viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Es o se hace? ¿O ambas?

¿Es o se hace? ¿O ambas?
El discurso de la viuda de Kirchner en la sede de la ONU amenazando a los ingleses, exigiendo reglas claras en las finanzas internacionales y un asiento para Palestina en el organismo fue netamente para el diván teniendo en cuenta la insignificancia de la Argentina en el concierto internacional y el nulo predicamento de la oradora en el ámbito de las naciones que deciden el curso del mundo. Por cierto sus ditirambos diplomáticos no le habrán quitado el sueño a Cameron ni a Obama ni a Christine Lagarde pero seguramente le suman puntos en el conglomerado de seguidores vernáculos de sus fantasiosas poses de opereta que la ven como una “estadista”, calificativo que también muchos adjudicaban graciosamente a Menem en el cenit de su gloria electoral mientras él firmaba decretos que habilitaban el contrabando de armas.
Que la presidente de una nación que hoy alcanzó el podio en el índice del riesgo país sólo superada por Venezuela, que falsifica estadísticas para estafar acreedores y ocultar la inflación, cuyo gobierno ha institucionalizado el capitalismo de amigos y suprimido la palabra transparencia de su diccionario levante el dedito acusador y reclame a los organismo multilaterales de crédito “claras reglas en materia de trasferencias de capitales" y que con supina ignorancia de cuestiones complejas pretenda soluciones propias de su simplismo mental en el conflicto palestino israelí es cuando menos un indicador de un avanzado estado de esquizofrenia política que debería llamar a la reflexión a muchos que la ven como la menos mala de las opciones para el cotejo electoral de octubre.
Por si ello fuera poco delirante agregó que “A la luz de nuestra experiencia, que no pretende erigirse en modelo del mundo, queremos que los organismos multilaterales formulen reglas claras". “¿No pretende erigirse en modelo del mundo?” ¿Con qué méritos podría pretenderlo? ¿Se dará cuenta esta mujer lo que está diciendo? ¿Se dará cuenta de que es el país emergente más aislado del planeta gracias a su gestión y la de su marido y que si no fuera por la santa soja – que ella calificó peyorativamente de “yuyito” –hoy estaría recluida en su lejano Calafate?
Además según lo consigna la crónica periodística “recordó los años en los que la Argentina "parecía ser una oveja negra" y era descripta por el mundo como "incumplidora serial". ¿Cuándo dejó de serlo? ¿Cuándo empezaron los inversores a hacer cola para prestarle a la Argentina o para invertir en nuevas empresas? Por cierto, que la señora de Kirchner y sus seguidores vivan en una burbuja sicodélica es entendible en un contexto social embotado por la propaganda oficial y euforizado por la fiesta consumista motorizada por el oneroso despilfarro de subsidios, pero que en nombre de la Argentina pasee por el mundo desarrollado esa patética imagen de cusquito ladrándole a mastines que la miran con indiferencia seguramente no ayudará a levantar el desprestigio internacional que chapucerías como ésta generaron a lo largo de su gestión.

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