viernes, 4 de noviembre de 2011

AMPAROS PARA TODOS (Y TODAS)

AMPAROS PARA TODOS (Y TODAS)
Mientras nuestra botóxica y bipolar presidente se pasea altiva en la cumbre del G-20, aquí, en el cono sur, en su republiqueta antes conocida como Argentina, se gesta -intencionadamente- el caos.
En menos de 72 hs. se descerrajaron certeros disparos a la cabeza y el corazón de la clase media, estrato social que con su esfuerzo viene soportando el saqueo de su capacidad de ahorro y mantiene la gran caterva de funcionarios corruptos y lúmpenes que viven de los planes sociales.
Sólo en los regímenes totalitarios se vio semejante actitud para la gran mayoría del pueblo.
A sólo diez días del “arrasador triunfo” kirchnerista, el control en la adquisición de dólares mostró lo que recrudecerá en breve:
Toda la maquinaria judicial y burocrática fiscal impedirá la compraventa de
La profundización del modelo propuesto por el kirchnerato implica que no admita competencia: sus cómplices son los únicos que pueden utilizar sus influencias y contactos para poder incrementar sus patrimonios.
Uno de los métodos es seguir comprando dólares con los papelitos de colores que se imprimen -sin control alguno- en el extranjero, ya que se cuidaron muy bien de desmantelar la Casa de la Moneda y Calcográfica Ciccone donde se imprimían los pesos argentinos. Encima esos dólares los adquieren sin limitación alguna y al precio oficial, pues nadie podrá explicar a dónde van a parar los cientos de millones de dólares que diariamente se inyectan al mercado cambiario.
Hoy supimos que una jubilada de 87 años no pudo adquirir apenas mil setecientos dólares, y en el recurso de amparo que fundadamente presentó junto con su abogado, otro de los jueces todo servicio, el Dr. Luis Armella (el mismo que pasara a la fama con la polución del Riachuelo) en pocas horas desestimó tan legítimo pedido.
El kirchnerato seguramente sabrá ser agradecido pues este juez federal de Quilmes abrió el camino para que otros magistrados copien su injusto pronunciamiento.
Un país sin justicia no puede llamarse nación, sostienen mis amigos, y esto es lo que sucede en nuestra formal república Argentina.
Sería interesante desarrollar un programa de AMPAROS PARA TODOS para ver si encontramos jueces valientes que, de una vez por todas, apliquen la Constitución Nacional.billetes norteamericanos.

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