domingo, 9 de octubre de 2011

LO QUE VIENE PARA NOVIEMBRE

Menú light para una severa crisis

En el seno del gobierno parece haber poca idea de los malos tiempos que se avecinan. Convencidos de que el aislacionismo practicado los vuelve inmunes, las principales espadas oficiales se dedican a especular con la posibilidad de la reelección indefinida mediante una reforma constitucional, o bien a las peleas por los cargos. En esto último se destaca la lucha para ver quién ocupará la Jefatura de Gabinete en el turno que se iniciará el próximo 10 de diciembre. Con una oposición que quedará muy golpeada después de las elecciones del próximo 23, la presidente subestimaría los problemas económicos, insistiendo en que viviremos un lecho de rosas, en tanto tiembla la economía global. En definitiva, creería ella que las dificultades que vienen no serían superiores a las del último cuatrimestre del 2008 y los tres primeros trimestres del 2009. En definitiva, la expectativa oficial sería emerger de la crisis con más fuerza que en el 2009, ya que entonces hubo de por medio una derrota electoral -la del 28 J- en tanto que ahora la presidente ya se acreditó más del 50% de los votos. Los atrasos del dólar y de las tarifas y una puja redistributiva por precios y salarios intentarán resolverse mediante decretos mágicos y un acuerdo tripartito de gobierno, empresarios y sindicalistas en el que todos se alinearán detrás de la presidente en su momento más favorable, que sería la primera semana de noviembre.
Vacas flacas
Pocos días después, el 5 y 6, CFK se hará presente en la reunión del G 20 a celebrarse en Cannes, para pontificar sobre la fortaleza del modelo competitivo de matriz diversificada e inclusión social, frente a los fracasos de las economías desarrolladas. A su vuelta, tomaría algunas medidas para disminuir el gasto público, bajar el ritmo de la expansión monetaria, ajustar tarifas y, como dijimos, un clásico pacto de salarios y precios.
Pero la verdad es otra. La crisis es mucho más profunda de lo que creen en Olivos. El Brasil tiene un aterrizaje forzoso de su economía con una inflación creciente del 7,5% que preocupa mucho, mientras el mundo cada vez crece menos y puede entrar en otra recesión. Así las cosas, el primer problema a resolver es el valor del dólar en la Argentina. Mercedes Marcó del Pont dice que la divisa se mantendrá estable los próximos cuatro años. De ser así, seguirá el tipo de cambio retrasado y se tomará endeudamiento en el exterior para mantener esa paridad. O bien se paliarán los compromisos externos con más reservas del BCRA. De este modo, la economía argentina -igual que la brasileña- con las medidas light que señalamos, enfila derecho hacia otro aterrizaje forzoso. La situación podría asemejarse a la de los años 1999 y 2000, cuando se terminó la época de vacas gordas. Sólo que ahora las tensiones pasan por el recalentamiento cambiario, la soja en baja y los reclamos salariales del moyanismo. Entonces se sabrá la verdad: cómo CFK y sus principales colaboradores se manejarán por primera vez con escasez de recursos que le impedirá repartir de todo a todos y todas.

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