miércoles, 31 de agosto de 2011

SE ACUMULAN LAS DENUNCIAS CONTRA EL DIRECTOR DE INTELIGENCIA DEL EJÉRCITO

Garré-Milani montan el negocio de la central de monitoreo ferroviario

El jueves de la semana pasada, los ministros de Seguridad y Planificación Federal, Nilda Garré y Julio De Vido, acordaron la transferencia de un edificio de la Superintendencia de Transportes de la Policía Federal, que es propiedad de la cartera de De Vido. Allí, en Salta 1929, funcionará un centro de monitoreo de cámaras de alta definición para la zona ferroviaria. Los domos ya se están instalando en Constitución, Retiro, Once y Chacarita. De la reunión De Vido-Garré participó el hermano y operador de esta ultima, Raúl Garré.
En medios militares circula ahora una extensa denuncia sobre el presunto negociado que estaría detrás de la nueva central de monitoreo. Garré, durante el período en el que se desempeñó como Ministra de Defensa, junto a su hermano Raúl Garré y el general César Milani, habría concretado diversos negocios millonarios en distintos rubros. Éstos fueron siempre de acuerdo a las denuncias que se están difundiendo, desde las ventas fraudulentas de las propiedades que estaban a nombre de sociedades ficticias integradas por personal civil de inteligencia del Ejército, hasta el uso indiscriminado y personal de los suculentos montos asignados como fondos reservados.
Trenes rigurosamente vigilados
Ahora, el tándem Garré-Milani extendería su holding a la cartera de seguridad. El antecedente fue la compra e instalación, un año atrás, de cámaras en las guarniciones militares de Córdoba y Buenos Aires. Equipamiento con abultados sobreprecios, que habrían gerenciado personalmente los hermanos Garré con Milani, a través de un compañero de promoción de este último, el coronel (RE) Julio Fonseca, quien se desempeñaría como ejecutivo de una firma de videos de seguridad. De acuerdo a la denuncia señalada, el presupuesto para la nueva central de monitoreo ferroviario sobrepasaría en aproximadamente un 50% los precios de plaza.
¿Jefe de Estado Mayor?
Por su parte, Milani, que es a la vez Subjefe del Estado Mayor y Director de Inteligencia, se encuentra en una situación particular. Su rol como socio de los hermanos Garré le permitiría acumular no sólo negocios sino poder político. Su meta es suceder a fin de año al general Luis Alberto Pozzi en la conducción del Ejército. Sus méritos en el actual esquema de poder no son pocos y habrían incluido escuchas telefónicas, aperturas de mails y seguimiento a políticos, además de haber denunciado a no pocos de sus camaradas. Sus exhibiciones de lealtad al régimen, por otra parte, no escatiman gastos. En la noche del 14, para festejar el triunfo de CFK, organizó un ágape en el séptimo piso del Edificio Libertador, sede de la Inteligencia del Ejército. Allí, unos 50 oficiales y funcionarios incondicionales del gobierno festejaron hasta las primeras horas del día siguiente con buen champagne y mucho whisky.
Con este panorama, a primera vista, el ascenso de Milani hacia la conducción de la fuerza sería irresistible. Pero su crecimiento también acumuló enemigos. El Ministro de Defensa, Arturo Puricelli, no vería la hora de sacarse de encima al delegado de Garré, que lo deja mal parado, al puentearlo sistemáticamente. En los mandos militares también crece el malestar. El rol de Milani como oscuro oficial de inteligencia y gestor de negocios lo convertiría en un Jefe de Estado Mayor sumamente vulnerable ante los medios de comunicación y eventuales denuncias judiciales por varios temas que dejaron huellas, sobre todo ciertas operaciones inmobiliarias. Es así que va tomando forma un lobby que empuja la designación del actual Inspector General, General Mario Gabriel Dotto, como Jefe de Estado Mayor. Éste tampoco aquilata demasiados méritos, excepto ser el hermano de Pancho Dotto, pero al menos, según varios generales, no carga con el lastre de diversas denuncias de corrupción, como es el caso de Milani.

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