jueves, 4 de agosto de 2011

EL OCASO DEL IDEÓLOGO DEL CRISTINISMO

Zaffaroni en la senda de Oyarbide

Hace dos meses, Eugenio Zaffaroni fue acusado de asesorar a Amado Boudou, por ese entonces precandidato a Jefe de Gobierno porteño en el casting que había organizado el cristinismo. Muy suelto de cuerpo y ante una pregunta, el jurista contestó: “soy amigo de Boudou”, no desmintiendo que lo estaba asesorando para la campaña, conducta que le está vedada a un ministro de la Corte Suprema, que no puede inmiscuirse en cuestiones electorales. Además, antes de esto, se mencionó que Zaffaroni también asesoraba al Gobierno Nacional para una futura reforma constitucional que dispondría la creación de un sistema parlamentario, actividad que violaría la división de poderes y que el ministro de la Corte nunca desmintió. Esto motivó un pedido de juicio político por parte de diputados de la Coalición Cívica, que quedó finalmente cajoneado. Los hechos referidos, que no son los únicos, demuestran que en el último semestre su conducta parece muy alejada de la independencia de la justicia.
La clave de los alquileres
El corolario de este proceso es el escándalo de los seis departamentos de Zaffaroni alquilados a redes de prostitución. La falta de explicaciones por parte de él indica su desprecio a los requerimientos republicanos. De mala gana y ante las declaraciones de algunas inquilinas, dijo que no tiene problemas en aclarar su inocencia y que había derivado la administración de los inmuebles en una inmobiliaria. También fue ofensivo con los legisladores opositores en un reportaje concedido a Víctor Hugo Morales. Pero no le preguntaron ni aportó una prueba clave: ¿a qué precio tiene alquilados los monoambientes dedicados a la prostitución? Si es a 2.000 pesos por mes, está bien. En cambio, si es a un valor de entre 4.000 y 6.000 pesos, habría semiplena prueba de que estaba en conocimiento del funcionamiento de los prostíbulos. Por lo pronto, la inmobiliaria Calvo, que intervino en estos alquileres, es trucha y no está registrada. En segundo lugar, ¿quién es el misterioso apoderado del juez, Ricardo Montivero, que tiene el mismo domicilio fiscal que él? Este señor debería presentarse y mostrar los recibos por el valor del alquiler, para terminar de una vez con esta supuesta desestabilización emocional del Ministro de la Corte. Sin embargo éste, hasta ahora, se limita a denunciar supuestas conspiraciones políticas. En cualquier país medianamente serio, la renuncia de Zaffaroni sería inevitable, porque la exigirían todos los sectores. En este punto, hasta se difunde una serie de mails privados de contenido subido de tono.
Lo que sí es seguro es que Zaffaroni corre el riesgo de terminar en el mismo nivel de desprestigio total de su inferior Norberto Oyarbide. Éste acaba de dar otro paso más en su auto descalificación resolviendo anteayer, contra todos los argumentos jurídicos, a la Fundación Madres de Plaza de Mayo como querellante en la causa en la que se investiga un fraude con fondos públicos para construir viviendas sociales y el posible delito de lavado de dinero. De este modo, las Madres, verdaderas responsables de la multimillonaria defraudación al Estado ejecutada por Sergio Schoklender, pasaron a adquirir el carácter de damnificadas, cuando no está un juego un solo peso de la fundación y los que se evaporaron son fondos públicos

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