domingo, 7 de julio de 2013

Escándalo en el aire: El vuelo del motín

Ocurrió el sábado 22 de junio. El vuelo  AR 1852, perteneciente a Aerolíneas Argentinas, partió en horas de la mañana desde Ezeiza  hacia Tierra del Fuego.  Cuarenta minutos antes de llegar a destino, el aeropuerto de Ushuaia, personal de cabina anunció que por mal tiempo, el avión no podía aterrizar en esa ciudad y que regresaría a la Ciudad de Buenos Aires.

Ahí comenzaron los problemas. Muy disgustados con el mensaje, un grupo importante de pasajeros que viajaban en el Airbus A340-300 comenzó a increpar duramente a azafatas  y al comisario de abordo,  llegando incluso a agresiones. El argumento de los pasajeros era que habían abonado el viaje para que la aerolínea los transporte a destino, y que harían lo imposible para que el avión finalmente llegue a Ushuaia.
El personal de cabina, siguiendo el procedimiento autorizado por manual, intentó calmar los ánimos, sin lograr resultados. Pero debido a los hechos de violencia excesiva, la tripulación consideró al vuelo como amotinado. 

El Comandante, según relató una fuente de la compañíasiguió el procedimiento de rutina ante estos casos y aterrizó el vuelo en la Ciudad de Río Gallegos, en el aeropuerto Piloto Civil “Norberto Fernández”.
Una vez allí, parte del pasaje continúo con su postura radical, no queriendo descender del avión y dando intervención a personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), con escasos resultados.  El hecho, en el que hubo hasta presencia judicial, se prolongó por alrededor de cuatro horas hasta que finalmente, tras las mejoras climáticas, el avión pudo despegar y aterrizar en Ushuaia, ciudad a la que arribó cerca de las 18 horas.

De regreso en la Ciudad de Buenos Aires, por la noche, el Capitán y la tripulación declararon hasta muy entrada la madrugada en las oficinas de la PSA, denunciando a los pasajeros que maltrataron y violentaron a la tripulación.
Lo que si trascendió es que estos pasajeros (disruptivos, en la jerga), y que fueron identificados, ingresaron en la denominada “Watch List” de Aerolíneas Argentinas, un sistema en el cual las personas que ahí aparecen no pueden viajar más en la línea de bandera.

Quedará saber quién fue el que ordenó a los pilotos que el vuelo regrese al lugar de partida y no aterrice en un aeropuerto cercano a destino.

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