprime de ellos los votos necesarios para perpetuarse, mientras la bonanza económica siga vigente.
Ayer, los periódicos publicaron una noticia sorprendente, que refleja con exactitud el problema al que me refiero. Sonia Quisberth Castro, boliviana y con un hijo discapacitado, demandó a la ciudad de Buenos Aires para que ésta fuera obligada a entregarle una vivienda. La señora Castro, además, recibe cuatro beneficios mensuales: uno porteño, de $1.700, para pagar su pensión; una pensión nacional, de $833, por la discapacidad de su hijo; otro, también porteño, de $270, como ciudadana de la ciudad; y, finalmente, otro más, de $200, de un programa especial. En resumen, la dama en cuestión percibe, mensualmente, la suma de $3.003 y, además, ¡cree que la ciudad debe darle una vivienda!
Los hospitales de Buenos Aires están totalmente colapsados pues, prácticamente con la misma infraestructura, deben atender no solamente a sus habitantes sino a los hombres, mujeres y niños que llegan desde los países limítrofes en pos de una medicina pública de la carecen allí sino, además, gratuita, o sea, solventada con los impuestos que tributan los porteños.
Los colegios públicos, primarios y secundarios, y las universidades nacionales tienen, exactamente, el mismo problema, ya que están superpoblados y, conseguir una matrícula en ellos, se ha transformado en un calvario del cual pueden dar fe innumerables madres de la ciudad y el Conurbano.
Por lo demás, esos desarraigados que llegan en tropel a nuestra Argentina, en general, terminan engrosando la población de las villas de emergencia, que crecen desmesuradamente en superficie y en altura, o durmiendo a la intemperie, en calles y plazas. En muchas de esos asentamientos, como ya lo denunciara el Padre Pepe, la droga y la delincuencia han sentado sus reales y, desde allí, se trafica, se secuestra, se roba, se mata y se muere. El tristemente llamado caso Candelaparece ser una muestra de esa situación.
Los jueces han dejado de aplicar las leyes vigentes, que no precisan de modificación alguna para corregir estos males, y los policías de todo pelaje y color se muestran aterrados ante la posibilidad de reprimir el delito, y verse acusados ante los Tribunales por hacerlo con eficiencia.
La impunidad con que la historia ha premiado los escandalosos latrocinios cometidos por personajes públicos, con la consecuente disparidad ante la ley que ello implica, es un factor más de disgregación social, entronizando el principio del sálvese quien pueda. ¿Cómo se puede exigir buena conducta a una sociedad que habilita a personajes como Carlos Menem, Ricardo Jaime, Felisa Miceli, Sergio Schoklender, Hebe Bonafini, a continuar en libertad después de robar como lo han hecho? ¿O permite que Ricardo Lorenzetti, Eugenio Zaffaroni u Norberto Oyarbide continúen haciendo como que imparten justicia? ¿O tolera que terroristas y asesinos confesos como Horacio Verbitsky, Carlos Kunkel y Eduardo Luis Duhalde ejerzan cargos públicos?
Para brindar seguridad, uno de los principales reclamos ciudadanos, la Ministro del ramo no ha tenido mejor idea que retirar gendarmes y prefectos de nuestras fronteras para cubrir las zonas más calientes del Gran Buenos Aires. Con ello, obviamente, las ha desguarnecido más aún y, si hasta ahora se podía pasar a través de ellas con automóviles con droga, ahora se podrá hacerlo en camiones con acoplado y embarcaciones de todo tipo.
Del transporte aéreo de estupefacientes, ni hablar. Porque el inefable don Anímal Fernández, el payaso autor de tantas nuevas zonceras argentinas, nos ha enseñado que instalar radares para detectar la presencia de aeronaves contrabandistas no es la solución -¿cuál será, entonces?- y la eventual sanción de una ley que autorice a derribarlas no solamente no ha sido impulsada sino que, si lo fuera, no habría aviones para hacerla cumplir.
Nuestra terrible anomía, esa que denota la ausencia de normas sociales de comportamiento, de convivencia y de solidaridad se constata día a día, en un ejemplo simplísimo, con sólo observar cómo tratamos los argentinos al espacio público o, mucho peor, cómo nos llevamos de la economía argentina tres mil millones de dólares por mes actualmente.
Nuestra falta de respeto a los demás, que nos permite estacionar en cualquier parte y a cualquier hora, aunque entorpezcamos el tránsito o impidamos el uso de las rampas para discapacitados, transformar la calle en un basural, bloquear sendas peatonales o de bicicletas, estropear sin remedio parques y plazas, destruir o robar monumentos y placas de todo tipo, fabricar productos malos y caros porque el Estado nos protege, y miles de etcéteras que todos conocemos, no puede ser más que un claro reflejo de nuestra peculiar forma de ver y entender la cosa pública.
Trasladada esa anomía a la política, se puede comprender mejor el marcado desinterés que ésta genera en la gran mayoría de los ciudadanos. Es cierto que la corrupción imperante ha hecho que se perciba como ladrón a todo aquel que incursiona en ella, pero habla muy mal de nosotros que permitamos, día tras día y década tras década, que nuestros bienes más preciados el país, la ciudad, el barrio, nuestra casa, nuestra educación, nuestra salud, nuestra seguridad, nuestra propia vida- sean administrados por cafres, por los peores elementos de nosotros mismos, que lucran desembozadamente y que sacrifican inexorablemente el futuro.
Sólo un compromiso personal, activo, militante y corajudo de todos los argentinos podrá impedir que la curva que marca el camino de nuestra degradación como sociedad continúe descendiendo hacia el infierno.
Brasil y Colombia pudieron hacerlo, cuando fueron atacados por los mismos virus que hoy conviven entre nosotros; México paga hoy, con sus cincuenta mil muertos, el haber ignorado el problema hasta que fue muy tarde para resolverlo. ¿Cuál será, entonces, el futuro de la Argentina?
Lo malo es el lugar desde el que ahora partimos para esa batalla que deberemos dar. Nuestro país es casi el único Estado -acompañado por Venezuela y algunas naciones africanas- que se ha derrumbado tan catastróficamente, cualquiera sea el cristal con que se lo mire.
Porque, si bien es cierto que estamos mucho mejor, en materia económica, que en la crisis de 2001, la película de los últimos setenta años de historia nacional debería ingresar en el género terror.

SOBRAN MOTIVOS PARA ENJUICIARLA POR ROBO

SOBRAN MOTIVOS PARA ENJUICIARLA POR ROBO
Cuando ya no quede un día
de margen… para aguantar…
cuando muera… la alegría…
y se cansen… de robar…
habrá un loco… todavía
que… envuelto en melancolía…
no encuentre a quien degollar…


El Congreso, en un acto de coraje ortopédico del que sus propios miembros no salen del asombro, pidió que comparezca el conocido carterista nacional de la Organización No Gubernamental (ONG) más grande de la República en materia de fondos asignados por el gobierno sin control alguno.
En efecto: Solamente “pidió que comparezca”… pues no se lo ordenó.
El juez, acorralado… ahora le susurró a ella, que le permita detenerlo.
Braga Menéndez… le aseguró que eso… le subiría la imagen.
Y el abogado de Sergio le dijo a su cliente: “Houston… we have a problem”.
Quieren llamarlo ahora al Jefe de la SIDE y al Secretario de Obras Públicas Abel Fatala quien ya había estado en el Congreso… contándoles a todos un cuento de Caperucita Roja. Se sienten hoy, por eso, víctimas de una burla.
También quieren convocarla amablemente para el jueves a la señora Hebe, justamente la madre adoptiva del difunto presidente y también de su esposa y heredera del trono. Ambos… hace tres años… en un discurso famoso, nos pidieron a todos que aceptáramos adoptarla como madre.
Es bastante candoroso por parte de los legisladores suponer que esta señora… madre adoptiva de los argentinos… va a concurrir mansamente a darles explicaciones después de haber vaciado su estómago sobre cada uno de ellos y ostentar el record de denuestos al Parlamento sólo por haber citado al carterista. O la llevan con la fuerza pública… o que se olviden.
Las órdenes de todo lo que está ocurriendo no las dio un ser extraterrestre.
Las partidas no fueron giradas por uno que usó alguna autarquía especial.
Los descontroles… no fueron aceptados por una autoridad de segunda línea.
Las magnitudes no fueron resultado de un capricho de un tesorero retobado.
Los cheques no circulaban a escondidas del pináculo del poder.
La madre putativa no era un personaje desconocido en la casa rosada.
Los presupuestos y los visados o firmas de los Ministros (todos los cuales son secretarios de la máxima autoridad) no fueron diligencias o decisiones de personas alocadas, autónomas o desobedientes.
Todo… absolutamente todo… dependió y ocurrió por disposición directa y por taxativa aquiescencia de la máxima autoridad de la República.
La pregunta entonces es:
¿Por qué razón esos mismos legisladores de la Cámara baja ni siquiera se animan (aunque sepan que va a ser difícil) a declarar al menos la intención de aplicar el artículo 53º de la Constitución Nacional?
Esto es… postular (y sólo postular) que desean impulsar la acusación a la Presidente (pues hallan motivo suficiente para hacerlo) ante el Senado de la Nación por causa de las no menos de 100 irregularidades, más de la mitad de las cuales pueden ser consideradas lisa y llanamente como delitos…con el agravante de que el aumento abismal de su patrimonio en los últimos 5 años es un marco y un indicio mucho más que suficiente para sostener la acusación in limine. Todos saben que sobran ya los motivos.
Las analogías que pueden verse muy cerca de aquí… son impresionantes:
Fernando Collor de Mello fue presidente Constitucional de la República de Brasil entre 1990 y 1992. Fue el primero después de la restauración de la democracia brasileña, y el político más joven en asumir la presidencia en la historia del Brasil.
En los comicios de 1990 fue electo presidente del país por el pequeño y derechista Partido da Reconstrução Nacional.
Precisamente le ganó en la segunda vuelta a Lula.
Su campaña presidencial básicamente se centró en promesas de combatir la corrupción galopante, el enriquecimiento ilícito de los funcionarios públicos y la inflación. Y aquí empiezan algunas otras casualidades.
En marzo del 91, su hermano Pedro Collor pidió ser llamado por un juez para acusarlo pero el juez no quiso recibirlo.
Enterado el Congreso, lo mandó a llamar y allí declaró con lujo de detalles que… Collor controlaba y dirigía una vasta organización de corrupción política.
Dijo que usaba para eso al tesorero de campaña, Paulo César Farías (P.C.).
El mecanismo era justamente una “Organización No Gubernamental” que recibía dinero “para viviendas de los pobres” y le daba parte de esos fondos a P.C. para las campañas y la acción política de Fernando Collor.
Sorprendentemente, esto es idéntico a lo que ocurre entre nosotros y parece ser además… lo que viene ocurriendo desde siempre. Es casi una fotocopia.
El Congreso brasileño inició investigaciones particulares junto con varios medios de la prensa brasilera a nivel nacional.
El Congreso aprobó el inicio de un juicio penal a Collor de Mello por 441 votos a favor y 28 en contra.
En septiembre de 1992, el presidente Collor se alejó de la Presidencia con licencia debido a la profundización de la investigación, mientras el Congreso continuaba sus investigaciones, citando testigos y examinando documentos para evaluar un posible juicio político (implicaba la destitución).
En el último día del procedimiento, el 29 de diciembre de 1992, Collor de Mello envió a su asistente al Senado brasilero para leer allí la carta de su renuncia dejando a su vicepresidente -Itamar Franco- como nuevo Jefe de Estado. El procedimiento continuó, ya no para pedir la destitución de Collor sino para discutir si éste había cometido delitos que implicarían su pérdida de derechos políticos y eventualmente el calabozo.
La principal prueba contra Collor, eran los archivos de la computadora de Farías, que no fueron admitidos pues se obtuvieron de modo ilegal durante una redada policial ordenada por un juez quien casi a propósito ensució la causa. Ese juez había archivado una gran cantidad de documentos y por sus jugarretas… se salvó Collor de Mello. (El juez = otra fotocopia).
Pero era tan evidente su culpa que Collor y pese a la sentencia del Tribunal Supremo, fue considerado culpable por el Congreso de Brasil, que de todos modos le quitó sus derechos políticos por ocho años desde 1994 a 2002.
En junio del 96 Paulo César Farías fue hallado muerto de un disparo en su casa de playa en Maceió, junto al cadáver de su joven pareja.
Es evidente que con la composición parlamentaria actual y con la conducta encubridora de todo el oficialismo ha de ser difícil ver esa película aquí.
Sólo queda aquí la pregunta de “por qué la oposición en el Congreso no lo plantea… aunque sea como modo de expresar la iniciativa” aun a sabiendas de la utopía parlamentaria que implica. Quedaría, sin embargo, el registro.
Pues por esto y varias otras causas hay una especie de agenda para las espoletas de retardo a efectos de hacerlas explotar en el verano.
Es natural que traten de guardar rápido los cadáveres en el placard.
Es puro instinto de supervivencia. Y va a ganar con el 55%.
Ya habrá tiempo para que alguien encuentre los muertos y jugarse el albur de que ese día… ya sean esqueletos. Barren todo.
Y para lograr ese barrido, tapan las puertas de las catacumbas y queman incienso en el ágora. Hasta el pobre Lombroso, viendo todas las caras, los hubiese descubierto el primer día. Pero van a ganar… con el 55%.
Sin esperar nada, Cesare Lombroso nos hubiese avisado que estaban por quitarnos la billetera.
No es necesario hacer demasiado análisis de psicología política, visto que ha sido, es y seguirá siendo ella (y nadie más que ella) la autora exclusiva de las políticas públicas de modo que resulta bastante fácil ver si campea en su conducta habitual aquello que se ve como racionalidad ó irracionalidad política. Cualquiera de los casos… ha sido horneado en el mismo molde.
La sensación es que nos están estafando a todos como estúpidos distraídos.
Entre todos, la discrecionalidad más espeluznante… ahora con su probable mayoría en el Congreso y a caballo de su falta total de idoneidad… pueden terminar eyectándonos hasta del sistema planetario. Y va a ganar con el 55%.
La demagogia es más que su conducta típica. Es su estado de salud.
Cambian su moral y toman otra… ortopédica. Y va a ganar con el 55%
Fugan de una moral a otra que les parezca “más conveniente”… calzada como la cara en la careta, solamente para hacernos víctimas a todos… de esas cabriolas.
Ella, como Cleopatra… que también se creía bella, tiene una relación un poco más que romántica con la contemplación de sus propias imágenes en estado de éxtasis. En verdad… es algo que ha sido siempre un padecimiento secreto de sus horas de verdad, cuando se le desmorona el maquillaje.
Sufre una especie de narcisismo que es mucho más generalizado… pues llega a la exaltación de los afectos populares” entre ella y las clases sociales que son pobres ó muy pobres. Pues va a ganar con el 55%.
Y esa fuerza de atracción fingida hacia la relación enferma con los grupos carecientes parece potenciarse muchísimo cuando ocurren catástrofes ó calamidades de diversa índole. El Motonauta aprendió mucho de ella y ahora no trepida en sacarse fotos al lado de los cadáveres.
Ella ya descendió a otros avernos.
Su demagogia y sus jueces serviles le permiten por ahora sobrevivir frente a este desfalco escandaloso. El demagogo, como decía Julio Cesar, es la mayor expresión de los farsantes.
Y ella… como expropiadora sutil del sentimiento del ignorante, trabaja exclusivamente en la cornisa de la componenda… y hace equilibrio entre el falso riesgo y la abnegación fingida.
Todo… absolutamente todo… se diseñó y ocurrió por disposición directa y por taxativa y explícita aquiescencia de la máxima autoridad de la República.
Y hay motivos más que suficientes para enjuiciarla por robo al Estado.
Pero como violadora serial de la Carta Magna… y viendo ese peligro… ya dispuso que, junto con su regreso al trono… el pueblo se despida para siempre del Artículo 53º de la Constitución Nacional Argentina.