jueves, 16 de febrero de 2012

El buen consejo de Maquiavelo

El buen consejo de Maquiavelo

En “El Príncipe”, Maquiavelo considera sumamente importante para mantenerse en el poder, tratar de ajustar los gastos a los ingresos.
Legítimamente señala, que el gobernante dispendioso acaba, por necesidad, gravando con impuestos altos a sus súbditos, apelando a todos los procedimientos fiscales y echando mano de cuantos recursos pueda valerse para recaudar dinero. Opina, que ésta conducta, termina por hacerlo odiar por todos aquellos a los que empobrece, es decir, toda la sociedad.
Maquiavelo muestra la inconveniencia del gasto desmedido.
En nuestro país no se asocia el ahorro con el desarrollo. No es el único, basta con observar los problemas que tienen los europeos para reparar que el gasto público se ha convertido en una conducta compulsiva. Las consecuencias están a la vista: endeudamiento, desempleo y disminución del nivel de vida.
La sociedad termina pagando la irresponsabilidad de los que gobiernan.
En Argentina la modernización estuvo ligada -como muchos otros países- al capital extranjero que permitió crear la infraestructura necesaria para aprovechar las condiciones favorables que proponía el comercio mundial.
Pudimos progresar aceleradamente gracias al ahorro de los empresarios ingleses, sobre todo. Aún hoy se lo desprecia y se sigue enseñando en las universidades la errónea teoría de la dependencia y la explotación.
Argentina necesita imperiosamente aumentar la producción y la productividad, contar con capitales extranjeros que se sientan seguros de poder invertir.
El capital autóctono escasea, las empresas, que podrían haber aprovechado las oportunidades que permite el comercio libre, se ven afectadas por regulaciones inconcebibles, limitaciones a la exportación e importación que no permiten mejorar la tecnología y aumentar la productividad, base del progreso económico.
El gobierno se está volviendo cada vez más rapaz porque no puede cumplir con las obligaciones populistas que se ha creado. Los problemas van haciéndose manifiestos. La energía es un ejemplo paradigmático.
Tenemos recursos como para no tener cortes de luz y poder acceder a combustibles más baratos, solo necesitamos abandonar políticas coercitivas para incentivar y atraer inversiones del mundo entero.
Lamentablemente, pocos se arriesgan a traer capitales, se eligen otros países, más seguros con políticas que permitan el cálculo económico. Debe restaurarse la confianza perdida por la nefasta intervención estatal en la economía.
Buena parte de los argentinos se dejaron llevar por discursos que apelaron a la emoción mucho más que a la realidad. Se creyó en el estado benefactor más que en la capacidad individual.
Durante el gobierno de Frondizi, con inestabilidad política, y asedio de la cúpula militar, se hizo un real esfuerzo por cambiar la política económica que se pareció durante años a la actual. Sería útil recordarlo.
Frondizi con valor dejó de lado ideas que defendió antes, y comenzó su gobierno con un discurso que convendría leer hoy. Es el apropiado para realizar un cambio de timón.
Dijo en el Congreso: “El establecimiento de un orden jurídico y de una justicia independiente que proteja al ciudadano contra los excesos del poder administrador, son condiciones indispensables para el progreso económico… deberá garantizarse la libre competencia como estímulo del progreso… y facilitarse la función creadora de la iniciativa privada…”
Como si fuera poco, llamó a colaborar en el área de Economía, Trabajo y Seguridad Social, a quien siempre defendió esas ideas: Álvaro C. Alsogaray. Tomó como punto de partida la decisión del Dr. Frondizi -expresada el 29 de diciembre de 1958- la devaluación de la moneda y la liberación de la economía.
Se inició una política diametralmente opuesta al estatismo, nacionalismo regresivo, controles e inflación reprimida, que había regido en el país desde 1946 y continuó con la Revolución Libertadora y gobiernos posteriores.
Para abril de 1961 se alcanzó una posición destacable. En menos de dos años las reservas monetarias netas habían aumentado notablemente y el peso argentino se mantenía estable. Se iniciaba la construcción del crédito interno y externo, existía adecuada liquidez, la bolsa estaba firme y facilitaba la capitalización de las empresas mientras se cumplía un acelerado proceso de reequipamiento industrial. La balanza de pagos era positiva, el déficit del presupuesto decreciente y financiado sin emisión.
Si se hubiera persistido en el esfuerzo, el éxito no estaba lejos, ya que una auténtica política de desarrollo caracterizada por la afluencia de capitales del exterior estaba en marcha. Lamentablemente, la forzada renuncia del Ministro y los problemas que llevaron al golpe militar y a la destitución del Presidente, marcaron un rumbo incierto.
Cuando “las papas queman” aparecen los que deben “ajustar” y se los tolera hasta que salvan la situación, después se prefiere a los que “regalan” y “distribuyen” con plata ajena. De esa forma volvemos al círculo vicioso que no nos permite levantar cabeza.
Sin embargo, otra vez la realidad se va a imponer en Argentina, como lo está haciendo en Europa y tantas veces en nuestro país. Veremos si ésta vez aprendemos y el próximo gobierno, o por milagro, el actual, siguiendo el buen consejo de Maquiavelo, bajan el gasto y también, como en el gobierno del Dr. Frondizi, realizan un cambio de ese tipo, esta vez perdurable, para que podamos gozar de los resultados.

Los nuevos secretos de Estado

Los nuevos secretos de Estado

Avanzado el año militar, ninguna de las fuerzas hizo pública la nómina de ascensos y destinos en las distintas unidades.
Avanzado el mes de febrero, ni el Ministerio de Defensa, ni las distintas fuerzas, dieron a conocer las nóminas de integrantes tanto de sus respectivas planas mayores como de sus jefaturas de unidades o dependencias, en el marco del inicio del nuevo año militar.
Tampoco se informó sobre el estado del jefe del Ejército, teniente general Luis Alberto Pozzi quien el mes pasado debió ser intervenido quirúrgicamente de una compleja lesión abdominal que insumió la necesidad de aplicar un ano contra natura.
Salvo el relevo del almirante Godoy en la Armada, como la nómina de ascensos de los nuevos generales, almirantes y brigadieres, dada en su momento por el sitio oficial de Presidencia, no hubo otra información ni tampoco dada a conocer a través de la difusión de los decretos respectivos en el Boletín Oficial.
En tanto trascendieron, en el ámbito del Ejército, distintas expresiones reservadas de contrariedad por los criterios utilizados en los últimos ascensos -que como se dijo no fueron públicamente dados a conocer- donde, se aseguró, se promovieron oficiales por encima de los escalafones de mérito en perjuicio de otros uniformados más calificados.
También hubo objeciones en el ámbito del Ministerio de Defensa con oficiales superiores (coroneles) que lograron acomodar su situación para permanecer en actividad, pese a que están incluso hasta dos años excedidos en esa condición. Esta sorda puja entre los mismos involucrados se da por el hecho de que un oficial en actividad pierde, al pasar a situación de retiro, las dos terceras partes de su sueldo. (Tiempo Militar)

Tras un manto de neblina…

Tras un manto de neblina…

Volver al teclado: una experiencia casi surrealista si se trata de analizar un escenario político donde abunda el grotesco y la “tomada de pelo”. Sin embargo, estamos como espectadores mansos en ese teatro. Frente nuestro, un solo protagónico y un exceso de actores de reparto que apenas se limitan a los aplausos.
Parece que hiciese años que reasumió la Presidente en su segundo mandato (otra falacia si consideramos que su primer periodo fue una suerte de continuación del de su marido) En ese sentido, puede decirse sin equívoco que llevamos 9 años sometidos a este reinado. La costumbre nos ha ganado.
De la noche a la mañana se esfumó la esperanza depositada en algunas voces opositoras que lograron ciertos cargos. Todos callaron y algunos cayeron en la trampa del espectáculo montado. Esperan “su momento” que, paradójicamente, no suele ser el momento de los ciudadanos. Hace tiempo que la democracia argentina dejó de ser representativa. Hoy es una seudo democracia delegativa, guste o no aceptarlo.
El año comenzó con un hecho político signado por la confusión: el “falso positivo” de un papelón. Desde entonces, lo que debiera ser una etapa de tregua o quizás de letargo, se vio sobresaltada por incoherencias y atropellos previsibles pero también desmesurados en el cómo y en el cuándo. La confusión y el papelón trashumaron a todos los campos.
La Primera Mandataria decidió adoptar un rol estrictamente comunicacional. No soluciona nada más allá de las palabras. Declama, recita, cree dar cátedra. El gobierno así divide sus quehaceres: por un lado, la comunicación monopolizada por el relato. Por otro, el submundo de los negocios o negociados. Ambos aspectos están en muy pocas manos. El resto atiende contingencias ante la ausencia de políticas a mediano o largo plazo.
La herramienta por excelencia de este nuevo período radica en la sistemática prohibición de todo acto y toda voz que puedan alterar el orden preestablecido de ante mano. Ausencia del clima democrático. Por ejemplo, la Presidente establece que el dólar debe mantenerse. Corolario: control absoluto de mercado. Medidas en apariencia populistas embebidas de falacias nacionalistas. En definitiva, otro engaño.
Quiénes compran dólares en cantidad poseen armas propias para eludir los candados. El único afectado es el ciudadano común a quién se le ata las manos. Pero los dólares, finalmente y a pesar de los sabuesos, siguen escapándose. Ampulosos anuncios con resultados únicamente mediáticos.
La realidad pasa por otro lado. El progreso, en boca de Cristina Kirchner, se palpa en récords tan falsos como el resto del relato. ¡País pujante porque cuatro o cinco días, y algún fin de semana largo, hay movimiento de autos hacia la costa atlántica!
El verdadero dato: cuando el progreso kirchnerista no existía, se veraneaba por lo general entre 15 y 30 días… Pero esas, según el oficialismo, eran épocas de despilfarro que llevaron a la crisis de comienzo de siglo. Entonces vino el abismo, y apareció “El” para salvarnos.
Nada bueno pasó antes de mayo de 2003: comienzo irrefutable de bonanza espectacularmente vendida, por especialistas en el arte de pintar escenografías. Es justo admitir que el público también se maneja en demasía con el doble discurso. Delezna la expansión indiscriminada del Estado pero, simultáneamente, requieren que éste los ampare y proteja para evitarle trabajo. De ese modo es muy difícil romper el círculo vicioso o viciado.
Después de una reelección, que encima superó expectativas, la crisis es o debería ser utopía. Los comicios arrojaron el ocaso de alternativas y sin embargo, hay apremio por tapar todo cuánto está pasando.
No hay enemigos poniendo obstáculos, la economía que aún no se ha desbordado funciona como modeladora de la ética y la moral del ciudadano. Todo es aceptado sin chistar si aún hay cierto respiro y métodos para disfrazar la realidad.
Ejemplo cabal es la tarjeta SUBE. Las filas eternas para permanecer subsidiado, amén de mostrar la necesidad reinante en amplias franjas sociales, pone de manifiesto de qué manera se maneja al rebaño. SUBE es un “regalo” del gobierno, toda otra especulación es solamente eso: especulación de la minoría que no los ha votado. Para muchos sirve como atenuante de un bolsillo aún no violado. ¿Hasta cuándo?
Si algo debe reconocérsele al oficialismo es su capacidad para manejar la distracción. Ante la falta de adversarios, hay que crearlos. La política como batalla perpetua: concepción kirchnerista por excelencia. Así se embistió contra el clero, el empresariado, los militares, los medios de comunicación, el campo… Hoy es el turno de lo foráneo.
Malvinas es una causa nacional que nadie puede cuestionar pues se impone lo políticamente correcto. Es probable que a una mayoría de los argentinos no le interese un ápice la soberanía de los isleños, pero de ahí a exponerlo públicamente hay un gran trecho. Hay miedo al pensamiento…
Malvinas opera como antes operaron los Derechos Humanos.
Con el “manto de neblina” que no hemos de olvidar se cubre al testaferro del vicepresidente, a la interna rabiosa dentro del seno mismo del gabinete, se cubre la improvisación y los déficits. Las Malvinas oscurecen los índices falsos del INDEC, los conflictos sociales en ciernes, el desabastecimiento de insumos, la mega minería que, mucho más allá del medio ambiente, contamina de corrupción a los dirigentes.
Las denuncias deben mantenerse en la latitud en que se han mantenido siempre. Skanska, Grecco, Antonini, Atucha, Yacyretá, Aerolíneas Argentinas, Meldorek…, son ejemplos concretos de cómo deben pasar a segundo o tercer plano todo aquello que salpique de corrupción a los funcionarios. Otro apéndice del Estado hará lo demás: los jueces alquilados.
Más preocupación que la soberanía, la democracia, los derechos humanos y cualquier otra causa, el desvelo del poder pasa por empezar urgente la campaña para asegurar una continuidad que hoy no está.
En ese trance, se vuelve a recordar que hay sólo un modo de alterar el escenario nacional: tocándole -sin eufemismos- el bolsillo a los ciudadanos. Eso no está lejos de pasar. Y será entonces cuando el gobierno necesite alguna estrategia más para mantener el status quo, sin el cual no puede continuar. ¿La tendrá?

martes, 14 de febrero de 2012

Carnaval, sí; ley de sufragio, no

Carnaval, sí; ley de sufragio, no



“La vida es un carnaval”, cantaba Celia Cruz, y eso que no era argentina. De acuerdo al DRAE*, carnaval viene del italiano “carnelevare”, carne, de carne y levare, de quitar. Y la 1° acepción es: “3 días que preceden a la Cuaresma”, fechas en que los cristianos no debían comer carne. ¡Y eso que no se sabía de la futura existencia de Guillermo Moreno, un consagrado especialista en hacer desaparecer la carne!
Otra acepción del DRAE para carnaval, es: “se dice del conjunto de informalidades y fingimientos que se reprochan en una reunión o en el trato de una empresa”. Se refiere a “reunión y empresa”, no dice nada sobre nación, pero nunca se sabe. Por la razón que fuere, el lunes 20 y el martes 21 de febrero, serán feriados nacionales, determinados por la presidente.
¡Y viva el carnaval! Es bueno para el turismo. Siempre y cuando el turista no sea un arriesgado fotógrafo francés, que tuvo la osadía de pretender sacar fotos en la Plaza San Martín, a las 8 y media de la mañana, de un día laborable. Francia, perdón. En Salta el año pasada las 2 turistas y ahora esto. Francia, perdón una vez más.
Mientras Argentina se prepara para festejar el carnaval con alegría, cuestión de olvidar por unas horas que la sintonía fina del gobierno es un asalto al bolsillo, el centenario de la ley 8871, la ley del sufragio universal, la ley Sáenz Peña, la ley que encaminó al país hacia una democracia plena, plural y justa (para la época); la ley que permitió que la actual presidente lo fuera, ha sido olvidada, peor aún, ignorada por los que fabrican feriados. El voto popular tiene menos importancia que el carnaval. Es toda una definición. Una triste, pero real definición de la Argentina de hoy.
El 10 de febrero de 1912 (16 meses después de asumir) el proyecto de ley enviado al congreso por el presidente Roque Sáenz Peña, con la inestimable colaboración de su ministro del interior, Indalecio Gómez, fue aprobado. Al presentar el proyecto, Roque Sáenz Peña se dirigió a los miembros del poder legislativo con estas palabras: “He dicho a mi país todo mi pensamiento, mis convicciones y esperanzas. Quiera mi país escuchar la palabra y el consejo de su primer mandatario. ¡Quiera el pueblo votar!”
Y el pueblo, quiso. Lo hizo por 1° vez en la provincia de Santa Fe el 8 de marzo de 1912, se presentaron los candidatos radicales (hasta entonces se abstenían, ya que los comicios eran abiertamente fraudulentos). Ganó la dupla Manuel Menchaca/Roberto Caballero, UCR. Le siguió Entre Ríos en 1914 y finalmente, las presidenciales a nivel nacional, el 2/4/1916, elección que ganaron cómodamente, Hipólito Yrigoyen y Pelagio Luna. Se cumplió el mandato, y en 1922 fue electo presidente Marcelo T. de Alvear con Elpidio González como vice, hasta 1928. Otra vez Yrigoyen con Enrique Martínez como vice, y el 6/9/1930, el 1° golpe militar que terminó con 14 años de institucionalidad democrática.
A partir del 30, Argentina se bambolea entre gobiernos electos y golpes de estado. De estos 100 años de la ley Sáenz Peña, 22 fueron de facto. Recién desde 1983, con sus más y sus menos, con muchos errores y sin demasiados aciertos, Argentina vive una democracia donde el voto es realmente universal (se le sumaron las mujeres con la ley 13.910 del 8/9/1948, impulsada por Eva Perón). La democracia en su real sentido, es el pueblo eligiendo a sus gobernantes por un tiempo predeterminado. A su vez, república, implica división de poderes y un irrestricto respeto por las libertades individuales. Es cierto, Argentina vive en democracia desde 1983, pero para ser una república, le falta mucho.
Volviendo a Roque Sáenz Peña y a la ley que lleva su nombre y que cambió la historia del país. Después de la Constitución Nacional, los próceres que fundaron la nación Argentina, los que le dieron base y sustento, organizaron el estado, ampliaron y consolidaron sus fronteras, todos ellos, formaban parte de una élite con profundas raíces en esta tierra de la que eran parte. Eran hombres esclarecidos, educados, con visión de futuro y decididos a construir una patria grande, rica y generosa.
Lo consiguieron. Pero, los presidentes y sus vices, formaban parte de un pequeño círculo áulico, se elegían entre parientes, amigos y ex compañeros de colegio. Todos ellos aptos, lúcidos y preparados para los puestos que iban a ocupar. Funcionó bien. Tan bien funcionó que Argentina pasó a ser la meca de infinidad de inmigrantes europeos, corridos por el hambre y la falta de oportunidades. Entonces la sociedad, cambió. Los recién llegados trabajaron, se esforzaron y exigieron el derecho a elegir a sus representantes. Chocaron con los dueños del país.
La UCR de Yrigoyen boicoteó las elecciones amañadas y se levantó en armas varias veces, exigiendo una ley electoral justa. El partido socialista (1896) de Juan B. Justo, participaba de las elecciones, (lo que le permitió obtener la 1° banca socialista de América en 1904 con Alfredo Palacios), pero también exigía una ley electoral diferente. La presión social crecía tanto como el país. Mucho. Y rápido.
Finalmente, Roque Sáenz Peña con Victorino de la Plaza como vice, asume la presidencia el 12/10/1910. Previamente había sostenido una conversación con Figueroa Alcorta, presidente saliente y otra con Hipólito Yrigoyen, virtual jefe de la oposición. Sáenz Peña le promete a Yrigoyen enviar al congreso un proyecto de ley electoral amplia y a cambio exige que la UCR se presente a elecciones y no se levante más en armas. Ambos cumplen. La palabra comprometida era sagrada. Otros tiempos, otros hombres.
Sáenz Peña formaba parte de la más rancia élite porteña, su padre había sido presidente (Luis, 1892/1895, renunció), y él había llegado a la presidencia con los acuerdos de cúpula que se acostumbraban. Aún así, fue capaz de interpretar lo que el pueblo quería y necesitaba. Para los conservadores fue una traición a su clase. Para el país fue la esperanza de integración política.
La ley 8871, del 10/2/1912, la ley del sufragio universal, secreto y obligatorio, para todos los varones argentinos mayores de 18 años, con el padrón elaborado a partir del enrolamiento al servicio militar (obligatorio, ley de Pablo Richieri, 2° presidencia de Roca), permitía elecciones limpias y plurales. Que los distintos avatares que sufrió el país a lo largo de estos 100 años no hayan permitido que Argentina ejerciera y sostuviera en el tiempo su poder de decisión en cuanto a sus mandatarios y representantes, es una falla de la sociedad, no de la ley.
Lo que quizás le faltó a la ley, fue un anexo que estableciera que ilustrar al soberano, era una obligación previa a cualquiera otra ley; cuestión que el pueblo, cada día más y mejor educado, tuviese las armas necesarias para elegir en libertad, sin presiones de propagandas populistas y promesas incumplibles. Sáenz Peña dijo, “¡quiera el pueblo votar!, debió añadir, “¡sepa el pueblo votar!”
Un pueblo educado, piensa su voto. Un pueblo educado, elige mirando el futuro. Martínez Estrada decía que, “si el caballo piensa, se acabó la equitación”. A pesar de la ley Sáenz Peña, la equitación en Argentina se practica con éxito.
Cien años de ley de sufragio universal no ameritaron de parte del gobierno ni siquiera una simple mención. Mientras que al carnaval le consagra dos días feriados, ¡dos!, cuestión de aturdirnos con máscaras, disfraces, serpentina y papel picado. ¡Pobre Argentina!
  • DRAE, Diccionario de la Real Academia Española

Ajuste mata relato

Ajuste mata relato

El excluyente protagonismo que ha ganado la palabra subsidios en la semántica corriente, tanto como el creciente espacio que la cuestión de las tarifas públicas ha pasado a ocupar en la comunicación oficial -desplazando a “las buenas noticias” que mitigaban eventuales amarguras futbolísticas- confirman que la dinámica de los procesos macroeconómicos es inexorable y que, más tarde o más temprano, las restricciones devienen operativas. Apelando a una “metáfora nominativa” -ajustada al lenguaje alambicado de los filósofos rentados de Carta Abierta- podría decirse que la estampita del paraíso “K” se empieza a desteñir.
Más allá de las piruetas dialécticas -lo de “Juanpi” Schiavi esquivando la palabra maldita fue antológico- o de la retórica rupestre de De Vido -definitivamente menos dotado en ese sentido-, es inocultable que el tema produce una suerte de reacción alérgica, como si se tratara de una peligrosa bacteria invadiendo el articulado organismo del “relato”, y dispara una indisimulable desorientación en el discurso. Pareciera que el indiscutible talento creativo de reconocida eficacia para comunicar la abundancia, no atina a encontrar los modos, a la hora de tener que vender la escasez. No es un tema menor. Convendrá monitorearlo, porque asoma como una sensible vulnerabilidad estratégica.
El primer fallido fue el impresionante despliegue publicitario, orientado a revestir de cruzada moral el inevitable aumento de las tarifas de los servicios públicos domiciliarios. El reclutamiento de un dream team de “famosos”, devenidos en espontáneo “club de dadores voluntarios de ética”, no conmovió a sus fans, logrando apenas dos renuncias voluntarias por cada mil apelaciones.
Aún no repuestos del fiasco anterior, se lanzó el culebrón de la tarjeta SUBE -hoy en pantalla-, instrumento en uso en el mundo desde hace un cuarto de siglo, vendido como “cutting-edge” en nuestro país, y que ofrece variadas aristas para la reflexión. Empezando por la referencia a la alta conflictividad potencial contenida en los problemas del transporte público, que remite -reconociendo las oceánicas diferencias- al Caracazo de 1989, o a la Crisis del Transantiago de 2007, ambos episodios ocurridos, curiosamente, en el mes de febrero.
Un abordaje desde lo general a lo particular, no puede omitir la llamativa naturalidad con que se procesa desaprensivamente una política pública arbitrariamente discriminatoria. La cuestión pone al desnudo que vivir en el AMBA nos hace acreedores al privilegio de recibir una ayuda del Estado, diez veces mayor que la que merecen, por el mismo concepto, nuestros compatriotas que eligieron residir en otro rincón de nuestra geografía.
Por otra parte, la pueril argumentación oficial ofende la inteligencia ciudadana. Su propia formulación constituye una flagrante contradicción en sus términos, ya que su promovida masividad atenta contra el propósito declamado de ser un instrumento para introducir racionalidad en la asignación de beneficios sociales. De un lado, porque el medio de pago de un servicio mal podría ser un adecuado atributo de elegibilidad para acceder a un subsidio; por el otro, porque la promesa oficial de beneficiar a todos los tenedores de la tarjeta, es fácticamente inconsistente con la imperiosa necesidad de reducir, en alguna porción significativa, la sangría que representan para el Tesoro los $ 19.000 M que demanda atender el subsidio.

miércoles, 8 de febrero de 2012

La malvinización para tapar el ajuste, cerca de agotarse

La malvinización para tapar el ajuste, cerca de agotarse

Hoy, la presidente conseguirá que un hecho habitual en cualquier democracia normal se convierta en un acontecimiento especial. Es que invitó a gobernadores y legisladores de distintos partidos al acto en el que se darían a conocer modificaciones a los permisos para los vuelos que comunican a las Malvinas con Chile. La última vez que CFK compartió un auditorio con dirigentes de la oposición -Mauricio Macri, Hermes Binner y Ricardo Alfonsín, entre otros- fue el 10 de diciembre del 2010 en un salón de YPF, cuando anunció el hallazgo de grandes yacimientos de gas y petróleo en Neuquén que nos permitirían llegar al autoabastecimiento. Aquella saga energética terminó días atrás con la misma presidente denunciando públicamente a Repsol-YPF por no invertir en nuevas explotaciones. La comparación viene a cuento por el hecho de que, a partir del 10 de diciembre pasado, el cristinismo está librando una batalla a brazo partido para instalar una agenda política que no pase por el ajuste -o la sintonía fina- que es, en definitiva, el verdadero eje de la acción de gobierno durante este año. El primer esfuerzo giró en torno a la escenificación mediática de la operación de tiroides, que se derrumbó en un clima de sospechas cuando trascendieron las incoherencias de los diagnósticos y se hizo obvia la manipulación oficial de la información. Inmediatamente el gobierno inició una serie de escaramuzas resonantes para tapar el impacto inicial de los tarifazos, los aumentos de tasas municipales, la baja del consumo en los centros de veraneo y el malhumor de la clase media ante los aumentos en las prepagas, los colegios privados, etc. La reforma constitucional, la ofensiva contra las petroleras y, sobre todo, la malvinización del discurso oficial fueron los tres instrumentos elegidos para tratar de distraer a la opinión pública.
Como seguirá
Que la malvinización está dirigida a un objetivo doméstico y no a conseguir resultados concretos en el plano internacional lo prueba el hecho de que la Casa Rosada no consiguió avanzar ni siquiera en el plano regional. La clave es que en Itamaratí están molestos por el freno que Guillermo Moreno les impuso a las importaciones y para nada predispuestos a enfatizar su solidaridad por Malvinas. Por otra parte, Brasil avanza en un convenio para la adquisición de material bélico británico que supera los U$S 2000 millones. Similar malhumor por la política de Moreno se hace sentir en Uruguay y Chile. Los más receptivos a la malvinización son, como viene ocurriendo invariablemente, los halcones del conservadurismo inglés, que encontraron una excusa para plantear el refuerzo de las defensas del archipiélago, como si las Fuerzas Armadas nacionales representaran una amenaza real.
El riesgo político que hoy enfrenta el cristinismo es que se le agoten los recursos mediáticos para mantener en primera plana la malvinización distractiva. No sólo se trata de bajarle el perfil al ajuste en marcha sino también a la crisis CGT-gobierno. Es evidente que el cristinismo no se siente cómodo en el contrapunto verbal con Hugo Moyano, porque éste apela a golpear en las zonas más sensibles del oficialismo. En tren de especular, el inminente agotamiento de la malvinización podría abrir paso a un nuevo escenario fabricado para tapar el tembladeral económico. Pero no sería la reforma constitucional, un tema que, si se planteara en el Congreso, llevaría a una casi segura derrota del oficialismo, ya que hacen falta los dos tercios de los votos, que por ahora están muy lejanos.

domingo, 5 de febrero de 2012

ESCÁNDALO EN LA EMISORA ESTATAL

Las denuncias por censura y persecución que desnudan los procedimientos en Radio Provincia

La denuncia de la periodista María Falcó contra las autoridades de Radio Provincia por “censura” y “persecución ideológica” -de la que este portal se hizo eco en exclusiva- devela a su vez los diversos procedimientos de la emisora estatal en ese sentido, que los trabajadores vienen denunciando desde hace dos años.
Falcó, conductora del ciclo “El Andén”, que se emite todos los viernes a la medianoche, apuntó en su presentación judicial contra el director de la radio, Roberto Zarlenga, y el director artístico, Gogó Castañeda Alippi, por la “censura” que sufre su programa y la “persecución ideológica” a que la vienen sometiendo de un tiempo a esta parte.
La periodista presentó su denuncia ante los Ministerios de Trabajo de la Provincia y la Nación, el INADI y la Defensoría del Pueblo nacional. En la cartera laboral bonaerense, que conduce Oscar Cuartango, la denuncia tiene fecha de ingreso el 24 de octubre del año pasado; en su homónima nacional, el 17 de noviembre; en tanto que en el INADI y la Defensoría del Pueblo está fechada el 16 y 17 de noviembre respectivamente.
Según señaló ante NOVA la propia María Falcó, la “mayor apoyatura” la tuvo en el Ministerio de Trabajo de la Nación, que comanda Carlos Tomada. Allí se determinó “violencia de género, violencia laboral y persecución ideológica” Idéntica definición hizo el INADI: caratuló la denuncia como “violencia de género y discriminación laboral”.
La presentación judicial fue motivada por “las emisiones cortadas y/o censuradas de ‘El Andén’”. Falcó apuntó además que Zarlenga y Castañeda Alippi “realizaron durante este último año (no casual electoral) comentarios hacia mi persona en diferentes ámbitos gubernamentales, expresando y determinando que no se me escuche, ya que, debido a mi denuncia pública por abuso sexual, sufro de severos problemas psíquicos”.
Por eso, la periodista se adelantó y confirmó a este portal que ya se realizó una pericia psiquiátrica “con cinco de los peritos más importantes del país”. Según confirmó, los resultados son “inobjetables”.
En su denuncia, la conductora solicitó “de forma inmediata” la “intervención de las áreas competentes y de mis líneas telefónicas (celular y particular), para determinar todos los llamados recibidos del Sr. Roberto Zarlenga los días sábados a la 1 de la madrugada (al finalizar el programa) y los sábados desde las 22, en forma permanente y opresora, con duraciones hasta de más de dos horas”.
De acuerdo a lo que explicó, en esos llamados del director de la radio se vio "en varias oportunidades colocada en la situación de cortarle, ante lo que respondía con insistencias telefónicas a ambos teléfonos”. La mujer también dijo “poner a disposición” de la Justicia los correos electrónicos recibidos “con agravios de parte del Sr. Gogo Alippi”.
La causa, que ingresa a Tribunales la semana que viene, está a cargo del juez federal de Mendoza Carlos Lombardi. Según indicó Falcó, el Ministerio de Trabajo de la Nación le ofreció incluso “un equipo de acompañamiento interdisciplinario”.
En diálogo exclusivo con NOVA, la periodista señaló que “no casualmente sufrí censura con Ricardo Forster, Néstor Kirchner y Cristina Fernández”. La periodista, que tiene un contrato de exclusividad con la radio que vence en julio, denunció además que “soy una de las más antiguas del personal contratado y ni siquiera se me efectivizó en la emisora. Para ser exclusiva, cobro un sueldo irrisorio”, dijo.
“El año pasado pasaron a planta transitoria aproximadamente a 19 trabajadores, entre los que no estuve incluida pese a mi reclamo y a que se me dijo que sí, y eso que mi contrato no es político”, enfatizó.
“Me anclaron por seis años con un contrato de exclusividad, y mi etapa profesional en el último tiempo se vio imposibilitada de crecimiento alguno por este impedimento de las autoridades”, añadió.
Falcó explicó además que los llamados telefónicos de Zarlenga eran como “un acoso tácito, que empezó a tener un vestigio de alineamiento”. La periodista también acusa al director de la radio por “copiar íntegro” el proyecto de “El Andén” y su red de radios.
El envío tiene, hoy, diez mil usuarios de Facebook y una agenda de 60 mil contactos en todo el país. Falcó destacó que “fue el primer programa de violencia de género en Latinoamérica. Cristina Fernández dio por primera vez en su vida una declaración sobre violencia de género para ‘El Andén’, y en la radio lo invisibilizaron”. “Es el programa más premiado de Radio Provincia, con 18 premios, pero se lo sacó hasta del institucional de la emisora”, repudió.
La letra chica
María Falcó señaló que “hace un año que se dejaron de subir las notas de ‘El Andén’ a la página de la radio, nunca se nos dio explicación alguna, siempre se respondió con evasivas o adjudicando el olvido a trabajadores del área. ¿No se supone que la decisión es del director, que debería corregir la situación frente al reclamo?”
La conductora hizo referencia a un acto de censura con una entrevista radial al sociólogo Ricardo Forster. “Luego de dos hechos de censura dieron directivas urgentes de subir la nota con Forster y el homenaje a Néstor Kirchner, pero extrañamente dejaron en el audio parte de mis dichos y, al estar cortado, es confuso”.
“Hace un año, abajo, al pie de la página web de la radio, figuraba ‘El Anden, conducción María Falcó’ -recordó la periodista-. Ahora sólo figura ‘El Anden’, pero con anterioridad dice ‘En diálogo con Radio Provincia’”.
El pasado
En una larga lista de “promesas incumplidas y obligaciones fuera de su función”, que distribuyó entre colegas el año pasado, María Falcó apuntó a Zarlenga por el “robo sistemático de pautas publicitarias que me pertenecían y yo había acordado en áreas de gobierno”.
También denunció el “robo gigantesco de la implementación de comunicación permanente con audios y gacetillas a todos los municipios de la Provincia, armando una tarea comunicativa en red que fue un proyecto mío”.
“Cualquiera que conoce ‘El Andén’, no como programa radial sino como proyecto integral, sabe bien que eso siempre se hizo en otras áreas desde ‘El Andén’ -explicó-. Alguna vez le expresé este proyecto a Zarlenga, cuando recién asumía en la radio, y lo terminó haciendo por su cuenta”.

El director
El caso de María Falcó despertó otras voces críticas con la gestión de Zarlenga en Radio Provincia. “La radio es un lugar lleno de aprietes, contratos sucios y censura”, indicaron fuentes que pidieron el anonimato. Esas voces revelaron que la censura alcanza, incluso, al propio oficialismo. Según indicaron, Zarlenga “prohíbe” a menudo poner al aire al vicegobernador Gabriel Mariotto. “Cada vez que hay un chispazo con Scioli, da la orden de que no se lo puede sacar”, dicen.
También hay cuestionamientos por la presencia de supuestos “ñoquis” en la radio. Fuentes de la propia emisora revelaron una lista de nombres y salarios, que a continuación se reproducen:
Faide, Alejandra Virginia ($4000)
Grea, Enrique Alberto ($3000)
Luchi, Mónica Adriana ($1500)
Majolo, Luciano Andrés ($3800)
Ojea, Marcial ($4000)
Papania, Francisco Rodolfo ($2400)
Sanso, Laura Mabel ($4000)
Sydorowicz, Ariel Fran ($3500)
De acuerdo a estas denuncias, todos serían “amigos” de las autoridades de la radio. Alejandra Faide percibe un sueldo de 4 mil pesos como columnista de salud, pese a que dicen que "nunca fue”. Llamativamente, en la red social Facebook aparece como “amiga” de Gogó Alippi; de su hijo, Nicolás Castañeda, y de Carolina Zarlenga, hija del director.
Zarlenga, por su parte, cuanta entre sus “amigos” de Facebook a Laura Sansó, otra integrante de la supuesta lista de “ñoquis” de la emisora. Otra de las mencionadas en la nómina, Marcial Grea, percibe un sueldo de 4 mil pesos como columnista musical, aunque tampoco “fue nunca”.
Fuentes políticas deslizaron además que, como sabe de la apremiante situación en la emisora por las denuncias que van en aumento, Roberto Zarlenga “se está reuniendo con intendentes para pedir banca, y ofrece a cambio espacios en la radio”.
El caso de la antena
A comienzos de 2011, los trabajadores de Radio Provincia pidieron una “urgente investigación parlamentaria” sobre la inversión del nuevo equipo transmisor de la AM 1270, ya que “siendo uno de los más importantes de Sudamérica, resulta llamativo que la radio tenga ahora menos potencia y alcance que antes”.
A través de un comunicado, los trabajadores solicitaron “investigar por qué el jefe técnico, Eduardo Arturi, se negó sistemáticamente a firmar el final de instalación y aprobarlo, aunque luego, contra su negativa, se terminó aprobando el funcionamiento, que ningún ingeniero responsable se atrevería a aprobar”.
Además, invocaron a que “se investigue qué hicieron los directores con el dinero destinado al plan de relevamiento de la frecuencia para asegurar la cobertura correspondiente a la potencia, ya que con la inversión realizada resulta más que extraño que la emisora tenga menos nivel de alcance que antes.
También repudiaron en el comunicado los actos de censura “indirecta y hasta directa, como cortes enteros de programas” y reclamaron que “se investigue cómo se realizan contrataciones inexistentes y quién se queda con esa asignación”, además de “los programas ‘quioscos’, que se hacen pidiendo dinero a instituciones”.
Por otro lado, apuntaron a las denuncias sobre “acoso, censura y persecución política” -el caso de María Falcó es uno de ellos- y se preguntaron “cómo y por qué sostienen a una dirección sin antecedentes básicos en la comunicación que produce un vaciamiento de personal, de contenidos y se rodea de ineptos y corruptos”.
Ante este panorama, fuentes políticas consultadas por NOVA analizaron que “evidentemente Zarlenga tiene banca del sciolismo”, y apuntaron al secretario de Comunicación Pública de la Provincia, Juan Courel. “Si no, no podría obrar así”, concluyeron.

En defensa de las instituciones

En defensa de las instituciones

El sistema republicano, la división de poderes, el funcionamiento en serio de las instituciones y la subordinación de estas a la Constitución Nacional, no son defendidas desde estas páginas por apego a la beatería democrática y a los lemas políticamente correctos. No nos interesa desde aquí repetir el catecismo de los manuales de educación cívica. Nada más lejos de nuestras intenciones que el pretender dar esos consejos formales ya consabidos y repetidos que no incomodan a nadie ni denuncian nada: para el lirismo republicano ya están los radicales y para dar mensajes “macanudos” tenemos a la amarillenta muchachada capitalina que enarbola no los principios de Juan Bautista Alberdi sino los que dicta Jaime Durán Barba.
Desde este lugar no nos hemos caracterizado nunca por la pusilanimidad ideológica ni por la cortesía discursiva, pero consideramos imprescindible defender la institucionalidad, no por mero fetichismo al protocolo burocrático ni apego idolátrico a las buenas formas, sino porque del funcionamiento correcto de las instituciones depende que los inversionistas argentinos y extranjeros se sientan animados a invertir su dinero en nuestro país. En efecto, si hay seguridad jurídica tendremos más chances de atraer inversiones (nadie arriesga su dinero en lugares inseguros o inestables). Si hay inversiones, habrá creación de trabajo en serio (y no subsidios clientelistas financiados con inflación). Si hay trabajo en serio, mejorará la calidad de vida de los argentinos no de manera coyuntural o eventual sino de modo sustentable y perdurable. En suma, que las instituciones funcionen bien es rentable económicamente. En sentido contrario, si tal cosa no ocurre, habrá lo que hoy tenemos: no un progreso sino un alivio doméstico, cuya anestesia se terminará tan pronto merme el viento de cola trasnacional del que hoy goza involuntariamente América Latina.
¿Cómo está la Argentina en el ranking mundial de calidad institucional al año 2011?: en el indecoroso puesto número 125.
Pero esto no es una competencia que no tenga efectos, sino que justamente las consecuencias de tener instituciones de cartulina son la desinversión que venimos señalando, dado que la Argentina no sólo no atrae inversiones sino que las ahuyenta. Efectivamente, tomando datos solamente de América Latina, en el 2011 la Argentina kirchnerista se ubicó muy por debajo de Brasil, México, Chile, Perú y Colombia. Estos países que años atrás los mirábamos con displicencia, ahora nos pasan por encima captando millonarias inversiones que nosotros no podemos ni sabemos seducir. Para mal de males, las proyecciones son más que vergonzosas: mientras en el 2011 las inversiones crecieron un 54% en toda la región respecto al año 2010, la Argentina no sólo no creció ese 54% proporcional sino que decreció el 30%, en tanto que Brasil capturó un 154% y Colombia un 91% más que el año anterior. Eso sí, en el ránking que descollamos con maradoniano orgullo es en el de la inflación: tenemos el segundo puesto debajo de Venezuela.
¿Quién es el responsable formal que ha desaprovechado tamaño boom? Protocolarmente ha sido Amado Boudou, por cuya labor la jefa Cristina lo premió como candidato a Vicepresidente de la Nación. Pero no carguemos tintas ni todas las responsabilidades sobre el simpático Disc Jockey devenido en Ministro y Vice-Presidente, dado que por supuesto hay factores reales mucho más importantes y preexistentes a la aparición en escena de este personaje en la cartera ministerial en julio del 2009.
¿Cuál es la causa real de tan pobres guarismos entonces? No otra que la falta de previsibilidad jurídica, la ausencia de libertad económica, la nula independencia del Poder Judicial y la impunidad institucionalizada. Es decir: el mal funcionamiento de las instituciones.
No tener instituciones, o tener instituciones que funcionan mal (que es más o menos lo mismo), es un hobby peronista que sale carísimo moralmente pero que además nos empobrece económicamente. Ya que los argentinos somos tan apegados a la economía y tan desatentos al resto de las variables de la cosa pública, al menos por un interés crematístico deberíamos velar el buen funcionamiento de las mismas.

viernes, 3 de febrero de 2012

La “brocha gorda” de Cristina ahora con los jubilados, las paritarias y el dólar

La “brocha gorda” de Cristina ahora con los jubilados, las paritarias y el dólar
Se está aplicando un freno al drenaje fiscal, llamémoslo como quieran a las idas y vueltas y a las verbalizaciones del “relato-discurso épico” del oficialismo; este freno lleva al Gobierno a aplicar desde controles draconianos a los particulares que ahorran en dólares, hasta impedir el pago de dividendos en las empresas, pasando por exigir que se liquiden en el país las divisas de las exportaciones de mineras y petroleras, la no remisión de ganancias a las casas matrices de las empresas extranjeras radicadas en el país, hasta traspasar el subte con quita del 50% del subsidio a la Ciudad de Buenos Aires y “fogonear el conflicto social mediante los delegados troskos de la empresa” que se oponían a la suba del boleto.
Ahora pretenden que sea el pueblo el que “renuncie voluntariamente” a un subsidio que nunca fue pedido y que el Estado impusiera como un sistema de mantener artificialmente planchada la inflación, que igualmente se disparó hasta llegar a ser la segunda a nivel mundial, sólo superada por la Venezuela chavista; exigir del pueblo que decida por sí mismo la naturaleza de las políticas públicas -“a vos te toca”, “yo quedo afuera”- son la nueva mamarrachada de éste régimen populista berretizado, que esconde dos cuestiones cruciales: 1º.- el gasto público debe achicarse o, al menos, no crecer del modo en que lo vino haciendo desde hace cuatro años, porque llegó la hora de “pagar la fiesta de la opulencia ficticia”; y 2º.- iniciar el camino en que la etapa de las políticas públicas universalizadas irán cediendo espacio al nuevo carácter de políticas focalizadas.
Ayer la Presidente dijo que las paritarias son una negociación libre entre empresarios y sindicalistas en las que el Estado no tiene participación, pero, acto seguido, desgranó paso a paso el porqué de la intrusión del Gobierno para pasar a ser decisivo definiendo el aumento salarial para los privados de este año, creando un Comité Oficial para analizar el nivel de rentabilidad y productividad por empresa, una verdadera política intervencionista contraria al espíritu de la libre negociación de las paritarias. Les pidió responsabilidad a las empresas “porque han ganado muchísimo” y terminó confirmando la intención de que haya aumentos salariales de acuerdo a la rentabilidad de las compañías, algo bastante parecido a la teoría más ortodoxa del capitalismo más salvaje.
Confesó asimismo, que estuvo hurgando en los sueldos de los directivos de las empresas y que seguirá muy de cerca éstos y los aumentos que pacten las empresas que reciben subsidios del Gobierno, porque “descubrió -aunque un poco tarde ¿verdad?-“ que muchas de ellas dijeron no tener ganancias y aparecieron en las listas de compradores de dólares, a la vez que inició el camino a una posible reestatización de la petrolera YPF de la que “ellos” -CFK y NCK- fueron impulsores en la etapa privatizadora de Cavallo-Dromi-Menem. CFK dejó en claro sin decirlo, con la costumbre de no contar lo que no quiere que se sepa o lo que no le conviene decir, que tiene la sana intención de usar toda la información que esté a su alcance en el intento de que los aumentos del sector privado se encuadren dentro del rango del que ella considera es el porciento adecuado, poniéndole definitivamente un techo a la negociación de entre un 18 y un 20% máximo.
Además de fijar como un logro épico el aumento del 17,62% a las jubilaciones que las coloca en el rango de un 30% de una canasta básica alimenticia, pues los $1.687 mensuales equivalen a $56,34 diarios, lo que es una verdadera inequidad impropia de un régimen que dice bregar por la justicia social y condena a la masa de ancianos a un ingreso que en el del promedio -$2.515- no alcanza al 43,36% de la canasta básica y da que reciben $83,83 diarios, toda una verdadera vergüenza que ella enumera desde su soberbia como una conquista social “increíble” que agrega $253 mensuales a casi 7 millones de jubilados que no les va a alcanzar ni siquiera para compensar los $360 que subieron los servicios apenas entre diciembre 2011 y febrero 2012.
Una verdadera canallada que se disfraza de “épica desde el discurso-relato” y que es otra de las medidas aplicadas para contener el gasto público descontrolado al que llevó esta política de despilfarro de subsidios indiscriminados a empresas, bancos, petroleras, casinos y bingos, empresas de carga y transporte y que muy lejos estaba de beneficiar al “pueblo de a pie”. CFK no olvidó la otra cuestión económica que la desvela desde la pasada fuga gigantesca de capitales de más de US$70 mil millones: el ahorro del dólar, informó las nuevas normas del BCRA que exigen aumentar las capitalizaciones de los bancos y en la práctica implican que por los próximos dos años no podrán girar utilidades, pareciera que para ella todo vale para cuidar los dólares del BCRA que ella luego malgasta pagándoles a los acreedores extranjeros de contado y con reservas.
Claro que existen algunos inconvenientes para desarmar esa maraña de subsidios, despilfarros y pagos extemporáneos, y no es otro que el derivado del mundo fantasioso inventado con las cifras del INDEC, donde según ellas no existen indigentes ni pobres y el crecimiento del PBI sigue a tasas chinas, lo que genera el contrasentido de tener que pagar millonarias cifras por los bonos atados a éste ficticio crecimiento, y despilfarrando los supuestos “ahorros” -¿estafas?- generadas sobre aquellos otros bonos atados a la inflación interna. Intentan ocultar todas estas impudicias cacareando con los aumentos macristas del subterráneo, mientras aplican “ajustazos a la electricidad y el gas”, mantienen el innoble impuesto a las ganancias sobre sueldos que ya alcanzan a casi un 50% de los asalariados en blanco, y por otro lado suman al “futbol para todos”, ahora a “el automovilismo del TC para todos” invirtiendo los dineros públicos inadecuadamente y en propaganda oficialista.
¡Pan y circo!, denunciaban nuestros abuelos a este tipo de mamarrachadas de un populismo berretizado y de fin de ciclo; en post de esconder la realidad acuciante de la falta de superávit fiscal y el deterioro del superávit comercial practicamos la “desaparición forzosa” de los subsidios al transporte, los peajes, los servicios públicos y la energía del gas, la electricidad y los combustibles. Otra medida que no se sabe con qué fin se ha lanzado es la de histerizar a la población con la salida de la tarjeta SUBE, lanzada vale recordarlo hace tres largos años, y que ahora implica “garantizarse seguir subsidiado en el transporte metropolitano”, algo que con el tiempo también, y mucho antes que tarde, irá a desaparecer, si el ahorro necesario es tan importante como pareciera de acuerdo a las medidas que se están tomando apresuradamente desde el régimen cristinista.

LA VIOLACIÓN DEL SECRETO FISCAL POR PARTE DE CFK

Cada vez más cerca de la vida de los otros

En su discurso de anteayer, la presidente, al explicar sus puntos de vista sobre las negociaciones salariales que están por comenzar, señaló que le pediría información al administrador de la AFIP, Ricardo Echegaray, acerca de cuánto ganan los gerentes de las compañías que tienen que negociar las paritarias con los sindicatos. La platea de aplaudidores que acostumbran festejarle las chanzas aplaudió el comentario, que no fue casual.
Sin embargo, el hecho fue grave, porque se trató lisa y llanamente de la violación del secreto fiscal que establece la confidencialidad de la información impositiva de cada contribuyente, que sólo puede utilizarse a los fines del cálculo de los tributos. Parece supina la ignorancia de nuestra primera mandataria sobre el cumplimiento de la ley, aunque algunos sostendrán -y tal vez tengan razón- que sabía perfectamente lo que hacía y no le importa la violación del secreto fiscal. Total no hay institución de la República que hoy funcione regularmente y de acuerdo a la ley.
El gradualismo
Lo grave es que se suman hechos que van profundizando una tendencia. Este anuncio presidencial de que de la AFIP le está dando al Ejecutivo información para presionar a empresarios coincide con la intromisión de la supersecretaría de comercio en la vida y milagros de los ciudadanos, más el nuevo instrumento informático para el control social que es la tarjeta SUBE. Hay en todo esto semejanzas con el clima de invasión de la privacidad que narra la notable película La vida de los otros, dirigida por Florian Henckel Von Donnesmarck y ambientada en Alemania oriental sobre el final de la guerra fría.
Se podría alegar con razón que en la Argentina no hay presos políticos y que estos sistemas de control ciudadano no coartan la libertad de movimiento de las personas. Pero causan gravámenes económicos por pérdida de oportunidades y mediante castigos pecuniarios. Sutilmente, el gobierno instaló un clima de presiones coaccionando, por ejemplo, a los empresarios, bajo la amenaza implícita de que, si no siguen su voluntad, sufrirán represalias vía la AFIP, Moreno, etc. Este avance sobre las libertades individuales también sirve para controlar a funcionarios del propio gobierno. Lo demuestra la conocida anécdota del Vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, que varios meses atrás dijo indiscreciones por su celular y fue escuchado por el jefe de la SI (ex SIDE), Héctor Icazuriaga, cuyo principal servicio al Estado son justamente las escuchas telefónicas aunque, al menos por ahora, la inteligencia oficial no tiene capacidad para escuchar a todos los opositores. Así, gradualmente, los argentinos nos vamos acostumbrando a este deterioro de las libertades esenciales. Hasta el momento en que sea ya tarde y esta dictablanda se convierta en dictadura.

jueves, 2 de febrero de 2012

SUBE: Cómo registran tus movimientos

SUBE: Cómo registran tus movimientos

En todo el mundo existe un avance del control del Estado sobre la población. Con excusas como la lucha contra la piratería, la lucha contra el terrorismo y la protección de la economía se derogan derechos.
En Argentina a diario se observan problemáticas por cuestiones de control por parte del Estado. Cámaras en la calle cada dos cuadras, edificios y patrulleros, la creación de una base de datos con información biométrica de cada ciudadano desde que nace y el rastreo de sus movimientos.
El proyecto de monedero virtual (SUBE) impuesto por el gobierno argentino exige identificación por DNI cuando no es necesaria y luego rastrea cada uso de esta tarjeta, creando una base de datos del ir y venir de cada ciudadano.
Como si este sistema de monitoreo de la población y la existencia de esta base de datos sensibles, signos de una sociedad de control, no fueran suficientes, los datos están prácticamente al alcance de cualquiera.
La incompetencia y el desinterés demostrado a la hora de manejar nuestra información privada es tal que Anonymous considera que *NO* se les puede confiar esta información.
Convocamos a todos a que hagan circular esta información para comunicar a la gente sobre el peligro de este sistema y cambiarlo para que no afecte la privacidad de los ciudadanos.
No se dejen controlar, no consuman la información que les venden. Infórmense por sus propios medios; el conocimiento y la información objetiva es la única manera de lograr un mundo más justo.
Todo lo que SUBE... tiene que BAJAR...

miércoles, 1 de febrero de 2012

Primer mandamiento del progreso: respeto por la propiedad privada

Primer mandamiento del progreso: respeto por la propiedad privada

La violencia institucionalizada fue el rasgo común en la Historia para obtener o mantener la propiedad. La miseria alcanzaba a la mayoría en las sociedades previas al surgimiento del capitalismo.
Cuando después de un larguísimo proceso histórico, la propiedad se consolidó, dejó de depender de la fuerza de los que dominaban o detentaban el poder.
Cuando ocurrió la Revolución de Mayo, las colonias de España eran aún tierras realengas, la propiedad dependía del capricho de reyes, gobernantes y señores protegidos por el Estado.
Las instituciones democráticas patrimonio del occidente europeo y EEUU permitieron que no fuera necesaria la fuerza como fundamento de la propiedad.
Recién en el siglo XX se fue afianzando el modo capitalista de producción y acumulación -producto de ideas liberales que culminan con la Revolución Industrial- creando un mejoramiento económico, cultural y social jamás, ni siquiera soñado.
Pero junto a este sistema, después de la Primera Guerra Mundial, las ideas nacionalistas se imponen con fuerza sobre todo en Alemania, Italia y Francia. El golpe bolchevique en 1917 reavivó las teorías marxistas y la crisis de 1929, en EEUU, hicieron triunfar las ideas socialistas, fascistas, y nacional socialistas, declinando el liberalismo y el sistema capitalista.
Sin embargo, el triunfo de los países aliados dividió al mundo y, la consolidación del sistema capitalista, basado en la defensa de los derechos individuales y de una institucionalidad democrática, mostró un fantástico crecimiento económico, en los países que lo adoptaron y en los que fueron obligados a adoptarlo como resultado de la rendición. Los países vencedores lo impusieron en Japón, Alemania e Italia devastados por la guerra.
La propiedad privada base fundamental del sistema capitalista fue rechazada o asediada por los regímenes estatistas e intervencionistas, partidarios de la planificación central, por lideres e intelectuales marxistas como Engels, Marx, Trotsky, Lenin, Guevara, Fidel y Raúl Castro. También, entre tantos otros, por gobiernos populistas y nacionalistas como fue el de Perón y lo son los actuales presidentes de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Argentina.
Pese al rotundo fracaso del socialismo en todas sus variantes, del nacional-socialismo y del fascismo, perduran estas ideas que desparraman intelectuales, jóvenes y obreros dirigidos por agitadores universitarios de clase media o sindicalistas que desprecian las ideas liberales desde un ámbito cómodo y moderno surgido justamente del sistema que combaten.
Adoptan las ideas socialistas como una religión, con fe, pero sin entenderlas. Los dominan las emociones, por ello se alejan de la realidad aunque, la Historia, les permite acceder a innumerables ejemplos de países donde la abolición del capitalismo y de la institucionalidad democrática llevó a sus líderes a crueldades que terminaron con la vida de miles de personas. Sumieron en la pobreza a poblaciones enteras salvo a los miembros del partido único, militarizaron a los sindicatos, convirtiendo a los obreros en maniquíes que no podían disponer de su vida como quisieran.
Un ejemplo paradigmático, que se resisten a comprender, es el del terrorismo, integrado por jóvenes idealistas que murieron y mueren por esas ideas aterrando al mundo con sus atroces atentados. Si se hubieran impuesto las ideas de los terroristas argentinos nos hubiéramos parecido a Cuba, país donde se entrenaban para perpetrar atentados y tomar el poder.
No reconocen que si la acumulación de capital no la consiguen los empresarios privados con su esfuerzo, es el Estado el que se encarga de ello. Éste se vuelve cada vez más voraz y, finalmente, debilita a la sociedad civil y se convierte en el único patrón, el que reparte la riqueza, aumentando, de este modo, la injusticia social y la corrupción.
Contrariamente a lo que aseguraba Marx, el sistema capitalista no depende de quitarles el capital a los ricos para dárselo a unos pocos amigos como lo hacen en la actualidad los regímenes comunistas o populistas, sino en crear riqueza donde no la hay.
Atacan a EEUU, representante del progreso occidental y, utópicamente, creen en idealizadas sociedades primitivas o en un paraíso socialista. Se ponen anteojeras para no ver el fracaso de esas ideas en el mundo entero. Les bastaría analizar la diferencia de riqueza entre los países capitalistas y los que lo rechazan.
Estados Unidos, Canadá, Australia, los países occidentales europeos, no les dicen nada, no los comparan con Cuba, Afganistán, Corea del Norte donde no permiten funcionar a los mercados, y el sistema de racionamiento suele ser permanente. La destrucción del capital y el estancamiento, es lógica consecuencia de un sistema que rechaza los libres intercambios humanos.
China nos da más información: Si bien este país acepta la economía de mercado no podemos decir que es un país capitalista. Para que lo sea deberá germinar un poder limitado, respeto por los derechos civiles, justicia independiente, pluralismo político y libertad de expresión sin los cuales en ningún país el sistema capitalista puede arraigarse.
Sin embargo, el reconocimiento de la propiedad privada y la creación de bancos y otras instituciones que promueve la economía de mercado, sumados a la confianza que debe sostener con el resto del mundo para poder seguir creciendo económicamente es probable que obligue a China a, no solamente abrir su economía, sino a romper las bases del socialismo. De esa manera podrá dirigirse hacia una democratización paulatina. Podría ser posible si se fortalece la sociedad civil y presiona por el cambio.
El capitalismo, contrariamente a lo que generalmente se cree, está ligado a la ética que sostiene una base de paz, de reciprocidad y de respeto de los acuerdos y de los derechos civiles por parte del gobierno, la justicia, y las personas.
Los argentinos merecemos un milagro: volver a los valores que propician el sistema capitalista para que podamos salir del círculo vicioso en que nos entierra el intento de planificación central del gobierno actual.
El respeto por la propiedad privada es fundamental para que un país progrese en todo sentido. Y la más importante es la persona. Tanto el ciudadano común como el empresario debieran ser libres para decidir su propio destino. No se necesita que el gobierno decida por ellos, el hombre libre es mucho más creativo y eficaz que los burócratas estatales.
Ningún sistema económico es perfecto, además en las sociedades capitalistas, o en vía de serlo, sus estructuras son naturalmente asincrónicas por lo cual el desarrollo de unas es mayor que el de otras. Puede ser, por ejemplo, más moderna la estructura económica que la política como sucede en China en la actualidad, incluso en algunos países europeos. Esto produce conflictos difíciles de solucionar o morigerar, pero, la comparación más burda nos permite asegurar que el sistema capitalista es el que permite mucha mejor producción, productividad y calidad de vida.
Y para “los jóvenes imberbes”, como los llamó Perón, que creen, aún, en las ideas marxistas y pretenden que los obreros son explotados en un régimen capitalista, vaya la retractación de Engels en la reedición de su libro “La situación de las clases obreras en Inglaterra”. Refiriéndose a lo que ocurría en ese país en 1892 escribió: “El estado de cosas descripto en éste libro pertenece hoy al pasado por lo menos en lo que respecta a Inglaterra”. ¿Qué diría hoy, también Marx, si vieran el progreso material y espiritual de los países donde brilla un sistema capitalista y democrático donde el gobierno es limitado y respeta los derechos individuales?

lunes, 30 de enero de 2012

¿Tarjeta SUBE o SIDE?

¿Tarjeta SUBE o SIDE?

El sueño de Orwell se ha hecho realidad en Argentina. Gran Hermano está entre nosotros.
En poco tiempo, quienes quieran viajar en los medios públicos de transporte deberán inexorablemente comprar su tarjeta SUBE.
Para ello deberán concurrir munidos de su DNI a cualquiera de las sucursales de Oca, Andreani o Correo Argentino, donde llenarán un formulario en el que volcaran los siguientes datos de filiación:
Apellido, Nombres, Tipo y Número de DNI, Teléfono, Domicilio con Calle y Número, Partido y Código Postal, y para entrar a la modernidad, también una dirección de correo electrónico.
El SUBE otorgará graciosamente sólo una tarjeta por titular. Un chip de control ciudadano, ni más ni menos.
Para mayor intranquilidad de los habitantes de Buenos Aires, el SUBE integra la Dirección Nacional de Protección de Datos Personales, que a través del Ministerio de Justicia depende del Poder Ejecutivo Nacional.
Para mejor confirmación, su Director se llama Juan Antonio Travieso.
Cualquier similitud entre su apellido y su conducta de funcionario corre por cuenta de ustedes, que tal vez a esta altura ya estén algo más preocupados.
La tarjeta SUBE contiene en su interior un chip que permite registrar una inmensa cantidad de datos, casi de la capacidad de un pequeño Pen Drive de 1 gigabyte.
El gobierno publicita la tarjeta SUBE diciendo que sus poseedores podrán viajar sin efectivo, irán por ello más seguros, y si son asaltados y no los matan, cuando el ladrón los deja y si no los han herido, debe denunciar el robo y el sistema en poco tiempo anula la tarjeta y le provee otra al damnificado. Bueno, eso es lo que ellos dicen.
No está claro qué pasa si el ladrón le carga plata a la tarjeta SUBE robada para seguir viajando sin problemas y casi con su identidad suplantada.
¿Pesará más la seguridad del dueño de la tarjeta o el afán recaudatorio del gobierno?
Hasta aquí, todo iría bien, si estuviéramos en un país normal, donde la Justicia impera, las estadísticas son confiables, los delincuentes pagan por sus delitos, y los ciudadanos transitan tranquilos y libres por todo el territorio nacional.
Pero la realidad es otra, y los lectores a esta altura ya deben saber bien de que se trata.
Esta tarjeta SUBE está diseñada para hacer llegar a más de seis millones de ciudadanos de condición humilde un subsidio directo y personalizado que les permitirá viajar en forma muy económica. Seguramente recibirán la misma los militantes kirchneristas y aquellos a los que por razones clientelares el gobierno quiera seguir cooptando con regalos. Total, quien va a controlar como se distribuyen y con qué criterios se asignan estos subsidios.
La contrapartida de esta nueva perla clientelística, es que TODOS los usuarios de SUBE, dejarán en la gigantesca base de datos que rápidamente se formó, un montón de información privada y que quedará al alcance de los funcionarios del gobierno para lo que ellos estimen sea conveniente políticamente.
La traza indeleble de sus movimientos quedará claramente registrada cada vez que utilicen un medio público de transporte, con nombre y apellido, dirección y una total identificación personal.
Este verdadero atropello a las libertades individuales, solo puede ser entendido en un gobierno que ha mostrado su firme decisión de meterse en la vida de cada ciudadano para controlarlo y mantenerlo sometido en una red compleja de subsidios clientelares a cambio de su voto cada dos años. Y a los que no subsidia, los somete por vía de impuestos de tasa creciente que están ahogando el desarrollo de los emprendedores, las pymes y todo pequeña empresa que quiera desarrollarse en esta Patria.
Para conocimiento de todos, la tarjeta SUBE puede ser leída por lectores de proximidad, de los cuales hay disponibles una gran cantidad y de diferente potencias y capacidades.
Estos lectores pueden hacer una lectura positiva a 10 cm., como pasa en los equipos de los colectivos trenes y subtes.
Pero hay equipos de alta performance que pueden leer estos chips a distancias de hasta 500 metros, dependiendo de la potencia y la tecnología que se utilizan.
Por ejemplo, suponga usted que se convoca a un acto a los militantes K para apoyar con su presencia las medidas del gobierno en cierto lugar de Buenos Aires.
Pues bien, un grupo de vigilantes que disponga de equipos poderosos y portátiles, en un santiamén conocerán la identidad de los que concurrieron al acto, siempre y cuando hayan viajado con su tarjeta SUBE y la lleven encima. Solo se tratará de mandar menos micros y hacer que la gente viaje con el SUBE, que a todos los efectos será para esos militantes comprados, un viaje gratuito.
Y con esta información a mano, podrán abonarles los premios prometidos por su concurrencia, o aplicarles los castigos que les correspondan por su falta de lealtad política.
Y todo esto con la precisión de una base de datos procesada en tiempo real y con resultados altamente confiables.
Se imaginan cuanta plata se ahorrarán los famosos punteros con esta herramienta.
Cruzando las bases de datos se conocerá perfectamente adonde viajan aquellos que reciben los planes, y si van a lugares no autorizados, si van o no a los actos, si concurren a prestar tareas (los pocos que lo hacen), y si no cumplen con sus obligaciones clientelísticas, muy posiblemente dejen de percibir los premios. Si la gente viaja sola o con su familia, si lleva a los hijos, si no los lleva, en fin, su vida estará registrada al mejor estilo del Gran Hermano Orwelliano.
Será ahora mucho más sencillo controlar la privacidad de los millones de argentinos que viajan en medios públicos. A los más de trescientos mil teléfonos pinchados del cinturón digital Buenos Aires y a las más de quinientas mil direcciones de correo intervenidas, se le sumará esta información que permitirá geolocalizar los movimientos de toda la gente que utilice medios públicos para viajar.
Se entiende claro que todos aquellos usuarios de SUBE dejarán la traza de sus rutinas diarias en manos de gente que no conocen, y que utilizará esa información para fines de control, como hacían los comisarios políticos en la época de José Stalin, solo que ahora totalmente modernizados, con costo casi cero y además con total impunidad.
Pues bien, cuando use el SUBE para tomar un tren, subte o colectivo, sepa que esto le pasará irremediablemente.
¿Se imaginan con qué facilidad los que manejan a los barras bravas podrán ahora controlar sus movimientos y saber si estuvieron o no en el lugar donde se los convocó para producir desmanes?
¿Cuánto tiempo demorarán los narcos en tener en su poder toda la información de esta gigantesca base de datos y conocer los movimientos de los policías, gendarmes y prefectos que utilicen medios de transporte públicos, y saber cuándo se los puede atacar y neutralizar?
Y qué decir del resto de todos los argentinos.
Será muy fácil cruzar los domicilios con los destinos frecuentes, y así armar planes, como por ejemplo de secuestro y robo.
Todo lo que se le pueda ocurrir a los delincuentes, será posible con esta gran base de datos.
El Gran Hermano estará omnipresente, y lo peor de todo, es que los millones de ciudadanos ni siquiera imaginan que esto está por sucederle, ocupados como están en comprar algunos dólares de sus magros ahorros de clase media, o en el caso de la gente de menores ingresos, muy ocupados tratando de cubrir la canasta alimentaria con sus ingresos, atacados por la inflación que no cesa de achicar el changuito que pueden comprar semanalmente.
Hay dos posibilidades para los que tuvieron la paciencia de leer hasta acá.
A algunos puede parecerles que todo esto es argumento de ficción. A esos lectores les recuerdo que cuando hace cinco años se empezó a decir que el INDEC era una burda mentira, usted pensó lo mismo. Y hoy no hay duda alguna que esto es así.
Y para aquellos a los cuales esta información les parezca confiable, pues bien, a ustedes se les pide que difundan la misma con copia oculta. No vaya a ser que sumen gente a la lista de correos pinchados.
Si no tiene otra alternativa que sacar una tarjeta SUBE, trate de hacerlo sin dar una dirección de correo, o informando una apócrifa. Recuerde que al poner su verdadera dirección de correo, y permitir que alguien le envíe correos que usted valide recibiéndolos, automáticamente les habrá permitido identificar el I.P. de su equipo, y a partir de allí, todo será posible para Gran Hermano. También puede cambiar su cuenta de correo y/o servidor varias veces.

sábado, 28 de enero de 2012

Y a la tercera semana resucitó

Y a la tercera semana resucitó

Fueron tres semanas de hermetismo oficial y rumores a granel. Que si la princesa tenía cáncer o no. Que los estudios habían dado un “falso positivo” o que no era falso. Que si volvería el día indicado o no. Curiosamente, los partes médicos no los emitía un médico sino un “vocero”, por lo que el país estuvo en vilo durante casi un mes, timoneado por un gemelo del comandante del Costa Concordia.
Lo real es que el miércoles 25 se armó el circo para su reaparición en el salón de las mujeres de la casa de gobierno. Lo hizo enfundada en un vestido con un escote ad hoc que permitiera ver su cuello y apreciar las secuelas de la intervención quirúrgica. Conserva el luto, pero con unos vivos blancos en los hombros como para indicar que va camino al “medio luto”.
Quienes ingenuamente creímos que este golpe la tornaría mansa y conciliadora, nos equivocamos. Volvió con su estilo habitual, copiado de su marido, atropellador y absolutamente soberbio.
La enferma convaleciente habló durante una hora, delante de los aplaudidores de siempre, repartiendo su odio para todos lados. En este caso les tocó, entre otros, a las petroleras, olvidándose de los negocios de “ÉL” con Eskenazi allí en el sur. Como es su costumbre, pasó estadísticas híper optimistas que le facilita el INDEC, aunque totalmente falsas, y con los infaltables decimales para impresionar más y mejor.
Como cordobeses, repudiamos la presencia del gobernador José Manuel de la Sota, uno de sus más fieles vasallos, sentado en primera fila y asintiendo todo el tiempo con la cabeza, como el resto de los obsecuentes. Rindiendo tributo de presencia a la reina se encontraban también casi todos los gobernadores provinciales, el gabinete nacional y, entre el público reunido para llenar el salón, las infaltables señoras del pañuelo blanco, hoy caídas en desgracia por los desmanejos de su “presidenta”, la inefable Hebe de Bonafini.
Como contrapartida, se verificaron dos ausencias notables: el gobernador de la provincia de Buenos Aires y hasta hace poco súbdito incondicional para lo que la señora gustara mandar, Daniel Scioli, y el secretario general de la central de trabajadores del país, el camionero Hugo Moyano, el niño terrible, engendro de la gestión K, hoy rebelado contra sus “padres naturales”.
Nada nuevo bajo el sol. La reaparición de Cristina fue un regreso sin gloria, que hace prever la profundización del hundimiento de la economía y los enfrentamientos internos y externos. En este caso, no será solamente con los países vecinos sino muy especialmente con Gran Bretaña (y no solamente por el tema Malvinas), ya que la designación de la ex azafata y amiga de Hugo Chávez, Alicia Castro, como embajadora ante el Reino Unido es una afrenta para la madre patria de los Estados Unidos de Norteamérica, cuya bandera mancilló hace unos años esta singular diplomática “a dedo”.

Desesperado, Moreno ahora va contra la banca extranjera

Desesperado, Moreno ahora va contra la banca extranjera

Poco a poco comenzó nuevamente la fuga de capitales que Guillermo Moreno había logrado detener mediante amenazas muy concretas a los cinco principales cambistas de la City. Luego vino la presión para que las petroleras, mineras y aseguradoras liquidaran divisas. El tercer capítulo fue frenar la demanda mayorista prohibiendo todo tipo de importaciones mediante llamados telefónicos a partir de que se hizo cargo de todo el comercio exterior.
Pero las amenazas como eje de la política económica no alcanzaron debido a la pronunciada sequía que ya tiene consecuencias irreparables. A todo esto, las moderadas lluvias de la semana no fueron suficientes para reparar las pérdidas del maíz y del 20% de la producción de soja de primera. Y ahora los que sembraron soja de segunda después del fracaso del maíz están mirando nuevamente al cielo por las lluvias que se pronosticaron para el lunes, que ya el pronóstico se encargó de minimizar.
El vale todo
Tan desesperado está Moreno que decidió que los bancos no remitan los dividendos al exterior a través de un aumento de los requisitos por parte del BCRA, en una medida similar a la aplicada a las petroleras. La medida obviamente apunta a la banca extranjera. Este nuevo manotazo es demostrativo de que los 7.500 millones de dólares de la cosecha que entrarán próximamente no alcanzan. Además, a José Ignacio de Mendiguren se le hace ya difícil contener las quejas internas en la UIA por el parate a las importaciones. La situación es así de simple: Moreno necesita ahora dólares de cualquier lado que provengan. En su creciente nerviosismo, califica de pajarones a los que dentro del gobierno quieren pedir créditos al exterior. En este contexto es que nació la idea de avanzar contra los bancos extranjeros. Pero lo que logró el zar de la economía nacional fue hundir la bolsa local y también los bonos de la deuda externa. ¿Adónde irá Moreno a buscar dólares la semana que viene?

REFORMA CONSTITUCIONAL

Cristina no quiere ser el pato rengo


A horas de la reasunción de CFK, el cristinismo resolvió instalar en la agenda política la reforma constitucional y, obviamente, la posibilidad de un tercer mandato de ella. La interpretación más obvia desde el análisis político es que se trata de un operativo para cohesionar el frente interno del gobierno y bajarles el precio a los candidatos a la sucesión, empezando por Daniel Scioli. Sin embargo, no se puede dejar de analizar el grado de viabilidad de un proyecto que, por otra parte, sólo tiene como justificación la instauración de un oscuro sistema parlamentarista, ajeno a la cultura política nacional. Es dudoso que el oficialismo presente un proyecto de ley para declarar la necesidad de la reforma de la Constitución. El artículo 30 de la misma exige el voto de al menos las dos terceras partes de sus miembros. Hoy por hoy, el Frente para la Victoria no suma más de 140 diputados y 38 senadores nacionales, o sea, un poco más de la mitad de los 329 legisladores nacionales. Está, entonces, muy lejos de los dos tercios. Para la nueva cúpula de la UCR presidida por Mario Barletta y también para Hermes Binner -que podrían facilitarle al gobierno los votos restantes- sería lisa y llanamente un suicidio político habilitar hoy por hoy el camino para un tercer mandato de CFK. De ahí que los dos tercios se hagan realmente muy difíciles de conseguir. Con este cuadro, el kirchnerismo debería por lógica escaparle a cualquier debate legislativo sobre la reforma, que podría llevarlo a una derrota en el recinto, hecho que hasta generaría condiciones para la resurrección de la oposición. Distinto sería el panorama si, por ejemplo, el año que viene el FpV consiguiera un gran triunfo en las elecciones legislativas capaz de derrumbar literalmente la voluntad opositora de resistirse a una reforma.
En un dilema
Desde ahora y hasta las próximas elecciones, hay elementos para pensar entonces que la instalación de la reforma tendrá para Cristina el mismo sentido que la “rere” tuvo para Carlos Menem entre el ‘96 y el ‘98. O sea, intentar hacer creíble algo que es altamente improbable y evitar así que la presidente se convierta en el célebre pato rengo, como llaman en Estados Unidos a los presidentes que se debilitan porque ya no pueden ser reelectos. La figura del pato rengo tiene su origen en el campo de la náutica. La peyorativa denominación, utilizada por los marinos a finales del siglo XVIII para designar a los barcos averiados que no podían llegar a buen puerto si no eran ayudados por otras embarcaciones mayores, se hizo popular entre los políticos de EEUU alrededor de 1830.
Como es obvio, la instalación de la reforma en la opinión pública tendría en este contexto serios riesgos. Por ejemplo, que el proyecto reformista se desgaste por falta de concreciones, agudizándose entonces el síndrome del pato rengo. En realidad, CFK empieza a luchar contra una realidad política inexorable, que es la costumbre política argentina de instalar candidatos presidenciales cuatro años antes de las elecciones. De acelerarse entonces los síntomas del pato rengo, el cristinismo tal vez se vea obligado a intentar alguna alquimia para conseguir los deseados dos tercios, aun al precio de crispar al máximo los ánimos