domingo, 18 de septiembre de 2011

EL PAÍS HACE AGUA POR DONDE SE LO MIRE Y NOSOTROS… ¡ARGENTINOS!

EL PAÍS HACE AGUA POR DONDE SE LO MIRE Y NOSOTROS… ¡ARGENTINOS!

Al comienzo de la primera guerra mundial, en el año 1914, la República Argentina se mantuvo neutral en ese grave conflicto.
Muchos de los argentinos más adinerados de esa época, tenían como meca poco menos que obligada, viajar a Europa en donde pasaban largas temporadas.
Sorprendidos por la guerra, ante cualquier problema con las autoridades de ambos bandos, nuestros conciudadanos exhibían el pasaporte, acompañado de la frase “…Yo argentino…” como para explicar que eran neutrales y prescindentes en el conflicto. Y
Así fue el inicio del conocido y popular axioma: “…Yo argentino…”, para significar que uno no quiere involucrarse o comprometerse en algún hecho que no nos afecta en forma directa.
No creo equivocarme en pensar que esta difundida expresión lamentablemente, refleja o comprende a una gran mayoría de los argentinos.
Es una de las formas más comunes para afirmar nuestra prescindencia del hecho, alejarnos de probables engorrosos y molestos problemas y desentendernos del asunto.
Pero lo expresado, que sin duda podría pertenecer al “gen”distintivo argentino, o simplemente a una de nuestras picardías, encierra una grave deficiencia de nuestra identidad: la poca solidaridad, el rehuir la responsabilidad o simplemente evitar enfrentar o escapar de los problemas.
En uno de los párrafos anteriores he expresado que el “…Yo argentino…” se utiliza en aquellos problemas que no nos afectan o atañen directamente y tratamos de mantenernos alejados de ellos.
Pero hay hechos que si bien no nos afectan directamente, indirectamente si nos afectan… y nos afectan fuertemente. Pese a ello, no reaccionamos de la misma manera que si nos afectase directamente.
Un claro ejemplo es la, casi suicida pasividad y permisividad ante las tropelías, desmanejo político y la escandaloso corrupción del gobierno.
¿Por qué no reaccionamos cuando las más altas autoridades del país, y muy particularmente la presidente, nos mienten descaradamente en la cara? ¿Cómo es posible que aguantemos mentiras y engaños escandalosos, uno tras otro, sin inmutarnos?
¿Cómo permitimos sin reaccionar que nos metan la mano en el bolsillo y que nuestros dineros sean dilapidados discrecionalmente, la mayoría de las veces en aspectos que no tienen nada que ver con el bien común?
¿Cómo es posible que soportemos la parodia de la justicia con más de mil presos políticos privados de los más elementales derechos constitucionales y la grosera impunidad ante delitos de extrema gravedad, como el reciente caso de la absolución de Menem en el caso del contrabando de armas?
¿Cómo nos aguantamos esta economía totalmente distorsionada por los enormes subsidios y los parámetros socios económicos falaces y mentirosos que nos informa el gobierno?
¿Cómo puede ser que nos resulte casi indiferente la utilización por el gobierno de la bandera de las “Madres de Plaza de Mayo”,para cubrir uno de los escándalos de lavado de dinero, narcotráfico y corrupción más importante de este ciclo democrático y en donde se ven envueltos varios funcionarios del gobierno, incluyendo a la misma presidente?
¿Cómo es que no pensamos que pasará en nuestro país cuando termine el viento de cola o Brasil desvalorice su moneda?
¿Habrá alguien que piense adonde nos llevará la inflación existente, con las reservas en baja, con los fondos de la AFJP y otras cajas agotadas y con un déficit fiscal creciente?
Pero no sólo gran parte de la ciudadanía utiliza el “…Yo argentino…”. También lo hace cada vez más frecuentemente la presidente. Ante los cada vez más numerosos y graves escándalos que surgen casi diariamente, la siempre locuaz y dicharachera presidente, Cristina F. de Kirchner, pareciera que pierde el habla: no abre la boca, ni toca ni se refiere, al tema públicamente.
Se refugia en la Quinta de Olivos o en su reino particular en Calafate en un absoluto mutismo. La única interpretación que se le puede dar a esta huidiza conducta, es que indirectamente Cristina deja entender “no es mi culpa”, “no tengo nada que ver”, “no puedo hacer nada”. En definitiva “…Yo argentina…”.
Toda esta situación, casi increíble, no hace más que reafirmar lo expresado por un importante dirigente del sector agropecuario: mientras algunos argentinos puedan ver el programa de Tinelli, el futbol para todos y estén sumidos en la fiebre actual del festival consumista, todo lo demás es superfluo.
De los aproximadamente 30 millones de ciudadanos habilitados para votar en las últimas elecciones primarias, casi un 35% votó a Cristina. Seguramente muchos la votaron por estar convencidos y conformes con su gestión gubernamental, pero también muchos siguieron la engañosa y falsa “zanahoria”del gobierno.
Para estos últimos, el porvenir de sus descendientes y el futuro de esta gran Nación, son secundarios y no tiene mayor importancia.
Para el 70% que no votó al oficialismo es difícil explicar la pasividad y mansedumbre semejante a una majada de corderos que van al matadero. Realmente no encuentro explicación racional
Para terminar esta lamentable descripción de cómo somos actualmente algunos argentinos, de cómo soportamos estoicamente, casi despreocupados y con cierta alegría, todos estos abusos y destrato del gobierno, quiero finalizar esta nota, con lo que expresó en televisión, días pasados, un prestigioso analista político: “Elevemos en un brindis, nuestras copas de champagne… y que siga la joda”.

Con sus enemigos derrotados, el cristinismo se dedica a la lucha interna

Con sus enemigos derrotados, el cristinismo se dedica a la lucha interna
En una racha que no parece tener fin, la oposición sufrió una nueva derrota con las declaraciones de Sergio Schoklender ante la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados. El ex apoderado de las Madres no aportó ninguna denuncia consistente y sus acusaciones sobre las presiones recibidas de parte del director de la SI (Ex SIDE), Fernando Pocino, se diluirán como siempre ocurre en estos casos. Este ejemplo completa un cuadro en el cual el kirchnerismo se está quedando sin enemigos importantes. Su principal contrapunto electoral, Eduardo Duhalde, no consigue superar los efectos del castigo sufrido el 14 de agosto y en su entorno ya se habla de post-duhaldismo. Los demás candidatos opositores, empezando por Hermes Binner y Alberto Rodríguez Saá, se cuidan de aparecer como anticristinistas, en tanto que Ricardo Alfonsín parece abrumado por la indiferencia que le prodiga la propia dirigencia radical. En otro terreno, la partición de la Mesa de Enlace y el acercamiento formal de Eduardo Buzzi al gobierno son suficientes como para paralizar cualquier rebrote de conflictividad con el campo. En cuanto al enemigo intimo de la Casa Rosada, Hugo Moyano, su conducta es meramente defensiva, porque se sabe acorralado no sólo por la causa de la mafia de los medicamentos sino por las maniobras internas en la CGT para voltearlo a más a tardar en junio próximo. Rápido de reflejos para apropiarse de cuanta caja esté a su alcance, el gobierno está a punto de aprovechar la debilidad del camionero para meter mano en el Fondo Solidario de Redistribución (unos 10.000 millones de pesos que deberían redistribuirse a las obras sociales) para pagar vencimientos de la deuda pública en el 2012. Clarín, otro de los enemigos vip del gobierno, parece destinado a sufrir una fuerte ofensiva tal vez antes mismo del 23 de octubre.
Múltiples focos
Con sus principales enemigos derrotados o momentáneamente paralizados, el cristinismo se enfrenta a nuevos riesgos. Para empezar, su ejercicio del poder se basa en elegir enemigos y dar una batalla atrás de otra, dándole un tono épico a lo que en una democracia normal sería simplemente la administración del Estado. Así es que el actual triunfalismo, sin rivales a la vista, está generando un aumento importante de la conflictividad interna. Convencidas de que nadie está en condiciones de desalojarlos del poder, las distintas tribus kirchneristas se preparan para una interna que puede ser salvaje. Uno de los factores centrales de la discordia es la irrupción de Amado Boudou como actor político de primera clase. Por su pasado liberal y su estilo posmoderno, la vieja guardia del kirchnerismo lo resiste. Esto es, Carlos Zannini, Héctor Icazuriaga, Nilda Garré y Horacio Verbitsky. Ellos temen que el futuro vicepresidente termine siendo el delfín de CFK para el 2015, si es que no hay reforma constitucional con reelección indefinida. Pero también Daniel Scioli y su futuro vice ultra-k, Gabriel Mariotto, recelan que Boudou apunte en realidad a quedarse con la gobernación de Buenos Aires. En su meteórica carrera, el ministro de economía también choca con otra estrella en ascenso, Florencio Randazzo. La dirigencia de La Cámpora coquetea, a su vez, tanto con la mesa chica de Olivos como con Boudou, y su objetivo sería asegurarse el acceso a algunas secretarías de Estado, lo que hasta ahora no les concedió CFK.
De todas las batallas en marcha, la de Buenos Aires es tal vez la más dinámica. El artículo 123 de la Constitución de Buenos Aires le prohíbe a Scioli un tercer mandato. El cristinismo necesita, entonces, instalar en La Plata un hombre propio en el 2015. De este modo tendría un reaseguro en el caso de que el próximo candidato presidencial peronista no sea un kirchnerista. Mariotto sería hoy la figura elegida en Olivos, para lo cual pronto Sergio Massa, un candidato natural a la gobernación, sería invitado a formar parte del gabinete nacional. Esto lo obligaría a pactar con Mariotto. Aníbal Fernández, que será una pieza clave en el Senado, se anota entre los aliados del titular de la AFSCA.
Ajeno al kirchnerismo pero no a la discusión por la gobernación, Francisco de Narváez no por nada moderó sus críticas a la Casa Rosada, intuyendo tal vez que después de octubre habrá mucho para negociar. A este panorama cabe agregar que Julio de Vido tendría intenciones de digitar a su sucesor en el Ministerio de Planificación y que Guillermo Moreno combate a capa y espada para sobrevivir en algún alto cargo, ya que sería difícil que subsista en la Secretaría de Comercio. La posibilidad de que aparezca en el gabinete el actual embajador en España, Carlos Bettini, es incierta, porque le reprochan que se opuso tenazmente a la reelección de su jefa. Otra vacante que se abriría es la del Ministerio de Justicia, porque se descuenta el alejamiento de Julio Alak. La Secretaria de Seguridad Cristina Camaño y el Auditor General (y operador judicial) Javier Fernández ya compiten por ese sillón.

SINERGIA

SINERGIA
Una sinergia (del griego συνεργία, «cooperación») es el resultado de la acción conjunta de dos o más causas, pero caracterizado por tener un efecto superior.
Y ejemplo de este fenómeno lo constituye la suma de inescrupulosos que integran la cofradía cleptómana instalada en el gobierno nacional desde el 25 de mayo de 2003, sin fecha de vencimiento para desgracia de nuestro país.
Han sido aniquilados todos los organismos de control, al mismo tiempo que se ha vaciado el poder real del Congreso Nacional y el Poder Judicial, lo cual produce esta sinergia monstruosa que nos condena a padecer una tiranía real bajo la pantalla de una democracia virtual.
El Ejecutivo Nacional comanda una asociación ilícita corrupta y corruptora, pero lo más grave es que no existen límites por la destrucción de los otros poderes fundamentales del estado.
No resulta ocioso recordar las desobediencias sistemáticas a sentencias del Poder Judicial por parte de los miembros del Ejecutivo, tanto como el veto impuesto por la Reina Cristina a leyes aprobadas por el Congreso Nacional.
Cuando la presidente de la nación se burló de todos al utilizar las reservas del Banco Central para afrontar gastos corrientes vía decretos de “necesidad y urgencia”, o cuando vetara la Ley de Protección de Glaciares, la de recomposición del 82% móvil a la clase pasiva, y hasta la pomposamente denominada Ley de Transparencia de la Democracia continuando poniendo a dedo a sus candidatos, destruyendo nuestra economía y el principio de división de poderes, llegando al colmo de desobedecer sentencias judiciales sosteniendo que eran de “imposible cumplimiento” (caso Sindicato de Aeronavegantes -orden del juez Sudera- desobediencia de Aníbal “Baúl” Fernández) hasta el alzamiento contra fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuando después de tres sentencias no fuera repuesto el ex Procurador Sosa en Santa Cruz, eyectado de su cargo por el ausente con presunción de fallecimiento NCK por pretender aquél averiguar el destino de los millonarios fondos desaparecidos.
Si nuestros legisladores tuviesen vergüenza tendrían que haber renunciado a sus bancas.
Si los miembros de la Corte Suprema Nacional tuviesen una pizca de dignidad, también tendrían que haber presentado su renuncia.
Pero como prevalece la necesidad más terrenal de subsistir cobrando cientos de miles de pesos en dietas y salarios, el decoro dejó de ser una virtud y quedó extinguida y erradicada de nuestro vocabulario.
Sería muy interesante que la ciudadanía tuviese conocimiento de los verdaderos ingresos que reciben fiscales, jueces, especialmente los ministros supremos, como así también las dietas y prebendas de que gozan nuestros legisladores, en correlato con los millones que se llevan los miembros del Poder Ejecutivo como para comprender por qué no existe vocación de averiguar la verdad ni condenar.
La degradación ética y moral que vive la Argentina desde que se enquistara el kirchnerato en el poder, va en relación directa a la destrucción de nuestras instituciones más elementales, en particular la célula familiar y la dignidad humana, fruto de la tinellización que sufrimos.
Este panorama es malo, muy malo, pero seguirá peor, ya que no existe una verdadera oposición, lo cual nos coloca en verdadera situación de abandono y víctimas del atropello más soez y descarado.