domingo, 4 de septiembre de 2011

La inseguridad y el dólar complican el triunfalismo de CFK

La inseguridad y el dólar complican el triunfalismo de CFK
La semana que termina mostró con crudeza la doble realidad nacional. CFK convocó con éxito a la cúpula empresaria, que se expresó elogiosamente sobre la política económica, mientras Hugo Moyano se mostró inusualmente moderado y sin intenciones de confrontar con un poder presidencial en alza. Pero, al mismo tiempo, el dólar aceleró su escalada, al igual que la fuga de capitales, que indica, sobre todo, una profunda desconfianza sobre la política económica post 23 de octubre. La segunda contradicción la marcó el secuestro y posterior asesinato de Candela Rodríguez. Apenas transcurridas tres semanas de que en las primarias Cristina fuera plebiscitada, el crimen puso de manifiesto el profundo malestar social con el gobierno. Luego de ocho años en el poder, el kirchnerismo simplemente no tiene excusas para el bajo rendimiento del sistema de seguridad.
La línea argumental -o el relato, como se estila decir en Olivos- sostiene que la policía bonaerense necesita una reforma estructural como la que Nilda Garré está llevando adelante en la Policía Federal. Luego de negociar la paz con Mauricio Macri, es evidente que el cristinismo se prepara para cruzar la General Paz e imponerle a Scioli funcionarios y programas de trabajo.
La otra contradicción que deja la semana es que, pese a las miles de denuncias de irregularidades ocurridas en las primarias -y sobre todo en territorio bonaerense- el gobierno parece haber sepultado las denuncias de fraude sólo con proclamar que el escrutinio definitivo coincidió con el recuento provisorio, con la pequeña diferencia de 400.000 votos más que se le comprobaron a CFK, lo que en sí mismo es la admisión de una situación irregular.
La debilidad global de los candidatos opositores es tal que prácticamente no se los escuchó sobre las señales de recalentamiento de la economía ni menos aún sobre el nuevo pico de inseguridad.
Hacia el Congreso monocolor
La actual tendencia estaría indicando que, con distinta suerte, Ricardo Alfonsín, Eduardo Duhalde y Francisco De Narváez están más preocupados por no perder votos que por ganarlos. Hermes Binner sería la excepción, ya que parece crecer moderadamente.
Aunque falta bastante, a esta altura ya se puede evaluar cuál sería el impacto político de que Binner fuera en octubre el opositor más votado. Sin duda que el mayor impacto lo sufriría la UCR que, además, celebraría su convención nacional inmediatamente después de las elecciones. Si la oposición más votada de un gobierno que se define de centroizquierda termina siendo otra fuerza de centroizquierda, el sistema político quedaría bastante desequilibrado. Días atrás, Binner ya anunció su coincidencia con el proyecto de ley de tierras del gobierno. Si la UCR ingresa en una etapa de crisis interna, sus bloques legislativos podrían perder efectividad. A esto se le sumaría el achicamiento de los bloques del peronismo disidente, donde unos cuantos ingresarían al oficialismo. En definitiva, existe la perspectiva de un Congreso casi monocolor, donde el peligro estaría no en el bajo número de diputados de la oposición, como planteó días atrás Ernesto Sanz, sino en la convergencia natural con el oficialismo de buena parte de los opositores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario