viernes, 5 de agosto de 2011

POR EL VACIAMIENTO DEL YACIMIENTO CARBONÍFERO RÍO TURBIO

Inminente procesamiento de Taselli, un empresario K
En los próximos días se podría definir la situación judicial de Sergio Taselli, ex concesionario de YCRT SA, acusado de vaciar el patrimonio de la empresa en una causa que se sigue ante el Juzgado Federal Nº12 de Comodoro Py. Antes de iniciarse la feria judicial ingresó el pedido del Fiscal, ahora el Juez Sergio Torres debe decidir.
“Estamos muy entusiasmados porque vemos que la causa sobre Taselli avanza y esperamos que el Juez (Sergio) Torres se expida en pocos días sobre el pedido que hizo el Fiscal para que dicte el auto de procesamiento de Sergio Taselli”, le dijo a OPI Raúl Wanzo, ex dirigente gremial de ATE, trabajador de la mina de carbón y querellante en la causa 4863/03 caratulada “Taselli Sergio y otros S/ delito de acción pública”.
“El fiscal Dr. Federico Delgado hizo la presentación unos días antes de que comenzara la feria, lo que nos hace suponer que en esta semana o la otra a más tardar habrá novedades sobre la decisión del Juez -remarcó Wanzo, quien aclaró- es que aquí (en YCRT SA) no se agota el delito que cometió Taselli, porque ha quedado demostrado a través de la acción del perito contable de la CSJ que hizo “aportes irrevocables” a su empresa, es decir, hablando claro: desvió fondos que venían de nación para YCRT y los utilizó en su empresa particular”.
En este sentido Wanzo explicó que del peritaje contable surge que en el 2001, último año de la gestión del concesionario, los aproximadamente 30 millones de pesos/dólares que entraron a YCRT SA, de los cuales 22,5 millones eran para el pago de sueldos y funcionamiento y otra parte como producto de la venta del carbón a la usina de San Nicolás (a precios subsidiados), fueron totalmente desviados a las empresas del grupo Taselli.
“Ahora esperamos que el juez defina el procesamiento y que lo meta preso, porque si la justicia actúa como con cualquier delincuente, Taselli debe ir preso”, indicó Wanzo quien finalmente dijo que ha quedado sobradamente demostrada la impunidad con que el ex concesionario de YCRT se ha manejado todos estos años. (Agencia OPI Santa Cruz)
El Yabrán de Kirchner
El apellido Taselli suele frecuentar los medios periodísticos, casi siempre relacionado con actividades controvertibles.
Juan F. Marguch / La Voz
El periodista Daniel Gatti, autor de del libro Kirchner, el amo del feudo, bautizó al empresario Sergio Taselli como “El Yabrán de Kirchner”. Su audacia, su desparpajo y su habilidad para forjar alianzas con funcionarios diligentes recuerdan bastante el estilo del hombre que se erigió en símbolo del empresariado menemista. El apellido Taselli suele frecuentar los medios periodísticos, casi siempre relacionado con actividades controvertibles. Como Yabrán, rehúye la publicidad, pero sus negocios a la sombra del poder en turno lo colocan, habitualmente, en el centro del escenario.
El 15 de mayo último reapareció en los medios, cuando enfurecidos usuarios del ex ferrocarril Roca destruyeron gran parte de la estación Constitución como protesta por el deplorable servicio que se les prestaba: hacinamiento, demoras interminables, cancelaciones intempestivas de viajes, ruinoso estado del material rodante. Pero su prontuario empresarial acumula otros clamorosos antecedentes.
Antiguo chatarrero proveedor de Techint, dio un salto de calidad el 1º de julio de 1994, cuando tomó el control de la empresa Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT), que el entonces todopoderoso superministro Domingo Felipe Cavallo, en lo más candente de su fiebre privatizadora, había ofrecido por doquier sin encontrar interesados. Hasta que apareció Taselli. Se le extendió una concesión por 10 años, con opción a una prolongación por otros 10 años. Taselli no entregaba un solo centavo y, por lo contrario, se le garantizaba la compra de la producción y recibiría además subsidios por 1.875 millones dólares mensuales hasta el vencimiento del contrato.
Entre 1994 y setiembre de 2001, cobró 163.125 millones dólares. Jamás efectuó inversiones y, peor aún, su adicción por la chatarra le llevó a vender todas las maquinarias y equipos de las secciones Herrería, Electromecánica y Automotores. Inspectores de la Auditoría General de la Nación (AGN) verificaron que esas áreas se encontraban totalmente desmanteladas, sin ningún tipo de mantenimiento”.
Sometió al personal a durísimas condiciones de trabajo, entre ellas la supresión del descanso semanal y un franco cada 25 días, con jornadas de 12 horas diarias. Además, retuvo en provecho propio los aportes jubilatorios y para las obras sociales. Los inspectores de la AGN denunciaron a la Autoridad de Aplicación, cuyo deber era controlar el cumplimiento de los compromisos contraídos por Taselli, porque ese organismo se abstuvo de efectuar“ninguna imputación”. ¿Quiénes integraban la Autoridad de Aplicación? Tres miembros, en representación de la Secretaría de Energía de la Nación, YCRT y la provincia de Santa Cruz, cuyo gobernador era Néstor Carlos Kirchner.
Las condiciones extremas de trabajo llevaron a los mineros a realizar la más dilatada huelga de la historia de YCRT. Para quebrarla, Taselli ordenó el corte del suministro de electricidad y de los sistemas de ventilación. Puestos ante el riesgo de morir asfixiados por la inhalación de gas grisú, los huelguistas depusieron su actitud. Finalmente, ante las reiteradas peticiones gremiales, el presidente Eduardo Duhalde rescindió el contrato de concesión. Taselli dejó la explotación en condiciones deplorables: la extracción de carbón cayó de 400 mil toneladas a 40 mil, se perdieron más de tres mil puestos de trabajo y la falta de mantenimiento influyó para que un incendio que estalló el 14 de junio de 2004 causara la muerte de 14 operarios.
Kirchner acudió al velatorio de las víctimas, y vecinos de Río Gallegos aseveran que lo vieron llorar en público por primera vez. Quizá por solidaridad, quizá también por arrepentimiento por no haber intervenido durante esos siete largos años para detener la acción depredadora de Taselli, cohonestando de alguna manera el pago de esos 163,1 millones de dólares entre julio de 1994 y setiembre de 2001, según denunció la AGN (una síntesis del informe de la Auditoría fue publicada por Página/12en su edición del 19 de junio de 2004.)
Un “holding”. Mientras perpetraba su fructífera incursión por Río Turbio, Taselli aceleró la construcción de un verdadero holding, que incluía Trenes Metropolitanos, Frigorífico Santa Elena, Parmalat, Materfer, Aceros Zapla, Petroquímica Bermúdez, Agrinac, redes distribuidoras de energía eléctrica. Bajo todos los gobiernos, desde Menem a Kirchner, pasando por Duhalde y De la Rúa. Siempre al asalto de empresas quebradas y habitualmente sin desembolsar un solo peso o pagando un precio simbólico de un peso; bastaba, al parecer, con recibir subsidios a cambio de su promesa de hacerse cargo de los pasivos, pero a veces se olvidaba de lo que prometía y optaba por la quiebra lisa y llana.
En Metropolitano se asoció con Mario Montoto, ex montonero, ex secretario y apoderado legal del comandante Mario Firmenich, CEO de Codesur (Corporación para la Defensa del Sur), dedicada a la venta de armamentos -representa, entre otras, a una de las mayores fábricas de armas de Rusia-, y al mantenimiento de naves de guerra de superficie y submarinos. En Codesur revistan en retiro activo ex militares del Ejército y la Marina, ahora empleados del ex montonero. Las vueltas que da la vida... (¿Qué vueltas de la vida? ¡Las vueltas que da la Argentina!)
Los antecedentes de Río Turbio no impidieron que Taselli entrara en el negocio ferroviario, con los resultados conocidos. El 23 de mayo de este año, luego del incidente de Constitución, Kirchner rescindió el contrato de concesión de los ex ferrocarriles Roca y Belgrano, cuyos servicios pasó a la Unidad de Gestión Operativa (Ugofe), integrada por las empresas Metrovías, Ferrovías y Trenes de Buenos Aires.
El ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, habló maravillas de la gestión de Ugofe, a pesar de que el secretario de Transporte de la Nación, el incombustible cordobés Ricardo Jaime, ha sido denunciado penalmente ante la Justicia Federal “por serias irregularidades en la concesión de ramales a Ugofe”, por entenderse que habría incurrido en los delitos de “administración fraudulenta en perjuicio del Estado, violación de los deberes de funcionario público, malversación de caudales públicos y asociación ilícita”. Jaime ha sido el arquitecto de la alianza entre Juan Schiaretti y el infatigable peregrino Héctor Campana.
No es la primera vez que se denuncia a Jaime ante la Justicia. En marzo de este año, la Cámara Federal porteña ordenó profundizar la investigación sobre la participación del ministro de Planificación, Julio De Vido, y del secretario de Transporte, entre otros, en la compra directa y supuestamente irregular de 15 locomotoras usadas a una firma japonesa.
A pesar de Río Turbio, Parmalat (que ha mantenido cerrada durante más de dos años), Metropolitano y demás, Taselli se alzó con el frigorífico entrerriano Santa Elena, uno de los más importantes del país, que daba empleo a 2.115 personas, sin contar a proveedores y productores. Quebró y fue adquirido por Euromarché, del grupo Constantini, que la clausuró tras sólo 18 meses de actividad.
En ese lapso la empresa se endeudó con el Estado nacional en 38 millones de dólares, que nunca devolvió y, según la sindicatura de la quiebra, esa deuda superaba a fines de 2001 los 100 millones de dólares, con intereses y punitivos. Puesto a remate, fue adquirido por el Banco Nación en poco más de dos millones de pesos, misérrima recuperación de los dineros despilfarrados.
La enorme planta estuvo cerrada durante una década, hasta que apareció Taselli, que pagó por ella 2,8 millones de pesos (es decir que el Estado nacional y la provincia de Entre Ríos perdieron 99 por ciento de sus acreencias). El anuncio oficial fue formulado el 20 de mayo de 2005 por el presidente Kirchner, el gobernador Jorge Busti y la entonces presidenta del Banco Nación, Felisa Miceli.
Se suscitó un verdadero escándalo, porque los trabajadores del frigorífico habían constituido una cooperativa para recuperar la fuente de trabajo, pero Oscar Parrilli, secretario general de la Presidencia, les informó que esa iniciativa “había caído” y que el frigorífico sería entregado a Taselli.
De inmediato, el abogado Juan Carlos Iglesias se presentó ante la Justicia y pidió investigar si Felisa Miceli y su pareja Ricardo “Pacha”Velasco cobraron a Taselli una “comisión indebida” de 700 mil pesos. Tiempo después, Velasco fue dejado cesante de Enargas cuando detonó el caso de corrupción Skanska. Había sido designado, sin tener título habilitante para ello, por De Vido.
Taselli consumó su última travesura (hasta ahora) el 8 de julio último. Luego de abandonar los ex ferrocarriles Roca y Belgrano, se le entregó un subsidio por 15 millones de pesos para que pagara los sueldos de junio a los 4.100 empleados de esas ferrovías (en cuya nómina el astuto empresario kirchnerista había incluido a un centenar de empleados de Parmalat, según denunció la Defensoría del Pueblo de la Nación).
Taselli se guardó el dinero y la Secretaría de Transporte debió cubrir los salarios caídos con una partida de emergencia. Y anuncia ahora que demandará judicialmente a Taselli. Seguro, claro, faltaba más. (La Voz del Interior)

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