sábado, 6 de agosto de 2011

Los jubilados y las incongruencias del atril para todos

Los anuncios e inauguraciones que realiza habitualmente la señora Presidente utilizando la cadena oficial de comunicaciones generan, por lo que me consta, descreimiento en cuanto a la exactitud de los hechos que manifiesta, fastidio por la teatralización de las expresiones y modales, y aburrimiento o cansancio por la reiteración de esas incongruentes apariciones, ridículamente decoradas con una escenografía de obsecuentes aplaudidores.
Pero en el caso particular de los jubilados, visto que se utilizó el mancillado atril presidencial para informar sobre el aumento que ellos recibirán a partir del mes próximo basándose en una ley vigente, a aquellas penosas sensaciones cabe sumarle una gran indignación. Ello por cuanto ese anuncio se transforma en una grosera burla hacia toda la clase pasiva, a la que este gobierno perjudicó con el veto de la ley que le reconocía el 82% móvil y por el constante incumplimiento y postergación de las obligaciones que le cabe como administrador de los fondos previsionales. Por otra parte, porque con el citado aumento no se cubren las necesidades de la canasta básica y en la práctica, porque ya fue absorbido por la inflación real.
En dicha presentación -que supuestamente viola la ley electoral que limita los actos y anuncios del Poder Ejecutivo durante la campaña-, la Presidente anticipó la cifra del haber mínimo y el segundo aumento del año resultante de la inconstitucional fórmula de movilidad, lo que no era necesario reiterar desde que su actualización está establecida por ley y no necesita de ningún anuncio oficial, agregando también de manera demagógica, proselitista y falaz: “Esta medida del aumento de la jubilación cubre a 6.826.000 personas, en un mundo donde lo que se discute es cómo se reducen o se eliminan los programas sociales”.
El análisis, la crítica y las denuncias pertinentes respecto de la eventual transgresión a la ley electoral vigente quedan en manos de quién corresponda. Pero sí cabe detenerme para cuestionar con suficiente fundamento, sobre la afirmación que hace la Mandataria en cuanto a lo que se está discutiendo en el mundo en materia de reducción o eliminación de los programas sociales y, con especial énfasis, en el porqué.
Vale advertir que los programas sociales que están haciendo crisis en el mundo corresponden a aquellos países en los que, por aplicar políticas típicas de los definidos como Estados de Bienestar durante muchos años, se extendieron en otorgar coberturas sociales técnicamente inadecuadas o exageradas y porque realizaron gastos improcedentes resultantes de dichas políticas, hallándose hoy obligados a asumir sus consecuencias.
Veamos: según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD), los fondos de pensiones con mejor desempeño en términos de rentabilidad real fueron Nueva Zelanda (10,3%), Chile (10%), Finlandia (8,9%), Canadá (8,5%) y Polonia (7,7%), mientras que en países como Portugal y Grecia, los fondos de pensiones experimentaron, en promedio, retornos negativos (-8,1% y -7,4%, respectivamente). A su vez, hasta Diciembre de 2010, los fondos de pensiones en los países de la OECD habían recuperado ya cera de USD 3 trillones de los USD 3,4 trillones de valor perdidos durante el 2008.
De esta información se desprenden dos conclusiones importantes, con similares consecuencias futuras para la Argentina en lo que se relaciona con la mala administración que hace la ANSES de los fondos aportados por los trabajadores. La primera es que la utilización de dichos fondos para ser aplicados en fines distintos para los que fueron instituidos, llevará inevitablemente a nuestro país a soportar consecuencias similares a las de Grecia, Portugal, España o Italia. El uso inapropiado actual lo tendrá que compensar y pagar en el futuro, o incurrir en el delito que denunciara el presidente Juan Domingo Perón el 30 de noviembre de 1973, cuando afirmó que “en 1956 el Estado, acuciado quizás por las necesidades, echó mano a los capitales acumulados por las Cajas. Es decir, se apropió de ellos, lo que para mí, eso es simplemente un robo.”(Sic). Un indicio de ese pronóstico fatal y funesto para los actuales y futuros jubilados, radica en que la Corte Suprema de Justicia de la Nación recibirá el próximo miércoles al titular de la Administración Nacional de Seguridad Social (ANSES), Diego Bossio, para que amplíe y explique un informe del organismo sobre demandas de jubilados para cobrar reajustes de sus haberes, anticipando dicho funcionario que les reiterará a los miembros de la Corte que si la ANSES tuviese que dar cumplimiento a todas sus obligaciones con los actuales y futuros jubilados ajustándose a sus fallos, que ahora solamente aplica con aquellos jubilados que iniciaron acciones y obtuvieron sentencias favorables, el sistema entraría en quiebra. Cabría preguntarle a dicho funcionario y a la actual mandataria: ¿a quién le cabe la responsabilidad de esa eventual quiebra si, en un acto de efectiva división de poderes, la Corte resolviera extender el beneficio a todos los jubilados que se encuentren en igual situación? O bien ¿deben resignarse los jubilados y pensionados a renunciar a sus acreencias, admitiendo que son ilegítimamente discriminados?
La segunda conclusión, no menos importante, es la que surge del informe de la OECD cuando afirma que los fondos de pensiones en los países que la integran ya recuperaron cerca de USD 3 trillones de los USD 3,4 trillones de valor perdidos durante el 2008, a raíz de la crisis mundial. Ello es una cabal prueba de la falsedad de los argumentos de eficacia e idoneidad sustentados por el actual gobierno y sus funcionarios, cuando intentan hacer creer que en mérito a la actual administración de la ANSES los valores de las inversiones confiscadas a las AFJP se multiplicaron como hongos en días de humedad. El recupero de esos valores en todos los mercados resulta homogéneo y coincide con las estimaciones estadísticas de largo plazo que se consideraron cuando se efectuaron aquellas inversiones. Es absurdo pretender convertir esa revaluación técnica general de las inversiones, resultante de la evolución de los mercados internacionales, en un rédito político propio, al igual que lo hace cuando se exhibe el notable crecimiento económico local de estos últimos años, sin referenciarlo con similares crecimientos de otros países emergentes y el de la economía mundial, y sin mencionar que a diferencia de aquellos, nuestro país detenta el segundo lugar en inflación y que ella absorbe con creces los promocionados aumentos por movilidad de los jubilados.
Los políticos y principalmente los jóvenes trabajadores actuales deberían acuñar en su memoria lo que en 1850 manifestara el brillante economista francés Frédéric Bastiat en su ensayo Lo que se ve y lo que no se ve: “que las causas de la creación de la riqueza, o su desaparición, pasan por lo general inadvertidos, que las medidas que procuran un beneficio inmediato son siempre funestas y que lo correcto es perseguir un gran bien para el futuro, aun a pesar de los costos que ello acarree en el presente”.
Estas reflexiones, por acción de la AAJA (Asociación Argentina de Jubilados Aportantes), no escaparán al conocimiento de los 6.826.000 retirados a los que aludió la señora Presidente y esperemos que sean tenidas muy en cuenta en el momento de emitir sus votos.

Amplían denuncia a Zaffaroni

AMPLÍA DENUNCIA. SOLICITA SE PROMUEVA JUICIO POLÍTICO
Señor Procurador General de la Nación:
Gustavo Javier Vera, con domicilio en Av. Directorio 3998 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, por derecho propio, conjuntamente con mi letrado patrocinante, Mario Fernando Ganora, inscripto al Tomo 36 Folio 227 del CPACF, constituyendo domicilio procesal en Av. Callao 178 Piso 5° de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, nos presentamos respetuosamente ante V. E. y decimos:
I.-OBJETO.-
Que por el presente venimos a ampliar la denuncia formulada el día 15 de diciembre de 2009 en la Procuración General de la Nación en la que se ponía en conocimiento de V.E. una extensa nómina de locales mencionados en el Anexo I de dicho escrito a los fines de que se investigara la presunta comisión de los delitos previstos y reprimidos en los arts. 117, 120 y 121 de la ley 25.871; 125 bis, 126, 127, 140, 145 bis y 145 ter C.P.; y 15 y 17 de la ley 12.331 por parte de los responsables de la red de prostitución que allí se describía y sus eventuales cómplices y encubridores.
De los elementos de juicio que aquí se acompañan surgiría la sospecha de que se encontraría involucrado un prestigioso Juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni en relación con dos de los locales mencionados en la denuncia original. Existe además una denuncia periodística acerca de un tercer local que presuntamente pertenecería al Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que también estaría funcionando como prostíbulo. Esta cuestión, que se está ventilando en los medios de comunicación masiva y en las redes sociales y ante la opinión pública mas no en el ámbito que corresponde que es el de la Justicia, genera un clima de escándalo y de alarma social que le otorga gravedad institucional al asunto en razón de las personas aludidas. Se impone en consecuencia una profundización especial de la investigación en este punto a los efectos de despejar rápidamente toda duda que pueda existir sobre la naturaleza de los hechos, se deslinden las responsabilidades y, en el caso de que correspondiere, V.E. proceda a requerir la promoción del correspondiente juicio político (art. 53 C.N.) en virtud de lo dispuesto en el art. 33 inc. i) de la Ley Orgánica del Ministerio Público (Ley 24. 946).
II.- HECHOS.-
Como se ha referido más arriba el 15 de diciembre de 2009 se denunció en la Procuración General de la Nación la existencia de más de seiscientos prostíbulos que operaban impunemente en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y se acompañó su nómina en el Anexo I del escrito de inicio.
Entre los locales denunciados como prostíbulos en el año 2009 se encuentran los ubicados en la calle Vicente López 2217, Piso 5°, Depto. 19 y en la calle Marcelo Torcuato de Alvear 1906, Piso 9° Depto. “A”, ambos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El día 22 de julio de 2011 el periodista Facundo Falduto publica en el diario digital “Perfil.com” que el inmueble de la calle Vicente López 2217, Piso 5°, Depto. 19, donde actualmente continúa funcionando el prostíbulo denunciado pertenece desde el año 2000 al Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni, ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En efecto, el periodista menciona en su nota que “Zaffaroni reconoció ante el Congreso que había adquirido ese departamento en octubre del 2000, según indican una resolución de la Cámara de Diputados y el diario de sesiones del Senado del 2003”. Relata que
“Allí “trabajan”, por turnos, dos o tres chicas que cobran 120 pesos la hora por sus servicios. El rubro 59 fue prohibido por un reciente decreto presidencial, pero las prostitutas se promocionan de otra forma: sus “volanteros” reparten anuncios de “caramelitos y masajes 24 horas”en la zona y en los mismos departamentos del edificio”.
“Perfil.com se comunicó telefónicamente para comprobar las “ofertas” disponibles y se acercó hasta el edificio. “Zaffaroni tiene este departamento hace unos 10 años, pero él no aparece nunca”, contó un vecino que pidió mantener su nombre en reserva. “Hace cuatro años que trabajan prostitutas, pero en los últimos dos meses llegaron éstas que traen problemas”,agregó”.
“La profesión más antigua del mundo provoca quejas de los vecinos: los clientes entran y salen a cualquier hora, hacen ruidos molestos y dejan inseguros al resto de los residentes. “Puede entrar cualquier persona, el otro día vi cómo ayudaban a entrar a un lisiado en silla de ruedas”, comentó a Perfil.com otro vecino que también pidió anonimato. “A veces se confunden y quieren entrar a otros departamentos”, sostuvo”.
“Una vez llamamos al 911, vino la Policía y dijeron que las chicas tenían permiso del gobierno porteño, cualquier cosa”, afirmó el vecino. Si bien Zaffaroni no visita el edificio, los residentes cuentan que le reclamaron a una de sus abogadas, que prometió desalojarlas en varias ocasiones. Pero el negocio sigue funcionando”.
El día 25 de julio de 2011 el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni reconoció en un reportaje radial realizado por el periodista Víctor Hugo Morales en el programa “La Mañana” que se emite por Radio Continental que efectivamente es propietario del inmueble y que lo ha alquilado. Se desligó de responsabilidad sosteniendo que “Realmente no tengo explicación para esto. Francamente, lo único que sucede, según me informan mi apoderado y la inmobiliaria que me maneja esas cuestiones, es que hay un contrato de locación”,Agrego que “Yo no firmo los contratos ni conozco a mis inquilinos; no puedo ocuparme de la administración de esto, de modo que, puede ser, aunque a mí no me consta, puede suceder. Si está sucediendo, agradezco el escándalo porque de esa manera me ahorrará un desalojo”, Admite tener conocimiento de la existencia de problemas en el inmueble respecto de peleas pero minimizó la cuestión afirmando que “No tengo idea de cómo se convierte un problema de consorcio en un escándalo de esta naturaleza”.
El 27 de julio del corriente se publica en la página 10 del diario “Libre” que el Dr. Eugenio Raúl Zaffaroni es el dueño del inmueble sito en la calle Marcelo T. de Alvear 1906, Piso 9° Depto. “A”, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En la referida publicación que se acompaña se refiere que allí funciona un prostíbulo y que “Cuatro chicas promocionan sus servicios en los sitios de oferta sexual Tacosaltos.comy Mimosasargentinas.com.ar, con el teléfono del lugar y sus respectivos celulares”. El artículo señala que “Los vecinos están en pánico. La convivencia con las chicas no es pacífica. Uno de ellos indica: “El departamento es de Zaffaroni, aunque desde hace años no pasa por acá. Una vez un par de personas, bajando de una partuza, destrozaron una lámpara en la entrada. Al día siguiente vino la secretaria del juez a pagarla. Hasta le escribimos una carta para que la cortara con esto, que no nos merecemos vivir así. Pero nunca la mandamos por miedo a las represalias”. Se agrega hacia el final de la nota que “Otro vecino revela: “La administración quiso actuar legalmente, pero hubo aprietes. Todo el mundo se quedo piola”.
El 28 de julio de 2011 el periódico “Noticias Urbanas”publica una nota del periodista Lucas Schaerer que dice lo siguiente:
“En la lista de inquilinos del consorcio y en su declaración ante el Ministerio de justicia y Derechos Humanos figura que el ministro de la Corte Suprema Nacional, Eugenio Raúl Zaffaroni, es propietario de un departamento donde funciona un prostíbulo. Este no es el primer prostíbulo en del departamento propiedad de Zaffaroni sino el tercer prostíbulo en uno de sus inmuebles”. “
“En plena ciudad, Paraguay 877 primer piso, entre Suipacha y Esmeralda, declaró Zaffaroni ser su inmueble, en ese mismo sitio funciona según una página web un prostíbulo. Noticias Urbanas además comprobó por la lista de la administración de consorcio que el propietario es Zaffaroni y esto fue confirmado por los propios vecinos que están hartos de la mafia prostibularia que genera resquemores en el barrio y con los comerciantes”.
“El inmueble en Paraguay fue declarado por el magistrado del máximo tribunal. Una página web prostibularia, http://profmasajes.com.ar/, da el número de teléfono y el propio juez lo declaró, según la página web, http://sursur.com/.”
“A su vez es publicada la propiedad como casa de tolerancia en la página web prostibularia Tacos Altos, con sede en el barrio Puerto Madero, su dirección exacta es: http://www.tacosaltos.com/”.
“Noticias Urbanas estuvo entrevistando a los comerciante de la cuadra, a los integrantes de las dos iglesias en la cuadra y a los que alquilan y viven en el mismo edificio. Todos confirmaron que en el primer piso de Paraguay 877 funciona un prostíbulo. Que es notorio y que han visto presencia de mujeres en estado prostibulario aunque ellos no sabían que el dueño de la propiedad es el cortesano Zaffaroni”.
III.-SIGNIFICACIÓN JURÍDICA.-
Las publicaciones periodísticas mencionadas le están atribuyendo al señor Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación la autoría o la participación en el delito previsto y reprimido en el art. 17 de la ley 12.331, respecto de locales denunciados en 2009. Demás esta señalar que esa conducta cuando concierne a la explotación de la prostitución de la mujer revestiría carácter discriminatorio en razón de lo dispuesto en el art. 6 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (art. 75 inc. 22 C.N.).
Recordemos que el art. 17 de la ley 12.331 reprime a “Los que sostengan, administren o regenteen, ostensible o encubiertamente casas de tolerancia…” Proveer de un inmueble para que sirva de casa de tolerancia, es decir de un local, donde varias personas ejercen la prostitución o incitan a ella, es una conducta susceptible de ser subsumible en el verbo típico “sostener” ya que este significa “prestar apoyo, dar aliento o auxilio”, coadyuvar a la existencia y mantenimiento del lugar (ver D’Alessio, Andrés José, “Código Penal Comentado y Anotado- Vol. III. Leyes Especiales Comentadas”, pág. 115. Ed. La Ley, Bs. As. 2009). Ricardo Núñez señalaba en su tratado que “Es sostenedor de una casa de tolerancia, el que la tiene o mantiene o presta apoyo o auxilio material para que el local sirva para su fin” e ilustraba el concepto en una nota (106) diciendo “Quien, p. ej. alquila el local a las prostitutas y recibe parte de la ganancia: C.C.C., 3-V-938, La Ley, t. 12, p. 487; id. 4-XI-938, La Ley, t. 12, p. 1125” (ver “Tratado de Derecho Penal. Parte Especial” Vol. IV, pág. 370, Ed. Lerner. Bs. As. 1964).
En este sentido corresponde señalar que esta interpretación está además en consonancia con el Convenio para la Represión de la Trata de Personas y de la Explotación de la Prostitución Ajena ratificado por ley 11925 que establece que (Artículo 2) “Las Partes en el presente Convenio se comprometen asimismo a castigar a toda persona que: 1) Mantuviere una casa de prostitución, la administrare o a sabiendas la sostuviere o participare en su financiamiento; 2) Diere o tomare a sabiendas en arriendo un edificio u otro local, o cualquier parte de los mismos, para explotar la prostitución ajena”.
Las explicaciones dadas por el señor Ministro de la Corte Suprema en el reportaje realizado por el periodista Víctor Hugo Morales respecto del prostíbulo de la calle Vicente López 2217, Piso 5°, Depto. 19 lejos de aclarar el panorama lo ensombrecerían. En primer lugar, resulta poco creíble que gente que se dedica a la prostitución se le ocurra alquilar un inmueble perteneciente a un juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación para ejercer el meretricio y generar conflictos con el consorcio a menos de que pudieran contar con alguna clase de protección. En efecto, los delincuentes de esta calaña tampoco son tontos y saben perfectamente lo que arriesgan. Conocen perfectamente el poder de los magistrados y saben que es suficiente que cualquiera de ellos escriba una denuncia y levante el teléfono para que de inmediato se ponga en marcha el aparato judicial con el consecuente allanamiento de la vivienda y la detención de las personas implicadas. En segundo lugar, los vecinos del consorcio y la administración no suelen soportar pacientemente los desórdenes en sus viviendas y la invasión de su privacidad sin quejarse. No resulta muy claro ni comprensible que los apoderados y administradores del patrimonio del magistrado no lo hubieran puesto al magistrado al tanto de esa clase de quejas sabiendo que se arriesgan a una demanda y a las consecuencias de una gestión desacertada que los afectaría en lo profesional y comercial. Tampoco resulta creíble que un magistrado al que se le hubiera hecho llegar esa clase de quejas se hubiera desentendido de las mismas considerándolas meros problemas de consorcio atento el peligro que representaría para su honor cualquier tipo de sospecha acerca de una posible connivencia entre él y las personas que explotan o ejercen la prostitución. Recordemos que estos hechos se dan en un contexto histórico en el que el país asume compromisos internacionales en la lucha contra la trata de personas, se movilizan las organizaciones no gubernamentales, se producen cambios legislativos precedidos de serios debates políticos, se crean estructuras para la represión de esta clase de crímenes y para la asistencia de las víctimas, se producen cambios jurisprudenciales, se escriben artículos de doctrina en revistas especializadas, en derecho penal, etc. También recordemos que el Dr. Zaffaroni es un reconocido y prestigioso penalista, profesor universitario y persona versada en Derechos Humanos que no podría ignorar estas cuestiones por lo que su alegada despreocupación no es demasiado convincente. Por último, resulta francamente indignante que le endose a los vecinos la responsabilidad de hacer las denuncias por los hechos se habrían generado a raíz de la actividad ilícita que se estaría realizando en el inmueble de su propiedad y diga públicamente que así se ahorra el trabajo de iniciar un desalojo. El magistrado no es un mero observador de la realidad. Ejerce su función en el más alto tribunal de la República y ha jurado respetar y hacer respetar la Constitución y las leyes de nuestro país. En efecto, aun aceptando que el señor Ministro de la Corte hubiera sido sorprendido en su buena fe por administradores infieles y por inquilinos mendaces sobre sus verdaderas intenciones al momento de contratar, una vez que hubiera tomado conocimiento de lo que estaba realmente ocurriendo habría tenido la obligación de formular las correspondientes denuncias penales y las acciones legales para proteger al consorcio y a las víctimas de la explotación sexual.
No olvidemos que el delito previsto y reprimido en el art. 17 de la ley 12.331 es de acción pública (art. 71 del Código Penal) toda vez que no está incluido en las disposiciones de los arts. 72 y 73 del Código de fondo. Si efectivamente es ajeno a la comisión de ese delito, pesa, no obstante, sobre él la obligación inexcusable de denunciar establecida en el art. 177 inc 1° del Código Procesal Penal de la Nación, bajo apercibimiento de incurrir en el delito de encubrimiento (art. 277 inc. 1, apartado a) y d) C.P.). En efecto, el encubrimiento es un delito contra la administración de justicia ya que su comisión interfiere, o entorpece, la acción policial o judicial dirigida a comprobar la existencia de un delito y decidir la responsabilidad y castigo de los partícipes (ver Núñez, Ricardo “Tratado de Derecho Penal-Parte Especial” TVII pág. 175, Ed. Lerner, Córdoba 1975 y Andrés J. D’Alessio “Código Penal de la Nación Comentado y Anotado” TII-Parte Especial, p. 1385, Ed. La Ley, Bs. As. 2009). En el caso concreto de autos el señor Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación no ha dado precisiones acerca de las medidas por él adoptadas para procurar la investigación de un delito de acción pública.
Tampoco olvidemos que nadie puede alegar su propia torpeza para fundar un derecho, en este caso el presunto derecho de eximirse de la responsabilidad emanada de su negligencia en el manejo de sus bienes. Desde el punto de vista civil todo delito genera la obligación de reparar el perjuicio que por él resultare a otra persona (art. 1077 del Código Civil).
Pero todas estas dudas y reflexiones acerca de las alegaciones del Dr. Zaffaroni en el programa de radio de mención aumentan a medida que se suman nuevas denuncias formuladas en los medios de comunicación acerca de otros prostíbulos en inmuebles de su propiedad. En la medida en que sea verdad que son más de uno los locales en esas condiciones, más remota es la posibilidad de que sea cierto que fue engañado o sorprendido en su buena fe.
Párrafo aparte merece la cuestión de la gravedad institucional del caso. En efecto, la conducta del señor Ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación podría configurar un caso de mal desempeño de sus funciones susceptible de motivar su juicio político conforme lo establece el art. 53 de la Constitución Nacional.
De acuerdo con la doctrina del caso “Magín Suárez, Luis”resuelta por la Corte Suprema de Justicia de la Nación el 29 de diciembre de 1987 (La Ley 1988-C-121), los actos de un funcionario que pueden constituir “mal desempeño”, son aquellos que perjudiquen el servicio público, deshonren al país o la investidura pública e impidan el ejercicio de los derechos y garantías de la Constitución. Es procedente la remoción por el precitado motivo cuando se acreditan graves actos de inconducta o que afecten seriamente el ejercicio de la función. En el caso de los magistrados judiciales, el manejo de dichos conceptos debe vincularse con el art. 110 de la Constitución Nacional, dado que es la buena conducta lo que justifica su inamovilidad, garantía esta de la independencia del Poder Judicial. En este orden de ideas, el concepto de “mal desempeño” en términos constitucionales, guarda estrecha relación con el de “mala conducta” en la medida en que en el caso de los magistrados judiciales, el art. 53 C.N. debe ser armonizado con lo dispuesto en el art. 110, que exige la buena conducta para la permanencia en el cargo de aquéllos. En la Constitución Nacional, hay dos tipos o causales de destitución que deben diferenciarse: por un lado, las vinculadas al “mal desempeño” o “mala conducta”, por otro la comisión de delitos, ya sea en el ejercicio de las funciones, o se trate de crímenes comunes. Las del primer grupo, “mal desempeño” o “mala conducta”, no requieren la comisión de un delito, son que basta para separar a un magistrado la demostración que no se encuentra en condiciones de desempeñar el cargo en las circunstancias que los poderes públicos exigen; no es necesaria una conducta criminal, es suficiente con que el imputado sea un mal juez.
En el caso concreto de autos y más allá de los resultados que se puedan obtener de la investigación acerca de la responsabilidad penal que le podría caber al Dr. Zaffaroni respecto de los locales de su propiedad en los que se presuntamente se estaría explotando la prostitución ajena, lo cierto es que su conducta habría dado lugar a la sospecha y al descrédito de la función que desempeña. Que se pueda discutir con algún fundamento acerca del presunto funcionamiento de prostíbulos en inmuebles de propiedad de un juez siempre conlleva el descrédito de la función y genera sospechas sobre la honestidad e integridad del magistrado. Los argentinos tenemos el derecho de estar seguros de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el más alto tribunal de la patria, el custodio de la vigencia de la Constitución y de las libertades de los habitantes de la República no está en manos de rufianes. Cualquier hecho, sea que se cometa por dolo o por mera culpa o negligencia, que ponga en crisis esa certeza, erosiona la confianza del pueblo en sus instituciones. El art. 8 del Reglamento para la Justicia Nacional exige una conducta irreprochable para los magistrados y es una norma sabia por cuanto nadie puede arrogarse el derecho de juzgar a otro sino puede exhibir una conducta digna sin sombra alguna de sospecha. Ya bastante ha padecido la patria y sigue padeciendo de procesos de deslegitimación de las instituciones de la república como para que sigamos ahondando en ese terreno. En el caso concreto de autos que tengamos que abrir esta investigación a causa de la forma como habría gestionado sus bienes y de sus expresiones públicas es un indicio claro de que la conducta del funcionario sospechado no es la adecuada a la de un “bonus paterfamilias”.
IV- Prueba.-
En la presente ampliación se solicita como medida de prueba las siguientes:
1) Comprobación de la titularidad de dominio de los inmuebles sitos en Vicente López 2217, Piso 5°, Depto. 19; Marcelo Torcuato de Alvear 1906, Piso 9° Depto. “A”, y Paraguay 877 primer piso, entre Suipacha y Esmeralda, todos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante informe del Registro Nacional de la Propiedad Inmueble;
2) Allanamiento y registro de los referidos inmuebles a los fines de comprobar la existencia de elementos y documentación que pudiera servir de prueba acerca de la actividad que allí se desempeña.
3) Citación a prestar declaración testimonial a los administradores, integrantes del consejo de administración y copropietarios del consorcio de Vicente López 2217; Marcelo Torcuato de Alvear 1906 y Paraguay 877 a fin de que provean la información sobre la posible existencia de prostíbulos en los departamentos objeto de denuncia.
4) Rastreo en las páginas de la web mencionada en las notas periodísticas a fin de determinar si existe publicidad de los referidos prostíbulos
5) Pedido de informes a la Policía Federal Argentina y al Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires acerca de las denuncias y procesos incoados por el funcionamiento en los mencionados inmuebles de locales en violación a las disposiciones de las ley 12.331.
V.- PETITORIO.-
Por todo lo expuesto, solicitamos:
1. Se nos tenga por presentados y con el domicilio constituido.
2. Se otorgue el trámite contemplado en el art. 195 y concordantes del CPPN a la presente ampliación y se provea la prueba ofrecida.
Proveer de conformidad. Será Justicia.

Los baches de Zaffaroni

Transcurridos varios días desde que se inició el escándalo, Eugenio Zaffaroni no ha presentado ante el periodismo, la Cámara de Diputados o la Justicia, una sola prueba que lo desvincule del funcionamiento de prostíbulos en sus seis departamentos que se alquilan. Estos contratos de locación se desconocen, pero si el precio es el del mercado, es decir, 2.000 pesos por mes, la situación, al menos formalmente, sería normal. Pero si se alquilaban en valores de entre 4.000 a 6.000 pesos mensuales, esto constituiría una semiplena prueba de que el juez conocía que los citados inmuebles se utilizaban para la prostitución. ¿Y si no hay contratos de alquiler y se alquilan por día? Ahí también se daría el mismo presupuesto anterior.
Tres preguntas
Otro inconveniente que ensombrece la situación del distinguido penalista son sus continuos viajes al exterior: ¿Son para participar en congresos de derecho o coinciden también con excursiones de turismo erótico? Si se trata de lo último, el criminólogo está en serios problemas.
Un tercer punto conflictivo es el hackeo de los mails de Zaffaroni ocurrido hace unos años. Él asegura que los mismos son falsos o que tergiversaron sus palabras, pero de su lectura surge que serían menos indecorosos para un ciudadano cualquiera, que con su vida hace lo que quiere, que para un ministro de la Corte Suprema. La impresión es que estas conversaciones eróticas son absolutamente ciertas. ¿No sabe el destacado jurista que existe el chat o también el MSN, que no deja huellas borrando el historial y que no puede ser hackeado? Sería de esperar que Zaffaroni aclare estos tres puntos. En el caso de su cuenta en el exterior con 40.000 dólares, no tendría relevancia alguna. El problema pasa por otro lado: en Estados Unidos o Europa, un juez en esta situación probablemente ya habría renunciado. Sin embargo, en la Argentina cristinista. la ética y la moral no tienen relación alguna con el ejercicio del poder.

EL FRACASO DEL “MODELO”

Ha llegado el momento para afirmarlo con mayor contundencia: el “modelo” ha fracasado. Si bien son numerosas las señales indicativas de esta afirmación, elegiremos las más expresivas y, sobre todo, aquellas que dibujan un mal presagio para el escenario político, presagio peligroso y alarmante por lo que vamos a decir enseguida. Como uno de los males de la época consiste en privilegiar las definiciones materiales y entre ellas las económicas, iniciaremos nuestras reflexiones con una síntesis de éstas últimas. Lo haremos con la prevención de que, gane quien gane las elecciones, las correspondientes medidas que tendrán que adoptarse inevitablemente contendrán, inexorables, una carga de notable incidencia social. A ese peligro nos referimos.
¿Lo sabrá Ricardo Alfonsín, que aceptó a un economista para que lo acompañe en la lista como candidato a vicepresidente? Es posible, pero no lo dice con precisión. Entre quienes tienen posibilidades ciertas de resultar electo, sí lo hace Eduardo Alberto Duhalde y, para que no quede lugar a dudas, añade a sus mensajes las inquietudes concurrentes por la inseguridad que se extiende, el avance de la artificial y cada vez más corta “cultura del no trabajo” o el rechazo a la amenaza por los proyectos latentes para liberar el consumo de la droga.
En realidad son tres las candidaturas con posibilidades. Las ya mencionadas y, todavía, la de Cristina Fernández de Kirchner. Pero vayamos por partes. En coincidencia con los plazos electorales, el kirchnerismo se encuentra abocado a agotarse en una carrera para ganarle a la explosión que ya tiene la mecha encendida y que se ha anticipado con estallidos todavía menores, si los comparamos con lo que se avecina. Primero Jujuy, luego Tucumán y ahora con amenazas en el conurbano, la sociedad argentina debe prepararse a recibir los estruendosos resultados del famoso “modelo” que se agota. Los subsidios por más de 15 mil millones de dólares hacen imposible a cualquier economía que debe quitarles a los jubilados los recursos que les pertenecen para concretarlos en el tiempo y cautivar votos que, pese a todo, se muestran esquivos. Con las reservas genuinas del Banco Central -que no son las que se informan y apenas superan los 10 mil millones de dólares-, con las variables del costo de vida alteradas para llegar a los comicios, con una política basada en el consumismo para engañar a la tranquilidad pública, con las exportaciones agropecuarias limitadas por razones carentes de lógica, el futuro ofrece una certidumbre: el agotamiento y las consecuentes medidas para recomenzar de nuevo. Todo esto dentro de un marco externo severamente alterado, con ajustes en las principales economías y medidas que son las inversas a las que hasta hoy, sigue el gobierno kirchnerista.
Esto deberá cambiar y podemos decir que no son pocos quienes evalúan los ajustes que dejará el kirchnerismo como herencia o que deberá adoptar Cristina si se produce el milagro de un triunfo ajustado, por pequeño que sea. Ese ajuste se dará en todos los órdenes: impositivamente, con una reducción drástica del gasto todavía desatado e incluso -léase con detenimiento- una posible devaluación y una baja compulsiva de los salarios. Por decirlo brevemente, un enfriamiento de la economía con una paralela e inevitable convulsión social. ¿Esto ha sido buscado expresamente? ¿Forma parte del pensamiento íntimo del dominante maoísta Carlos Zannini? ¿Integra las recomendaciones de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, los sociólogos preferidos de Cristina?
Es difícil contestarlo, pero lo cierto es que ése es el camino buscado.
Ahora los hechos de Jujuy demuestran que fueron planificados hace bastante tiempo atrás. Registran la presencia de elementos bolivianos y desconocidos que intervienen con su activismo armado. Contenida la información mediática, la realidad es tan grave que la invasión del aeropuerto provincial y los cortes de ruta tienen alteradas las comunicaciones internas en Jujuy, a lo que debe agregarse la limitación impuesta a las informaciones. Para colmo, la Casa Rosada le pidió ayuda a Milagro Sala para superar la situación. Algo así como si en los setenta, se hubiera recurrido a Santucho, Firmenich, Kunkel o Verbitsky. Otro dato expresa con elocuencia lo que sucede. El gobierno local dispuso la expropiación de tierras para levantar viviendas, pero el caso es que el ingenio Ledesma ya había donado años atrás una superficie apta para levantar barrios que nunca se iniciaron o quedaron congelados o a medio hacer. ¿Esperaban un acuerdo para extender también allí a la estafa del proyecto de las Madres de la Plaza de Mayo? Es posible, pero las familias del personal policial jujeño que figuraban como adjudicatarias de las viviendas aún sin techo y apenas con paredes, decidieron ocuparlas. En consecuencia, el gobernador Barrionuevo no controla la situación, no puede dar órdenes y el gobierno central, paralizado, no atina a intervenir la Provincia. La primera y más directa consecuencia es la extensión artificial del conflicto a Tucumán, donde se repite una idéntica argumentación para avanzar en el descalabro social. Alperovich reprime con violencia pero hay grupos que resisten armados. Hace tiempo hablamos aquí de anarquía pero, objetivamente, aún falta para que se pronuncie con amplitud.
Muchas veces se habló de esta posibilidad, que no se dio en los setenta, cuando la población reclamaba y apoyaba la intervención militar. Lo primero que hizo el alfonsinismo primero y el kirchnerismo después fue destruir a las Fuerzas Armadas, suprimir la autoridad policial, eliminar los aparatos de inteligencia internos y alterar los Códigos Penales -un viejo sueño del ministro Zaffaroni- para, simultáneamente, no dar solución a los problemas básicos de los sectores más necesitados, alimentar las divergencias, mentir sobre el pasado revolucionario y alentar a las organizaciones que lo defienden. ¿Casualidad, intencionalidad o simple ineptitud?
Por cierto hay respuestas que hoy dejamos a cargo de nuestros lectores, aunque hay más elementos para alimentarlas. Hace un par de días -tal vez tres-, desde los sectores piqueteros creados y pagados por el kirchnerismo se iniciaron presiones sobre el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, con algunos nombres y apellidos: D’Elía y Pérsico, entre otros, para que disponga la “inmediata expropiación de un millón de lotes en el Gran Buenos Aires para viviendas”. ¿Expropiación o incautación? ¿Tierras fiscales o privadas? ¿Una simple alteración de la tranquilidad pública o un instrumento para incorporar contenido doctrinario a la contienda electoral? ¿O tal vez otra extensión de los planes de Hebe Bonafini y Sergio Schoklender, amparados oficialmente para utilizar una estructura que no ha sido desmantelada?
Todo es demasiado serio para continuar sólo con preguntas que requieren una contestación inmediata y contundente. Hasta ahora, los primeros resultados electorales descalabraron las expectativas del oficialismo, que insiste con la cantinela de que “Cristina ya ganó”, pese a que hasta ahora Cristina perdió. Las miradas están puestas entre los principales candidatos. Hay conversaciones reservadas que se desarrollan mientras la mayoría de los políticos callan. De todos modos, dejamos pendientes unas inquietudes adicionales. ¿Se reformará el sistema político...? ¿Habrá decisión y firmeza para reconocer la realidad y enfrentarla...? ¿Se presentará finalmente Cristina a las elecciones...?