jueves, 22 de septiembre de 2011

Cristina ya encontró el discurso-relato y los socios adecuados

Cristina ya encontró el discurso-relato y los socios adecuados
CFK logró en menos de un año encumbrarse como la jefa del modelo kirchnerista adaptado a sus propias pretensiones y necesidades, el “cristinismo”surge luego de la muerte del ex Presidente Kirchner como un “discurso-relato”donde la frágil viuda encara la toma del poder como un servicio a la Patria. La utilización desfachatada de su viudez embobó a una parte importante del electorado y hasta de las figuras políticas de la oposición, ahora tras la “manipulación desembozada” de las cifras de las PASO encontró dos socios verdaderamente a su medida.
“El triunfo de Cristina. La aparición de la soja, instrumento de la reacción política de la SRA. Dos modelos políticos, como puja de dos intereses de clase. La desaparición física de Néstor Kirchner y el resurgimiento de la conciencia política de la juventud. El kirchnerismo como etapa superior del peronismo.” Este texto corresponde -aunque no pueda creerse-al programa de una materia introductoria en la Universidad Nacional de José C. Paz, reciente creación de Mario Ishi; aquí encontramos primariamente los “insumos”del “relato-discurso” del cristinismo expuestos desfachatadamente y sin ningún tipo de eufemismos, en forma pura y transparente.
Después del fraude -”manipulación desembozada, picardías, fraude informático, etc.”- en la encuesta electoral de las PASO del pasado 14-A cabe realizar simplemente un análisis serio del porqué todos, incluyendo la prensa “llamada libre” o independiente, los actores centrales de aquella encuesta, el oficialismo en manada y hasta serios analistas políticos asintieran a la falacia del triunfo aplastante de CFK cuando la realidad y las matemáticas más elementales nos demuestran que en esa “encuesta-primaria abierta” ella obtuvo un 35% aproximado de aprobación popular, si contamos como válidos hasta los votos truchos y los inflados del recuento muy poco serio del Ministerio del Interior y de Alejandro Tulio, su director y “aportante declarado” a la campaña de la Presidente.
Dentro de este imperioso análisis debemos concentrarnos en dos variables: la acción de gobierno dentro de la gestión del régimen K, hasta ese momento, y la situación de los partidos políticos, o las seudo alianzas utilizadas para encarar la ley de internas abiertas, simultáneas y obligatorias que dicha ley -creada exprofeso por NCK tras la derrota del 29-J del 2009- exige como paso previo a la elección de Octubre. La acción del régimen K en su extenso período (8 años y tres meses) en el manejo del Estado lo muestra como una verdadera máquina electoral de propaganda y clientelismo, que tapa o desautoriza todas y cada una de las denuncias de palmaria corrupción y cooptación de voluntades, desde gobernadores, legisladores, intendentes, sindicalistas, periodistas hasta intelectuales u hombres y mujeres de la cultura, y empresarios.
Utiliza y dispone de todos los recursos del presupuesto público, “ejerciendo a pasto la ley especial de reasignación de partidas” -como bien dice mi amigo José A. Riesco en “Sin Tapujos”- utilizando a piacere más de US$300 mil millones o sea casi un PBI nacional desde 2003 a la fecha, y asiendo uso y abuso de los DNU y de una campaña permanente y diaria donde impúdicamente aprovecha las carencias y debilidades del pueblo, o de los empresarios, o de ambos para “vender su producto” generando un clientelismo como nunca jamás antes se hubiere utilizado, fueron verdaderos artífices y creadores del ejército de millones de desocupados, marginados y pobres comprados y cooptados por los planes sociales en cuyos ámbitos miles de punteros que responden a muy pocos y bien entrenados “caciques” distribuyen las limosnas que se sacan, no del presupuesto como debiera ser -en todo caso- sino de los fondos de la ANSES.
Las denuncias del “chacal” Schoklender ante la justicia primero, los medios luego y las Comisiones Legislativas al final, desnudan una parte del “sistema generalizado de robo y corrupción” empleados por el régimen desde casi los inicios mismos de éste; organizaciones sociales, estatizaciones prebendarias y puestas al servicio de la obtención de recursos para la práctica más corrupta y abyecta de humillar al pueblo más carenciado, mientras se autoenriquecían ellos y su círculo de amigos, testaferros o “socios”, llegando a involucrar en éstos escándalos a las organizaciones de DDHH a quienes utilizaron desde el comienzo del proceso como bandera y estandarte tras las que escondían sus bajezas y sus ambiciones desmedidas de poder. “Es una verdadera máquina para controlar la mente de multitudes. Y lanzada sobre un blanco (la masa) cuyos miembros suelen no profesar eso de la autonomía mental del ciudadano. ¿Quién puede competir con esto…?” expresa con honda sabiduría Riesco.
La oposición, es en realidad un colmado de propuestas disociativas, sin fibra, ni oratoria y mucho menos con la virilidad cívica necesarias para confrontar con el “discurso-relato” del cristinismo, a diferencia de las oposiciones existentes en otros períodos de nuestra historia nacional, hoy el frío de la mal llamada “prudencia” y la total desorientación dominan las acciones, las conductas y las actitudes; los partidos políticos no existen o semejan “fantasmas” y ninguna nueva generación de dirigentes o aquellos otros viejos dirigentes “renovados” les confiere vida y futuro, carecen de doctrinas y de proyectos para el futuro nacional. Las alianzas conformadas fueron verdaderos fiascos o una sumatoria de candidatos y candidaturas mezcladas donde no existían ni la más mínima amalgama de proyectos o pensamientos comunes y muchísimo menos de doctrinas ideológicas que los contuviese.
“No cuentan con líderes, sólo candidatos” nos dice Riesco, por lo que el lenguaje de sus voceros representantes -cuando existieron- estuvo privado de calor, de fe ideológica y las palabras se expresaron casi tímidamente, sin voces vibrantes, nunca pudieron por lo tanto motivar a las clases medias y a las bases sociales, y mucho menos lograron incentivar a mujeres y jóvenes, “pareciera que el clientelismo oficial lo hizo mejor” nos aclara aquél pensador. La oposición llegó a las PASO con organizaciones improvisadas cuando no deshilachadas, proliferaron las postulaciones vanidosas y personalistas, los candidatos se reunieron y rodearon de amigos en vez de aglutinar a los mejores y los más capacitados; hubo opositores para todos los gustos, figuras de prestigio, otras que nadie atina a entender por qué ocuparon espacio en esa grilla de largada, casi todos fueron actores, a sabiendas o no, de rencillas inútiles e insólitas, igual que aprendices o adolescentes.
La oposición se limitó a pronunciar frases con aspiraciones de impactantes en la TV o ante periodistas más o menos amigos, a veces lanzando pullas contra los de la misma causa, unos se autodesgastaban con refriegas internas mientras el cristinismo multiplicaba las dádivas del clientelismo, tal como lo está volviendo a realizar totalmente desembozadamente en los municipios y las gobernaciones. La ausencia de actores y tesis, y el vacío de polémicas y discursos relevantes para engendrar creatividad y atracción fueron la constante hasta hoy, y “la Patria necesita y tiene derecho a que le propongan una “fórmula política” que mire hacia el futuro, la Argentina profunda reclama vivir institucionalmente con la jerarquía política que tuvo más de una vez. Y hacer algo por ello es el último servicio que le puede brindar esta clase política que tiene cumplido su ciclo histórico. Ante todo promoviendo la apertura de la militancia a las reservas humanas que siempre hay a espera de su turno. Algo que no requiere renegar ni repudiar a los partidos tradicionales -que debemos recuperar en sus fundamentos ideológicos- junto a los que emergieron en los años próximos. No sabemos si hay una nueva generación lista para generar y personificar otro estilo de política. Quizás esté adentro de las organizaciones o acaso más fuera de ellas. Una generación que, ante todo, renuncie a servir a otros valores y a otros objetivos que no sean nacionales. Con esperanza y sin apuros domésticos, pero asumiendo la decisión de construir lo que hace falta. Mientras se realiza la faena irá pasando la tormenta de tierra” José A. Riesco.
El cristinismo busca en primer lugar una visión conspirativa, que es común del “revisionismo histórico” y por eso elige a la soja y la demoniza inicialmente aunque sea el pilar del “modelo” pretendiendo erigirla en la herramienta al servicio de la opresión por la “oligarquía rural”,asomando en esta tesis un marxismo que otrora llamábamos reduccionista o vulgar -berreta- y los intereses de clase en pugna generan dos modelos falaces “nacional y popular” u “oligárquico y antinacional” lo que en clave nacionalista sería: Patria o antipatria. Pero Lenin también hace su aporte al relato y así como el imperialismo fue la fase superior del capitalismo, hoy en la visión maniquea de Carta Abierta y el progresismo vulgar del cristinismo el kirchnerismo culmina y supera al peronismo. Olvidan por inocentes o incultos que Lenin planteaba que esta superación era sólo la etapa de la inevitable crisis capitalista, y cuando la revolución rompiera el eslabón débil de la cadena.
Pero en esta construcción utópica del cristinismo, éste requiere de aliados que le sirvan para mostrar que existe una oposición que la confronta, y esos aliados en la sombra, no pueden ser verdaderamente opositores porque correrían el riesgo de que terminen encarnando los requerimientos de cambio popular que la hora y el cansancio al acostumbramiento a la inseguridad, la falta de puestos laborales, la corrupción generalizada, la humillación de dádivas mediante los planes sociales, una inflación que devora y atenta contra el ingreso de los asalariados y los más carenciados, y tantas otras cuestiones ya enunciadas, podrían arruinarles los planes; por ese motivo ella ya “eligió”a sus adversarios y están muy claramente identificados, uno es el tibio gobernador santafecino y el otro es el rapaz gobernador puntano.
Y esto cada vez se palpa más claramente, realizaron en Rosario un show mediático verdaderamente digno de Tinelli, cuando uno y otra se recriminaban torpemente y por tonterías insignificantes, mientras uno se hacía el denunciador, la otra, “la Jefa” lo chicaneaba con el mismo desenfado con que lo hiciera con Parrilli el día que le apostrofara “que te queda mejor de tonto, no te hagas el vivo”. Ese es el Binner, realmente funcional desde un comienzo mismo a las necesidades del cristinismo, rompió el acuerdo con el radicalismo alegando que su límite era De Narváez, cuando se alió en otros distritos hasta con los neoliberales más rancios, el otro es “El Alberto”, el mismo que empiojó una interna que nunca debió realizarse en el Peronismo Federal allá por abril del corriente y ahora no hace otra cosa que atacar a su ex compañero del PF, intentando hacerlo ver como al “cuco” del pasado que intenta volver, casi con la misma “iniciativa política” de “ella” cundo lo designase como “el padrino”.
Uno reniega de sus ancestros ilustres como Palacios para volar como las gallináceas (a propósito de la parábola del ex enemigo acérrimo y hoy socio cuasi vitalicio Carlos Saúl), y el otro quizás no reniegue de ningún ancestro ilustre pues poco tiene de peronista, porque ser peronista implica ser solidario, romántico, no individualista, humilde y nacional y él carece de todas y cada una de esas características, por el contrario se cree y actúa como un “pavo real” casi tan pavo y real como Cristina que se cree Evita y no es ni siquiera una mala copia y presume de princesa cuando le calza mucho mejor el rol de bruja. En el universo peronista, eso que ni Cristina ni el Alberto entienden, la distinción entre Patria, Estado, Gobierno y Movimiento fue siempre significativo y por eso Perón nos legó aquello de que primero estaba la Patria, luego el Movimiento y por último estaban los hombres.
CFK y Alberto Rodríguez Saá nunca lo entendieron, y es por eso que siempre invirtieron la ecuación poniendo al hombre por sobre el Movimiento y por sobre la Patria, utilizaron el Estado y el Gobierno para satisfacer sus propias y mezquinas ambiciones personales y su autoenriquecimiento, y Hermes Binner es un tibio militante de la causa socialista que no sólo desconoce los legados de Don Alfredo Palacios sino que fue un oscuro intendente y un muy mal gobernador que logró apenas la elección de su delfín porque enfrente tuvo al cristinismo más obsecuente y a una figura nueva que no logró en el muy corto tiempo de la campaña imponer su pensamiento. Con estos dos “socios” el cristinismo se encamina a Octubre buscando desmalezar la cancha de aquellos contendientes que puedan frenar su destino de permanencia, allá ellos con la carga de la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario