lunes, 17 de octubre de 2011

Último intento para el control mediático “por las buenas”

Último intento para el control mediático “por las buenas”

El gobierno está dispuesto a obtener el control mediático“por las buenas o por las malas” para relanzar un proyecto político inmediatamente después de las elecciones. El jueves de la semana que acaba de concluir y tras sondeos previos, el ex ministro del Interior de Carlos Menem convertido desde tiempo atrás en un próspero empresario periodístico centralizado en la ciudad de Santa Fe, José Luis Manzano, fue el intermediario elegido para tentar a la presidente y directora del Grupo Clarín, señora Ernestina Herrera de Noble, para que lo venda a cambio de dos mil millones de dólares pagados en efectivo y al contado. Como comprador, figuraría el grupo UNO, al que pertenece el propio Manzano y que en Santa Fe compró y edita el diario más viejo y prestigioso de la provincia.
La reunión gestada por el polémico ex menemista y ahora perteneciente a la intimidad del kirchnerismo no fue fácil de concretar pero finalmente se acordó que la entrevista se realice después de la media tarde en la casa que la empresaria posee en la localidad de Martínez, frente al Río de la Plata. Previamente y en un alarde de gentileza, Manzano le hizo llegar un cajón de champagne y un gran cajón de cerezas frescas que, según parece, son una de las debilidades de la anfitriona.
La conversación fue cordial, no exenta de una creciente tensión a medida que el visitante avanzaba con su propuesta que, obviamente, era una de las variables previstas por los asesores que dirige el señor Magnetto, principal ejecutivo del grupo convertido desde tiempo atrás en uno de los principales oponentes al intento oficial por alcanzar el control absoluto del periodismo argentino. En medio de las sonrisas de bienvenida y las formas educadas para iniciar el diálogo, en el ambiente estaba instalada la Ley de Medios, cuyo proyecto ya tiene dictamen favorable de las distintas comisiones que deben intervenir en la Cámara de Diputados de la Nación. Por cierto, ambas partes sabían que en el Senado aún hay dificultades para que avance la iniciativa, al menos hasta después del 10 de diciembre, en que ambas Cámaras serán renovadas coincidentemente con quien resulte ganador para la presidencia de la República. Para la señora de Noble esto era algo más que un detalle cronológico pues marcaba el explicable apuro del kirchnerismo por lograr su objetivo hegemónico lo antes posible. De todos modos y como un anticipo del pensamiento de la dueña de casa, Manzano debió esperar largamente y con paciencia para ser atendido.
Con prudencia pero con decisión, el ex ministro y ahora empresario es ducho en negociaciones; después de una corta introducción puso las cartas sobre la mesa, mientras ambos degustaban la bebida y las cerezas. Concretamente ofreció el pago inmediato de los dos mil millones de dólares pero se desconocen otras alternativas complementarias de la oferta. La respuesta de la presidente de Clarín fue una negativa firme pero fundada. Comparó la desaparición o transferencia de importantes medios argentinos con la situación en que el gobierno de los Kirchner la había colocado con las organizadas presiones que se han creado en torno de la llamada Ley de Medios y la politización que existe alrededor de este asunto. Enseguida anticipó que su voluntad era no aceptar la oferta, defender la libertad empresaria a toda costa, con el agregado de que en este caso estaba en juego la libertad de opinión en la Argentina. Entre otras consideraciones, la dueña de casa explicó que a esta altura de su vida y el enorme peso simbólico que posee el caso, donde no sólo está involucrado un diario sino un complejo de canales de televisión por cable, diarios del interior, radios y otros emprendimientos, no cedería en absoluto y que comprendía perfectamente los alcances e importancia de la entrevista que se llevaba a cabo, lo que incluía el hecho de que una parte del capital de su complejo empresario tenía importantes accionistas extranjeros. Más aún, fortaleció el sentido de sus palabras cuando Manzano, con frases diplomáticas, explicó que era la última oportunidad para llegar a un arreglo ordenado y fácil, por cuanto la operación se concretaría por las buenas o por las malas, más tarde o más temprano, por lo que el tiempo era conveniente para las dos partes.
La despedida fue cordial pero dejó varias señales para el análisis. Por un lado, que el insistente apuro gubernamental revela la necesidad de acelerar el control de la opinión pública, habida cuenta de las dificultades de todo orden que se abren en la vida del país, tanto en lo económico como en lo social, acentuado esto último como una obligada derivación del primer factor. En segundo lugar, pone de manifiesto la seguridad del cristinismo en que saldrá airoso de las elecciones, pero también la certeza de que se multiplicarán los problemas de toda índole simultáneamente con conflictivas consecuencias políticas e institucionales que deberán dominarse a toda costa. Finalmente, la propuesta es indicativa de una decisión incontenible por llevar adelante un plan político de hondo contenido, que presagia una aguda y difícil situación para el futuro.

YA EMPIEZA A JUGARSE PARA EL 2015

¿Quién se queda con el otro peronismo? De La Sota se anota

A seis días de la entronización de CFK por un porcentaje que podría ser mayor que el obtenido el 24 de agosto pasado en las primarias, en las filas peronistas ya empiezan a tejerse planes para ocupar otro espacio: el que está dejando vacante el peronismo federal con su diáspora. La baja en la intención de voto que las encuestas le asignan a Eduardo Duhalde le dificultará a éste convocar a los disidentes en torno a la única propuesta válida en términos políticos. Es decir, su candidatura para el 2015. Y ni que hablar del eclipse que opaca a Mario Das Neves, al pendular Felipe Solá y también a Carlos Reutemann y Juan Carlos Romero. Encumbrada como está, Cristina podría tal vez con facilidad reducir a su mínima expresión a los disidentes si les abriera las puertas de la Casa Rosada y los invitara a integrarse al gobierno. Pero esta hipótesis se va diluyendo a medida que pasan los días. La presión de los ultracristinistas -por ejemplo, de La Cámpora- cada vez se hace sentir más y la reconciliación no figura en el diccionario de Olivos. Así las cosas, la propia intransigencia oficial volvería a recrear un espacio, aunque por ahora difuso, para que los disidentes construyan su juego. Alentado por las encuestas que lo dan por encima de Duhalde, Alberto Rodríguez Saá tiene in mente relanzarse antes de fin de año como el jefe del peronismo no kirchnerista. Sin embargo, contra este objetivo conspiran varios problemas. El primero es la escasa gravitación de una provincia chica como San Luis, donde además ya no gobernarán los Rodríguez Saá sino el ex Jefe de Gabinete Claudio Poggi. Pero además, el actual gobernador va por la segunda candidatura presidencial y se ve afectado por las críticas hacia sus recientes coqueteos con la Casa Rosada.
Por lo que se sabe, al salteño Juan Manuel Urtubey le gustaría plantarse como líder de los peronistas críticos, pero no está dispuesto a correr el riesgo de que el kirchnerismo le desestabilice la provincia, por lo que esperaría hasta el 2013 para oficializar su alejamiento del kirchnerismo.
Lo dicho para Urtubey vale aún más para Daniel Scioli, un experto en diferenciarse sin confrontar, que intentaría mostrarse como el candidato natural del peronismo para el 2015, pero sin correrse un centímetro de su alineamiento con la Casa Rosada.
Córdoba vs Buenos Aires
Esta vacancia de liderazgo para un confundido peronismo disidente le estaría abriendo paso al retorno al escenario nacional de un veterano gladiador: José Manuel de la Sota. En varias reuniones que mantuvo últimamente con dirigentes peronistas de distintas provincias, éste habría deslizado que antes de fin de año anunciaría su candidatura presidencial para el 2015. Las relaciones entre el cristinismo y el delasotismo oscilan entre la crisis y fríos acuerdos circunstanciales. El PJ cordobés, controlado por Juan Carlos Schiaretti y De La Sota, se resistió en cuanto pudo a las presiones del entorno presidencial, donde el malestar creció cuando este último anunció que su compañera de fórmula para la gobernación sería Alicia Pregno, la intendenta de Laboulaye identificada con las protestas del campo contra la política oficial durante el 2008 y 2009.
En represalia, el Frente por la Victoria se presentó en la Justicia Electoral para prohibirle al PJ cordobés que utilizara su sigla. El 7 de agosto, la noche de su victoria, De La Sota proclamó el nacimiento del “cordobesismo”y desafió indirectamente al gobierno nacional. Pero una semana después, el 50,7% obtenido por Cristina lo obligó a arriar sus banderas. La paz -sin amistad- se firmó el 4 de septiembre, cuando De La Sota retiró su lista de candidatos a diputados nacionales para apoyar la del Frente para la Victoria. Pero la convivencia no mejoró demasiado; tanto Amado Boudou como Florencio Randazzo ningunearon más de una vez a los funcionarios cordobeses en las últimas semanas. Como símbolo de la situación, en su última visita proselitista a Córdoba, CFK se mostró sin De La Sota y Schiaretti. En la Cámara de Diputados, los peronistas cordobeses anunciaron la creación de un bloque propio.
Ahora, un eventual paso al frente de De La Sota anunciando su postulación para dentro de cuatro años podría tener varios efectos en el universo peronista. El kirchnerismo tendría, por lo pronto, motivos válidos como para no molestarse demasiado. Es que el cordobés, a cargo del segundo distrito del país, debilitaría en realidad más a Scioli que a Cristina. Una disputa entre Buenos Aires y Córdoba para conducir el poskirchnerismo podría aumentar entonces la capacidad de maniobra de la Casa Rosada.