domingo, 4 de noviembre de 2012

Será injusticia


El Dr. Oyarbide ha ordenado la detención de dos personas en la causa que desde hace un par de años lleva por la malversación de fondos públicos de la empresa Meldorek a través de la Fundación Madres de Plaza de Mayo y el programa Sueños Compartidos.
Los cientos de millones de pesos que salieron del erario público supuestamente para la construcción de casas populares y que no llegaron a destino desviándose de su itinerario yendo a parar a bolsillos ajenos, siguen sin aparecer; tampoco se develó la pista que permita “comprobar” lo que todos sabemos menos el instructor y el fiscal de la causa, o sea la responsabilidad compartida por Hebe de Calcuta y sus socios los hermanitos Sergio y Pablo Picapiedras.
Es que el largo tiempo transcurrido desde el momento de la radicación de la denuncia hasta que Su Señoría resolviera el allanamiento de la Sede de la fundación, permitió con toda comodidad la desaparición de pruebas incriminatorias.
Y el cloroformo sigue siendo el combustible que impulsa esta causa.
Así llegamos al día de hoy en que nos enteramos de dos hechos muy importantes. El primero es el informe de que la mega pericia ordenada por Su Señoría para analizar los movimientos financieros de todas las obras a cargo de la Misión Sueños Compartidos todavía no comenzó por “problemas operativos”. Tal vez en un par de años más los tales “problemas operativos” se subsanen y tengamos por fin una idea clara de qué es lo que pasó con los dineros públicos y a qué bolsillos fueron a parar.
También es probable que ya sea demasiado tarde e inútil.
La otra noticia es la citada prisión dictada sobre una contadora y un imprentero sospechado de falsificar facturas mediante las cuales se habría canalizado el supuesto faltante de dinero de la Misión Sueños Compartidos.
Es decir que no hay dudas que se usaron facturas truchas, en consecuencia no hay dudas de que hay faltantes, por lo tanto no hay dudas de que, en reiteradas oportunidades, un funcionario del gobierno giró el dinero y no controló su destino, tampoco hay dudas de que, en las mismas reiteradas oportunidades, alguien de la Fundación lo recibió y, mutatis mutandis, lo llevó de paseo por el camino negro… entonces el Juez rápido como el rayo, centella judicial, en el breve plazo de poco más de dos años resuelve poner presos… al imprentero y a la contadora.
Si este vergonzoso vodevil formara parte de un sketch de Benny Hill sería una sana motivación para desternillarnos de risa, pero lamentablemente es de la Justicia de la ex República Argentina de quien estamos hablando.
La peligrosa exageración en la aplicación de la teoría del partícipe necesario llega al absurdo.
Presos la contadora y el imprentero. Y seguramente el año próximo ponga preso a quien le vendió el papel al imprentero para que imprima las facturas truchas y así para atrás hasta llegar a quien hubiera plantado el árbol del cual se sacó la pulpa para fabricar el papel que se usó en la confección de las facturas.
El añorado doctor don Carlos Fontán Balestra en lejanas e inolvidables clases de Derecho Penal explicaba el peligro de este tipo de decisiones con un gracioso ejemplo según el cual en un delito de adulterio, aplicando erróneamente esta teoría, podría llegar a condenarse al carpintero que haya fabricado la cama donde se hubiera consumado el delito… dejando libres a los clandestinos amantes.
Es nuestra Justicia, tengamos piedad.

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