jueves, 30 de junio de 2011

El abuso de la cadena

En Argentina una cadena nacional es una transmisión que se realiza en forma conjunta y obligatoria con todas las emisoras que integran la Cadena Nacional de Radiodifusión y Televisión, y RAE, Radiodifusión Argentina al Exterior, con el objetivo de hacer llegar un cierto mensaje del gobierno a la mayor audiencia posible.
En una democracia donde rige el estado de derecho el uso de este tipo de transmisiones está generalmente limitado a casos de crisis nacionales, como las constituidas por una guerra o bien por cualquier tipo de desastre natural (terremotos, tornados, inundaciones). En los sistemas autoritarios o totalitarios, por el contrario, los gobernantes se valen de las transmisiones en cadena nacional para fines propagandísticos o bien para adoctrinar, someter o amedrentar a la población.
Esta práctica de transmisión conjunta provoca serias pérdidas económicas a las emisoras privadas, que ven su programación baldada con la consecuente pérdida de la publicidad ya pautada.
El presidente Richard Nixon usó la cadena nacional de su país para anunciar su renuncia a la presidencia tras el escándalo de Watergate, en agosto de 1974. El emperador japonés Akihito, que sucedió a su padre Hirohito en 1989, dirigió un mensaje en cadena nacional en marzo pasado, por primera vez en 22 años, para expresar su emoción por la calma con la que su pueblo actuó frente al terrible terremoto seguido del tsunami que causó miles de víctimas, y su agradecimiento a las naciones del mundo que se solidarizaron con su país.
Durante la primera mitad del siglo XX y con los progresos tecnológicos disponibles, el comunismo ruso, el fachismo de Mussolini y la Alemania nazi usaron las respectivas cadenas nacionales en forma indiscriminada y permanente para perseguir a los disidentes e instalar no solamente el terror, sino también los respectivos “paraísos” concebidos por Stalin, il Duce y Adolf Hitler.
En diciembre de 1961, a casi tres años del triunfo de la revolución que lideró y en un recordado mensaje transmitido por cadena nacional, Fidel Castro confesó “con entera satisfacción y con entera confianza soy marxista-leninista y seré marxista-leninista hasta el último día de mi vida”.A partir de ese momento, el dictador cubano hizo de las transmisiones en cadena un hábito nacional, llegando a parlar durante doce horas seguidas, mientras su juventud se lo permitía.
Por su parte, su admirador y discípulo bolivariano Hugo Chávez ha usado y abusado de la cadena nacional a su antojo, especialmente para eliminar a los disidentes y para convencer al mundo de las bondades de su “modelo”,lo que incluye también su programa semanal “Aló presidente”, donde supuestamente “escucha” y se interesa por sus gobernados. Un reciente estudio realizado por una ONG con sede en Nueva York y publicado en distintos medios digitales y gráficos del mundo -entre ellos El Universal de Venezuela- ha concluido que Chávez ha hablado alrededor de 1.300 horas por cadena nacional, emitiendo unos dos mil discursos por radio y televisión durante los diez años de gobierno que van desde 1999 hasta enero de 2010.
Desde que la Argentina retomara el rumbo democrático en diciembre de 1983, los sucesivos presidentes hicieron uso de este recurso del Estado en ocasiones relativamente escasas y que, en general, lo ameritaban. Raúl Alfonsín lo hizo en varias oportunidades, aunque no fueron excesivas, Menem prácticamente la descartó y Néstor Kirchner usó la cadena nacional solamente en dos oportunidades.
Sin embargo, su viuda, Cristina Fernández, después de convencerse de las maravillas de los decretos de necesidad y urgencia, descubrió casi por azar los beneficios que le reportaba el uso de la cadena nacional para fines proselitistas. Su primera aparición fue en mayo de 2008. Desde entonces, la presidenta de todos los argentinos no solamente ha usado y abusado de las transmisiones en cadena por motivos intrascendentes, sino que ha instaurado una manera particular de llevarlas a cabo.
Digitando prolijamente sus estudiados parlamentos, CFK usa frecuentemente el Salón de los Patriotas Latinoamericanos de la Casa Rosada, presidido por la imponente imagen del Che Guevara, haciendo que las cámaras de televisión la tomen de frente y perfil ante el atril (no sentada frente a un escritorio), alternando las tomas entre “Ella” y la concurrencia y registrando minuciosamente todo el campo visual, mientras la presidenta se dirige a un auditorio colmado mayoritariamente por personas de sexo masculino (gobernadores y gente de la farándula), la claque incondicional, que asiente, sonríe y aplaude, festejando el más mínimo de sus mohines circenses o expresiones vacuas. Hasta hace poco se detectaban también en el recinto -y eran enfocadas con insistencia- algunas presencias femeninas con sus cabezas tocadas por pañuelos blancos, que ahora, curiosamente, brillan por su ausencia.
Es cierto que no se puede achacar solamente a la gestión K, iniciada en mayo de 2003, el uso exagerado de los recursos del Estado, pero sí es verdad que tal vez pase a los anales de la historia nacional como la administración más corrupta -lo cual no es poco decir-, y que jamás rindió cuentas de los siderales fondos desaparecidos en distintos agujeros negros ni de la flota de aeronaves que los Kirchner han usado para trasladar desde muebles y objetos para sus propiedades en Calafate, hasta para hacerse llevar los diarios del día o trasladar a la “nena” a una fiestita de cumpleaños.
El uso de los recursos del Estado, entre ellos la cadena nacional de radio y televisión, debe ser realizado con prudencia y mesura por parte de quienes detentan transitoriamente el poder, y exige, además, el monitoreo permanente no sólo por parte de los organismos e instituciones competentes, sino de la ciudadanía a partir de la cual ese poder ha emanado.

Boudou Vice

Periodistas, amigos y conocidos me han preguntado reiteradamente sobre Amado Boudou desde que llegó a la jefatura del ANSES. Las preguntas y los comentarios se intensificaron cuando escaló a Ministro de Economía y recrudecieron a partir del sábado pasado cuando la Sra. de Kirchner anunció que la acompañaría como vicepresidente en la fórmula de octubre del Frente para la Victoria. Quieren saber cómo es Boudou como persona y también cómo fue como estudiante del Master de Economía que cursó en la UCEMA.
Hasta donde recuerdo, en el aula era una persona callada, y fuera de ella, muy cordial y simpática. Amigo de todos: de sus compañeros, del personal administrativo y el personal de maestranza, y también de los profesores con los que tuvo más trato. Fue un buen estudiante. No agrego nada más pues no tuve trato personal con él.
¿Por qué Boudou después de estudiar Economía en la UCEMA se volcó al kirchnerismo, que es la antítesis del liberalismo económico que defiende la mayoría de los profesores de esa universidad? No puedo responder esta pregunta. Imposible saberlo. Mi impresión es que de vuelta en su puesto del ANSES, donde trabajaba mientras cursaba el Master, adivinó una oportunidad de progreso en un gobierno que carecía de funcionarios capacitados y la aprovechó.
Muchos periodistas se preguntan con desconcierto cómo es posible que alguien que militó en la UCEDE y que estudió en la UCEMA, se haya volcado sin preámbulo al kirchnerismo puro y duro. Tal vez sea difícil explicarlo, pero no me parece raro. ¿No los desconcierta la gran cantidad de ex-comunistas y ex-montoneros que pasaron sin escalas de las pintadas, las manifestaciones, el exilio o la cárcel por la idea, a trabajar para grandes corporaciones, ocupar cargos en el gobierno del ex-presidente Menem o transformarse en contratistas del Estado? Se dice que la inteligencia es la capacidad de adaptarse al entorno.
La increíble carrera de Boudou es un ejemplo más, apenas uno más, de la presente circunstancia argentina. En la década de 1840, mientras estaba exiliado en Chile, Sarmiento escribió, con referencia a la dictadura de Rosas, que el espíritu y la escala de valores del hombre fuerte que gobierna impregnan a la sociedad por él gobernada. Si aquél es un gobernante que premia el largo plazo y es idealista, republicano y honesto, la sociedad abre sus ojos al largo plazo y se contagia de idealismo, republicanismo y honestidad. Pero si aquél privilegia el corto plazo y es mediocre, la sociedad cierra sus ojos y se contagia de mediocridad.
La crisis que azotó a Argentina en 2001-02, y el gobierno de los Kirchner, que es producto de la crisis, hundieron al país en un mar de mediocridad. Mediocre no es el incapaz sino el que no quiere pagar el precio de lo correcto. La mediocridad es una condición moral. Los empresarios que hacen lo incorrecto son mediocres. Los políticos que se suman al ganador, en vez de abrirles ventanas al futuro a los votantes, son mediocres. Los consultores, los encuestadores y los intelectuales que prefieren seguir la corriente y callar también son mediocres. No sólo Boudou hace lo que le conviene.

LA REUNIFICACIÓN DEL PERONISMO, A CUALQUIER PRECIO

El sometimiento absoluto del peronismo a la voluntad presidencial, puesto de manifiesto con la digitación de la mayor parte de las candidaturas, acaba de ingresar en una nueva etapa. Ahora empieza el castigo a los dirigentes del PJ que se atreven a desafiar a la Casa Rosada.
Ayer, el apoderado nacional del Frente para la Victoria, Jorge Landau, presentó ante la Justicia Electoral nacional un escrito para que el PJ cordobés no lleve a CFK como candidata a Presidente, según señalan fuentes peronistas.
Así las cosas, sólo la lista del kirchnerismo cordobés, la del Frente para la Victoria, aportará votos para la fórmula presidencial en las primarias del 14 de agosto y en los comicios del 23 de octubre.
Fabián Francioni, el intendente de Leones, resultó elegido para encabezar la lista de candidatos a diputados nacionales por Córdoba.
En verdad, la operación cristinista apunta más a fondo: a que José Manuel de la Sota, acorralado, levante su candidatura a gobernador previendo que, en caso de ganar, no podría gobernar debido a la feroz oposición que le haría el Gobierno nacional. De llegarse a esto, el kirchnerismo le estaría sirviendo en bandeja la gobernación de Córdoba a Luis Juez.
Tanta virulencia se explica porque la Presidente estaría convencida de que el progresivo distanciamiento con De La Sota conduciráfatalmente a un cisma del peronismo cordobés. En otras palabras, la semilla de una futura sublevación peronista.
Simultáneamente, con el pleno aval de Olivos, el flamante gobernador electo de Chubut, Martín Buzzi, cometió parricidio político. Rompió con Mario Das Neves y proclamó su lealtad a la causa kirchnerista.
“Una cosa es respaldar a Das Neves y otra muy distinta a Duhalde, sobre todo porque Martín Buzzi tiene que pensar en los próximos cuatro años de gobierno”, explicó el diputado provincial Ricardo Gaitán (PJ), quien comparte la postura del gobernador electo. De este modo, el promocionado Modelo Chubut entró en crisis, pero la balanza se inclina a favor de Buzzi, que está a seis meses de irse, en tanto que Das Neves ve cómo el calendario le juega una mala pasada.
La situación no deja de ser paradójica, porque Das Neves, luego de la turbulenta elección provincial del 20 de marzo, batalló duramente tres meses para que, finalmente, su delfín Buzzi terminara imponiéndose al kirchnerista Carlos Eliceche en la elección complementaria. Pero a tres semanas de ganar, Buzzi se pasó del lado de Eliceche, recordándole a Das Neves lo difícil que es esperar lealtad para alguien que está a punto de dejar el poder.
Con perfil mucho más bajo, luego de sus protestas por la digitación de los candidatos a diputados nacionales del PJ pampeano, el senador Juan Carlos Verna habría recibido un mensaje desde el poder. Si continúa con sus denuncias, el gobierno pampeano podría sufrir las consecuencias de su rebeldía.
Previendo el ballotage
El castigo en marcha contra De La Sota y Das Neves promete ser espectacular y ejemplificador. Su objeto iría más allá de los dos nombrados, para intimidar a todos los peronistas díscolos. Es decir que el kirchnerismo estaría dispuesto a castigar a cuanto dirigente continúe resistiéndosele. También el mensaje está claro en relación a la eventualidad de que haya segunda vuelta el 20 de noviembre. Los dirigentes justicialistas que movilicen sus votos para apoyar al candidato opositor que quede en pie, tal vez Ricardo Alfonsín, serían perseguidos luego sin piedad. En cambio, los peronistas díscolos que vuelvan al seno del PJ serían recibidos con las puertas abiertas, igual que Martín Buzzi. Detrás de estas maniobras punitivas estaría el rediseño del escenario político para el 2012. Esto es, un peronismo en vías de reunificación a cualquier precio y una oposición con un centro, la UCR. Con relación a la centroizquierda, el kirchnerismo apuesta a que Luis Juez y Antonio Bonfatti, si ganan en Córdoba y Santa Fe, se verán obligados a domesticarse para mantener la gobernabilidad de sus provincias. Esto, en la práctica, desmantelaría al arco de centroizquierda, ya que además Pino Solanas saldría herido de la campaña porteña si no consigue entrar en el ballotage. En cuanto a Mauricio Macri, se asoma a una victoria pírrica, porque supuestamente retendrá la Ciudad pero, desde su abandono de la candidatura presidencial, comenzó la diáspora del PRO a lo largo y ancho del país.

LA QUITA DE PUNTOS PODRÍA GENERAR UNA ESCALADA DE VIOLENCIA

Julio Grondona es percibido como un mafioso por la sociedad. Su intransigencia en el caso de River y la reacción corporativa del sindicalista de árbitros Guillermo Marconi, en el sentido de sancionar a River con la pérdida de entre 9 y 30 puntos al iniciar el torneo nacional el próximo 4 de agosto, podría originar una cadena de consecuencias. El rechazo masivo de la hinchada de River podría provocar una pueblada muy superior a los disturbios del domingo pasado. ¿Qué se podía esperar de los 40.000 hinchas de River sino los incidentes que se produjeron y en algunos casos la rotura de todo lo que encontraron a su paso? Reacciones todas no justificables pero sí comprensibles en función de las pasiones que motoriza el fútbol.
El árbitro Sergio Pezzotta es un juez que responde a Grondona, aparte de ser un pésimo profesional que sólo ve penales a favor de Arsenal de Sarandí, el equipo del capo de la AFA. Este pésimo rendimiento es común en los árbitros del sindicato de Marconi. Es sabido que los jueces federales y los árbitros de fútbol son dos de los sectores más cuestionados de la sociedad. Basta con acordarse del árbitro Patricio Lousteau en el Boca-River. La obvia campaña en contra de River, motorizada por Grondona y avalada por Cristina Fernández, no deja lugar a dudas. Se trata de un operativo sumamente útil para borrar de la primera plana el caso Schoklender-Bonafini, una verdadera espada de Damocles para el Gobierno.
El mandamás del fútbol se sentía cómodo con la gestión Aguilar-Israel. Ambos se robaron todo lo que pudieron en River y Aguilar fue el precandidato que siempre agitó Alberto Fernández para enfrentarse en la Ciudad contra Mauricio Macri. También estuvo en juego el aval a Daniel Bravo, el radical K amigo de Aguilar que armó las operaciones de Pontaquarto-Olivera contra la oposición.
Passarella pateó el tablero
Fue así como la comisión directiva de River y “los borrachos del tablón”, la barra brava, se convirtieron en mano de obra desocupada para el kirchnerismo. Todo se desbarató con el triunfo de Daniel Pasarella, un conocido alfonsinista que terminó con el oficialismo kirchnerista en River Plate. No extraña, entonces, que el kirchnerato castigara al electorado riverplatense, que le dijo no a la continuidad de Aguilar-Israel. Ahora, encima, se intenta quitarle puntos a River, lo que puede originar una pueblada de peligrosas consecuencias.

miércoles, 29 de junio de 2011

¿Qué sucederá si Cristina va al descenso...?

Una de las preguntas más serias e inquietantes que todos se formulan se divide en dos partes. La primera es qué sucederá si Cristina gana los comicios de octubre, como ella parece creerlo; la segunda, obvia, es inversa: ¿y si pierde? En el medio queda el interrogante acerca de los porcentajes correspondientes a cada caso y, en un ensayo de flotación, el par de nombres que podrían corresponder al único perdedor para el primer caso y al ganador en el segundo. Las especulaciones son variadas y numerosas y vale la pena hacer una primera aproximación a cada uno de estos supuestos. En el primero, todo indica que la Presidente podrá alcanzar una mayoría formal pero que numéricamente estaría en minoría respecto del conjunto de votos sumados de quienes son opositores. Sin embargo -siempre en el supuesto ganador-, para no perder respaldo por el agotamiento de la economía, Cristina deberá de hacerse de liquidez de manera rápida y es aquí donde se plantea el problema: los recursos para mantener los subsidios y los llamados planes sociales estarán virtualmente agotados, con lo que surgiría el problema de la crisis social y el descrédito político. A esto debe agregarse el riesgo que suponen las organizaciones de izquierda, que ya mostraron los dientes al sentirse marginadas de las listas electorales y se encaramarían a las protestas para captarlas, dirigirlas y luego explotarlas políticamente.
De acuerdo con el perfil de los candidatos parlamentarios y los que se forzarán a sumarse según sea el resultado electoral en las provincias, Cristina tendría las manos libres para vencer cualquier resistencia que le permita contar con la suficiente liquidez hasta que esté en condiciones de lograr el montaje de otros instrumentos para conservar el poder: fuerzas armadas, de seguridad y policiales propias, que le respondan monolíticamente y acorde con la anunciada propuesta de “radicalizar el modelo”, algo tan impreciso como el “modelo” mismo pero prometedor de innovaciones complejas, agresivas y resistidas por quienes resulten afectados. Estos serán los integrantes del conjunto productivo a quienes se les reducirá drásticamente la renta para que el Estado adquiera artificialmente la liquidez que le permita mantener el sistema y sostenerse políticamente. Por lo tanto, no habrá reinversiones, la producción caerá drásticamente y se iniciará una espiral de consecuencias previsibles. Frente a la oscilante situación en que se encuentra el mundo, cuya evolución sí es imprevisible, y a las condiciones argentinas para desempeñarse en el difícil escenario de la economía, el interrogante se profundiza, se hace peligroso, las inquietudes suben varios escalones -sobre todo si la enfermedad no se lo lleva a Chávez- y los pragmáticos sobrevivientes a quienes se les suele llamar pesimistas, sólo les quedará repetir que tenían razón, pero nadie les hará caso. Ni siquiera estarán en condiciones para hacerlo.
A la inversa, si Cristina pierde, también es impredecible definir el futuro. Antes digamos que este escenario, el de la derrota, hoy es el más probable, pese al empeño propagandístico por demostrar que el triunfo está virtualmente asegurado. En medios diplomáticos del más alto nivel, ayer se manejaban números alarmantes para el kirchnerismo, pese a los millones y millones puestos en demostrar lo contrario. Esos números -con algunas variantes cercanas que apuntan a mejorarlos- están semiclavados en el 30 por ciento de los sufragios, y decimos semiclavados pues la tendencia muestra una inclinación descendente que no puede ser desconocida para la Casa Rosada ¿O se lo ocultan a Cristina? Lo interesante es que esta encuesta obtiene ese resultado cualquiera sea el oponente que se le enfrente, se llame Ricardo o Eduardo. Pero los temores oficialistas parecen salir a la luz. Según parece, ya existieron conversaciones ultrasecretas con grandes promesas al socialista santafecino Binner para ejecutar un mutuo respaldo llegado el momento y suceda lo que suceda. Lo mismo habría ocurrido con Juez en Córdoba, pese a los improperios de éste contra el Gobierno central, con su peculiar estilo chabacano. Los K quieren que gane en la provincia.
La conclusión es que, pese a los esfuerzos propagandísticos, los sucesos de River Plate, el teatro realizado en Olivos y los crímenes promocionados por la televisión no lograron desplazar los zafarranchos corruptores de Sergio Schoklender y las Madres de la Plaza de Mayo dirigidas por su jefa, Hebe de Bonafini. La gente todavía es reacia al narcotráfico, al lavado de dinero y a cualquier escala de la corrupción. Digamos que la moralidad innata en el sentimiento colectivo de la sociedad aún no ha sido doblegado y resiste los ataques.
Llegamos entonces a las consecuencias de la segunda alternativa: Cristina pierde. En este caso, como el kirchnerismo tiene una estructura endeble, prestada y sin historia, se encontraría desnudo, con su núcleo duro -el más peligroso- dispuesto a no aceptar la adversidad y hacer lo imposible para que el nuevo gobierno no pueda desenvolverse. Sólo lo apoyará en todo lo negativo que signifique defender el llamado progresismo: imponer “la justicia transicional”, que permita la retroactividad de las leyes, imponer los difusos “derechos humanos”, como valor excluyente y sometido a cualquier interpretación que haga factible las modificaciones de la sociedad, incluso la libertad religiosa, de opinión y de prensa. Si el nuevo gobierno se somete a estos dictados que inevitablemente serán sustantivos de la primera y supuesta alternativa de la victoria en octubre, el “progresismo” será magnánimo en la oposición. Lo fundamental, será oponerse -en ambos casos- a instrumentaciones al“Plan Ahora” que la derecha chilena ha puesto en marcha con críticas al Presidente Pineda, que prometió justicia y libertad para los presos políticos respondiendo, seguramente, a directivas superiores. Apoyará sólo a candidatos seguros. En el Uruguay se aprestan a hacer lo mismo ante la modificación de la actitud de Mujica de iniciar juicios a quienes triunfaron sobre el terrorismo. Todo parece responder a una idéntica directiva como la que se vive en la Argentina. Aquí, la derecha, que existe y es mucha, ya anunció que elegirá al candidato que ofrezca garantías comprometidas.

¿República o qué?

“El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan”.
Arnold J. Toynbee

Desde el anuncio de la señora Presidente de su inscripción para participar en las elecciones de octubre, mucha agua ha corrido bajo el puente; lamentablemente, toda ella en sentido contrario a los principios de deberían regir una república que se precie de tal.
Recuerdo cuando, en los ya lejanos días de fines de 2007, doña Cristina, ungida como candidata por el mágico dedo de don Néstor (q.e.p.d.) prometía, a troche y moche, respetar las instituciones y, con ello, producir un salto cualitativo respecto a la gestión de su marido, que tanto las había pisoteado.
Como todos sabemos, nada de eso se cumplió. Muy por el contrario, se agudizó el centralismo y el ejercicio absoluto del poder, concentrando aún más la decisión en una mesa cada vez más chica. El Gabinete de Ministros continuó sin existir, las conferencias de prensa -ésas a las que se someten todos los presidentes del mundo normal- nunca se produjeron, y se puso al servicio del Gobierno todo el aparato de comunicación del Estado. Los organismos de control no recuperaron sus facultades y el país continuó careciendo de estadísticas, es decir, sin una brújula que permita tanto a sus autoridades cuanto a los inversores determinar sus políticas y adoptar sus decisiones.
Pero, como digo, ese cuadro de situación, que los argentinos soportamos impávidos desde 2003, sufrió un deterioro mayor a partir del anuncio de la inscripción de la señora de Kirchner en la carrera presidencial.
Lo que sucedió hasta el sábado, a cuatro horas de la finalización del plazo para inscribir candidaturas y listas, fue la apoteosis de un estilo de gobierno que se construyó sobre la base de la humillación de aliados y compañeros de ruta, y de demonización de los opositores, fueran éstos políticos o empresariales.
El viernes, una vez más, esa triste figura, por cierto tan optimista y esperanzada, del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires soportó un nuevo castigo, tal vez el más grande desde que doña Cristina, por entonces Senadora, lo flagelara públicamente en el Congreso. La inconsulta designación de don Mariotto como candidato a Vicegobernador no solamente implicó desconocer cualquier deseo de don Danielito sino que, a futuro y para el improbable caso de que éste ganara las elecciones de octubre, constituirá una verdadera espada de Damocles, dispuesta a cortar cualquier rebeldía y, sobre todo, cualquier camino independiente que Scioli pretendiera transitar.
Por lo demás, como es obvio, constituyó un verdadero desafío, un ninguneo, al poderoso PJ de la Provincia de Buenos Aires, ese con cuya ayuda don Néstor (q.e.p.d.), a fuerza de zanahoria y palos, pudo construir su poder omnímodo.
La designación de don Amado “del Amado”, tituló Perfil- para acompañarla en la fórmula presidencial, pese a tratarse de uno de los nombres que danzaban en el imaginario político, fue otro paso en el mismo sentido. El Ministro no ha demostrado otras virtudes, ni historia, que las que provienen de la fidelidad canina a su dueña; el elogio explícito de ésta a la capacidad de cambio de su compañero de fórmula ponderó esas características, aún cuando esas modificaciones en ideologías y métodos constituyen verdaderos giros copernicanos respecto a su pensamiento reciente.
Tal como explicara muchas veces, doña Cristina no tenía, en su entorno más íntimo, nadie que pudiera desempeñar el rol que cumpliera Isabelita para el Gral. Perón. Y tuvo que escoger y privilegiar a un sector de su, ahora fisurado, FpV respecto a otros.
Así, quedaron en el camino, rumiando su rencor y su venganza, personajes de la talla de don Moyano, don Piumato y hasta don D’Elía, que tanto aportaron, en su momento, para garantizar la paz de la calle al kirchnerismo reinante.
Doña Cristina optó por La Cámpora, esa cohorte de intelectuales rentados por el Estado que, en el relato oficial, fueron organizados por don Máximo Kirchner. Dejó en el camino a los barones del Conurbano, a sus más fieles espadas legislativas, a los aparatos justicialistas provinciales, a la CGT y a los piqueteros más enfervorizados. Ese abandono, y esas traiciones, se transformarán, más temprano que tarde, en costosas facturas que llegarán a la Casa Rosada.
Porque los muchachos, que tienen siglos de experiencia en la materia, saben que, en un eventual nuevo gobierno kirchnerista, sus bases serán serruchadas sin compasión y sin dilación, que perderán sus territorios y que, básicamente, se pretenderá prescindir por completo de ellos para construir un socialismo del siglo XXI, a imagen y semejanza del desastre al que ha llevado a Venezuela su propio papagayo caribeño.
La opción de doña Cristina por el ala pseudo izquierdista del FpV está conduciendo a ese movimiento a un suicidio masivo.
El organismo del PJ reaccionará, como lo ha hecho tantas veces desde 1973, generando los anticuerpos necesarios para conjurar una amenaza que, tal vez sin armas, intentará imponer sus criterios mesiánicos -hoy crematísticos- al conjunto de la sociedad. Ésta aún no ha tomado conciencia, embrutecida por los plasmas y los automóviles, en el caso de la clase media, y por la falta de educación y de futuro, en el caso de los sectores más miserables, del destino que un triunfante cristinismo le tendría reservado.
A partir del sábado pasado, la CGT -con el propio Moyano a la cabeza- el peronismo territorial y hasta los piqueteros marginados han pasado a una ofensiva que, no por silente, dejará de ser trascendental. Sus manifestaciones públicas dependerán del resultado de las próximas compulsas electorales, pues ellas permitirán medir, más certeramente que cualquier encuesta comprada, la real fortaleza del kirchnerismo.
Porque, como ya se dijo en estas notas, el Gobierno llegará a la fecha crucial del 14 de agosto con graves y sonoros cachetazos: la Capital, Santa Fe y Córdoba. Los votos que ha obtenido en las pequeñas provincias en las que ya hubo elecciones no le servirán frente a la derrota en los grandes distritos a los que, después de la designación de don Mariotto para secundar a don Danielito, se sumará la Provincia de Buenos Aires.
De agosto a octubre, la segura polarización del electorado detrás del candidato opositor más votado pinchará, con absoluta certeza, el globo inventado del “ya ganó”. Si de algo estoy seguro, es que doña Cristina no se presentará para perder; cómo será instrumentada esa deserción final, no lo sé, pero esa ignorancia no me hace cambiar de opinión.
Mientras tanto, desde el ex quincho de Olivos o desde el Salón de los ¿Próceres? Latinoamericanos -recuérdese que uno de los retratos pertenece al asesino Che Guevara- la señora Presidente sigue haciendo retroceder a la República.
Ya no se trata del uso del dedo gran elector, pecado que comparte con muchos de los partidos opositores, sino del extraordinario abuso del aparato estatal puesto el servicio a los intereses de su sector político. No resultó bastante el Fútbol para todos, que atosiga con su publicidad y su endiosamiento del fallecido, ni con el enorme andamiaje de la Televisión Pública o la prensa militante.
Se requirió, entonces, convertir a la residencia de los presidentes argentinos y a la propia Casa Rosada en unidades básicas conquistadas, a fuerza de negocios y billeteras, por los nuevos “jóvenes idealistas”,falsos herederos de los originales, que pretendieron obtener idénticos objetivos mediante la sangre y el fuego.
Al Gobierno, sin embargo, le han comenzado a salir los tiros por la culata. La pacificación de la calle, prometida por doña Garré después de criticar tan duramente a don Anímal Fernández, voló por el aire el domingo en Núñez.
Si la violencia continúa, no será la Policía Federal, que vio cómo caían heridos por la turba más de veinte de sus hombres desarmados, la que pondrá la carne de cañón para enfrentarla. Menos, si se piensa en cómo la han criticado y escarnecido desde el poder don Verbitsky y sus secuaces; lo mismo ocurrirá con la Policía de la Provincia de Buenos Aires, que también ha sufrido la invasión de su jurisdicción por las fuerzas federales, y que lo vive como una afrenta directa.
Esa violencia puede llegar, casi espontáneamente, de los sectores más empobrecidos de la población. Basta conversar con algunos productores de alimentos básicos -por ejemplo, los lácteos- para confirmar cuánto se caído el consumo de los mismos, por efecto de la inflación que tanto castiga a quienes dedican todo su salario a la compra de comida.
El “modelo” -¡vaya uno a saber en qué consistió, más allá de enriquecer a los integrantes de la banda que rodeó, desde siempre, a los Kirchner!- se ha agotado. Sólo puede huir hacia adelante, hacia más intervención en la economía, hacia más estatización, hacia más inflación.
En definitiva, hacia más poder absoluto y menos República

SIGUEN COMPLETANDO EL ELENCO DEL CIRCO

Con su tradicional metodología-show (por supuesto exclusivo para aplaudidores), la presidente Cristina de Kirchner anunció quién la acompañará como candidato en la vicepresidencia en los próximos comicios presidenciales.
El trascendental anuncio no se efectuó en un teatro como es habitual, sino en el Quincho de la Quinta de Olivos, transformado en una especie de circo.
El espectáculo se monto como si fuera una novela, una mala novela, de teleteatro venezolano. Hubo suspenso, nerviosismo, alegría pero también cierta tensión e inquietud.
Lo peor y más cuestionado de la dirigencia argentina, gobernadores, intendentes y funcionarios de menor cuantía, reforzados con sindicalistas, actores y artistas y personajes de la cultura oficialista, entre otros, llenaban el espacio disponible.
Todos vestidos sin ninguna formalidad, sin corbata y muchos con campera. Todo de acuerdo a como ellos interpretan que debe ser una reunión “progresista”
Inclusive estaba presente la responsable directa del último gigantesco desfalco, robo y tremenda estafa y burla a los argentinos, la presidente de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, tal vez para reclamar a la presidente su parte de la responsabilidad en este mega delito. Cuando esta impresentable señora entro en el recinto, fue fuertemente aplaudida por los presentes. ¿¿ ¿?. (¿Será este el mundo del revés?)
También estaba presente el Secretario General de la CGT, Hugo Moyano para recibir en persona, su extremaunción como aliado del gobierno.
No se notó la presencia de Ricardo Jaime, seguramente por no haber conseguido un jet privado que lo acerque a tiempo para el espectáculo o porque una cuestión de negocios impostergable le impedían su concurrencia a tan magno acto.
Tampoco estuvo presente el piquetero Luis D’Elía, porque como se sabe, por sus principios “democráticos” evita mezclarse con gente de tez blanca y que vivan en la Zona Norte.
En las dos o tres primeras filas estaba lo más cuestionado e impresentable de la dirigencia argentina. Los responsables directos de la situación de corrupción generalizada, desorden civil y administrativo de nuestro país. El gabinete en pleno y también el vapuleado, sumiso y genuflexo gobernador de la provincia de Bs. As.
La Quinta presidencial, como en la época del fallecido presidente, volvió a parecerse a un local partidario o una unidad básica. Y por supuesto la transmisión se iba a realizar en cadena utilizando la red de radiodifusión nacional.
¿Se les habrán dado las mismas facilidades a los candidatos de la oposición cuando nombraron a sus compañeros de fórmula? Realmente no lo sé. Me parece poco probable.
Después de hacerse esperar largos minutos entró triunfalmente la viuda del ex presidente, con su correspondiente vestido de negro, sonriente y con una expresión pícara en su rostro. Fue aclamada de pie por su clásica claque, reforzada por los personajes mencionados en los párrafos anteriores.
Con sus primeras palabras intentó hacer chistes y bromas, que fueron calurosa y obsecuentemente festejados por los concurrentes.
Entre otras cosas, comentó que después de ella, por la puerta abierta, también había entrado “El” para estar presente en la reunión. (Se refería al maligno fantasma del ex presidente).
También, como si fuera una conversación coloquial entre la dueña de un stand en una feria de barrio y la dueña de la verdulería contigua, explicó el golpe que se había dado unos días antes y cuando en el hospital le estaban por aplicar una inyección en la cola, la enfermera le preguntó si ya había decidido quien la iba a acompañar en la fórmula presidencial... y así siguió la interesante conversación entre las dos feriantes, que realmente no vale la pena repetir. Por supuesto todo seguido festivamente por los concurrentes.
Finalmente después, el discurso tomo un sesgo más serio y después de volver a fustigar a los medios y otras consideraciones, casi todas discutibles, informó el nombre de su compañero de fórmula: el ministro de Economía Amado Boudou.
Seguramente Cristina aplicó alguno de los muchos métodos de “Toma de Decisiones” que hoy se aplican en las empresas y en otros organismos de planeamiento. Habrá analizado factores de fuerza y debilidad, ventajas y desventajas, vínculos y límites y todos los demás puntos por los cuales hay que filtrar para analizar correctamente, la decisión retenida.
Un analista menciona que se trata de un tema de la alcoba presidencial. Es probable que así sea. Cristina, de no haber utilizado los procesos de planeamiento, lo debe haber consultado con la almohada de su cama. (Es muy probable que este método sea el que aplica para la toma de sus decisiones, a la luz de otras importantes decisiones adoptadas).
Personalmente creo que la presidente tomó una decisión adecuada: nombró un funcionario que ella utilizará para todo servicio. (Repito…para todo servicio).
La presidente justificó la elección en la “lealtad y valentía”del ministro. Indudablemente son cualidades esenciales en un dirigente de ese nivel. En realidad son cualidades “sine qua non” para todo dirigente, de cualquier nivel que se trate.
Obviamente, casi está demás aclararlo, no hay que confundir lealtad con sumisión.
Fue una buena decisión de Cristina. Tiene un vicepresidente que le va a responder, de acuerdo a la conducta evidenciada en sus últimos años, con lealtad, así como también en su función en el Senado. Se supone que sabe ¿ ? de economía con lo cual también tendrá el asesoramiento adecuado en ese tema. Tiene buen trato con la gente y con diferentes sectores, inclusive con la estafadora de las Madres de Plaza de Mayo y con el multiprocesado secretario de la CGT. Boudou es una persona joven, agradable, de amena conversación y una personalidad entradora y compradora.
Creo como ya expresé fue una conveniente selección de Cristina. Podrá utilizar a Amado para lo que ella o el país necesita.
Alguien comentó que la personalidad de Boudou es similar a la de Isidoro Cañones, el padrino del Cacique Patoruzú, la inolvidable creación de Dante Quinterno (ref. 1). Por lo que se sabe de Boudou, pareciera que efectivamente hay cierta similitud.
Volviendo a la elección de la presidente si bien destacó dos características imprescindibles en el candidato a vicepresidente pienso que hay otros aspectos importantísimos para considerar.
¿Habrá analizado su capacidad de liderazgo con todo que lleva implícito? Capacidad profesional, prestigio, conocimientos, respetabilidad, responsabilidad, tenacidad, decisión, solo para nombrar algunos de la larga lista de condiciones necesarias o deseables.
El vicepresidente es la instancia sucesoria del presidente en caso de acefalia momentánea o permanente del presidente (ref. 2).
En el caso que la presidente, de la cual se sospecha que adolece enfermedades no debidamente explicitadas, o como también es probable, que renuncie en algún momento por cualquier causa o bien sobrepasada por los acontecimientos ¿Los argentinos querrían que en ese supuesto, Amado Boudou sea el presidente de la Nación?
No temo equivocarme en decir enfáticamente que no.
La elección de Cristina fue buena…pero para ella, obviamente no para el país.
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NOTAS:
(1) Isidoro Cañones fue un personaje de una tira cómica en donde representa al padrino del Cacique Patoruzú. Fue la imagen de un tarambana, estafador del ingenio, un irresponsable, timbero, interesado, vago, cobarde, corruptible y desvergonzado, tramposo y algo indolente, pero en el fondo de buen corazón, lo que lo hacía querible. Era aficionado a la vida fácil, a las carreras de caballos, a los autos deportivos y hacía gala de un cinismo casi inocente. .Iba de fiesta en fiesta buscando diversión y viviendo la vida a su manera Le gustaba bailar, sobre todo con música joven y popular. Isidoro no estaba del lado de los buenos: estaba del lado de Isidoro. Si descubría las fallas del sistema, era en su propio beneficio y no para cambiar una situación injusta. La suya era una revolución frívola, que bien justificaba las infames estafas de las que se valía con tal de obtener guita, chapa y chicas”. En definitiva, era un fiel representante del típico “chanta porteño”.Obtenido de internet.
(2) Constitución de la Nación Argentina Art 88.

EL SAQUEO DE LAS CAJAS COMO EJE DE LA POLÍTICA ECONÓMICA

Es cierto que los sindicalistas, movimientos sociales, políticos e intendentes que quedaron fuera de los cargos electivos carecen de acompañamiento popular. También lo es que sus quejas pueden fortalecer a corto plazo al Gobierno, sobre todo por la pésima imagen que los sindicalistas y los piqueteros tienen en la clase media. No es bueno para el Gobierno que gente que lo acompañó ocho años esté sin motivación alguna para las elecciones de octubre. Esto recién se pagará en la segunda vuelta electoral o bien el 14 de agosto, también una buena fecha para que los despechados practiquen la política de “brazos caídos”. Todo esto para conseguir promesas de cargos públicos en la administración si es que triunfa el kirchnerismo.
Lo más grave es, sin embargo, que en épocas en donde la democracia se fortalece en toda la región, acá CFK haya apelado a una forma monárquica para designar los candidatos en las listas nacionales y provinciales. Esto implica un retroceso fundamental en la democracia argentina. Así es que se cubren las candidaturas por el solo mérito de tener menos de 40 años, como si esto fuera garantía de eficiencia en la revolución imaginaria que cree protagonizar CFK. Por otra parte, el plan económico gira alrededor del vaciamiento y la apropiación de todas la cajas del Estado, como por ejemplo los fondos de los jubilados, situación que en el futuro van a pagar con creces. Además, ya hay pocas dudas de que las divisas del BCRA un día serán cortas para enfrentar una eventual corrida.
El paradigma
En ese sentido, el premio a Amado Boudou como candidato a vicepresidente lo es a un funcionario que se caracteriza por ser un “manoteador de las arcas del Estado”. Se trata de un error tremendo que se pagará caro.
Al mismo tiempo, la omnipresencia de Carlos Zannini como el primer comisario político de las listas y eventualmente del futuro Gobierno Nacional, hace recordar al “centralismo democrático” soviético o maoísta. Es una combinación rara con una supuesta reina de Tolosa, localidad marginal de La Plata donde nació la Presidente. Ahora pululan los comisarios políticos como Gabriel Mariotto, un verdadero intervento en el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, aunque la habilidad de Daniel Scioli tal vez pueda neutralizarlo.
Al kirchnerismo ya no le alcanza el viento de cola internacional, que tanto persiste en negar, pues este año recaudó U$S 6.000 millones por retenciones agropecuarias y gastó U$S 3.000 millones en importar energía, pero en próximo años dispondrá de U$S 6.000 millones, que los gastará todos en importar energía. De ahí que no sólo no habrá superávit fiscal sino que desaparecerá el comercial, quedando el país a un paso de una implosión económica. Todo esto, si es que logra ganar el 23 de octubre, cosa que no está asegurada.

martes, 28 de junio de 2011

Los verdaderos motivos de la designación de Boudou

El dedo que designó a Boudou candidato a Vicepresidente no responde sólo a los criterios enunciados por Cristina, a través de la cadena nacional, como lealtad, valentía y capacidad de cambio. Aunque no se haya explicitado, el cristi-kirchnerismo le vio otras virtudes. No fue un arrebato sino una construcción finamente pensada y basada en una estrategia.
No hay duda que el “relato” kirchnerista viene ganando algunas batallas mediáticas, aunque pierda otras, principalmente por “fuego amigo”, resultante de sus propias y groseras contradicciones internas y del desmanejo de la corrupción estructural que padece nuestro país.
El kirchnerismo ha creado una “identidad” ó “relato propio”. Su repetición “goebbeliana” les ha dado un perfil medianamente definido; cuasi religioso. Su paradigma central es que fuera del “kirchnerismo”sólo existe “la derecha”, que alcanza a todo el espectro político, inclusive a la “izquierda”, porque serían los “idiotas útiles de la derecha”. Agrupaciones mediáticas, como Carta Abierta, periodistas conductores del “relato”(Verbitsky) o alquilados (V.H. Morales, “6,7,8” y tantos otros) son los lenguaraces que transmiten este “relato”, que va creando una “identidad”, una“pseudo-ideología”, perceptible por el público masivo (los receptores). Allí está un centro de gravedad.
El otro es la agenda comunicacional hacia los jóvenes. Han planteado que el “kirchnerismo es la superación histórica del peronismo”,tema que ha impactado en ciertos sectores juveniles de menos de 40 años. Le han dedicado especial atención a las nuevas generaciones con formas modernas de comunicación, donde no sólo es importante emitir señales, sino, más importante aún, es emitirlas con los códigos, formatos e idiomas necesarios para ser percibidas por los jóvenes. Debemos reconocer que el cristi-kirchnerismo ha sabido integrarlos con un discurso ágil, creativo, dinámico, y participativo.
A los jóvenes les pertenece este tiempo. Su desarrollo se realizó en un contexto cultural individualista, dinámico, consumista, cortoplacista en la búsqueda del éxito y también hiper-tecnológico. Hay un sector particular de los jóvenes que tiene especial atracción mutua con el kirchnerismo. Pertenecen a sectores medios, con espíritu rebelde, inconformistas, inseguros, que razonan que a veces les va bien (gracias a K) y a veces mal (gracias a la derecha), como antaño razonaban aquellos izquierdistas de café. Tienen inquietudes, necesidades, miedos, y afinidades. Viven su momento. No hay forma de compararlos con viejos tiempos. Cada generación construye su destino sobre la base de su propia historia, pero irremediablemente se encaminan al futuro, no al pasado.
Son parte de un nuevo y gran universo de votantes, que tienen menos de 40 años, es decir han nacido después de los ‘70. Su modo de pensar, razonar y sentir es bien diferente de las generaciones anteriores. Su compromiso, en un ambiento cultural degradado, es sustancialmente distinto. Ni peor ni mejor. 100% distinto.
A ello se suma el hecho que para ese amplio sector de menos de 40 años, casi todos los políticos son más o menos iguales (mas por lo que desconocen que por otra cosa), con sus virtudes y sus defectos. Debe tenerse presente que en su “disco rígido” de conocimientos hay poca lectura de diarios y mucho “entretenimiento” de la TV. Es por ello que el espacio para el debate político “de fondo” no sigue los métodos tradicionales; es un proceso por “aproximación indirecta”, por medio de elaboraciones más sofisticadas, como el consumo de imágenes, de “relatos”, de visiones.
El espacio del debate político no pasa actualmente por la sociedad política (especialmente degradada) sino por la sociedad civil, donde el accionar ideológico va modificando las direcciones intelectuales (lo que se piensa) y las direcciones morales (lo que se valora, lo que tiene valor o no lo tiene). El kirchnerismo ha logrado sus principales éxitos en este campo y con esta forma sofisticada de acción, ante la visible falta de actualización de la lucha doctrinaria en los demás partidos políticos y en particular en el peronismo, que ha sido parcialmente cooptado y doblegado por el “entrismo camporista”.
Acá es donde encaja Boudou, que no se destaca por un brillante profesional de las ciencias económicas, sino por su formato atractivo para los jóvenes K: vive en Puerto Madero, anda en moto Harley-Davidson; soltero a los 46 y con aspecto juvenil e informal, ex UCEDE con flexibilidad transformista en K; toca en una banda de rock and roll; se viste con onda cara; reúne todas las características de un militante del peronismo Hollywood; discursea sobre negocios con Hebe (la revolución izquierdista de los 70) y con el proletariado “propietario” de estos años (Moyano). Es una síntesis perfecta de la ideología cristikirchnerista.
Como candidato a vice va a cumplir un papel importante: intentar hacerle creer (darle “garantías”) a la clase media consumista, enrolada en la corriente de las compras en 60 cuotas, que todo va a seguir muy tranquilo y... a seguir comprando y viviendo en el mundo feliz de Cristina. Ese es el valor agregado de Boudou. Si llegaran a ganar habrá cumplido su papel. Después… que se arregle sólo. Como Moyano.

domingo, 26 de junio de 2011

La ley de medios no terminará con la radiotelevisión ilegal.

Si, tal como dijo la Corte Suprema de Justicia, la inflación es un flagelo, la corrupción también lo es. La corrupción instalada en todos los ámbitos del Estado carcome le dignidad de millones de argentinos sumergidos en la pobreza extrema y mata, como mató en Cromañón. Esa misma corrupción es la que permite la radiotelevisión ilegal que no está en el propósito de la nueva Ley de Medios erradicar

En forma genérica que en un país serio no existe ilegalidad en el espectro radioeléctrico que administra el Estado nacional. Las radios legales son legales porque ocupan frecuencias otorgadas por la comunidad internacional (en un antiguo acuerdo en Suiza) que no son propiedad de ningún país si no de la comunidad internacional y en ese país europeo fueron asignadas a cada nación.

Por lo tanto, el Estado, administrado por el gobierno nacional, debe oficiar el poder de policía para que no ocurra usurpación de frecuencias. Solo en un país corrupto y donde la administración del Estado es absolutamente ineficiente puede suceder lo que ocurre en Argentina.

No hay posibilidad alguna que subsistan económicamente hablando semejante cantidad de radios e incluso de televisoras ilegales sino hubiese corrupción. La torta publicitaria argentina es muy escasa y más hoy para la radio como para existan alrededor de entre 5.000 y 6.000 emisoras en todo el país. En EEUU la principal economía del mundo las radios suman poco más de 10.000 estaciones. Por lo tanto, el negocio de la radio sería inviable en nuestro país sino está sostenido con dineros turbios.

El Comfer, o como quieran llamar el lugar que ocupa actualmente Gabriel Mariotto con la hasta ahora trabada ley de Medios, depende directamente de Presidencia de la Nación y los fondos que recauda no van al Tesoro Nacional sino al Poder Ejecutivo. Todo negro, muy negro.

En el Comfer, fuentes confiables, aseguran que está institucionalizada la coima para hacer vista gorda a radiodifusores que operan sin licencias y hasta algunos con PPP.

El espectro radioeléctrico no permite semejante población de frecuencias porque todas las radios están interferidas, más en un país donde todas las antenas son omnidireccionales, no direccionales como por ejemplo en los EEUU.

No hay emisora de radio que no tenga zonas de no recepción por interferencias.

La ilegalidad llegó a tanto que hasta existen radios de AM ilegales sabiendo perfectamente que operar una radio de estas características merece una inversión mayor en tecnología de planta transmisora que para una de FM.

Semejante descalabro es difícil de erradicar porque la prostitución del dial explota. Nadie quiere hacer nada porque esa no es la prioridad de la autoridad de aplicación. Hay muchos intereses creados para que esto subsista. Donde se ponga el dedo salta pus.

No existen tantas licencias de FM existen radios que no pasaron por concurso alguno y que muchos luego de ubicares en una frecuencia en forma ilegal consiguieron el famoso PPP, que los habilita a transmitir. Es como Botnia. Uruguay no pidió permiso pero ya está Botnia ahí, ahora relájate y goza.

Mientras el país siga ocupando uno de los peores lugares en la tabla de posición mundial de la corrupción, las radios seguirán sufriendo este fenómeno que no dista mucho de la feria de La Salada o de tantos ejemplos de violación de las normas vigentes.

Los radiodifusores legales han sido cómplices de este fenómeno porque algunos fueron ciegos en el momento de su aparición; otros tienen la cola sucia como para denunciarlo y otros se han preocupado de conseguir prebendas económicas del Estado y a cambio mantuvieron un silencio cómplice.

La radio argentina vegeta ya no solo por todo esto sino también porque no hay inversión publicitaria importante debido a que el cable y la TV abierta a la mañana ofrecen tarifas muy competitivas y además, Internet está despoblando las radios frecuentadas por los más jóvenes y por los adultos jóvenes.

En conclusión la nueva Ley de Medios no pretende acabar con la corrupción existente en materia de radiotelevisión si no crear un monopolio estatal que unifique el discurso de una realidad cambiada, típica práctica de los Kirchner para perpetuarse en el poder
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AMADO BOUDOU: EL CURRÍCULUM DE UN FARSANTE...

Muchos son los apodos que el titular de Hacienda ha sabido anotarse a lo largo de los últimos años. El columnista de La Nación Carlos Pagni, por ejemplo, se subió al podio de la popularidad, mencionándolo bajo el rótulo de Aimé en cada ocasión (se dice que así lo llamaban su madre y sus íntimos durante el tiempo vivido en Mar del Plata). Otros, más espontáneos, se refieren abiertamente al funcionario como “Bubu”. Y una porción remanente de ocurrentes seguidores de los medios gusta llamarlo Beloved Voodoo, haciendo uso de un juego de palabras derivadas de la juguetona traducción de su identidad al idioma de Shakespeare.


Por cierto que los detalles bajo tratamiento no sirven para evaluar la idoneidad de un candidato. Como tampoco observa mayor interés señalar el éxito comprobado de Boudou en mil batallas de corte venusino con el sexo opuesto (El impredecible y áspero camionero Hugo Moyano se refiere al ministro como “pintón”). Lo que interesa, para este caso, son los antecedentes de la persona. Especialmente si aquellos se ajustan mejor al concepto “prontuario” que al término “foja de servicios”.

Tal es así que Aimé llega a la presentación de su candidatura sin pena ni gloria. Porque mucho tuvo que ver con su lanzamiento la dolorosa caída en desgracia del insípido Daniel Filmus, perdedor nato de comicios que no contaba con el visto bueno de la sociedad porteña, pero que estaba llamado a intentar repetir la candidatura por el kirchnerismo de la Reina del Plata. Por lo que se sabe, Filmus ahora tampoco goza de la simpatía de la devaluada Presidente de la Nación, Cristina Fernández. El Ojo Digital -junto a otros medios- fue en gran medida responsable de la ira de los socios políticos del mencionado, en función del material que recientemente fuera publicado por este medio y que ventilara sin retorno las relaciones del ex funcionario de Educación con Alejandro “Pitu” Salvatierra. Salvatierra -militante “villero” K- pasó a la fama por ser uno de los principales instigadores de la toma del Parque Indoamericano de Soldati. Supo estar apañado por el propio Daniel Filmus y por Francisco “Tito” Nenna, entre otros polémicos referentes del Justicialismo kirchnerista de la Capital Federal. A ese inefable círculo lo asfixia ahora el calor de las flamas, por haber preparado involuntaria pero efectivamente el escenario de caos callejero que hoy se ve no solo aquí sino también en el resto del país. Lo que muchos califican -puertas adentro- de mal experimento que “se salió de las manos”. Pensado, claro está, para beneficiar a Cristina, pretendiendo extender el tan mentado romance de la “Viudita” con sus súbditos.
 
Mal que le pese, Amado Aimé Boudou viene cargando desde hace tiempo con el pesado lastre de episodios oscuros de cuya confección inicial participara y que luego terminarían de la peor manera. El primer dato que viene a la mente resucita el mal rato que el protagonista de esta columna le hizo pasar al ex intendente del Partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús. En aquellos tiempos para nada lejanos, Boudou se desempeñaba como Secretario de Hacienda (años 2003, 2004 y 2005). El bueno de Aimé firmó de su puño y letra una iniciativa diseñada por el Ministerio de Planificación de don Julio De Vido (enmarcada bajo el Plan Federal de Viviendas), y que le hubiera representado un importante número de unidades a los residentes del Partido. La historia terminó decididamente mal puesto que, a pesar de que la compañía en la que se tercerizó la construcción recibió el pago por casi el 75% del presupuesto designado, no se edificó ni uno solo de los inmuebles. Pero este cuestionable vicio de la explotación de presupuestos de obra pública para propio provecho parece ser uno de los ejes fundacionales de la corrupción oficialista desde su arribo en 2003. Un desmanejo similar se le atribuye al hoy sufrido Aníbal Fernández en los años en que se desempeñó como alcalde quilmeño, aunque en aquel escenario se trataba de obras para mejorar el tratamiento de residuos cloacales en barrios específicos de aquella localidad. Tampoco se realizaron los trabajos. Hoy por hoy, se conoce bien sobre la multiplicación de discursos en relación a obras prometidas por la Presidente Cristina Fernández o bien por su difunto esposo y que jamás han visto la luz. Entre otros, podemos contabilizar la reactivación del Astillero Río Santiago, el tristemente célebre gasoducto que conectaría a la Argentina con Bolivia y Venezuela, el fantasma de ENARSA, el “Tren Bala”, el tendido de nuevas vías férreas y el Plan de Radarización que hubiera dado participación activa al INVAP. El factor común a todos estos casos es que las previsiones financieras para los proyectos se hacen públicas, pero los resultados nunca acompañan. A la postre, la defensa de la pretendida honestidad de la actual Presidente de la Nación termina siendo motivo para la estruendosa carcajada. Cuestión que daría lugar a la humorada si no fuera porque el derivativo de todos estos episodios de corruptela -esto es indiscutible- cierra el paquete con más pobreza, delito y homicidios. Ocurre que los argentinos no tenemos la fortuna de exhibir una dirigencia como la del Japón, en donde los servidores públicos acusados de malversación son conocidos por quitarse la vida al poco tiempo de conocerse los detalles de cada episodio.
 
Escapó Amado Boudou del Partido de la Costa, rescatado por el actual alcalde tigrense, Sergio Massa. Es gracias a este favor que Aimé llega a ANSES. Por desgracia para el hombre de Tigre, la recordatoria de este capítulo en la historia del hoy Ministro de Economía en algo podría salpicarlo en determinados círculos. Huyó Aimé, pero tuvo que pagar los platos rotos el ex jefe comunal de Jesús dado que -al día de la fecha- aún sigue recibiendo cuestionamientos en base a aquel plan nunca concluido de viviendas para residentes de bajos recursos.
Hasta no hace mucho, Amado Boudou solía efectuar raudas visitas a “La Feliz” los fines de semana, felizmente montado en su Harley Davidson, con la cabellera al viento. Al estilo del romanticismo de incontables héroes solitarios de Hollywood. Como si el favorito de Cristina quisiera, de tanto en tanto, escapar de los demonios que le chillan al oído. Pudiera ser que se remite a poner pies en polvorosa cuando alguien le recuerda que su declaración jurada de bienes hace agua por todas partes -sin importar cuántos vehículos le siga adosando al expediente-. El problema es que Aimé también parece haber hecho de Mar del Plata un espacio idóneo para las travesuras, por cuanto se ha vuelto un notable emprendedor de negocios inmobiliarios. Los locales sacan permanentemente a la luz la titularidad que posee sobre dos departamentos en un prístino y lujoso edificio que mira hacia el mar desde el Parque San Martín, a metros del Boulevard Marítimo (“la Costa”). Emprendimiento en donde -vaya desagradable coincidencia- también han invertido un par de empresarios de origen colombiano con negocios dudosos a cuestas. Y fue también en “La Feliz” donde el prolífico Aimé participó como gerente de la firma Venturino Eshiur -dedicada a la recolección de residuos-. Como lo recordara oportunamente Carlos Pagni, los titulares de la empresa le endilgaron a Boudou la responsabilidad sobre la quiebra de la misma. No en vano, amigos del ahora ministro y que en su momento compartieron “pecados de juventud” lo recuerdan como un inoperante de la primera hora cuando de hacer negocios se trataba. Pero, evidentemente, una breve temporada en la política puede obrar verdaderos milagros en aquellos que observan incontables limitaciones para el entrepreneurship.
 
Es Amado el golden boy de la Presidente de la Nación, Cristina Fernández. No hay que ser un agudo e implacable observador para notar que entre ellos existe algo más. Pero el lector no debe pecar de malpensado: de lo que se trata es de referir que nuestra primera mandataria ha depositado un bonus track de confianza en su favorito, al punto tal que le consulta sobre prácticamente todo asunto importante que hace a la res pública.
 
No obstante, el amateurismo de Boudou parece cultivar múltiples vertientes. Su tropiezo más cercano en el tiempo ha sido la de contemporizar demasiado con la idea del seguimiento en perjuicio de los empleados del Ministerio cuyos destinos conduce. Como no podía ser de otra manera, Diario Clarín expuso las actividades de espionaje que ahora salpican al predilecto de la ocupante del sillón de Rivadavia, denuncia penal incluida. La razón es que Marcelo Bonelli -periodista cuasieconómico del diario y conductor de A Dos Voces junto al “Gato” Sylvestre- es el número uno en la “lista negra” de los espiados, como trabajador de prensa opositor en que hoy se ha convertido. Para peor, Amado negó la historia en una primera instancia, para terminar reconociéndola como “algo normal”. Ahora mismo, Bonelli recorre todo espacio posible haciendo trizas al ministro. Desde luego, un comienzo nada halagador para un candidato recién lanzado.
 
Sin lugar a dudas, deberían constituir temario para entendidos en psicoanálisis -no freudianos- las razones por las cuales los funcionarios públicos argentinos de los últimos años se ven compelidos a embellecer sus agendas con espionaje y una sobredimensionada malversación del dinero público. Quizás, el excesivo protagonismo de estas dos variables a lo largo y lo ancho del mundillo político pueda explicarse a partir del acostumbramiento a una larga permanencia en el poder y a la necesidad de mantener el status quo. ¿Quiénes conspiran contra mí? ¿Cuento con los medios financieros para eliminar esa crítica?
 
En la Argentina, el carácter voyeurista de la política termina siempre combinándose con los conceptos nomenklatura, Gestapo y cleptocracia. Todo ello condimentado con una explicación tan sencilla como vacua, a saber, que la opinión ciudadana debe acostumbrarse a esta realidad pues se trata, en definitiva, de algo “normal”.
 
Tal como lo diría Amado Boudou.

DESPUÉS DE BOUDOU Y MARIOTTO

El avance K sobre las listas haría que muchos intendentes jueguen a dos puntas
La develación de la incógnita sobre los dos candidatos a vice tendrá consecuencias profundas en el escenario político. La Presidente se decidió por quien propuso la estatización de las Afjp y por quien más impulsó la Ley de Medios Audiovisuales. En particular, el nombramiento de Mariotto lo coloca a Daniel Scioli en una encrucijada, ya que éste siempre privilegió la moderación ante todo el arco político y especialmente en los medios de comunicación que, por otra parte, ya saben que continuarán siendo las víctimas en caso de que se concrete la reelección. La designación de Boudou presagia más intervención del Estado en la economía, más inflación y más control de precios. Por otra parte, el procedimiento de la toma de decisiones adoptado por la Presidente es cuasi monárquico y totalmente ajeno al seguido por el justicialismo después de la muerte de Perón. Semejante concentración es todavía mayor que la practicada por Néstor Kirchner, que por lo menos consensuaba sus decisiones con sus colaboradores más cercanos. El encumbramiento de Boudou indica además otras dos cosas. La primera es que CFK estaría ya pensando en fabricar algún presidenciable para el 2015, por si no consigue los dos tercios de votos en el Congreso para reformar la Constitución Nacional y así eternizarse. Pero además, con Boudou de vicepresidente y su segundo en Economía, Roberto Feletti, como diputado nacional por Buenos Aires, estamos en las vísperas de un recambio integral del equipo económico.
Este rumbo, más la aparición de la Cámpora en cargos electivos y ejecutivos compartidos con miembros de organizaciones de los derechos humanos, dejan afuera de la conducción del Estado a la estructura del peronismo. Otra probable consecuencia sería que el kirchnerismo desista de procesar a Hugo Moyano, debido a su excelente relación con Boudou, aunque el sindicalismo quedó minimizado en el número de candidaturas. Scioli sale lesionado de este episodio, porque la Casa Rosada no lo considera leal, cuando en realidad lo fue. También los intendentes del conurbano terminan perjudicados por el avance K sobre sus listas.
Volver al 2009
Pero no hay que subestimar la reacción negativa de los barones del conurbano. Ellos saben que después del 10 de diciembre o aun antes, van por ellos. De ahí que existan en Olivos fundadas sospechas de que no pocos intendentes estarían preparándose para ejecutar la misma maniobra que le costó a Néstor Kirchner la derrota en Buenos Aires el 28-j. Esto es, que habrían colocado candidatos -sobre todo para concejales- en las listas de distintas alianzas, por ejemplo, con el Frente para la Victoria, la UDESO y el Frente Popular. De este modo, los intendentes en cuestión compensarían la pérdida de cargos a manos de La Cámpora y el aparato cristinista.

SÓLO FALTABA SERGIO PERO HEBE ESTABA

Fue inédito. Jamás en la historia política de la Argentina se registró un acto de autocracia más claro, evidente y hasta, diríamos, determinante del futuro. Expectantes, todos esperaban el dedo indicativo y soberbio de la Presidente, quien decidiría sobre el devenir de todos, de sus personas y de su trayectoria política. Nerviosos, se sonreían mutuamente y hablaban en voz alta pero no estridente, de temas vacuos que eludían la inquietud central que existía en el partido más numeroso y otrora más poderoso de la Argentina moderna. Ellos creían que lo representaban y lo mismo sucedía en numerosas oficinas donde los dirigentes comenzaban a preguntarse qué eran ellos. ¿Dirigentes...? ¿Representantes del complejo entramado que significa el poder dentro de una agrupación cuyos componentes del pasado ahora se enfrentaban entre ellos? Posiblemente fueron pocos o ninguno quienes reflexionaron acerca de esta curiosa crisis que los debilitaba. De eso estaban seguros. Si no transitaran por una situación de debilidad no dudarían que existía un Jefe incuestionado y querido y que éste era tan hábil como para hacer funcionar los distintos componentes y resortes legales que permitían cumplir con su voluntad. La mayoría lo recordaban, pero ni uno solo mencionó el nombre de Perón, del Teniente General Juan Domingo Perón, que fundó el partido que llevaba su nombre. Para colmo, esos componentes legales, que daban forma y vida al sistema, ahora estaban ausentes. Ni la CGT -la columna vertebral del Movimiento- estaba unida para tener una presencia monolítica en Olivos, y su máxima autoridad, el empresario y camionero, clamaba, rabioso, por poner a sus hombres en las listas. Los poderosos intendentes del conurbano, indispensables para llevar adelante la vida interna y controlar el comicio, no habían sido consultados y no simulaban su molestia. Los militares eran ajenos a la ceremonia y se los mantenía lejos en todo lo concerniente a las decisiones de gobierno. En síntesis y en su esencia, las relaciones con ellos no existían. Rotas, el problema forma parte de la crisis ampliada a toda la sociedad.
Afuera, un grupo de virtuales y jóvenes desconocidos vivaba a Cristina una y otra vez. Se identificaban como miembros de “La Cámpora”,el nombre que el General prácticamente había prohibido, por traidor contagiado de todo lo que él había combatido. “La Cámpora”, identificada como algo femenino y muy distinto a esa rama constitutiva del justicialismo. Adentro, los murmullos repetían nombres y desechaban otros que no serían agraciados. En voz muy baja, hacían apuestas que arriesgaban variantes de último momento y todos, ansiosos, esperaban la presencia de esa mujer desconocida años atrás, que había llegado desde el sur, fugada por subversiva desde La Plata y que, después, había heredado su cargo presidencial.
No resultaba fácil superar la angustia de la espera. Sabían que el gobernador de Buenos Aires, Scioli, un cargo que podía haberse vuelto poderoso e influir en la jugada política que se avecinaba, había sido doblegado. ¿Sabría el motonauta que se suicidó políticamente...? El Secretario General de la Presidencia, Carlos Zannini, era el dueño de la lapicera que colocaba en la mano de Cristina cuando había que firmar y resolver. En su mayoría, los concurrentes más viejos en estas lides sabían que dejaron de mandar y decidir. Nadie los consultaba y que eran otros, con ideas distintas o sencillamente sin ideas, los beneficiados en eso por lo habían luchado tanto y desde tan bajo: el ejercicio del poder. Cada vez más lejos, quedaban las negociaciones, los compromisos, las promesas y los acuerdos sustantivos de todo armado político. Ahora serían esos otros quienes harían esa tarea; otros, tal vez desconocidos, ya estudiaban las listas, concedían lugares y les abrían las puertas a los nuevos o a los segundones que transaban para figurar y subir.
En Olivos, el público que esperaba se ponía más y más nervioso. Para colmo, tenía que soportar a esas mujeres de pañuelo blanco que llevan sobre las espaldas el nombre de la corrupción que querían olvidar. En verdad, ninguno se consideraba un santo, pero... ¡tener que aguantarlas...! Ninguna había sido peronista o antiperonista y ahora se llamaban kirchneristas y, de vez en cuando, vivaban el nombre del General, pero ninguno ejercía la memoria, recordaba los símbolos o los sucesos del pasado.
Adentro de la casa, Cristina se daba los últimos toques al pelo y hablaba con Zannini sobre el acto que iba a comenzar. Era consciente de que se jugaba el todo por el todo y que debía frenar la caída. Tres meses para las elecciones era demasiado tiempo y no podía insistir con Moreno, hablar del modelo y asegurar que la desocupación había caído. ¿Hasta cuándo durarían los recursos para seguir con los subsidios...? Si se acababan, no vendrían los votos y ya era hora de tenerle miedo a quien aguardaba con paciencia en Lomas de Zamora. En fin... Su secretario la tranquilizaba. “A estos los mandamos con los hechos consumados, con las decisiones adoptadas y si te reclaman -no hoy, pero sí a partir de la semana que viene- porque no consultaste al Partido y no diste intervención a los organismos y al voto interno, te encogés de hombros y mostrás la foto de Néstor. No hay que dar ni un paso atrás... porque si aflojamos...”Los demás miraban y asentían. No había que repasar listas para retener nombres en el discurso. Sólo los principales. Con Boudou como vicepresidente compensaban el de Mariotto en Buenos Aires. Era verdad que había que contenerlo, pero él tenía razón. Había que controlar a los medios, a todos los medios, para imponerse, y mañana mismo habría que hacerlo para que no registraran las protestas de los descontentos. Una batería de publicidad acompañaría la alegría por el acierto demostrado por el dedo presidencial. ¿Denuncias ante la justicia? Sabían cómo arreglarlo. ¿Malestar entre los dirigentes intermedios...? ¡A tentarlos con atractivos! ¿Que no trabajarían en la campaña, que los intendentes se rebelarían, que los gobernadores ya concretaron o hicieron trascender su disgusto...? Bueno, ya se vería, pero antes que nada Buenos Aires estaba en la bolsa y con este movimiento impostergable se le habían adelantado a Duhalde... Tanto, que si esto salía bien podían empezar con la necesaria reforma de la Constitución para asegurarse el período siguiente. Había que comenzar antes de los comicios de octubre, para fortalecer las posibilidades y, si eso se lograba, nadie los movería nunca más. En eso, Verbitsky tenía razón y valía la pena arriesgarse...
Los comentarios se aceleraban nuevamente, pero Zannini se impuso. La miró a Cristina y ella respiró hondo. Dieron una orden y alguien se aprestó a poner el disco con la marchita. Se miraron entre ellos y sonrieron. Cristina, de pie, paseó su vista por el rostro de los elegidos y con paso decidido encabezó la salida hacia los que esperaban. Salieron y las “Madres”,bien instruidas, rompieron con los aplausos. Había comenzado el teatro...