jueves, 24 de noviembre de 2011

Una hábil maniobra

Una hábil maniobra

Hace pocos días, en estas columnas planteamos la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner haya resuelto dar un vuelco a su posición ideológica como consecuencia de la grave situación en que el famoso modelo colocó al país y que, después de su conversación con el presidente Barack Obama, tomara otro rumbo a caballo del éxito electoral y las apretadas circunstancias económicas en que estaba colocada, para modificar así el contenido de su gobierno. Hablamos de varias señales, de los créditos que se le habían cerrado, de la escapada del dólar y, sobre todo, de la ausencia de futuro. También dijimos que los plazos se le acortaban y que además del factor económico quedaban abiertas otras variables ideológicas graves y contundentes, que van desde lo cultural hasta la alteración de los usos y costumbres de la que había sido una de las sociedades más pujantes y fuertes de la región. Desde Buenos Aires -agregamos ahora- hasta México, la presencia Argentina a través de su música y literatura, sus actores y artistas, sus comidas, la Universidad a la que venían los alumnos de otros países de habla española, eran algunos de los elementos que servían de orgullo para una República que construía, como corresponde, un poder militar y grandes mercados para sus productos que comenzaban a adquirir fama. Después -dijimos más de una vez y volvemos a reiterarlo ahora-, nosotros mismos nos encargamos de demoler poco a poco esos éxitos y virtudes hasta apenas vivir de su recuerdo.
Esto último vale para nuestra generación, pues a las nuevas, una perfecta maquinaria se ha encargado de ocultarles esa realidad histórica, a la par que fomenta el resentimiento y la mentira. Concurrentemente, hablamos de una de las tantas consecuencias de la Guerra Revolucionaria, consecuencias que transitan por la inversión de los valores y la perversidad manifiesta en la etapa posterior que vivimos.
Tal vez esta introducción sea excesiva para lo que vamos a informar ahora, pero todas las oportunidades son buenas para insistir sobre una verdad que a la larga o a la corta prevalecerá sin dudas. Entonces, vamos a señalar que finalmente y pese a las dudas que planteamos después de ese artículo que comentamos, ahora la Presidente -con e, como corresponde- comenzó por definir su opinión acerca del derecho, de la propiedad y de la capacidad de producir riqueza, al rechazar de plano el proyecto moyanista de participar de las ganancias empresarias y, por supuesto, nunca de las pérdidas. Las palabras presidenciales todavía no han sido valoradas en toda su magnitud, excepto entre unos pocos, por el mismo Hugo Moyano que, ni corto ni perezoso y rápido de reflejos, disintió, pero al mismo tiempo expresó su apoyo a la Casa Rosada. Simultáneamente, la justicia parece que aflojó las presiones sobre el tema de los medicamentos y las Obras Sociales que tenían a mal traer al camionero, y todo parecería indicar que el fin de año llegará con cierta tranquilidad en este problemático flanco.
En la alta política las cosas no son simples ni sencillas. Por supuesto, esto no es alta política, sino apenas una partecita, aunque a la larga contribuye. El caso es que la conversación entre Cristina y Obama tuvo contactos previos y, sin querer ser indiscretos, podemos acotar otra vez que el norteamericano tenía necesidad de recomponer la situación latinoamericana, donde apareció el imponderable, ese factor que siempre irrumpe en el momento menos pensado. Así, la cruel enfermedad de Hugo Chávez comenzó a sacarlo lentamente pero con firmeza de la escena, dato que no llegaba solo: por un lado, los hermanos Castro ya ingresaron en el declive irreversible dictado por la biología y el fracaso; Evo Morales comenzaba a ser arrinconado por el indigenismo que divide a su sociedad, convertida en pueblos que fueron llevados a una difícil convivencia, y Correa, en Ecuador, ya era -y es- algo así como un pequeñín de la política que gesticula en el vacío. Para Obama, más importante es satisfacer los reclamos internos que pesan en la política norteamericana y llegar adecuadamente a las futuras elecciones de su país... y que eventualmente perderá.
En estas condiciones Cristina se encuentra al comando de una Argentina que aún conserva una posición física estratégica por su ubicación geográfica, su superficie, su unidad étnica, que aún no ha sido destruida, su fortaleza religiosa, a la que se combate a diario, su reservorio de riquezas de todo tipo, su capacidad de generar alimentos y la posibilidad de recomponer decisiones junto con un Brasil poderoso. Por supuesto, existen falencias de todo tipo, en especial políticas e institucionales, pero aún se estaría a tiempo de revertir el proceso de destrucción que avanza. Seguramente Cristina repara más en lo económico, con su carga llena de angustia inmediata, pero habría que conocer el tenor de las conversaciones previas que llevaron a la reunión del G20 en Francia para poder abrir un juicio más ajustado.
De todos modos, se sostiene que el vínculo con los Estados Unidos podría recomponerse y que para ello se contaría con la colaboración de técnicos comunicacionales vinculados con el equipo político de otro demócrata como Bill Clinton, cuya mujer es nada más y nada menos que Secretaria del Departamento de Estado. Consecuentemente, sólo cabe esperar que los hechos se ubiquen en el tablero, que todos se hagan cargo de sus posiciones y que en este verdadero límite, que continúa con el arrastre de dólares fuera del país, se coloque en su lugar junto con el contenido de todo aquello que supera lo económico. No queremos pecar de ingenuos ni de excesivos optimistas pero hay elementos tangibles al alcance de la mano. El razonamiento y la información permiten estas reflexiones y aferrarse aunque a una tenue sobre de responsabilidad. Habrá que esperar.

MIENTRAS ESTUDIA LA PESIFICACIÓN DE LOS DEPÓSITOS EN DÓLARES

El gobierno reduciría las reservas del BCRA modificando el presupuesto

El discurso de CFK en la reunión de la UIA desató una ola de interpretaciones acerca del futuro rumbo económico de la presidente. Ella, en su presentación ante la central empresaria, se esmeró en mostrar que, siguiendo la línea de su fallecido esposo, en última instancia la ministra de economía es ella. Hubo una reunión previa al cónclave, de la que participaron José Ignacio de Mendiguren, Julio De Vido, Amado Boudou, Débora Giorgi y varios empresarios. Todos los ministros permanecieron callados y sólo habló CFK. Hay partes del largo discurso presidencial que llamaron la atención de algunos analistas. Cristina hizo mención a que la economía argentina es bimonetaria, pero luego agregó que hay que pensar en cambiar esta situación. Esta sutil advertencia dio pie a que, desde ayer, haya vuelto a tomar vuelo en Olivos la versión de que podrían pesificarse los U$S 7000 millones que todavía están en los bancos, pese a que el goteo continúa con retiros que se ubican en alrededor de U$S 300 millones semanales. En consonancia con esto, le adjudican a Guillermo Moreno haber afirmado que “los ahorristas en dólares son apenas el 2% de la población y su reacción sería insignificante”. En otras palabras, que el gobierno continúa evaluando una medida pesificadora sobre la base optimista de que la misma no generaría ningún efecto económico ni político importante.
La nueva ofensiva
El nuevo programa de renuncias personalizadas a los subsidios en las tarifas públicas, el sistema de autorizaciones de la AFIP para la compra de dólares y las presiones sobre los importadores, las petroleras, las mineras y las aseguradoras, tienen en común que el gobierno actúa siguiendo el criterio de abordar caso por caso, con un alto margen de discrecionalidad y sin fijar reglas de juego claras. La atención oficial está puesta ahora en determinar cómo evoluciona el goteo de los depósitos en dólares y que pasará con la liquidación de dólares que obligatoriamente deben realizar las petroleras y, sobre todo, los aseguradoras, que están complicadas por manejarse en parte con bonos y acciones.
Las últimas acciones del gobierno determinaron también otra consecuencia que, como señala el ex Presidente del BCRA Martín Redrado, tendría consecuencias negativas en el exterior. Se trata de que el BCRA acaba de perder, por primera vez desde el 2001, la conducción de la política cambiaria. Y en este caso, en manos de un grupo de tareas liderado por Moreno, que carece de todo respaldo normativo.
En este punto, hay versiones de que el gobierno va por más. Estaría en estudio agregar al proyecto de Ley de Presupuesto enviado al Congreso un artículo modificando la actual equivalencia entre las reservas y la masa monetaria (que es el circulante más los depósitos bancarios). Se establecería, entonces, vía el presupuesto, que las reservas deben equivaler sólo al circulante -180.000 millones de pesos- en vez de los aproximadamente 220.000 que componen la base monetaria más el circulante. De este modo podría la Casa Rosada reducir el piso de las reservas de U$S 46 000 millones a 41 000, disponiendo así de U$S 5000 millones para el pago de compromisos de la deuda externa en el 2012.

LA REPÚBLICA SIN RUMBO

LA REPÚBLICA SIN RUMBO

“Vemos finalmente, que si la República es cosa del pueblo, si el pueblo es sociedad formada bajo la garantía del derecho, y que si el derecho desaparece con la justicia, necesariamente ha de deducirse que allí donde no impera la justicia no existe la República”, dijo San Agustín en La Ciudad de Dios.
Estos párrafos nos llevan a la comprobación de la profunda y dramática transformación sufrida por la sociedad argentina, en una Nación devaluada que ha perdido el rumbo, sin instituciones políticas, con la justicia entregada al poder de turno y cercenado su destino de grandeza que alguna vez pudo imaginar.
El ciudadano ha dejado de existir dando lugar a ese sujeto definido como habitante, desinteresado y mendaz para quien es más importante tener, que ser; consumista y hedonista es un asceta moral recluido en su individualismo mercantil.
Aristóteles en “La Política” proponía indagar en la virtud cívica como una condición indispensable para la perfección de la ciudad y arribaba a la conclusión de que ciudadano y hombre virtuoso no son más que uno.
Por otra parte para Platón la virtud era conocimiento, y es entonces que tenemos que el ciudadano virtuoso es el que sustenta aquella cualidad, ya que al conocer se estará preocupado y ocupado por la “res pública”.
También Pericles se jactaba que Atenas tenía ciudadanos que cuidaban de igual modo de las cosas de la República que tocan al bien común como a las suyas propias, siendo el ideal de este modo la participación de todos.
Desde el Renacimiento democrático de 1983 por otra parte, la incapacidad de la dirigencia política comenzó a hundir al País y el kirchnerismo continuó su obra devastadora, socavando a las instituciones de la República hasta convertirlas en dóciles instrumentos de su poder.
Mucho dijimos y otros también lo hicieron, sobre unir fuerzas sin egoísmos sectarios para lograr la restauración del orden y los valores superiores, como “tratando de hendir la carne física de la patria para liberar su alma metafísica de tanto despotismo” como dijera José Antonio.
Dicha unión debió ser fecunda para exigirle al poder absoluto la devolución de la República robada, puesto que el despotismo era el mayor peligro que la amenazaba. Nada sucedió.
Hoy nos debatimos entre el embrutecimiento de crímenes perpetrados por una delincuencia brutal, por la crisis de la familia y su derrumbe como Institución; con el sistema educacional en vías de disgregación, y en la transformación de la moral sexual tradicional, con la exacerbación de los derechos subjetivos que comportan la rebaja de los preceptos morales, entre ellos el mandato supremo de la conservación de la vida de quien no puede defenderse dentro del vientre materno.
Esta todo el tejido social descompuesto y la sociedad política bloqueada y fragmentada por el régimen gubernamental portador de ideologías disolventes de odios y revanchismos; porque en la cima del poder de la Nación se han subido los mediocres, los subversores, los que se ufanan de su inmunidad para quebrantar la ley, para delinquir, para saquear.
Que no solo han saqueado los dineros públicos sino también nos han saqueado el futuro.
¿Qué ceguera, qué sordera como ciudadanos y dirigentes políticos deben exhibir estos, para evitar interesarse por el tema más crucial de nuestras existencias que es el bien común, que al fin de cuentas es en bien de la Nación?
El fundamento de nuestra vida consiste en el funcionamiento político de la sociedad en que nos hallamos.

El período 1946-2011 y la gravedad de su fracaso

El período 1946-2011 y la gravedad de su fracaso

El fracaso argentino en el período 1946-2011.
Al comenzar este período, la Argentina representaba el 2,8% del comercio mundial y al finalizar sólo el 0,4%. Al inicio, su potencialidad juzgada por su PBI, era superior al de Brasil, México, o Australia y en la actualidad es 5,5 veces inferior al de Brasil, 2,89 veces más bajo que el de México y 3,5 veces más reducido que el de Australia. Lo sorprendente es que nuestra declinación se ha producido en el período más prospero de la historia económica mundial.
La misma circunstancia ha hecho que se transformara de un país de inmigración europea al finalizar la Segunda Guerra Mundial, en un país de emigración de su población más culta hacia los países desarrollados. Se estima que hay 700.000 emigrados argentinos en Europa y EEUU.
Esta contracción de la economía y su sensación de fracaso, es la más poderosa causal de las crisis sociales y políticas de 1955, 1962, 1966, 1969, 1976, 1989 y 2002. Sin duda también ha incidido en la determinación de la ocupación de Malvinas en 1982.
Es asimismo la causa de nuestra pobrísima infraestructura, sin ferrocarriles, ni puertos de aguas profundas, ni aeropuertos ni un sistema vial capaz de asegurar la seguridad en las rutas, con un grave déficit energético. Ha incidido para el desmantelamiento de la defensa nacional, -sumadas a las razones ideológicas preponderantes-, la insuficiencia de la seguridad interna, el déficit colosal de la vivienda, la pobreza, la indigencia.
Quiénes son los responsables.
Asimismo es difícil imputar la responsabilidad a uno solo de los sectores políticos argentinos, porque de los 65 años que comprende el período 1946-2011), la mitad correspondió a los gobiernos del justicialismo y la otra mitad a los gobiernos no justicialistas.
Es decir además de los justicialistas pudieron gobernar los liberales, socialistas, radicales e independientes en la Revolución Libertadora. Los desarrollistas (1958/62); los liberales (Pinedo, Alsogaray y Martínez de Hoz 1962/64); los radicales (1964/66); los nacionalistas y neoliberales con Onganía; el centro izquierda con Aldo Ferrer en la Presidencia de Livingston; liberales moderados con Lanusse; liberales nuevamente durante el Proceso -Martínez de Hoz y Roberto Alemann) (1976/83); los radicales (1983/89); los radicales, asociados con el peronismo disidente (1998/2001).
El justicialismo gobernó con las ideas de su fundador 1946/55 y 1973/74); con las ideas de Menem y Cavallo (1989/98), y con la impronta y filosofía de los Kirchner (2003/2011).
Pero había una estructura política que imponía una limitante.
Era el régimen electoral derivado de la Ley Sáenz Peña, y consecuentemente las ideas predominantes en las mayorías populares.
Tanto los gobiernos elegidos como los gobiernos no electos, gobernaban con vistas a obtener la aprobación política final de sus gestiones, y esto siempre se iba a producir por el sistema electoral sancionado en 1912. Se limitaron las participaciones políticas de algunos partidos o personas en algún período, pero nunca se limitó la amplitud de la participación popular.
Esta fue siempre la limitante política más poderosa.
Solamente se la enfrentó, aún por los gobiernos justicialistas, cuando las crisis económicas no permitieron otras salidas, como en 1975 o en 2002 por ejemplo por los gobiernos justicialistas.
Pero la limitante más importante fue no crear un proyecto que superara políticamente al populismo.
En los 65 años de referencia hubo algunos proyectos importantes como el de Prebich, de Frondizi, de Alsogaray, de Martínez de Hoz o el de Cavallo para operar una transformación que produjera un vuelco muy favorable en la situación económica y social y consecuentemente política de la Argentina.
Sin embargo algunos de ellos tenían el defecto de imponer períodos recesivos previos, (Prebich, Frondizi y Alsogaray) y por tanto fueron rechazados por las mayorías populares.
Martínez de Hoz, por influencia de Adolfo Diz y Arriazu impuso un programa monetario fuertemente contractivo, y luego modificó su programa cambiario originario, por la misma influencia, y estableció La Tablita que limito las exportaciones y estimulo las importaciones, provocando la crisis de 1981.
Cavallo sobrevaluó la moneda argentina al equipararlo al dólar de EEUU incurriendo en el mismo error de la Tablita y provocando finalmente la crisis del 2002.
El nuevo proyecto nacional debe consistir en transformar a la Argentina en una nación desarrollada con un PBI superior a 20.000 dólares per cápita, sin un período de contracción intermedio. Esto vendrá acompañado de un gran éxito político por la adhesión de la clase trabajadora y de los jubilados y pensionados, ante el incremento sustancial de los salarios y jubilaciones, además de otros sectores, que conforman la inmensa mayoría de la población.
Los defectos comunes que se deben corregir.
Se puede decir sin embargo que todo el período 1946/2011 fue dominado por algunas notas distintivas, como la discriminación contra las exportaciones agropecuarias, una política monetaria muy restrictiva respecto de los sectores de la producción y una política educacional que no se preocupó por modernizar la formación cultural de la sociedad.
El crecimiento del PBI entre el periodo de 1870 a 1930 y de 1946-2011, cae a la mitad, de 13 veces a 7 veces, en valores constantes.
Fue totalmente uniforme la discriminación contra las exportaciones agropecuarias, a través de diferencias cambiarias, sobrevaluación monetaria o impuestos a las exportaciones. Por eso las exportaciones argentinas entre 1870 y 1930 crecieron 15 veces en dólares constantes, y entre 1946 y 2011 crecieron algo más de 5 veces -de 1100 millones a 5500 millones-, también en dólares constantes.
Algo similar ocurrió con la política crediticia respecto del sector privado. Entre 1905 y 1929 el sector privado recibió aproximadamente el 26 % del PBI en créditos bancarios y de 1946 al 2011, aproximadamente el 13 % del PBI. No obstante lo cual la inflación fue desconocida en el primer período y estallo en el segundo.
En la política educacional a partir de 1946, se resintió la autoridad del maestro, la disciplina del alumnado, no se corrigieron las ideas y los sentimientos favorables a la holganza y contrarios al espíritu de mejoramiento, la competitividad, la productividad, el respeto a la propiedad, al orden, las jerarquías, la familia, y la correcta formación del ciudadano, en cuanto al cumplimiento de sus derechos y sus obligaciones cívicas. Todo agravado por una notable descenso en el nivel del conocimiento de las ciencias lo que ha resentido la calidad de la escuela pública por debajo de las de varios países latinoamericanos.
El Nuevo Proyecto Nacional debe comenzar por tanto por estas tres reformas sustanciales.
En efecto se debe comenzar por modificar:
1) la política de comercio exterior porque solo el mercado internacional nos permitirá la expansión que necesitamos producir, a través de los sectores que tengan ventajas comparativas.
2) la política monetaria hasta alcanzar una cantidad de dinero medido por el M3 igual al PBI, haciéndolo con la ampliación de préstamos a los sectores de la producción interna e internacional, de manera de no crear inflación. El correcto manejo de la política monetaria será la que permitirá la transición sin costos sociales.
3) una reforma de la política educacional de manera de modernizar la cultura popular y capacitar a todos sus miembros al nivel de los países más cultos.

La falacia de los derechos del izquierdismo populista

La falacia de los derechos del izquierdismo populista

Que nuestra sociedad está enferma y agonizante de populismo izquierdista, forma parte de una angustiosa realidad manifiesta en diversos síntomas que se reproducen en nuestro inconsciente colectivo a nivel regional. Uno de ellos, es la creencia de que nosotros, los ciudadanos, tenemos derecho a todo y sobre todos.
Tener derecho a algo, en resumidas cuentas, refiere a la libertad que goza un individuo de realizar una determinada acción. Supone y requiere, por tanto, ausencia de coerción tanto de otros individuos como del Estado frente a ese curso de acción emprendido.
Los derechos del individuo intentan asegurar una coexistencia pacífica en un contexto social específico, teniendo como único límite los derechos de los demás. En efecto, el derecho a transgredir derechos es una contradicción en sí misma.
El gran engaño del izquierdismo en esta materia ha sido el de aseverar que la necesidad es fuente de derecho. Pero dado que todos poseemos distintas necesidades y distintos grados de ellas, si efectivamente la fuente del derecho fuese la necesidad, entonces la igualdad ante la ley devendría en un imposible. Y donde los derechos no son los mismos para todos, lo que hay no son derechos sino privilegios.
En lo único que todos los seres humanos somos iguales es en nuestra naturaleza. En ella reside, pues, la fuente capaz de establecer los mismos derechos para todos los hombres sin distinciones.
Ahora bien, habiendo impuesto la falacia de que la necesidad crea derechos por un lado, y habiendo omitido que nadie tiene el derecho de violar los derechos de los demás por el otro, la hegemonía izquierdista manipuló la misma idea de derecho conquistando a las masas con embustes dialécticos.
En consecuencia, se les aseguró a los hombres que tenían el derecho a poseer una vivienda, cuando en verdad su derecho era el de construir una casa con el fruto de su labor. Pero los demagogos no lo proveyeron del material necesario ni del trabajo precisado para levantar la casa, sino que expropiaron lo producido por otros para tal fin.
Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a un trabajo, cuando en verdad su derecho era a que alguien lo contratara si así lo consideraba oportuno. Pero los demagogos no les proporcionaron tal trabajo, sino que impusieron al resto que se lo brindara.
Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a alimentarse, cuando en verdad su derecho era el de conseguir su alimento a través del propio empeño. Pero los demagogos no compartieron de su comida al hambriento, sino que obligaron a los demás que lo hicieran con la suya.
Se les aseguró a los hombres que tenían derecho a ser felices, cuando en verdad su derecho era el de buscar la felicidad. Pero los demagogos no le brindaron tal felicidad, sino que utilizaron como medio a los demás para hacerlo.
Las casas, la vestimenta, el alimento, el trabajo y la felicidad, para continuar con la lista de ejemplos ofrecidos, no caen del cielo ni se generan espontáneamente en cantidades ilimitadas. Son, por el contrario, el fruto del esfuerzo de los hombres, un auténtico derecho que termina siendo pisoteado por los falsos derechos populistas en virtud de esta engañosa lógica.
Va de suyo que el sufrimiento del prójimo causa malestar a toda persona de buen espíritu. Frente a ello se nos abre la hermosa alternativa de aquello que llamamos “solidaridad”, vale decir, caridad voluntaria. Esto último es ineludible: no hay solidaridad compulsiva. La solidaridad a punta de revólver no es sino aquello que llamamos servidumbre.
Donde los ciudadanos creen tener derecho a todo, incluso a la vida de los demás, se abren las puertas a cualquier demagogo ávido de poder que sea capaz de endulzar oídos y prometer imposibles. Para los hombres que así creen, será siempre más simpático escuchar a quien -eufemismos de por medio- les asegure que sus semejantes son bienes de uso cuyo objetivo existencial es saciar sus necesidades, y no personas con idénticos derechos que deben ser respetados.
Tal es la naturaleza del engaño del populismo izquierdista que genera y regenera el caldo de cultivo de su propia permanencia en el poder en nuestra región.

Admisión temporaria de soja

Admisión temporaria de soja

La producción de soja paraguaya que baja por la Hidrobia Paraguay-Paraná es de 4.5 millones de toneladas con destino a los mercados exteriores. Al mismo tiempo las proyecciones de producción de la soja paraguaya, boliviana y brasileña dan cuenta de un crecimiento sostenido para varios años. Una política nacional inteligente sería aprovechar toda esa producción primaria y elaborarla en fábricas argentinas para reexportarla con valor agregado realizado en el país.
Mientras la capacidad de molienda de las fabricas argentinas está a 70% de su capacidad, por la puertas de nuestros fábricas en el Río Paraná pasan más de 4.5 millones de toneladas de soja que se producen en Paraguay para embarcan en puerto Palmita como poroto, sin ningún proceso de elaboración. ¿Por qué? Porque en la Argentina está prohibido la importación-admisión temporaria -de soja del Paraguay. Esta prohibición está dictada por un falso nacionalismo que profundiza el cierre de la economía y la pérdida de competitividad de la industria nacional.
El crecimiento de la producción de grano en todas las zonas lindantes al afluente del Alto Paraná va a potenciar la necesidad de mejorar las condiciones de navegación de la Hidrobia hasta Corumbá. Inclusive muchas producciones del NEA y el NOA van a poder abaratar su flete por medio del transporte fluvial. Ello demandará una gran inversión en barcazas para hacer más ágil y más competitiva la salida de la producción agrícola de toda esa cuenca.
La situación actual del país no admite desaprovechar ninguna alternativa para aumentar la capacidad de transformación en nuestras fábricas, tanto de la materia prima producida en el país como de la producida en los países vecinos. Con más razón, si dicha transformación se exporta totalmente con mano de obra argentina y genera mayores recursos por exportaciones e impuestos.
Por esta razón es fundamental implementar la admisión temporaria de materias primas para elaborar en fábricas argentinas como mecanismos permanentes y complementarios de las actividades productivas tal como se realizaba hasta el 2002. En ese año comenzaron a aplicarse derechos de exportación, que simplemente vinieron a distorsionar la liquidación de los impuestos en el caso de la soja, al importarse un producto (poroto de soja) y reexportarse dos o más subproductos (aceite y pellet). La ecuación económica cierra pagando solamente los impuestos por el valor agregado en el proceso industrial dentro del país.
Las proyecciones de producciones de PEA (Plan Estratégico Agroindustrial y Agroalimentario) necesitan contar con un sistema de admisión temporaria ágil para abastecer la capacidad industrial porque es utópico pensar que el país produzca todos los insumos de nuestras industrias y además, en forma permanente, cuando depende de los ciclos biológicos y estacionales como son esta clase de cultivos agrícolas.
Hoy todos los países privilegian la importación de la materia prima para elaborarlas internamente. El caso de la soja es fundamental en la política futura con China que hasta el año pasado era el principal importador de aceite de soja argentina, pero achicó sus compras después de los problemas comerciales que surgieron con nosotros y termino demandando un volumen mayor de poroto de soja para elaborarlo en sus fábricas en detrimento del aceite.
El nuevo escenario mundial y la situación de nuestra economía determinan que más rápido que pronto necesitamos integrarnos al mundo en forma competitiva. La importación temporaria es uno de los mecanismos imprescindibles para integrarnos, para darle previsibilidad y estabilidad a la industria local y para aquellos que invierten en el país.