martes, 5 de julio de 2011

La licencia de Oyarbide, un salvavidas para Filmus

Buscaría postergar decisiones sobre Schoklender hasta después de la segunda vuelta porteña

Resulta incomprensible a esta altura de los acontecimientos que Sergio Schoklender todavía esté en libertad ambulatoria. Las adquisiciones por su empresa Meldorek de autos importados y aviones son sólo una mínima parte de los indicios que se acumulan sobre su administración fraudulenta de fondos públicos. La desidia del juez federal Norberto Oyarbide, por llamarla de algún modo, sorprende en diferentes actuaciones suyas, como la de la mafia de los medicamentos o la de escuchas telefónicas en la Ciudad de Buenos Aires. Está probado que el Ministerio de Planificación Federal le encargó a la Fundación de las Madres la construcción de 5.500 viviendas, de las cuales sólo están terminadas 1500. Y en pago de las mismas se entregaron 765 millones de pesos, restando una entrega de 500 millones. Así es que está claro que, gracias a los manejos de Schoklender, que dispuso de estos fondos, desapareció una cifra centenaria en millones de dólares. Esta suma parcialmente habría ido a parar a las inversiones en autos y aviones y otros bienes por parte de Meldorek, ya sea cuando el dueño era Schoklender o bien durante el período de Fernando Caparrós Gómez, por lo cual a éste debería habérselo citado a declaración indagatoria, dictándose posteriormente su prisión preventiva. Pero la suma faltante, entre doscientos o trescientos millones de pesos, es muy superior a los activos detectados en poder de Meldorek. La protección de la que gozaba el parricida y su manejo al nivel más alto del Estado indican que Néstor Kirchner y Julio de Vido habrían tenido interés propio en el reparto de fondos.
Tiempismo
Todo esto demuestra una connivencia escandalosa entre la fundación, el Estado Nacional y la asociación ilícita -todavía no reconocida por Oyarbide- que liderada Schoklender. La aparición por televisión de las construcciones truncas en Tartagal y en el Chaco denuncian por sí solas que el dinero destinado a lo que nunca se construyó fue a parar a autos y aviones importados y a la caja de Kirchner y su secuaz De Vido, máximo responsable este ultimo de efectuar los controles que, obviamente, jamás se realizaron.
Así se explica la demora de Oyarbide en hacer algo más, sobre todo teniendo en cuenta que el domingo próximo se realizará la primera vuelta de las elecciones porteñas, en la cual Mauricio Macri ganaría con más del 40% de los votos. A Daniel Filmus, un notorio defensor de Schoklender y Bonafini, la detención del parricida lo perjudicaría de sobremanera. Mucho más que su pobre actuación en la campaña. Si bien Oyarbide volverá de su licencia antes de la segunda vuelta del 31 de julio, no se espera la detención de Schoklender antes del comicio. Por todo esto, cabe descontar que, si la justicia resuelve alguna medida, será recién después de las elecciones porteñas. O tal vez, de las presidenciales.

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