martes, 20 de septiembre de 2011

LA CAVERNA DEL RÉGIMEN

LA CAVERNA DEL RÉGIMEN
¿Existe o no la realidad? Un psicólogo nos diría que “vivimos en un mundo construido por nuestro cerebro que unas veces nos muestra cosas que no están y otras nos esconde cosas que sí están”.
El poeta inglés William Blake decía: “Si las puertas de la percepción fueran limpiadas, la realidad aparecería como es: infinita.
La percepción es una creación virtual de nuestro cerebro para dar sentido a la realidad que estamos contemplando.
Por eso, muchas veces lo que damos por cierto puede no ser real: “Para nuestro cerebro es más importante contarnos una historia consistente que contarnos una historia verdadera. El mundo real es menos importante que el mundo que necesitamos”.
Interpretamos la realidad según nuestros paradigmas, muchos de los cuales pueden ser falsos.
Quizás una de las obras más conocidas para poner en paralelo el mundo percibido y el mundo real es “La República” de Platón, donde se recoge “El mito de la caverna”, que cuenta el caso de unos hombres que habían sido encadenados en el interior de una cueva mirando hacia dentro.
Había un fuego en el exterior de la caverna y las personas que pasaban entre el fuego y la cueva proyectaban una sombra sobre la pared interior de la misma.
Los que se encontraban dentro sólo veían las sombras y con el tiempo llegaron a creer que las sombras eran la realidad.
“Compara” le pide Sócrates a Glaucón, “con la siguiente escena el estado en que, con respecto a la educación o a la falta de ella, se halla nuestra naturaleza”
Y prosigue proponiéndole que imagine: “una especie de cavernosa vivienda subterránea provista de una larga entrada, abierta a la luz, que se extiende a lo ancho de toda la caverna, y unos hombres que están en ella desde niños, atados por las piernas y el cuello, de modo que tengan que estarse quietos y mirar únicamente hacia delante; detrás de ellos la luz de un fuego que arde algo lejos y en plano superior y entre el fuego y los encadenados, un camino situado en lo alto, a lo cual suponte que ha sido construido un tabiquillo.”
Sócrates ante el asombro de Glaucón por la descripción de aquellos prisioneros, le pregunta: “¿crees que los que están así han visto otra cosa de sí mismos o de sus compañeros sino las sombres proyectadas por el fuego sobre la parte de la caverna que está frente a ellos?”
Esos prisioneros al decir de Sócrates, viviendo como han vivido en esa forma: “no tendrán por real ninguna otra cosa más que las sombras de los objetos...”
Como esos prisioneros vive el pueblo argentino, viendo solamente las ficciones que el régimen le proyecta en la pared que tiene enfrente.
Evidentemente se ha acostumbrado a las mentiras del régimen, al falso discurso cotidiano que la presidente le proyecta a través de la televisión “en cadena”.
Encadenados sería mejor decir, a la sarta de mentiras dichas con toda solemnidad, y a veces con el adobo sollozante de alguna referencia al difunto déspota, intercalada en una muestra de chabacana sensiblería para los alcahuetes que la aplauden.
A nuestra “parlanchina” presidente le cabe la definición dada por Sócrates en el diálogo mencionado: “aquellos que andan engañados y se creen que son en realidad políticos, porque se ven celebrados por la multitud”.

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