lunes, 15 de agosto de 2011

El default opositor: ¿es irreversible?

Entre hoy y el 23 de octubre, la volatilidad política y económica, incluyendo la crisis internacional, podrían tal vez hacer que CFK quede por debajo del 45% de los votos. De ocurrir esto, existiría la chance mínima de que un candidato opositor se coloque a menos de 10 puntos de diferencia y fuerce una segunda vuelta. Éste es el problema común de la oposición, que ayer entró globalmente en default. Pero, aunque Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Hermes Binner se pusieran de acuerdo para que uno solo siga en carrera -lo que es virtualmente imposible- tampoco serviría de mucho. Los votantes duhaldistas no irían masivamente detrás de Alfonsín o Binner y la centroizquierda jamás votará por el ex presidente.
El gran éxito de las primarias, para el kirchnerismo, fue cristalizar en las urnas la fragmentación opositora. Ahora, debajo de cada presidenciable hay cientos de candidatos a cargos nacionales o provinciales que dependen de aquél para ser electos en octubre. Esta masa de dirigentes presiona en contra de cualquier posibilidad de que su candidato se baje para facilitar la concentración del voto opositor. Cualquier gesto de renuncia podría precipitar entonces un grave cisma en la UCR, el duhaldismo y el socialismo. Lo más grave, entonces, no es el default opositor, sino la virtual imposibilidad de que sus protagonistas lo reviertan.
Dos perdedores
A todo esto, las primarias reconfiguran el escenario electoral de la oposición. Ricardo Alfonsín quedó ahora colocado en el ojo de la tormenta. Ya anoche se escuchaban comentarios en el Comité Nacional de la UCR señalando que el candidato se equivocó en el punto central: la elección de las alianzas. “Si se hubiera quedado con Binner como vice en vez de ir detrás de De Narváez, hoy estaríamos encima del 20%”, sentenció ayer un senador nacional. Encima, el empresario obtuvo en Buenos Aires 10% más de votos que Alfonsín. La situación de éste se agrava, entonces, porque este fracaso se da entonces en su propio distrito, lo que aumenta su dependencia de la dirigencia radical de Córdoba, Mendoza, Capital y otros distritos que el alfonsinismo no controla.
El otro socio de la UDESO, De Narváez, quedó a nada menos que 30 puntos de Daniel Scioli. Pero al menos puede sonreír, porque el 23 de octubre todo indica que hará una buena elección. Como único candidato viable de la oposición, De Narváez captaría ahora un gran caudal de votos duhaldistas y macristas, ofreciéndoles a estos sectores participación en su gobierno en caso de ganar.
Eduardo Duhalde integra, junto con Pino Solanas y Elisa Carrió, el elenco de perdedores de ayer. Apostó fuerte a que hubiera un corte masivo de boleta contra CFK y esta rebelión electoral no se produjo. Ahora le resultará muy difícil mantener su capital electoral y se vería obligado a pactar con De Narváez. Pero el mayor déficit de Duhalde es que, con el pobre resultado obtenido, carece de fuerza para sentarse en la mesa de negociaciones de la oposición, donde algunos lo miran de costado por sus problemas de imagen. Para más datos, en Santa Fe, el 32% obtenido por Miguel del Sel en la elección provincial del 24 de julio no se trasladó a Duhalde, que ayer sólo cosechó el 13%. Y en Capital, del 47% conseguido por Mauricio Macri en primera vuelta, sólo una parte minoritaria se volcó a Duhalde, que alcanzó el 22%. Así las cosas, Macri y Durán Barba tendrían motivos sobrados para felicitarse por no haber apoyado al ex presidente, optando aquél por una oportuna retirada a Europa. Distinta es la situación de Alberto Rodríguez Saá, que consiguió el mismo porcentual que en el 2007, es decir, el 8%, pero con el mérito de que entonces tenía el monopolio del peronismo disidente y ahora no.
La aspiradora socialista
La estrepitosa caída de Carrió y Proyecto Sur -este último hoy cerca de la extinción- se debería a que sus votantes fueron masivamente absorbidos por Binner-Morandini. Todo indica también que este crecimiento habría llegado a su techo, porque su distribución geográfica se concentra en Córdoba, Capital, Santa Fe y Buenos Aires, estando ausente en el resto del país.
Un riesgo extra
Aparte de los problemas señalados, los opositores tienen ahora uno extra: nadie sabe cómo reaccionará el electorado antikirchnerista ante la evidencia de que la fragmentación opositora es funcional al gobierno. Gracias a la vidriera de las primarias, los candidatos opositores ahora tienen que explicarles a sus votantes que en octubre deben apoyarlos sólo para asegurarse una cuota de legisladores, salvo que el contexto cambie sustancialmente. En este marco, si algún opositor consigue sobresalir en las próximas semanas, puede empezar a polarizar con el kirchnerismo, lo que rompería la actual chatura. Sin demasiados méritos políticos y cometiendo gruesos errores, CFK se encontró con un regalo superior al del 2007. Entonces, la disputa voto a voto entre Carrió y Roberto Lavagna le facilitó ganar en primera vuelta. Ahora son tres -Alfonsín, Duhalde y Binner- los que quedan entrampados en el mismo juego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario