jueves, 17 de noviembre de 2011

Dónde hay un dólar

Dónde hay un dólar

Impericia o subestimación, ya no importa. Lo cierto es que los ataques especulativos contra el peso, que tienen autores nacionales, no foráneos, siguen poniendo a prueba a un gobierno que tardó en reaccionar. Gabriel Mariotto le salió al cruce al Grupo Clarín: el 28 vence el plazo para vender activos, aunque ese aspecto de la Ley de Medios fue “congelado” por un juez. La guerra que viene.

El ex presidente del Banco Central, Javier González Fraga, un monetarista en los ‘90 con Carlos Menem que se reconvirtió más tarde en industrialista por su experiencia de producir y vender dulce de leche, le reclamó este lunes al Gobierno que use “toda la capacidad de fuego” de la entidad monetaria para disuadir a los especuladores contra el peso. En un programa de TV por cable, el reciente ex candidato a vicepresidente por la UDESO que “lideró”Ricardo Alfonsín consideró que la “minicrisis” provocada por la presión sobre la cotización del dólar se debió, básicamente, a la “torpeza” de la titular del Central, Mercedes Marcó del Pont
En verdad, lo que González Fraga califica de incapacidad para el Gobierno es prudencia, y para otros es una lisa y llana subestimación del impacto de las expectativas. Insistimos desde esta columna que se equivoca el candidato de Francisco De Narváez a la vicepresidencia cuando sostiene que no hay una conspiración antiK detrás de la especulación. Ha existido y existe una operación concertada para generar incertidumbre, pero se conjugan en ella dos factores: el fogoneo del Grupo Clarín es el reflejo histórico de ese consorcio, que cuando se trata de boicotear a quien considera su enemigo, no ceja en su intento (Se le puede preguntar al senador Carlos Menem). Y los especuladores de los márgenes del mercado de divisas están de parabienes con tamaño aparato para generar incertidumbre. También es cierto que algunos en el Gobierno le atribuyen una monta al problema, muy probablemente con el fin de esconder detrás de la sábana blanca de los fantasmas su ineficiencia o su falta de previsión.
Pero después de semanas de inacción, una sola medida volteó al dólar “paralelo”. Fue la decisión de flexibilizar la normativa para permitirle a los bancos que entreguen los dólares que los clientes reclamen, tanto los que tengan depositados a la vista como los de los plazos fijos a su vencimiento. Que algunos bancos le hubieran pedido a sus clientes que volvieran al día siguiente para llevarse sus dólares dio pábulo para que comunicadores inescrupulosos, en sus medios y en especial en las redes sociales, comenzaran a hablar de “corralito” bancario.
El titular del Banco Provincia, Guillermo Francos, rechazó esas versiones y ratificó la libre disponibilidad por parte de los clientes. Además, destacó el lunes que la divisa bajó su cotización en el mercado paralelo. En efecto, el dólar “negro” pasó de 5 a 4,75 pesos en solo dos días. Francos admitió que “existe un nerviosismo que lleva a generar este tipo de operaciones, pero es injustificado”. “El Banco Central le dijo a los bancos que van a poner todos los dólares que sean necesarios a disposición, creo que estamos ante un histeriqueo financiero inconcebible”, puso blanco sobre negro el ex dirigente del Partido Federal, para quien los controles de la AFIP sobre la situación fiscal de los ahorristas que demandan divisas extranjeras “tiene lógica, pero fue inoportuna”.
Francos fue el único dirigente filo-oficialista que sacó la cara por una situación que, sin duda, cierta impericia provocó que llegara hasta aquí.
El Central informó el martes que las reservas se situaron en torno a los 46.170 millones de dólares, lo que supuso un descenso de 204 millones respecto del viernes anterior. La pérdida de reservas de las primeras dos semanas de noviembre superó los 1.100 millones de dólares, y llega a 5.600 millones si se toman como medida los 52.002 millones del 2 de agosto pasado.
Ahora bien, cuando se analiza el balance de octubre, entre otras cosas sumando el ingreso de dólares por exportaciones y la venta de reservas, se observa que las reservas internacionales cayeron 1.066 millones de dólares. Se destacó en los medios que miran con lupa cada movimiento, esperando tener malas noticias para amplificarlas, que la autoridad monetaria dilató hasta el 1º de diciembre la publicación del informe de Evolución del Mercado Único y Libre de Cambios y Balance Cambiario del Tercer Trimestre de 2011, que contiene el dato de la Formación de Activos Externos del Sector Privado No Financiero, es decir, la conocida fuga de capitales. Analistas del mercado estiman que esa fuga superó los 20.000 millones de dólares en los primeros diez meses del año, y que se “espiralizó” hasta llegar a 3.500 millones en octubre, pero el dato oficial, previsto para el último jueves, se conocerá veinte días más tarde.
Es evidente que se trata de una información que el Gobierno no quiere darle a la hoguera de los especuladores, que necesitan muy poco para hacer su “trabajo” ya que los rumores y versiones casi siempre se construyen con una parte importante de mentiras. Pero es tan cierto que la fuga existe como que estamos frente a un ataque especulativo que no tiene ninguna posibilidad de crecer hasta una crisis ni nada que se le parezca, incluso a pesar de la impericia de las autoridades monetarias.
Que parientes y amigos llamen a su periodista de cabecera para preguntarle si deben salir corriendo a comprar dólares no indica que se está ante una situación de inminente debacle financiera. Que los vivos de siempre se estén haciendo su “agosto” con las versiones que disparan, ayudados de manera inestimable por medios que sólo piensan en “limar” a la Administración K, explica existe una pequeña estructura especulativa intacta (aunque, lo saben los memoriosos, esto no es 1977 cuando todo el país era una “timba”y gobernaba la “Patria financiera”).
En efecto, la fuga es muy grande pero el Banco Central dispone de más de 47.000 millones de dólares en reservas. Los especuladores son marginales, no son las cuatro empresas agroexportadoras aunque alguna se haya sentado arriba de sus dólares para hacer una diferencia. Ya fueron avisadas del“despiste”, de la inoportunidad, y han comenzado a liquidar de manera acelerada. A partir de ahora se verá un flujo más constante de dólares y una disponibilidad de divisas que seguirán reduciendo la brecha entre dólar “para-lelos”y oficial. Cuando se trata de hacer una ganancia, cualquier información sirve: la crisis financiera global, la caída de Berlusconi, el desempleo en España, las elecciones en ese país, la sanción del Manchester City a Carlos Tévez. En fin, los que juegan con la ignorancia de algunos miles de desesperados tienen en esa desesperación el caldo de cultivo indispensable para hacer una diferencia.
Lo grave de esta situación es que hay algunos poderosos que no hacen otra cosa que echarle leña al fuego, lo que en buena medida se debe a lo que admitíamos al comienzo: las autoridades no mostraron toda su batería de herramientas, por incapacidad o por subestimación, ya no importa.
El Gobierno administra el aparato del Estado. Como tal, frente a los “informantes” interesados en “empiojar” el mercado financiero, la Administración de Cristina Kirchner se ha mostrado como un oso que se quita a las moscas del hocico. La ausencia de un ministro de Economía en funciones y la presencia de una presidente del Banco Central inexperta abrieron las compuertas para que se filtren algunos marginales. Darles otro carácter, otro nivel, alimenta el cuento de que avanzamos sin poder evitarlo a una crisis de proporciones. Un verdadero despropósito cuya repetición debería condenar a quien lo haga a la “hoguera de los zonzos”, porque si tal cosa llegara a ocurrir, muchos de los que repiten acríticamente este afirmación serán los primeros en irse por el sumidero, de cuyas paredes sólo podrán aferrarse los que jamás sufren ninguna crisis y los más rápidos operadores del mercado informal de cambios, que saben cómo encender la llama y cuándo correr para no quemarse ni un dedo.
Pero algunos de los que, con más empeño, han atizado el fuego, como es el caso del Grupo Clarín, recibieron el lunes una advertencia. El aún titular de la Administración Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (ex Comfer), Gabriel Mariotto, recordó que el próximo 28 se cumple el plazo para que los multimedios que no se ajustan a derecho por la cantidad de licencias que poseen, las vendan. Sobre Clarín, indicó que “el volumen (de medios que posee) es tan alto que cualquier ciudad que abordes encontrás una posición dominante. Por eso Clarín está en el primer plano de ajuste a derecho”.El electo vicegobernador bonaerense no se quedó ahí. También apuntó que el Grupo Hadad dispone de más frecuencias que las que la ley le permite en una zona geográfica (la Capital) y que el ex banquero Raúl Moneta deberá transferirle a Matías Garfunkel las radios de CIE que compró a su nombre. Garfunkel es el nuevo socio del oficialista Sergio Szpolski. Habría que ver si la Ley de Medios realmente permite estas transferencias

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