miércoles, 17 de agosto de 2011

UNA VICTORIA INFLADA

Podría llegar al 7% el fraude por robo de boletas en todo el país
El Frente Popular de Eduardo Duhalde y Mario das Neves denunciaría hoy ante la justicia la existencia de fraude por robo sistemático de boletas en el conurbano bonaerense en las primarias del domingo pasado. Según las estimaciones del duhaldismo, la maniobra fraudulenta le habría costado al duhaldismo no menos de 5 puntos en el territorio bonaerense. Desde que se inició el comicio, casi todos los partidos políticos opositores denunciaron que faltaban boletas en el cuarto oscuro, porque eran robadas por “grupos de tareas”del cristinismo bonaerense. Estos mismos grupos, después, según las mismas fuentes, habrían llenado urnas torpemente con 200 votos a favor de CFK y 0 para los restantes candidatos. Esto empezó a ser denunciado por Carlos Brown, jefe de campaña del ex Presidente, el mismo domingo a las 23 hs. Pero además, denunció un hecho más fácil de comprobar: que los telegramas llegaban primero al Ministerio del Interior y recién después al Correo Argentino, cuando el procedimiento establecido es el inverso. Por su parte, el jefe de gabinete, Aníbal Fernández, deslizó en el programa radial de Pablo Wende una frase sugestiva: “los partidos políticos que no pueden garantizar las boletas en el cuarto oscuro no pueden gobernar”. A confesión de parte relevo de pruebas, decimos los abogados. No cabe más que entender que el alto funcionario quiso justificar un delito electoral, como es el hurto de boletas, como una avivada producto de la picardía criolla, diciendo que quien no tiene fiscales en todas las mesas del país tiene que renunciar a poder ganar una elección. Tal vez ésta sea la razón por la cual el cristinismo no quiere la boleta única, ya que entonces este robo sería imposible.
El test de Malvinas
Para muestra basta un botón. En el distrito de Malvinas Argentinas, ubicado a caballo entre el segundo y el tercer cordón, el intendente Jesús Cariglino apoyó a Duhalde y controló con fiscales todo su distrito. Allí CFK, que en 2007 obtuvo el 69%, el domingo pasado sacó el 55%. En cambio, en Almirante Brown, La Matanza y demás distritos del segundo cordón, el FpV obtuvo porcentajes cercanos al 70%. O sea, donde había fiscales de la oposición, el porcentaje bajó 15 puntos en el conurbano profundo. Esto podría significar que, al menos en la provincia de Buenos Aires, en vez del 53%, al FpV tal vez le hubiera correspondido no más del 45%.
Otro dato a tener en cuenta es el alto porcentaje de votantes, es decir, el 78%, superior al de la elección presidencial del 2007. Un número que ningún analista había anticipado y justo en el estreno de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias. Es sabido que algunos candidatos tienen motivos para callar. Hermes Binner, por ejemplo, necesita ayuda nacional para su provincia, por lo cual es probable que guarde silencio. Patricia Bullrich, por el contrario, desde la mañana del domingo habló de robo sistemático de boletas, pero por el mal resultado obtenido por la Coalición Cívica le resta fuerza a sus reclamos. Yendo a los radicales, éstos se encuentran en una salvaje lucha interna de rumbo incierto. La cuestión de fondo no pasa entonces porque el kirchnerismo no triunfó, sino porque, en realidad, lo habría hecho con menos del 45%. Y ganará seguramente el 23 de octubre en primera vuelta, pero con un porcentaje bastante más bajo al dibujado el domingo.

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