miércoles, 2 de noviembre de 2011

ESCANDALOSO BLOQUEO CAMBIARIO

Un jubilado no está autorizado a comprar dólares

Miren lo que me pasó: Un jubilado amigo me pidió que lo acompañara al banco para comprar dos mil dólares. Tenía que pagar una deuda en esa moneda y temía que le hicieran una salidera.
Tuve curiosidad por ver si lo que decían los diarios era verdad. Fui con él. En la ventanilla del Banco le tomaron los $9.000 y se los depositaron en su cuenta de ahorro. El cajero le dijo que tuviera paciencia y esperara la autorización de la Afip. La espera fue exactamente de dos interminables horas. Como dije, no eran doscientos mil dólares, ni siquiera veinte mil: tan sólo dos mil. Cuando lo llamaron, le dieron la noticia: la Afip le denegaba la operación.
Mi amigo estaba indignado. Quiso que fuéramos a la sucursal Mar del Plata de la Afip para pedir explicaciones. Accedí porque no me iba a perder lo que intuía que iba a pasar.
Nos atendió un empleado muy correcto. ¿Cuánto gana usted?, le preguntó a mi amigo. Cobro una jubilación de gerente que es de $12.000, y ustedes me descuentan todos los meses $500 en concepto de Ganancias. Siempre atento, el empleado le dijo: Lo lamento, pero usted con esos ingresos no puede justificar la compra de dos mil dólares. Mi amigo, sin poder creer lo que oía replicó: Pero mi esposa también es jubilada, tenemos otros ingresos. Bueno, en ese caso tiene que traer fotocopia de los comprobantes de ambas prestaciones, fotocopia de libreta de casamiento (¡libreta de casamiento!), formar un expediente por Mesa de Entradas, nosotros lo elevamos a la superioridad y hay que esperar la resolución que oportunamente se dicte.
Vi que mi amigo estaba pálido y enfurecido. Traté de que no perdiera los estribos.
El empleado, siempre amable, nos miraba con cara de póker. Me acordé del sketch del arbolito, protagonizado por Tino Pascali y Joe Rígoli, en el programa televisivo “La tuerca” de 1982. El funcionario de la Afip había dejado bien en claro que mi amigo estaba inhabilitado para hacer operaciones de cambio. Ahora y siempre, salvo que presentara todos los certificados y después, si está todo en regla, veremos.
Vámonos, le dije, el señor es un empleado, no tiene la culpa de la inoperancia de sus superiores. Nos fuimos amargados los dos. Lo que informaban los diarios no era una conspiración mediática, era verdad: existía un bloqueo cambiario por tiempo indeterminado.
Pero lo que a mi amigo más le dolió, lo que lo hizo sentirse humillado y víctima de daño moral, una injusticia hacia una persona honorable que trabajó toda su vida, fue que le dijeran que un jubilado que gana doce mil pesos (de hecho, la tercera o, acaso, la cuarta parte de lo que gana un gerente en actividad), y que encima le descuentan impuestos a las Ganancias todos los meses, no pueda comprar dos mil miserables dólares. Y que, además, se burlaran de él proponiéndole una solución burocrática para plantar el arbolito, es decir, para permitirle ejercer sus derechos, los que están escritos en el artículo 14º de nuestra Constitución Nacional.
Cuando salíamos de la Afip, vi a un arbolito (no el del sketch, sino uno que opera divisas en la calle y en negro) que conozco de muchísimos años y es de total confianza. Estuve a punto de decirle a mi amigo, vení, le compramos a éste. Pero me contuve. Mi amigo es un hombre derecho, chapado a la antigua, jamás en su vida haría una operación en negro. Hablará con su acreedor y tratará de que acepte el pago de su deuda en pesos.
Lo peor de la experiencia fue su mortificación. ¿Por qué alguien que tiene un ingreso en blanco no puede invertirlo totalmente en la compra de divisas extranjeras? ¿Qué atribuciones tienen los burócratas de la Afip para juzgar que los ingresos de un jubilado o de un trabajador son insuficientes para vivir y comprar dólares al mismo tiempo?
Este abuso es producto de la ignorancia y la desesperación. Ignorancia porque nuestros funcionarios creen que los mercados pueden manipularse. Y desesperación porque descubren que esa es una misión imposible. Y entre sus descubrimientos pavorosos aparecen los “coleros” que se ganan la vida comprando para terceros que no puedan o no quieran ser detectados por la Afip. Los persiguen, los atropellan, los interrogan como si fueran delincuentes, pero los coleros no se amedrentan y se las ingenian para comprar: se van a sucursales de los barrios donde no hay tanta presión. Entonces, para que los coleros desaparezcan como realidad no deseada, se prohíbe comprar dólares a toda persona cuyos escasos ingresos la hagan sospechosa de estar comprando para otros. Es escandaloso, es ofensivo, es incalificable. Es hasta clasista y discriminatorio.
Si dejamos pasar esto, los mismos funcionarios que hoy deciden si podemos o no comprar dólares según lo mucho o poco que ganamos en blanco, mañana nos exigirán llenar formularios para viajar, comprar un auto, un departamento o un simple lavarropas.

SOSPECHAS DE UNA EXPLOSIÓN INMINENTE

SOSPECHAS DE UNA EXPLOSIÓN INMINENTE

En 40 días, la presidente va a cumplir cuatro años en el cargo y acaso quede alguien esperando todavía que se produzca algún cambio positivo.
La gente… sin mucho esfuerzo… huele un estallido de mercado.
Y de lo que no caben dudas es que… con el estado de fractura social que campea en la ciudadanía merced a los estímulos divisionistas de la familia … un estallido de mercado, se la lleva puesta a esta mujer, pero nos lleva puestos a todos como mariposas en la parrilla de un auto.
Hay órdenes bien concretas de “bajar los decibeles” -incluso de mentir- en casi todos los medios de comunicación, pero el pánico producido por el impacto psicológico, puso en emergencia a cualquier tenedor de dinero en ahorros a la vista o en plazos fijos de toda índole.
Cualquier inversión que sobrevuele… la América toda… el último territorio que podría elegir en este momento… es la Argentina.
Maravilloso… incluso mágico producto de la enorme perspicacia nacional que ungió en el trono precisamente a la autora de la letra y de la música de esta catástrofe que flota en el aire.
Rastreros de toda laya, con trajes de banqueros, con moños de empresario y con portafolios pletóricos de subsidios… deambulan transidos de miedo sabiendo que haberle dado jerarquía de drama a la corrida, poniendo a la policía en la calle… fue un “paso de comedia” del que ya no se regresa.
Mienten como si fuésemos unos terribles idiotas diciendo por doquier que los controles son para evitar el lavado de dinero.
Moliere araña su tumba por dentro en Père Lachaise clamando a gritos por un grave plagio de su mejor obra de la hipocresía humana.
La tumba de al lado, por exótica casualidad… es la de Jean de La Fontaine que también se conmueve pensando en una venganza de Ludovico Ariosto
Ella volvió a Francia. Pero por ese cementerio no pasó ni pasará jamás.
Tendría terror de ver el tamaño pequeño de los mausoleos de todos esos verdaderos colosos de la gloria universal en las artes y las letras.
Los familiares, amigos y conocidos de quien esto escribe, sin esperar el consejo de nadie se fueron a sus bancos y retiraron todo lo que allí tenían.
Nadie le cree más nada a este gobierno.
Apuéstese que su credibilidad cayó en una semana no menos de 20 puntos.
Nadie le cree más A ELLA un bledo.
Navega al garete en una nube de imbecilidad e idiotez banal…
Y vale la pena reiterar aquí la frase que prepara…acusando a las sombras: “no pudieron ganarme en las urnas y me hacen un golpe de mercado”.
Quien tenga medio dedo de frente… no deja en su banco ni los registros de su firma. Se lleva todo.
Y el que haga eso… ¿puede ser acusado de apátrida después del insólito espectáculo de persecución y de totalitarismo anticonstitucional que se ve por las calles y en las puertas de las entidades financieras?
Un empresario que tiene que fabricar con insumos importados o que tiene que exportar cobrando dólares en el exterior… o da, ya mismo, la orden de “parar todo” o está loco. Hasta los empresarios rastreros que dicen dar su vida por ella… reunieron ayer a su plana mayor en secreto y decidieron desensillar hasta que aclare. (wait and see)
Tienen un grado de desorientación tan enciclopédico, que así como lo han hecho con el INDEC, lo harían con la luz del sol… o con la ley de gravedad… como que se animan con total parsimonia a cambiar las reglas de juego en la mitad del partido. Meten 8 árbitros, corren los arcos y disponen jugar el resto del tiempo con una pelotita de golf. En suma, orbitan otra galaxia.
Para distraer a la sociedad estupidizada, siguen los homenajes al corrupto, los cambios de nombre de las calles… borrando próceres verdaderos para poner el de quien reconoció haber comprado dos millones de dólares en el medio de la conmoción de 2008.
Siguen los mausoleos, los viajes por el mundo y el paisajismo de la mejor corruptela.
Si ella asumiera el 10 de diciembre recibiendo “esto” de un presidente de otro signo político… ya estaría preparando una terrible auditoría… y su predecesor estaría preparándose para desfilar por los tribunales federales para explicar un catálogo de irregularidades que incluyen, en primer lugar, la malversación de caudales públicos que tuvieron como eje de conducta política… la violación serial de la Constitución Nacional.
La Argentina necesita como nadie en el planeta, un extraordinario sopapo de la realidad… y la toma de conciencia para un enorme ejército de pavos sobre que… la República ha llegado hasta aquí… atada con alambre.
El Plan de la “familia” se titulaba “Apología del Parche”.
Pero esta… podría ser tan sólo la primera de las 100 duras realidades que hoy están llegando a cobrarse su venganza por haber sido despreciadas y ocultadas bajo la alfombra mágica del Frente para la Victoria.
Si alguien, honestamente, supone o espera algún cambio positivo en el país, debería prepararse para un estrepitoso desencanto.
Casi sin ninguna excepción, y con total objetividad, los escenarios más inmediatos de la sociedad, desde la economía y desde la política, están claramente en un plano inclinado.
Se verá en breve que todos están desmoronándose a distintas velocidades
Y en esto, marchan a la cabeza las inversiones en retirada, la distorsión de los precios relativos y la aventura del gran sofisma inflacionario que ahora mismo les está explotando en las manos.
La corrida, ya no sólo es cambiaria… es bancaria, es inversora y es de la más elemental esencia psicológica preventiva.
Según el Newsletter Global Inside Synopsis (G.I.S.) (la mejor información confidencial de Latinoamérica), hay señales muy concretas.
Comenta con pelos y señales la situación de una empresa petrolera que cotiza en bolsa y se halla en una situación tan dramática que su recorte de gastos pasa por el pánico de colapsar todos los servicios más ínfimos, después de haber sido descubierta en una torpe maniobra de tráfico de“inside information” y multada muy fuertemente por ello.
Señala también la situación de otra mega empresa y holding brasileño de construcciones tecnología, energía y petróleo que aterrizó en la Argentina hace muy poco tiempo… y que acaba de dar la orden hace menos de 24 horas… de paralizar todo el esquema de los proyectos en curso, entre los que estaban tres joint venture con Francia para la construcción de varias plataformas petrolíferas off shore.
El desmoronamiento que aún no alcanzó la tapa de los diarios… incluye también al famoso superávit fiscal, base de la “caja”, base del clientelismo político y sostén virtual de la gran acumulación de poder de una sociedad conyugal atada a un modelo retórico que jamás pudo ser explicado a una sola persona en ocho años.
Salud, Educación, Defensa, Seguridad Pública, Acción Social, Relaciones Internacionales, todo, individualmente y en conjunto, muestra un deterioro tan evidente como alarmante.
La gran plataforma artificial que les ha servido de estructura de apoyo, se resquebraja en forma inexorable. La urgencia de un sinceramiento los acomete como el agua que entra a un bote por varios agujeros a la vez.
Ella está paralizada.
No hizo la menor reforma estructural y ni siquiera se le ocurrió inventar algún sustituto para alimentar esa gran “caja” que le dio oxígeno…
No atrajo a un solo inversor.
Inversamente, se ocupó de ahuyentar a todos los que pudo.
El 85% de las actividades privadas que son esenciales, empezando por el transporte, están hoy subsidiadas de un modo que es tan impúdico como descontrolado.
Pero la señora quiere profundizar este “régimen”.
Ella es cabeza del régimen.
Ni tiene la menor idea de cómo evitar el famoso“sinceramiento” de la realidad que tiene “pisada” bajo la alfombra.
Vale reiterarlo enfáticamente:
Si alguien espera un cambio, debe esperarlo para peor.
Ella solita… extasiada hasta el delirio por el poder, embelesada por su viejo sueño de traspaso en el espejo, sin hacer absolutamente nada y en una escena conmovedora de narcisismo y autocontemplación, nos avisa a todos que las cosas van a seguir así…
…en el tobogán que se ha descripto.
En un descarrilamiento interminable que acaso estemos obligados a ver en cámara lenta.
Pero si en el páramo del devenir… si en medio del desierto social, aparece la policía para interrogar a una señora que se ha atrevido a ir a comprar 100 dólares… y no aparece la policía para llevarse un solo ladrón… ni del gobierno… ni de los de la calle…
Entonces… es legítimo tener sospechas de una explosión inminente.

La fuga de capitales preocupa al Gobierno y con razón

La fuga de capitales preocupa al Gobierno y con razón

La fuga de capitales en Argentina ascendió a U$S 22.000 millones en los últimos 12 meses. El problema no es el dólar ni el tipo de cambio, sino que se vayan pesos en busca de refugio. Y no porque el Gobierno se caracterice por ahorrarlos demasiado, sino porque, si se van, el Estado no va a poder gastarlos como venía haciendo. Ahí está el problema y el desafío. Enterate de por qué la fuga de capitales puede hacerte pagar la luz, el agua, el gas y las naftas más caros y al Estado obligarlo a lo impensado: ajustar.

La fuga de capitales está mostrando un problema mucho más grave que el simple debate sobre a cuánto tiene que cotizar el peso o si se combate o no el lavado de dinero y la evasión. Por eso asusta tanto al Gobierno y, pasadas las elecciones, lo está obligando a tomar todo tipo de medidas. Es que del éxito o fracaso de su cruzada depende no sólo la política monetaria, sino que también la disponibilidad de recursos para alimentar el gasto público y puede determinar, por ejemplo, cuánto vas a pagar por los servicios públicos, la energía y los combustibles que consumís vos y tu familia.
La fuga de capitales es toda aquella operación por la que tus pesos o el dinero de las empresas se convierten en dólares, oro o se gastan en la compra de bonos de deuda pública (del Estado argentino o del exterior) emitidos en dólares o acciones de empresas radicadas fuera. Como una vez convertidos, todos estos pesos salen de la economía (no podes comprar un litro de leche con dólares o comprar una casa con un Bodem 2012).
Ahora bien, por qué las familias y las empresas compran dólares o dolarizan sus inversiones. Lo hacen en momentos de incertidumbre (por una crisis o frente a las elecciones y el no saber qué es lo que va a venir) o cuando están convencidos de que se viene una devaluación porque consideran que el dólar está “barato”. En el caso de la Argentina, el dólar está barato por efecto de la inflación.
Como los ahorristas están convencidos de que se viene una suba del tipo de cambio (devaluación), muchos o casi todos intentan asegurar el valor de su dinero pasándolo a dólares. Una práctica común, extendida y recurrente en la Argentina.
Sangría peligrosa
La fuga de capitales en Argentina ascendió a U$S 22.000 millones en los últimos 12 meses, según un informe del Banco de la Ciudad de Buenos Aires dado a conocer la semana pasada. El documento, que coincide con estimaciones de economistas como Carlos Melconian y consultoras como Ecolatina, precisó que tan sólo en octubre, salieron del país capitales por U$S 3.700 millones.
En condiciones de libre flotación del tipo de cambio, tamaña salida de capitales por efecto de la oferta y la demanda habría hecho que la cotización del dólar frente al peso aumentara (devaluación) porque cada vez más gente está dispuesta a gastar más de sus pesos para comprar dólares.
En los últimos meses, desde el Gobierno han venido tratando de controlar el precio del dólar, porque su disparada podría generar mayores presiones inflacionarias. El Banco Central ha estado saliendo a vender sus dólares y como no alcanzaba, empezó a obligar a los exportadores para que liquiden sus ingresos por la venta de granos en el país en un intento por hacer ingresar dólares para compensar la salida. En los últimos días entraron también las petroleras, las mineras y las aseguradoras.
Pero no ha sido suficiente y lo que se está yendo por la fuga de capitales, por ejemplo, ya equivale a todo lo que ingresa por las exportaciones de soja, maíz, trigo y el resto de los granos que produce y vende el país.
Los exportadores agrícolas, obligados a liquidar sus divisas en el país desde la devaluación de 2002, han inyectado en lo que va del año al circuito financiero U$S 21.818 millones. Son cerca de U$S 2.000 millones más que los que se declaraban a igual fecha del año anterior. Y, sin embargo, no parecen ser suficientes para que el Banco Central detenga la sangría del dólar sin resignar parte de sus reservas.
Desde que se cosechó el último lote de la campaña 2010/11, a mitad de año, las cerealeras vienen ingresando dólares a paso redoblado para adquirir el grano que luego exportarán: unos U$S 2.000 millones promedio cada mes.
La otra fuente que tiene el Estado para hacer ingresar dólares genuinos a la economía es el superávit comercial. Esto es cuando un país exporta más de lo que importa. Ahí logra hacer ingresar dólares a su economía.
El coctel de alta inflación interno con tipo de cambio estable, sumado a un contexto internacional de estancamiento y crisis en las principales economías del mundo está haciendo que la demanda de productos argentinos en el exterior se amesete, ya sea porque bajan las cantidades requeridas o por que se ajustan los precios por una mayor competencia externa. Si a esto se suma, el creciente gasto del Estado para importar energía, lo que se obtiene como resultado es una baja en el superávit comercial. El ingreso de dólares genuinos está cayendo.
Según datos del Indec (ver cuadro), en los nueve primeros meses del año el superávit comercial acumulado alcanza los U$S 8.162 millones, poco más de U$S 2.000 millones menos de los que ingresaron para igual período en 2010 (U$S 10.251 millones).
Este ingreso reducido de dólares frente a una salida muy superior y creciente está diezmando las reservas del Banco Central. Y es aquí donde está el problema central, que nada tiene que ver con el lavado de dinero o la evasión fiscal. Para tener una idea, en septiembre (último dato disponible) la balanza comercial arrojó un superávit de U$S 1.064 millones. Un mes después, en octubre, se estima que se fugaron U$S 3.700 millones.
Es este desbalance lo que le genera una sangría de recursos al Banco Central. Sólo en el último año, las reservas monetarias del Banco Central, las mismas que respaldan el valor del dinero y sirven como poder de fuego para administrar el tipo de cambio, sostener la política monetaria y ayudarle al Estado a sostener el actual nivel de gasto público vía remesas de libre disponibilidad, cayeron de U$S 51.768 millones a U$S 47.806 millones.
Qué pasa si caen las reservas
El mayor riesgo para la economía argentina viene por el lado de la pérdida de reservas del Banco Central. Para tener una idea: si la fuga de capitales ascendió a U$S 22.000 millones sólo en los últimos 12 meses, esta cifra representa casi la mitad de las reservas totales del Banco Central que al 21 de octubre suman U$S 47.806 millones, según el último dato del Banco Central. Eso sin contar que la gran mayoría de las reservas están colocadas en títulos (Lebac, Nobacs y títulos del Tesoro Nacional).
Sin tener en cuenta el serio peligro que corre la economía mundial de entrar en recesión, lo que afectaría a la Argentina por el lado de sus exportaciones y la balanza comercial (entrarían menos dólares), que las reservas del Banco Central estén cayendo no sólo debilitan su poder de fuego a la hora de contener y administrar el tipo de cambio según el Plan Monetario fijado, sino que le ponen un freno a la política que viene aplicando el Ejecutivo de usar reservas para pagar deuda y liberar fondos para financiar más gasto público.
El 28 de marzo se pagaron U$S 1.550 millones por el vencimiento total de capital y la última cuota de intereses del Bonar V, título emitido en 2006. El 3 de agosto se efectuó el pago de servicios del Boden 2012 por un total de U$S 2.208 millones. Ese día las reservas cayeron en U$S 1.392 millones convirtiéndose en uno de los vencimientos más importantes del año. Pero los pagos no terminarán aquí. Apelando al Fondo del Desendeudamiento, el 15 de diciembre se deberán abonar U$S 2.419 millones por el cupón de los bonos atados al PBI, informó el 31 de agosto el portal de noticias iProfesional.com.
Si las reservas siguen cayendo, fruto de la acción combinada de fuga de capitales creciente y caída del superávit fiscal, la última caja a la que el Estado le metió mano se empezará a agotar. Y de eso, dependerá cuál será la política en obra pública o el presupuesto asignado a los subsidios a la energía, al sostenimiento de los servicios públicos o a partidas para importar combustibles.