lunes, 5 de septiembre de 2011

Al revés del Brasil

Al revés del Brasil
Mientras la oposición política de la Argentina desvanece sus posibilidades como consecuencia de una irrefrenable vocación divisionista y permanece atada a cuestiones menores que la hacen desaparecer de la expectativa de los analistas; el oficialismo cae en los mismos pecados, excepto en que su vocación es la de alcanzar o mantenerse en el poder pase lo que pase, en tanto ignora las realidades que le esperan con el sólo transcurso del tiempo. Todo es lo mismo -al menos, parecido- aunque hay una sola excepción que se impone, tajante y firme, en este enjuiciamiento: el oficialismo, de Cristina para abajo, lucha denodadamente para mantener el control de los negocios y el de la justicia, para impedir las sanciones que ya estaban en vías de preparación antes de las elecciones de agosto. Éstas no permitieron que se eligiera absolutamente nada; en el sentido convencional y formalmente, votaron solamente lo que dejamos dicho. Simples banalidades, a no ser la profunda gravedad que entraña la destrucción de un país y el lanzamiento de una sociedad hacia un precipicio cuyo piso todavía permanece invisible.
Peor aún, la presidente, impulsada por lo que vislumbra como un éxito electoral imparable, ya nos habla de una profundización del modelo, cuyo primer paso consiste en la destrucción del sistema informativo que, por encima de sus fallas y defectos, mal que mal permite que la población se entere de la realidad pero, sobre todo, que pueda expresarse cuando y como lo desee. A la inversa de Perón, que sabía del peso relativo de los medios de comunicación para ganar elecciones -salió victorioso de las primeras, que lo llevaron a la Casa Rosada con todo el periodismo en contra y fue derrocado la primera vez, cuando controlaba absolutamente a la opinión pública- Cristina Fernández de Kirchner requiere de la uniformidad comunicacional para proyectar su ambición hacia toda la región.
No cuestionamos el objetivo en sí mismo, excepto su imposibilidad, por muchos motivos. El primero, porque el mundo actual no admitiría la calidad -o, mejor dicho, la ausencia de ella- en quienes serían los actores de este proceso. ¿Alguien se imagina a La Cámpora en una salida al ruedo internacional para moverse entre figuras de otro rango, otras capacidades y otras experiencias? Rogamos a nuestros lectores que no se rían, habida cuenta de la profundidad que posee esta tragedia argentina, pero antes de explorar el otro camino pantanoso que tendría esta aventura, vayamos rápidamente a un segundo componente de lo que sucede: el liderazgo del Brasil en esta parte del mundo y su colocación industrial y agropecuaria, entre otros valores, que en pocos años ya nos superó con creces. ¿Es necesario repasar los diversos rubros industriales que van desde la fabricación de armas livianas, pesadas, buques y aviones...? ¿Hace falta hablar de automóviles y de otros productos o de lo que otrora ha sido uno de nuestros más grandes orgullos, como fueron nuestras carnes y nuestros cereales, que nos llevaron a definirnos como “el granero del mundo”...? En tanto desaparecemos rápidamente de las expectativas comerciales externas, el famoso modelo requerirá de fondos que desaparecen rápidamente entre las manos de quienes deben votar y aplaudir. El trigo no se exporta y, por ende, no produce divisas; con las carnes sucede algo parecido, mientras disminuyen paulatina y sostenidamente los rodeos. Hasta ahora, milagrosamente y gracias a la derrota de la 125, se mantiene la soja como principal exportación primaria, pero ya está amenazada por el proyecto de estatizar su comercialización, controlar la producción mediante los silos bolsa, que serían provistos únicamente por el Estado, con todo lo que eso significará y, finalmente, para resumir, recordemos el proyecto de los políticos santafecinos, que se aprestan a vigilar el uso del glifosato y otros agroquímicos, que reducirán la importancia económica de la provincia de Santa Fe ¿Será por eso que se lo quiere premiar al gobernador Binner como potencial figura de reemplazo político en el orden nacional? Curioso país nuestra ex República, donde se vota en contra de sí misma y se atenta, sistemáticamente, contra lo que le conviene. Y casi de la mano, esta afirmación nos lleva a lo que pronto será una situación peligrosa: ¿Que harán los frustrados votantes cuando se acaben los subsidios y se agote la posibilidad de consumir, hasta llegar a niveles de difícil subsistencia...?
Para concluir por hoy, digamos que otra diferencia substancial acaba de producirse con el Brasil. Mientras Cristina ataca con frecuente virulencia a las empresas de comunicación. Dilma Rousseff, la presidente del Brasil, resolvió tender una mano firme y prometedora a los medios, sumarlos abiertamente a su proyecto de crecimiento y liderazgo, mientras aquí, en la Argentina, el horizonte se muestra con sostenidos anuncios de una batalla sin cuartel. Así no va.

DÓLAR: HAY DEMANDA POR INCERTIDUMBRE SOBRE EL RUMBO ECONÓMICO

Confiscadores vs tomadores de crédito: la interna de la economía K
La minicorrida que tuvimos la semana pasada, y que no sabemos si terminó, se debería, en buena medida, a la incertidumbre post-electoral de las primarias. Pasadas tres semanas de las mismas, el gobierno no se preocupó por aclarar su futuro rumbo económico para después de las elecciones del 23 de octubre, en las que se descuenta su triunfo. Sí dio la presidente una pauta global. Al decir que no hay nada que cambiar, parecería que el rumbo es previsible. Pero la realidad indica que las circunstancias son distintas a las del 2007. Es que ahora se utilizan las reservas del BCRA para pagar compromisos de deuda, igual que en el 2010. Este año, en que por primera vez desde mayo del 2003, terminará con las reservas en caída, por lo cual el año que viene no se podrán utilizar de nuevo, salvo que el gobierno corra el riesgo de ataque contra la moneda. Estos indicios podrían reforzar las chances de continuidad “natural” en la cartera económica, a través del Secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino, a propuesta del futuro vicepresidente, Amado Boudou. Sin embargo, esta sucesión no está clara todavía, porque la táctica de volver a los mercados voluntarios de crédito está cuestionada en el cristinismo, que viene sosteniendo la teoría del desendeudamiento.
Un debate que apenas empieza
Esto nos lleva a la aparición de una sombra de la que venimos hablando desde el 15 de agosto: la posibilidad de una nueva apropiación de activos líquidos para pagar la deuda el año que viene. El otro inconveniente para tomar deuda es que desde la UIA cuestionan ese procedimiento para mantener la paridad cambiaria por debajo de la inflación esperada y de los aumentos salariales por encima del aumento del costo de vida. Muchos empresarios dicen:“sería volver a los ‘90”. De ahí que surge la candidatura de Mercedes Marcó del Pont, aunque se aprobaría igual su pliego como presidente del Central por cinco años más. Y todavía tiene chances Roberto Feletti, aunque esté primero en la lista de diputados nacionales por la Capital Federal. Su nombramiento se inscribiría en la lista de los confiscadores de activos líquidos. Lo mismo que la designación de Iván Heyn, el economista de La Cámpora. De todas formas, quien sea el futuro ministro de economía tendrá que despejar una incertidumbre más, cual es la permanencia o no de Guillermo Moreno. No se trata de una cuestión menor. El Secretario de Comercio es el que decide sobre importaciones y exportaciones, además de los aumentos de precios, quitándole así gran parte del poder al ministro de economía.
Otra situación a tener en cuenta es la crisis internacional que, por ahora, muestra un estancamiento de la economía europea y bajo crecimiento en los Estados Unidos, que bien se podría transformar en una recesión, como sostiene Nouriel Roubini. Este proceso ya está afectando a nuestro principal socio comercial, que es Brasil, cuyo crecimiento bajó el segundo trimestre a menos del 1%, lo que motivó la baja de la tasa al 12% y la devaluación del real, lo que podría, a su vez, acelerar el ritmo de la devaluación argentina. Así las cosas, mientras el gobierno nacional no disipe estas incertidumbres sobre el futuro del rumbo económico, tampoco se sabrá quién será el ministro de economía. Tal vez recién dos o tres semanas después del 23 de octubre se sepa el nombre del reemplazante de Boudou, aunque la incertidumbre siga.

CAMBIOS EN EL GABINETE

Boudou y Zannini polarizan la lucha por el poder en el cristinismo 2012
Por el tradicional hermetismo del gobierno, son imprecisas las versiones sobre los futuros cambios en el gabinete nacional. Sí parecen consolidarse las siguientes tendencias: no habrá apertura hacia afuera del kirchnerismo, es decir que el gabinete del 2012 seguirá siendo la expresión del entorno presidencial. En consecuencia, tampoco los gobernadores justicialistas aportarían funcionarios de alto nivel. El proyecto de un gabinete negociado con el PJ cayó junto con el éxito espectacular de la presidente en las primarias. Otra cosa sería -ya muy improbable- que hubiera segunda vuelta, lo que dejaría al cristinismo pendiente de la lealtad de los gobernadores y los intendentes.
En el seno del poder, los combates posicionales son muchos, pero pocos tienen relieve. Sí es importante la lucha por acumular poder entre Amado Boudou y Carlos Zannini, dos figuras con perfiles absolutamente contrapuestos. El poderoso Secretario Legal y Técnico, aliado del titular de la SI (ex SIDE), Héctor Icazuriaga, trata de impedir que el futuro vicepresidente se salga con la suya y consiga que su sucesor en Economía sea su actual Secretario de Finanzas, Hernán Lorenzino. En líneas generales, la mayor parte de la vieja guardia kirchnerista converge en tratar de reducir la cuota de poder de Boudou. Lo consideran un advenedizo que influye demasiado sobre CFK. Así es que Zannini, Icazuriaga y Parrilli intentan promover para Economía a Mario Blejer o algún otro economista de renombre.
Los cristinistas temen además que, desde la presidencia del Senado, el ministro rockero construya su base política para proyectarse como el heredero de Cristina para el 2015. Allí en el Senado se asentará Aníbal Fernández, probablemente como presidente provisional del cuerpo. El actual jefe de Gabinete no es un amigo de Boudou, pero menos todavía de Zannini. El mayor presupuesto del Estado nacional, el Ministerio de Planificación, también es el centro de múltiples versiones, porque casi todo el mundo da por hecho que Julio De Vido no está en condiciones de salud para seguir. Desde La Cámpora apuntan a colocar funcionarios de segunda línea en esa cartera, lo que les permitiría una fuerte base económica para construir su proyecto político. Pero fuentes de Olivos insisten en que el cargo de ministro quedaría para alguien muy fogueado, por ejemplo, el actual Secretario de Obras Públicas, Jose López, o el Subsecretario de Coordinación, Roberto Baratta.
Las otras internas
No es un secreto que Florencio Randazzo se candidatea para Jefe de Gabinete, pero que el grupo de Zannini apuesta al senador Nicolás Fernández o a otro veterano del kirchnerismo, sin excluir la posibilidad de que el mismo Secretario Legal y Técnico intente suceder a Aníbal Fernández. Mucho más lejos en esta carrera figura el Secretario de Medios, Juan Manuel Abal Medina, que, en cambio, sí estaría más cerca del Ministerio del Interior, una cartera que, en los años no electorales pierde relevancia y para la que también se menciona a Nicolás Fernández.
En la zona de los uniformados se desarrolla una áspera interna. La influencia que la ministro de Seguridad, Nilda Garré, continúa ejerciendo sobre su antigua cartera, Defensa, resulta intolerable para su actual sucesor, Arturo Puricelli. De bajo perfil, este último podría ser reemplazado, pero es muy improbable que CFK permita que Defensa y Seguridad caigan bajo la órbita de Garré.
Los sucesivos traspiés de Héctor Timerman en la conducción de la política exterior y la pérdida de la confianza presidencial lo convierten en un firme candidato al relevo. También Julio Alak tendría los días contados a cargo de Justicia, una cartera que quedó minimizada al perder el control de las fuerzas de seguridad. Carlos Kunkel estaría sumamente interesado en este cargo, para él o alguno de sus allegados.

ESA “SENSACIÓN” DE INSEGURIDAD

ESA “SENSACIÓN” DE INSEGURIDAD

Candela Sol Rodríguez, 11 años, buena alumna, graciosa, con ojos chispeantes y flequillo, el lunes 22/8/11 salió de su casa en Villa Tesei, partido de Hurlingham, para asistir a una reunión de boy scouts en la iglesia de San Pablo Apóstol, a las 3 de la tarde, dobló en la esquina… y desapareció.
La madre de Candela hace la denuncia y a partir de ese momento se ponen a disposición de la búsqueda de la chiquita, el gobernador Scioli, el ministro de justicia y seguridad Ricardo Casal, el jefe de la bonaerense, Juan Carlos Poggi, 1.000 policías, gendarmería, 1.600 agentes de refuerzo, 2 helicópteros, 16 perros rastreadores, 143 móviles policiales identificables.
Se hace un rastrillaje casa por casa en la zona; el 25/8, la presidente recibe a la madre de Candela durante 40´; la provincia ofrece una recompensa de $100.000 y Missing Children + la red solidaria + artistas y deportistas, organizan las “48 horas por Candela”. Es durante esas 48 horas que aparece el cadáver. Después de nueve (9) días.
El cuerpo, desnudo, limpio, con signos de haber sido alimentada, sin señales de abuso de ninguna clase, es encontrado por una cartonera, en una bolsa de plástico, en el Acceso Oeste, a la altura… de Villa Tesei.
Candela Sol, ¡qué nombre tan luminoso para un final tan oscuro! Porque lo indiscutible en esta trágica historia, tan igual a otras tantas argentinas y trágicas historias, es que la chiquita está muerta. Asesinada. Estrangulada con las manos. ¡Un horror! Uno más y van…
Ahora empiezan las conjeturas y las teorías. Que si la familia de Candela tiene algo que ver; que el padre está preso por un tema de piratería del asfalto; que la madre hablaba como si supiera quienes tenían a su hija -”Mamita, sé que me estás escuchando, te cargué una tarjeta, mandame un mensajito”-, o puede que sea una venganza, o un ajuste de cuentas.
También se evalúa un secuestro extorsivo, o un tema de narcotráfico, o de trata de personas o tantas otras posibilidades que estén al alcance de la imaginación de cualquiera. Y puede que alguna, o todas estas teorías y conjeturas sean ciertas. Lo único indiscutible, es que Candela fue asesinada. Por la razón que fuese, alguien decidió que Candela viviera sólo 11 años.
Lo único cierto, lo único seguro, es que la sociedad argentina ante la inseguridad está indefensa, inerme, desamparada, desvalida, abandonada, desprotegida. Y la inseguridad no es “una sensación”, es una dolorosa realidad. Candela “no siente” que fue asesinada. Lo fue.
La inseguridad y su contra cara, la seguridad, son decisiones políticas que se toman desde el estado. UN ESTADO QUE TIENE LA OBLIGACIÓN INDELEGABLE DE PROTEGER A LA POBLACIÓN. El estado no tiene porqué regalar“fútbol para todos”, ni hacer que los que nunca van a poder darse el lujo de viajar en avión, paguen por las pérdidas de Aerolíneas Argentinas, hoy en manos de la Cámpora; ni tiene porqué invertir en empresas de todo tipo, pero tiene que ser el garante de la seguridad
Hay que decidir en serio terminar con la inseguridad. Por supuesto que este gobierno no es el inventor de la delincuencia, ésta viene desde lejos y es inherente a la especie humana. Pero la permisividad de estos tiempos, que se incrementa a partir del 2003; el avance del narcotráfico, el mal llamado garantismo en el poder judicial (todos alumnos de la escuela de Zaffaroni, el juez de la Corte que alquila sus departamentos a prostíbulos), sumado al destrato compulsivo hacia las fuerzas policiales, hacen un combo que termina indefectiblemente con hechos como el del asesinato de Candela.
Si se acusa permanentemente a la policía de estar en connivencia con los malhechores, y probablemente algunos policías lo estén, pero otros, no, lo que se consigue es que la población no confíe en ellos, por lo tanto no les preste la colaboración necesaria en cualquier investigación. Si una vez detenidos los malhechores, jueces “compasivos” los dejan en libertad, o les morigeran las penas, el moño de esta sumatoria de hechos es un asesinato aberrante como el de Candela.
Nadie pretende que se acabe con la inseguridad de la noche a la mañana. Pero se puede acotar, disminuir, hacer que la vida de las personas cuente y no se la ande rifando por el solo hecho de vivir o visitar Argentina (recordar las turistas francesas en Salta).
Colombia era un país invivible, los bebés colombianos nacían con la presunción de ser narcotraficantes, hasta que llegó el presidente Uribe y la situación cambió en forma radical, para bien de los pobladores y para mal de los delincuentes. Lo mismo sucedió con la ciudad de Nueva York, en su momento una de las más inseguras del mundo, hasta la llegada del alcalde Giuliani y su teoría de la “tolerancia cero”. Hoy, Nueva York es segura.
Dice el fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate:“Ha fracasado el sistema de investigación”. ¿No piensan cambiarlo por otro sistema más eficiente, con sicólogos capaces de hacer perfiles criminales, con una policía científica preparada para este tipo de casos? ¿O son necesarias otras Candelas para empezar a hacer algo al respecto?
Por supuesto que no es fácil y por supuesto que implica un enorme trabajo desde muchísimos ángulos diferentes y complementarios, pero se puede. El problema es que todavía desde el gobierno no se ha tomado la decisión y parece que no sabe qué hacer. No hay que inventar nada, hay que copiar a aquellos países que lo hacen bien.
Pregunta absolutamente impertinente, pero pertinente en cuanto al caso. Cuando los votantes vayan a votar el 23/10/11, ¿recordarán a Candela y los otros muchos desaparecidos y asesinados? Si recuerdan, ¿a quiénes les imputarán la “sensación” de inseguridad? ¿Quiénes pensarán que son los responsables después de ocho (8) años de gobierno? ¿Los opositores?
“No es terrorismo de estado, es terrorismo SIN estado”. (Santiago Kovadloff, La Nación, 3/9/11). Mortalmente cierto.

El regreso de Radio Colonia

El regreso de Radio Colonia
“Quienes son capaces de renunciar a la libertad esencial a cambio de una pequeña seguridad transitoria no son merecedores ni de la libertad ni de la seguridad.”
Benjamin Franklin

Nueva y trágicamente, los temas urgentes de la Argentina nos impiden ocuparnos de los importantes, vinculados con la necesaria reconstrucción de un país derrumbado por la demagogia y el populismo. Otra vez, entonces, deberé postergar el desarrollo de las ideas que enunciara, hace tiempo, en notas tales como http://tinyurl.com/4jqupmm,http://tinyurl.com/3qph6nf o http://tinyurl.com/42sya6w.
La conferencia de prensa que brindó esta semana -escudado detrás de su siniestra y habitual sonrisa- el Ministro del Interior, augura tiempos graves para la democracia a partir de las elecciones de octubre, cuando ya no resulte necesaria la piel de cordero que está utilizando, por estos días, doña Cristina.
Los industriales, que concurrieron en masa a acompañarla en Tecnópolis, encabezado por un obsecuente De Mendiguren, los sindicalistas, que ya ven temblar el liderazgo de don Hugo Moyano y sus cajas sindicales, y los políticos que, hasta el 14 de agosto, revistaban en el PJ Federal y que ya están buscando garrochas para saltar al campo oficialista, no son más que expresiones de uno de los más arraigados lemas vernáculos: “No nos dejen afuera”. La suma de esos componentes a los que provienen del progresismo compartido por radicales, socialistas, genistasy demás versiones vernáculas auguran un Congreso que, aún antes de las verdaderas elecciones, ya está dando muestras de sumisión y acompañamiento.
Don Randazzo dio cátedra al periodismo acerca de qué se puede publicar, que sólo debe ser la verdad, entendida ésta como lo que el Gobierno define como tal. Para este funcionario, los cronistas falsean la realidad, contradiciendo de forma artera al relato oficial, hasta cuando se limitan a reproducir dichos ajenos.
Olvidó don Florencio que las quejas y cuestionamientos acerca del desarrollo de las P.A.S.O. no fueron formulados por los cronistas sino por los propios jueces electorales -mal que le pese al inefable don Lorenzetti, Presidente de la Corte, que intentó desmerecerlos- y por los candidatos perdidosos. Sin embargo, embistió contra la prensa monopólica, antidemocrática y destituyente una vez más, en esta santa cruzada iniciada por don Néstor (q.e.p.d.) cuando, en 2008 y a raíz de la crisis del campo, rompió con Héctor Magnetto, hasta entonces un socio privilegiado del poder.
Los ataques de don Randazzo mostraron dos curiosidades: la primera, la exclusión del diario Perfil del universo de los medios cuestionados; la segunda, la calificación a La Nación como monopólica, cuando sólo tiene un diario. Tal vez, Fontevecchia, dueño de la editorial redimida, haya pagado su viraje hacia el renovado sol cristinista con su editorial del domingo anterior.
En esa inusual pieza, El Perro, don Jorge hizo una verdadera apología de don Horacio Verbitsky, llegando al extremo de contar que, pese a que nunca había trabajado con él, siempre estaba vigente esa posibilidad. La constatación de esta nueva inclinación de Fontevecchia, y su descubierta debilidad por este verdadero comisario político, sólo puede tener dos explicaciones: el miedo a perder la libertad, o el miedo a perder sus empresas. En cualquier caso, el miedo.
Esa es la razón del título de esta nota. Quienes cuentan en sus espaldas con tantos años como quien esto escribe deben recordar la época en que, para conocer opiniones e historias distintas al relato de entonces, los argentinos no teníamos otro remedio que sintonizar Radio Colonia. Por otra parte, aún quienes son mucho más jóvenes tienen frescas en la memoria las crónicas triunfalistas que los medios argentinos emitían durante la Guerra de Malvinas, mientras nuestras heroicas tropas eran masacradas por el enemigo.
Argentina es un país que, por obra y gracia de casi todos sus gobiernos, carece de instituciones fuertes. La enorme concentración de poder que traerán aparejadas las próximas elecciones hará que desaparezca el escaso -casi nulo- control que el Congreso y los Tribunales pudieron ejercer hasta ahora. De allí al monólogo oficialista hay sólo un paso.
Don Florencio, que hoy integra un gobierno que conduce el mayor multimedios de la Argentina y que ha confundido canales públicos con oficialistas a ultranza, debería recordar, con más frecuencia, esa frase atribuida al Gral. Perón en el exilio: “Ganamos con toda la prensa en contra, y nos echaron con toda la prensa a favor”. O mejor otra, dicha por Abraham Lincoln: “Puedes engañar a todos poco tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todos todo el tiempo”.
Porque mucha agua ha corrido bajo el puente desde aquellos tiempos en que era necesario sintonizar la radio uruguaya o recurrir a la onda corta para escuchar voces provenientes del extranjero. No le resultará fácil a don Randazzo ni siquiera China lo está logrando, y Egipto y Libia son una prueba de ello- controlar Internet, Facebook y Twitter, y la pluralidad de expresiones seguirá siendo un bien adquirido en forma permanente por los argentinos.
El otro tema tremendo de la semana fue el asesinato de Candela. Con el desarrollo de los hechos y de las investigaciones se han llenado columnas y minutos de televisión en el mundo entero; no debo ser yo, entonces, quien se ocupe de esos aspectos de esta tragedia.
Toda la oposición guardó un prudente y respetuoso silencio, y prácticamente no hubo voces que hicieran un uso político del crimen y de sus causas. La única excepción fue el propio Gobierno, tanto nacional como provincial.
En su afán por despegarse de la conmoción provocada por el secuestro de la niña, doña Garré, Ministro de Seguridad de la Nación, hizo mutis por el foro y desapareció por completo de la escena. Con la aparición del cadáver, la señora de Kirchner -que había recibido con gran pompa a la madre de Candela- se llamó al silencio con el que siempre acompaña los sucesos realmente graves y conmocionantes, y su entorno se dedicó, con fervor, a endosar la responsabilidad exclusiva a don Danielito.
Éste, por su parte, hizo lo propio, descargando la culpa en el delincuente entorno familiar de la niña y olvidando que la seguridad de Candela debía ser garantizada por el Estado, para intentar hacer olvidar su inoperancia, o su complicidad.
La realidad es bien distinta: la responsabilidad es de ambos gobiernos. La Argentina, mal que le pese a don Anímal Fernández, ya ha sido pasto de los mercados de la droga, de los cuales se sospecha participación de algunos funcionarios relevantes, con todas sus expresiones y consecuencias. Operan aquí mafias mexicanas, peruanas, colombianas y bolivianas; se importa, se refina y se exporta cocaína; se producen drogas sintéticas; sus subproductos sobre todo, el paco- se venden y están haciendo estragos entre los estratos más humildes y desamparados que, además, delinquen para financiar su consumo; se lava dinero de todas las procedencias.
Parece mentira que el don Scioli, que tanto se enorgullece por la mayor cantidad de droga secuestrada, no perciba que está reconociendo, a la vez, que cada vez hay más droga circulando. Parece mentira que don Anímal sostenga que la radarización y la sanción de la ley de derribo, no resultan necesarias. Parece mentira que, con fines meramente electoralistas, doña Nilda desguarnezca nuestras fronteras para trasladar gendarmes al Conurbano. Parece mentira que los argentinos toleremos la corrupción rampante, y que los enriquecidos funcionarios que nos gobiernan ni siquiera la oculten. Parece mentira que, en pleno siglo XXI, la Argentina no encuentre remedio para combatir estos males, comenzando por purificar la Justicia federal.
Básicamente, parece mentira que nuestra sociedad se haya convertido en un consorcio en que lo único que importa sea salvarse individualmente; sea privilegiar el hoy aunque el precio sea el mañana; que contempla impávido como, cada vez, se hunde más en el fango.
Que no seamos capaces de reeditar las grandes gestas que los argentinos protagonizamos en el pasado; esas causas -muchas a favor del prójimo- que hicieran que, con mérito, los libres del mundo responden: “al gran pueblo argentino, ¡salud!”

EL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES

EL MEJOR DE LOS MUNDOS POSIBLES
En la historia, ya ha ocurrido…
tal vez… como una señal…
que hoy viene a quitar olvido…
de aquello… que siempre ha sido,
nuestro verdadero mal…
Y si sabemos, a quién…
se parece… lo casual…
veremos… a una mujer…
que todo el mal lo hizo bien
y todo el bien… lo hizo mal.
G. A. Bunse, Poemas de la Argentina trágica

Todos los absolutismos cayeron en tirabuzón… no sin antes hacer escala en etapas inevitables de terror.
El absolutismo francés del siglo XVIII encarnado en principio por los tres más famosos “Luises” (XIV, XV y XVI) tuvo una primera escala trágica en la inútil Revolución Francesa… y un segundo escenario…imposible de esquivar… en septiembre de 1793, “la época del terror francés” que duró un poco más de nueve meses.
La guillotina cortaba tantas cabezas en la que es hoy famosa “Place de la Concorde” que su cuchilla debía ser afilada todas las noches durante una hora con un sistema de piedras que manejaban cuatro operarios.
Hay algo que esas épocas tienen en común: los mercenarios y rastreros.
La última reunión ocurrida entre los industriales y la presidente el jueves de la semana pasada en Tecnópolis, se puede resumir en una descripción muy clara del más repugnante rastrerismo…y de la más clara genuflexión empresaria… hecha por la propia mandataria, que textualmente dijo:
“Es la primera vez que no tengo que responder nada de las cosas que se dijeron en esta reunión” (lo que dijo da tanta vergüenza ajena que el propio De Mendiguren cuando se vio en el video… salió a expresar alguna preocupación que compensara un poco su enciclopédica sumisión).
Del caos y de la inutilidad rampante de la policía de Scioli, y de la dirigida por Garré, nada se habló. Para todos los empresarios, ni la inflación ni la inseguridad existen. Y ni uno sólo de ellos, se anima a expresar alarma.
Ella podría haberles dicho en otras palabras directas y sin eufemismos:
Queridos Caballeros de la “Augusta Orden del Felpudo”:
Es la primera vez que se nota cabalmente, vuestro carácter de rastreros, mercenarios y reptantes… maestros todos ustedes… de la genuflexión y el arrodillamiento de las cohortes romanas… es la primera vez que veo palmariamente el grado de felpudismo infame que me prodigáis, y del que sois capaz… queridos caballeros…y está muy bien que así lo hagáis… a la vista de los resultados del último 14 de agosto y en previsión de mi arrollador triunfo del 23 de octubre próximo. Aquí tenéis mi anillo para besarlo.
Manteneos así queridos señores de rodilla fácil…bajadores de la cerviz y siervos del albañal, revolcándose en vuestra propia indignidad. Acomodaos pues para recibir mis nuevas órdenes sin chistar… las cuales, no por antojadizas o caprichosas han de ser menos temidas que cualquiera de las anteriores. Apoyad entonces las palmas de vuestras manos sobre el piso… y disfrutad de la fragancia de mi alfombra sin levantar la mirada jamás. Gozad de mi decisión absoluta que caerá sobre vosotros, Amén.
La siguiente nota pretende ser el modelo más acabado de editorial del absolutismo que, sin que nadie lo haya advertido, se ha desatado de un modo sutil pero imparable en esta comarca:
“El caso más resonante y trágicamente fatal de los últimos días, no es un caso de inseguridad.
Precisamente, por tratarse este último factor, sólo de una sensación; ese hecho terrible debe ser -seguramente- una operación política preparada siniestramente para que la presidente se desprestigie.
Por esa razón… la mandataria, consciente de su responsabilidad, decidió entrevistarse una hora y media con la madre de la niña secuestrada.
No usó la cadena nacional como se había hecho con el caso Gerez pero (mostrando su infinita prudencia) se puso al frente del caso.
El desenlace fue un fracaso total… pero debe entenderse que lo hubiese sido igual… si ella no hubiese intervenido… o si la eficiencia investigativa del gobernador pudiese librarse de su mala suerte que la persigue.
Es pues una gran injusticia pensar que eso ocurrió por su incompetencia o porque su augusta figura trae mala suerte. La presidente no es símbolo de la mala suerte.
No. Eso es una clarísima operación política.
Y ella… no se merece esto… a 50 días de un triunfo que no sólo ya tiene seguro sino que además, por su brillante gestión tiene también merecido
Afortunadamente la masa crítica del pueblo, la ha votado en modo mucho más que categórico. Es una mayoría especial, acaso nunca bien valorada y sin dudas enormemente perceptiva, equilibrada, justa, observadora y de un extraordinario valor cívico.
Gracias a ellos… gracias a esta magnífica civilidad responsable… toda la población tiene hoy la oportunidad de abrir los ojos… y advertir que, tal como decía Pangloss, en el “Cándido” de Voltaire: nuestra muy querida comarca, con nuestro muy querido gobierno, es… sin ninguna duda… el mejor de los mundos posibles.
Debemos convencernos todos… y deponer nuestra necedad.
Pues aquí, en esta comarca… por empezar… no existe la inflación.
Los medios de comunicación, las consultoras privadas y algunos otros inescrupulosos instalaron esa acción psicológica para impactar sobre la calidad institucional. El Ministro del Interior tiene razón plena en eso.
Lo que deberíamos hacer todos… frente a cualquier imperceptible cambio o modificación de algún precio,… es simplemente no comprar… y si todo lo que vemos ha aumentado, nuestra democracia nos indica algo simple: no comprar nada.
Y no comprar nada… es eso: NADA
La imaginación que nos ha prodigado la presidente, debe permitirnos que cualquier elemento que hasta hoy hayamos podido conservar en nuestros domicilios… sirva para alimentarnos en momentos de carencia.
Pan vencido, restos de frascos… lo que sea… todo sirve.
Hasta el agua de una servilleta bien escurrida tiene valor alimenticio.
Es sólo cuestión de aguantar uno o dos años así… pronto se verán los resultados que… según el INDEC, han de ser de una inflación de 5,2 % para todo el año 2011. Un ejemplo que el mundo ha de admirar.
Y más aún… en otro orden de cosas:
La inseguridad pública en el país ya está plenamente resuelta.
Alborozados… debemos festejar que definitivamente se haya terminado desde el 14 de agosto último. No existe más, eso.
Este es un país absolutamente seguro. Lo que pasó con el último caso ha sido un típico episodio de narcotráfico. Algo injustamente importado de México o de Colombia. La Argentina es ajena a eso.
Tenemos todos los climas, todas las riquezas, todas las razas y todos los subsidiados, todos los trabajadores más descansados por la ayuda social
La gente… la masa crítica de la gente… así lo ha dictaminado.
Pues esa masa crítica, de quienes debemos tomar ejemplo… convalidó…cohonestó, apoyó, suscribió y dio su total apoyo… al esfuerzo que ha venido mostrando el gobierno por la prioridad de Estado, denominada “inseguridad pública”. Y la mejor prueba… pues… se ve en las urnas.
La inseguridad no existe más… según esta gran cantidad de ciudadanos, que son los que deciden cual debe ser hoy nuestro gobierno.
No importa mucho ya este asunto… y no nos debe importar a los que no alcanzamos a ver… seguramente por error… que esto sea así. Deberíamos callarnos de una vez por todas… imitar rápido a los señores empresarios que por algo lo son… Y apurarnos todos a aprender a convencernos que estamos errados.
Este, como decía Pangloss “es el mejor de los mundos posibles”.
Si hay un poquito de inseguridad… no seamos fatalistas.
Debemos cerrar los ojos cuando veamos con total perplejidad que ya se espiraliza como una epidemia de tifus, a la vista y paciencia de todos.
Y debemos tener esto muy clarito:
El que se atreve a hablar de “inseguridad” en este país, o a reclamar por este asunto pretextando una retribución al salvajismo impositivo, debería de inmediato, pasar a formar parte de la derecha.
Y la derecha es definitivamente… anti argentina.
La derecha es condenable.
La derecha es delictiva. Es el origen oculto de los daños del país y debe ser combatida desde los claustros escolares y universitarios.
Peor que lo anterior… ser de la derecha… es ser un fascista.
Digámoslo sin ambages: ser de derecha es… a priori, ser un represor liso y llano.
Entonces, volviendo al principio y por carácter transitivo, ser de derecha es entonces, ser un represor.
Ergo hablar de seguridad es ser represor.
Y acaso, en la verdadera concepción de este gobierno (prácticamente ya reelecto), la óptica es mucho más genial y respetable todavía:
Cualquiera que vista o haya vestido un uniforme… es un fascista.
Por lo dicho:
En esta comarca, no es patriótico ni civilizado hablar de una supuesta inseguridad pública. Las cartas están así puestas sobre la mesa y aceptadas por lo esencial de nuestra sociedad. Por lo más válido y lo representativo de ella (más de un 50%).
No hay inseguridad pública.
Y la verdad revelada para haber logrado hoy… este maravilloso estado de seguridad, ha sido esta correcta liturgia ideológica implantada desde que asumió ella… para nuestra gloria.
La culpa de la inseguridad en los países que la tienen (no el nuestro, por suerte) no es atribuible ni a la pobreza, ni a la miseria, ni a la falta de oportunidades, ni a la orfandad educativa.
No. La culpa, así como están las cosas, la tiene exclusivamente la visión sesgada de la derecha. Esa visión fascista y represora que ha inventado a través de los diarios este verdadero atentado contra la democracia que es hablar de inseguridad.
El Ministro del Interior así lo ha expresado y debe saberse que las cosas que él dice… son aquellas que resultaron beneficiadas con el apoyo de esa respetable masa crítica… tan abrumadora de votos.
No se hable más… por favor… de inseguridad.
Cualquier hecho que uno pueda sufrir en su vida privada, en su domicilio o en la vía pública… es solamente un episodio aislado que, por más que deje sin vida a cualquier miembro de nuestras familias… debe ser, antes bien, entendido, como una excepción.
Es decir, el Estado (a través de nuestro gobierno y ya hasta el año 2015) garantiza la ley, (en última ratio), con el NO USO de la coerción directa y de la violencia, o el NO USO de la fuerza siendo el único que sabiamente la puede dejar de aplicar.
Y si lo hace de este modo… sabrá muy bien por qué lo hace.
El poder como concepto, es, antes que nada, eso mismo:
Es toda oportunidad de hacer triunfar la voluntad propia, en el seno de una relación social, incluso contra la resistencia o la voluntad abierta de quien no cumpla con la ley o de quien se ocupe de violentarla.
Debemos saberlo y allanarnos a nuestros hermanos ciudadanos.
Pues nuestro gran gobierno sabe muy bien que el poder es la capacidad de hacer, producir o destruir, pero ante todo, la de influir en la conducta o en los sentimientos de otros individuos.
Que, en suma, el poder político, si las cosas están así…puede ser muy bien… un “absoluto” conceptual, y no una relación entre las personas.
Y una posibilidad de acción.
Se trata de una capacidad (no de un acto) sobre las personas.
Y aunque parezca arbitrario… es la voluntad de tanta gente que resulta demencial e insolente discutirlo o cuestionarlo.
Y esto es lo que ignoran estos cartoneros del suicidio colectivo que todavía critican a nuestro gobierno.
Dicho mejor: Lo saben, pero prefieren cometer, con un fin obvio, el delito de “no hacer lo que deben por mandato constitucional”: OBEDECER.
Aun cuando veamos que nuestra jefa ha subordinado el plexo íntegro de la reglamentación nacional… a una ideología, debemos obedecer.
En otras palabras, si acaso alguien piensa que debe haber un reemplazo de este poder por suponer que ya, el Estado, se encuentra cataléptico o dinamitado, que deje ya de soñar… y que se defienda como pueda hasta que -esta nueva época- nos inunde de beneficios. O nos inunde de algo.
Hemos salido ya del purgatorio que describiera nuestro prócer difunto…
Y este es, sin ninguna duda… el mejor de los mundos posibles

¡Dejen de maltratar a los únicos que, a pesar de todo, todavía trabajan…!

¡Dejen de maltratar a los únicos que, a pesar de todo, todavía trabajan…!

La trágica muerte de la inocente Candela Rodríguez vuelve a poner sobre la mesa el viejo asunto de la seguridad pública, o mejor dicho, la inseguridad que padecemos todos los bonaerenses, ya como un mal endémico, con todos los efectos colaterales o derivados de esta crisis, como son las puebladas espontáneas, o las inducidas desde algún sector que siempre está en vigilia, como buitres, aguardando una víctima, para lanzarse en bandada. Su objetivo es, sin duda, poner siempre a la policía como culpable de todos los males, para tapar las verdaderas causas de este drama que nos aqueja hace ya más de diez años…
Otros, encumbrados profesionales decididos a trepar algún área del poder como sea, sin escrúpulos, simplemente aguardan alguna tragedia como la que nos ocupa, para saltar al medio de la opinión pública, batiendo el parche que mejor convenga a la ocasión, sea de los derechos humanos, corrupción policial, gatillo fácil, zona liberada, connivencia, autogobierno policial y cuantas gansadas mas pueda ocurrírseles, con tal de tener prensa gratis que los haga trascender, con la impunidad que le asegura un gobierno incapaz de salir en defensa de su policía, mas el silencio de algunos políticos, de aquellos que habitualmente nos elogian en privado, casi al oído, pero incapaces de decir media palabra en público para defender a los trabajadores policías…
En primer lugar, aclaremos que es justo reconocer que miembros de nuestra fuerza policial han participado en la comisión de delitos gravísimos, como homicidios, piratería del asfalto, robos y otros delitos contra la propiedad y las personas. Merecen nuestro más fuerte repudio. Es innegable y nunca se han registrado tantos casos como en los últimos diez o quince años. También es cierto que fueron hechos aislados, cometidos por uno o varios uniformados, pero al margen de la fuerza y de la mayoría de sus miembros.
Estos episodios tan negativos y bochornosos para la vida de una institución como la policía, sin duda hacen estragos en la credibilidad que la población debe tener de su policía, pero lo que quizás es más perjudicial todavía para la seguridad pública, es el daño severo que la perdida de esa credibilidad y desprestigio produce en el auto estima de la inmensa mayoría de los uniformados que trabajan decentemente. Comienzan por sufrir vergüenza, él y su familia, por la crítica imprudentemente generalizada, de todos los sectores, a través de la prensa; y finalmente sobreviene el desarme moral y el desgano. Tan es así que la pregunta que hoy retumba en todas las dependencias policiales es: ¿Vale la pena esforzarse en ser buen policía, asumir todos los riesgos de este difícil oficio, para luego, sin distinción y con alevosía, ser metidos en la misma bolsa con los malos…?
Es urgente llevar a la práctica aquel axioma de que “la seguridad la hacemos entre todos...” y hay que empezar ya. En esta verdadera cruzada el periodismo no puede estar en la vereda de enfrente, ni siquiera ser imparcial. Siempre hemos dicho desde APROPOBA que si la prensa dedicara a los buenos policías –que son la inmensa mayoría- tan solo el 10% del tiempo y esfuerzo que le dedican a los malos, otra sería la historia de la seguridad.
No estamos diciendo que se deban callar las críticas a las malas acciones, o las denuncias a la ilegalidad en que puedan incurrir los uniformados. Todo lo contrario, sostenemos que las organizaciones públicas de servicio necesitan imperiosamente de la crítica; las instituciones son siempre perfectibles y la crítica es correctora, es saludable. También es sumamente importante que los ciudadanos denuncien, sin temor, cualquier accionar irregular o ilícito de un policía. Pero una cosa es criticar constructivamente o denunciar responsablemente a algún o algunos policías y otra cosa muy distinta es la critica tendenciosa, la difamación, la generalización; o la denuncia al voleo, que se agota en los medios de prensa, sin pruebas, que tiene como único objetivo desacreditar y causar desazón, tanto en la comunidad como en la fuerza policial, con fines que son de proselitismo político-partidario o por simples razones ideológicas de algún sector…
Como lo venimos advirtiendo desde APROPOBA, lo reiteramos, la situación actual se agrava día a día. El desarme moral de la fuerza se acentúa y es necesario revertir urgentemente esta cuestión. La sociedad en general, como así muchos dirigentes y periodistas, que ante todo se distinguen como personas de bien, muchas veces suelen ser apabullados por la prédica altisonante de los carroñeros oportunistas de siempre, de la crítica tendenciosa, generalizada, a veces injusta y de las denuncias al voleo y sin pruebas que nos referimos antes. Este accionar demoledor muchas veces no permite vislumbrar la otra verdad que existe dentro de las organizaciones policiales. El costado positivo que sistemáticamente es tapado o minimizado por los detractores de todas las instituciones de la democracia y de la república…
Si analizamos los hechos donde aparecieron policías involucrados, podemos comprobar, con la simple lectura de los diarios, que en todos los casos, sea de oficio o por denuncias, fue la misma policía que investigó y llevó a esos policías desleales ante la justicia, con las pruebas correspondientes. Y ese que es un dato alentador para la comunidad no es destacado por ningún medio de prensa. Correspondería preguntarles a esos profesionales, periodistas, dirigentes en general, políticos y hasta a algunos jueces, a cuantos de sus pares corruptos -que los hay- denunciaron ante la justicia y aportaron las pruebas para condenarlos, como habitualmente hacen los policías con sus propios camaradas?
La policía de la provincia tiene hoy más de 50.000 efectivos en actividad, que a pesar de toda la clase de adversidades, sin protestar a pesar que le sobran motivos, salen todos los días a la calle a asumir los riesgos de esta profesión y cumplir con el compromiso. Pero eso no es noticia, ni son reconocidos. La lista de policías asesinados cumpliendo con su deber, dando pruebas de que no existe connivencia ni zona liberada, crece con una periodicidad que debería preocuparnos. Pero tampoco es tenido en cuenta este dato. Pesa más la difamación de los imprudentes, de los trepadores, de los aspirantes a algún cargo y de los mercenarios del micrófono y la pluma…
Algunos son portadores de tanto veneno, que hablan de las fuerzas de seguridad como si los policías fuesen seres maléficos, que todas las mañanas se levantan pensando a quien matar, o que daño causar o que delito cometer en contra de un inocente ciudadano, cuando no contra un pobre o un menor de edad. No ven en el policía lo que realmente es; un padre o madre de familia, un trabajador con vocación de servir, un vecino preocupado por la inseguridad como el que mas, que todos los días y las noches salen a la calle, enfundado en un uniforme con un arma de puño casi inservible, a hacer lo que ellos mismos serian incapaces. Arriesgar la vida por sus semejantes…
Una prueba de esa despiadada y delirante campaña…
Hace apenas unas horas un funcionario importante de uno de los poderes del estado, con ansias evidente de ocupar algún otro cargo, ha salido en un medio de prensa a batir el parche del “autogobierno policial”afirmando que “…Sin conducción política la policía es generadora de delitos…”Ese señor, además de dar un golpe bajo a la atribulada sociedad, como todo difamador, cree que los ciudadanos somos estúpidos. No hay otra explicación que justifique tamaña ridiculez. Que hoy alguien afirme que en plena vigencia de una democracia ya consolidada, la fuerza policial no es conducida por el poder político, es por lo menos una estupidez. Pareciera que este buen señor todavía no se enteró que en el año 1997, la fuerza policial fue disuelta y luego recreada con normas que reglan absolutamente toda su actividad, sin margen alguno de discrecionalidad, y que desde aquel año, su conducción es ejercida en forma directa por funcionarios civiles del poder político…
Es una mentira tan burda como calumniosa; y con la pretensión de reafirmarla como una verdad se recurre -entre otras mezcolanzas incoherentes- a ejemplo de dos hechos trágicos, como lo fueron el caso de Ramallo, cuando la fuerza ya era conducida personalmente por un ministro político, que utilizó en la emergencia a un grupo de policías “especialmente entrenados” por otro ministro político que se había ido días antes, el Dr. León Arslanián. Y luego pone de ejemplo el caso de la familia Pomar, cuyas investigaciones y tareas de búsqueda y rastrillaje estuvieron al mando de la Agente Fiscal con competencia en el lugar y de otro civil, el Dr. Paul Starc, al mando de la Policía de Investigaciones.
De más está decir que en ambas ocasiones la culpa también fue cargada, una vez más, a las espaldas de los policías. Igual que ahora…
Es verdad que la seguridad la debemos hacer entre todos. Pero no alcanzan las frases hechas, ni las pancartas, los pasacalles, ni los discursos de ocasión para que no se repitan los hechos desgraciados, como el de la niña Candela y tantos otros, sean a manos de delincuentes civiles o delincuentes infiltrados en alguna fuerza policial. Si de verdad queremos que no se repitan, es necesario que empecemos ahora mismo a hacer muchas cosas que como sociedad debemos hacer, y dejar de hacer otras tantas que no hay que hacer, o pronto tendremos un país irrealizable.
Caso contrario, si insistimos en maltratar y desconfiar permanentemente de todo, de la iglesia, de las escuelas, de los hospitales, de la policía, de la justicia y de todas las instituciones por las malas acciones de unos pocos, entonces no tendrá sentido vivir acá. Habremos dejado de ser un país y seremos, a duras penas, nada más que un montón de gente amontonada en un delimitado espacio geográfico. En tal caso sería mucho mejor que todos, los 40 millones de habitantes, nos tomemos de la mano, comencemos a caminar sin detenernos hacia el Este y nos internemos en el mar, como Alfonsina, hasta desaparecer con nuestras miserias, y dejemos estas hermosas y ricas tierras a gente mejor, que puedan venir y hacer de este lugar el país y la patria que nosotros no supimos ni siquiera mantener.
Los policías siempre trabajaron y siguen haciéndolo. Y tanto en el secuestro y homicidio de la menor Candela como en todos los casos, ponen el máximo esfuerzo humano para llegar a buen término, porque esa es la vocación del policía, coronar con el éxito toda investigación o intervención, desde la simple hasta la más compleja, para merecer el mejor de todos los premios, cual es el apretón de manos, el abrazo y el agradecimiento del vecino o la familia a la que se le prestó el servicio.
Mucho se podrá criticar a la fuerza policial, pero lo cierto y probado contundentemente es que sus integrantes, mujeres y hombres trabajadores como el que más, aun con errores, y muchos de los Fiscales, son los únicos que verdaderamente trabajan por la seguridad de los vecinos, a todo riesgo y a pesar de los detractores. Nunca rehúyen a enfrentarse a los peligrosos delincuentes ni a poner la cara ante la sociedad cuando corresponde. Los demás, los que “combaten” desde el confort de sus despachos, los que “pelean” contra la delincuencia desde los medios, los “estrategas” de programas de televisión, son pura cháchara y lo único que aportan es jarabe de pico…
Así que, si los resultados no fueron los deseados, en éste u otros hechos, si la actuación policial no satisface, entonces habrá que modificar el protocolo de actuación que existe para estos casos, elaborados por especialistas civiles que oportunamente convoca el gobierno, o reprocharles a los responsables civiles de dirigir la búsqueda e investigación, y no a los policías, que son meros cumplidores de órdenes.
Por lo tanto, dejen de maltratar a los únicos que, a pesar de todo, todavía trabajan…

LA MIRA PUESTA EN EL 2015

Scioli, al rescate de kirchneristas heridos para sostener el embate cristinista
La “ambulancia” para asistir a los heridos del PJ ya empezó a recorrer la provincia de Buenos Aires. Pero el que la maneja no es el ex presidente Eduardo Duhalde, como había prometido durante la campaña previa a las internas, sino el gobernador Daniel Scioli, cada vez más cerca de oficializar el fichaje del senador José Pampuro, mientras juega con la posibilidad de sumar al disidente Felipe Solá.
En los últimos días, tanto Pampuro como el jefe de gabinete de Scioli, Alberto Pérez, confirmaron el acercamiento del senador peronista, cuyo mandato vence en diciembre y que, a pesar de ser el presidente provisional de la Cámara alta, no encontró lugar en las listas del Frente para la Victoria. También confirmaron que su incorporación se hará en diciembre, cuando Scioli renueve su gabinete. Sólo faltaba definir su destino en el gobierno provincial.
En los últimos días, se conoció que ese lugar no sería otro que el Banco de la Provincia de Buenos Aires (Bapro). Más concretamente, la vicepresidencia de la institución, según anticipó uno de los participantes en las negociaciones. Ese sitio está actualmente ocupado por Gustavo Marangoni, vocero oficial del gobernador y ex presidente del banco, que podría reasumir esta función.
En el Bapro, dijeron no contar con información de ningún tipo sobre cambios en la conducción; tanto Marangoni como Pérez cerraron sus teléfonos para dar prioridad a la agenda que se impuso luego del hallazgo del cuerpo de la niña Candela Rodríguez.
Con todo, una fuente con conocimiento de las negociaciones (que, sin embargo, le asignó a Pampuro un lugar en el directorio y no en la vicepresidencia de Bapro) interpretó que tanto el senador como Marangoni le asegurarían el control de la entidad financiera a Scioli, frente a la posibilidad de que la Casa Rosada intentara colocar allí a una de sus espadas.
El banco ya fue un refugio para otros desterrados del kirchnerismo, como el ex titular del organismo recaudador provincial (ARBA), Santiago Montoya, quien cayó en desgracia en 2009 tras negarse a una candidatura testimonial. Proteger a exiliados del kirchnerismo es, también, una costumbre de Scioli: en los días que siguieron a la derrota de los comicios legislativos, también amparó en su gabinete a Eduardo Camaño y a Baldomero Álvarez de Olivera.
Una fuente ministerial diferenció esas incorporaciones del actual acercamiento a Pampuro y Solá. “Esto es un gesto simbólico fuerte, por lo que representan ambos, pero a la vez es inofensivo en términos de política real”, indicó, para dar a entender que ni Pampuro ni Solá conservan una estructura significativa dentro del PJ que pueda incomodar a otros aliados kirchneristas de Scioli.
A contramano de esa interpretación, un conocedor de los diálogos en el gobierno bonaerense cree que Scioli puede necesitar a Solá no sólo para protegerse de una eventual avanzada kirchnerista: sumando a Solá, el gobernador impediría que se convirtiera en el nexo para el desembarco en la provincia de otros presidenciables del PJ, como José Manuel de la Sota y Juan Manuel Urtubey.
Solá evita hablar de sus conversaciones con Scioli y algunos miembros de la oposición. Mucho menos, de cargos y fechas. Pero las reuniones con el gobernador continúan: antes y después de las primarias