domingo, 18 de septiembre de 2011

SINERGIA

SINERGIA
Una sinergia (del griego συνεργία, «cooperación») es el resultado de la acción conjunta de dos o más causas, pero caracterizado por tener un efecto superior.
Y ejemplo de este fenómeno lo constituye la suma de inescrupulosos que integran la cofradía cleptómana instalada en el gobierno nacional desde el 25 de mayo de 2003, sin fecha de vencimiento para desgracia de nuestro país.
Han sido aniquilados todos los organismos de control, al mismo tiempo que se ha vaciado el poder real del Congreso Nacional y el Poder Judicial, lo cual produce esta sinergia monstruosa que nos condena a padecer una tiranía real bajo la pantalla de una democracia virtual.
El Ejecutivo Nacional comanda una asociación ilícita corrupta y corruptora, pero lo más grave es que no existen límites por la destrucción de los otros poderes fundamentales del estado.
No resulta ocioso recordar las desobediencias sistemáticas a sentencias del Poder Judicial por parte de los miembros del Ejecutivo, tanto como el veto impuesto por la Reina Cristina a leyes aprobadas por el Congreso Nacional.
Cuando la presidente de la nación se burló de todos al utilizar las reservas del Banco Central para afrontar gastos corrientes vía decretos de “necesidad y urgencia”, o cuando vetara la Ley de Protección de Glaciares, la de recomposición del 82% móvil a la clase pasiva, y hasta la pomposamente denominada Ley de Transparencia de la Democracia continuando poniendo a dedo a sus candidatos, destruyendo nuestra economía y el principio de división de poderes, llegando al colmo de desobedecer sentencias judiciales sosteniendo que eran de “imposible cumplimiento” (caso Sindicato de Aeronavegantes -orden del juez Sudera- desobediencia de Aníbal “Baúl” Fernández) hasta el alzamiento contra fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuando después de tres sentencias no fuera repuesto el ex Procurador Sosa en Santa Cruz, eyectado de su cargo por el ausente con presunción de fallecimiento NCK por pretender aquél averiguar el destino de los millonarios fondos desaparecidos.
Si nuestros legisladores tuviesen vergüenza tendrían que haber renunciado a sus bancas.
Si los miembros de la Corte Suprema Nacional tuviesen una pizca de dignidad, también tendrían que haber presentado su renuncia.
Pero como prevalece la necesidad más terrenal de subsistir cobrando cientos de miles de pesos en dietas y salarios, el decoro dejó de ser una virtud y quedó extinguida y erradicada de nuestro vocabulario.
Sería muy interesante que la ciudadanía tuviese conocimiento de los verdaderos ingresos que reciben fiscales, jueces, especialmente los ministros supremos, como así también las dietas y prebendas de que gozan nuestros legisladores, en correlato con los millones que se llevan los miembros del Poder Ejecutivo como para comprender por qué no existe vocación de averiguar la verdad ni condenar.
La degradación ética y moral que vive la Argentina desde que se enquistara el kirchnerato en el poder, va en relación directa a la destrucción de nuestras instituciones más elementales, en particular la célula familiar y la dignidad humana, fruto de la tinellización que sufrimos.
Este panorama es malo, muy malo, pero seguirá peor, ya que no existe una verdadera oposición, lo cual nos coloca en verdadera situación de abandono y víctimas del atropello más soez y descarado.

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