jueves, 1 de septiembre de 2011

SENSACIÓN” DE FRAUDE

Siguiendo al pie de la letra la conocida táctica kirchnerista de disfrazar al mono el ministro Randazzo acaba de probar con números supuestamente irrefutables que el fraude que millones de argentinos están seguros fue cometido sin necesidad por el oficialismo es sólo “una sensación” que no tiene asidero en la realidad propagada por un enjambre de perdedores consuetudinarios decididos a embardunar malamente el “triunfo” de la viuda con acusaciones infundadas sobre la escasa transparencia de las elecciones del 14-08.
Utilizando una matemática muy peculiar el vocero destacó que la señora H2cero había “recuperado” 398 mil votos, pero se olvidó de contar los 550 mil que “recuperaron” las fórmulas de la oposición ni hizo mención a las irregularidades que resultaron en los votos que no se pudieron emitir por las maniobras calificadas por la jueza Servini de Cubría como “picardías”oficialistas que por ejemplo dejaron en la provincia de Buenos Aires sin boletas de Rodríguez Saá y Alfonsín en al menos 4.800 y 2.700 mesas respectivamente.
Desde luego que las apreciaciones y cálculos de un personaje fatuo y de escaso calado intelectual como Randazzo que poca gente informada toma en cuenta hubieran resultado intrascendentes de no ser por el aviso que el kirchnerismo duro pasó por su intermedio a la prensa no comprometida con el “relato” oficialista advirtiéndole que después del 24-10 el meloso discurso de la viuda destinado hoy a captar a los distraídos que no conocen el cuento del escorpión y la rana mutará de nuevo en diatribas y anatemas proferidas por ella o por serviciales voceros contra quienes osen contradecir las reiteradas falacias presidenciales o revelar actos de corrupción entre otros ingredientes que ya fueron oportunamente enumerados en esta columna como parte de la previsible estalinización del régimen kirchnerista.
Es evidente que la conferencia de prensa tenía más este objetivo y el de desviar el curso del debate que cerrar la discusión sobre los números de las elecciones desde que nadie sostuvo en momento alguno que las numerosas irregularidades detectadas tenían virtualidad para cambiar el resultado final de los comicios dado que tal afirmación hubiera sido motivo de chanza. La queja principal y que realmente importa versaba sobre la poca disposición y eficacia del gobierno en la tarea de asegurar operativamente el ejercicio del derecho al voto que asiste a cada ciudadano a causa de lo cual se constataron gruesos errores confirmados por las 900 mil correcciones contabilizadas por el ministro que fueron sólo una parte de las irregularidades verificadas y las que no se pudieron verificar, algo que por lo visto no le quita el sueño a nadie en el paraíso triunfalista del oficialismo.
Tan es así que ni Randazzo ni el ignífugo lenguaraz ministerial Aníbal Fernández tuvieron el día anterior el menor empacho en tratar de irresponsables e ignorantes a los millones de ciudadanos que reclaman el uso de la boleta única para evitar las tan escandalosas como innecesarias manipulaciones que se vieron en las elecciones internas abiertas con el inconfesable fin de frenar el clamor social que cada vez se hace más fuerte y sonoro. El desprecio por los electores que destilan las zonceras con que Fernández pretendió descalificar el voto electrónico y la boleta única habla a las claras de no sólo de cuál es el grado de respeto del gobierno por el derecho al sufragio sino de de que no piensan renunciar al empleo de las artimañas y argumentaciones que a su juicio sean necesarias para asegurar su permanencia en el poder así tengan que arrasar con los fundamentos mismos de la democracia y calzarse el sayo de “decadente” que el cardenal Bergoglio le endilgó a un gobierno que no sólo “no cuida a su gente” sino que se mofa de ella lanzando explicaciones para infradotados sobre asuntos de notoria seriedad.

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