viernes, 26 de agosto de 2011

Para Randazzo votantes selectivos son un peligro para la gobernabilidad

Dado que ni los voceros ministeriales del oficialismo ni la presidente suelen destacarse por su sensatez a la hora de lanzar declaraciones temerarias sobre cuestiones muy serias no puede causar sorpresa alguna el exabrupto de Florencio Randazzo respecto del empleo de la boleta única en el próximo turno electoral mediante el cual puso de manifiesto sin el menor asomo de vergüenza que entre las prioridades electorales del kirchnerismo no se encuentra el respeto a la voluntad de ciudadanos que tengan la según él errática idea de votar selectivamente boletas de candidatos a diputaciones y senadurías de distinto signo que la presidencial porque ello “pondría en riesgo la gobernabilidad.”
De manera entonces que el elenco gubernamental no tiene más remedio que ocuparse de evitar que por medio de la boleta única electores imprudentes cometan la falta de lesa gobernabilidad de votar a su candidata a presidente y simultáneamente candidatos a legisladores de otras agrupaciones ya que de acuerdo a su sesuda reflexión podría generarse un desequilibrio parlamentario que concluya en fuertes condicionamientos a la gestión de la viuda considerada ya como ganadora indiscutible de los comicios de octubre, afirmación ésta que no puede sino mover a risa repasando los dos últimos años de “mayoría opositora” en el Congreso y considerando la marcada propensión de muchos representantes del pueblo a participar entusiastamente del club del trueque en que se ha convertido desvergonzadamente el Parlamento nacional poblado de transeúntes pasilleros tatuados con la leyenda “escucho ofertas” en la frente.
Pero sin desmedro de la inagotable veta humorística del ministro cabe sin embargo interrogarse acerca de su preparación jurídica y la eficacia de los peculiares instrumentos de análisis político que utiliza para arribar a conclusiones tan estrafalarias como divorciadas de la teoría política y constitucional que de tomarse en serio supondría tener a los Estados Unidos de América y otros países del primer mundo sumidos en una tan profunda como inmanejable crisis de gobernabilidad que no parece hoy estar sucediendo como para abonar su exótica tesis. Huelga señalar que se desprende de sus declaraciones una inocultable desconfianza no sólo en la cultura política del electorado sino también en las instituciones de la República lo cual es absolutamente lógico teniendo en cuenta que sabe de lo que habla dado que tanto él como sus compinches y sus mandantes se ha encargado prolijamente durante años de convertirlas en simples engranajes al servicio de la maquinaria del poder.

No hay comentarios:

Publicar un comentario