jueves, 22 de diciembre de 2011

PERSPECTIVA DE LAS CUENTAS EXTERNAS

Condenados a perder reservas
• En los últimos años, el superávit de la cuenta corriente externa dio margen para mantener un tipo de cambio estable y a la vez mantener bajas las tasas de interés.
• Pese a la inflación, los rendimientos de los depósitos eran atractivos en dólares.
• Ahora, con el saldo de cuenta corriente en terreno negativo, la situación es otra.
• Los cambios en el contexto económico global añaden nuevas complicaciones al delicado panorama de la caja de dólares.
• El fortalecimiento del dólar durante las últimas semanas ensombrece el panorama comercial, al menos para el primer trimestre de 2012.
• Y el flujo de capitales ahora juega en contra: a medida que se esparció el temor a un colapso europeo, los fondos abandonaron tanto Europa como los países emergentes.
• Por otro lado, la inflación sigue atrasando el tipo de cambio y agravando su potencial explosivo.
• Este año terminará con una devaluación nominal de entre 7% y 8% mientras que la inflación real se ubicará casi veinte puntos porcentuales por encima, lo que significa una fuerte apreciación del peso en términos reales.
• De todas formas, es esperable que la inflación pierda fuerza en los próximos meses por una paulatina desaceleración de la actividad.
• Sin embargo, el recorte de subsidios tendrá impacto en el IPC a medida que se vaya traduciendo en incrementos de tarifas y consiguiente derrame en precios de bienes intensivos en energía.
• La elevada inflación en dólares ha llevado los costos medidos en esa moneda a los niveles de la convertibilidad.
• La competitividad cambiaria sólo queda a salvo cuando se analiza en términos de tipo de cambio real multilateral -es decir, respecto a la canasta de monedas de nuestros principales socios.
• Pero en ese frente también se comienza a sentir el acoso del real brasileño.
• El real brasileño ha vuelto a acercarse a 1,90 por dólar.
• Como conclusión, entonces, el año que viene Argentina tendrá restricciones externas, la economía local dejará de generar dólares y el financiamiento en los mercados internacionales permanecerá bloqueado hasta que se resuelvan los conflictos pendientes con acreedores (holdouts, Club de París, causas ante el CIADI).
• Cabe esperar, pues, que el rojo de nuestras cuentas externas siga bancándose a costa de una erosión adicional de la maltrecha caja de dólares.
• La cuenta corriente seguirá cayendo debido al deslizamiento de precios de la soja y a exportaciones previsiblemente también menores a Brasil.
• Paradojalmente, el saldo comercial del año próximo podría verse beneficiado por la desaceleración de la actividad económica y un consiguiente menor ritmo de crecimiento de las importaciones.
• La salida de capitales no se detendrá hasta que no se produzca una recuperación -hoy a todas luces improbable- del clima de negocios y de la confianza de los ahorristas.
• La doble ocurrencia de un flujo negativo de capitales y un déficit de cuenta corriente implica que las reservas internacionales volverán a caer el año próximo.
• Lo que resulta evidente es que en 2012 no podrá repetirse una tasa de devaluación tan fuertemente retrasada respecto a la inflación:
• o aumenta la primera,
• o se refrena la segunda,
• o se produce una mezcla de ambas -que es lo que seguramente ocurrirá.

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