martes, 29 de noviembre de 2011

EL RETORNO AL PREMENEMISMO

EL RETORNO AL PREMENEMISMO

No obstante conformar las reglas básicas de la economía un sistema a prueba de tontos, nunca falta el o la imbécil que se supone por encima de ellas y se lanza a contradecirlas con el entusiasmo propio de quienes entienden el tiempo dedicado al estudio y la investigación del fenómeno económico como un lamentable e innecesario desperdicio, algo que como es obvio constituye un problema mayúsculo cuando el Estado está conducido por esas molleras de arcilla, y mucho más cuando ellas se autoconvencen -cual modernas réplicas del rey Alfonso el Sabio- que si Dios las hubiera consultado oportunamente las cosas hubieran andado mucho mejor en el país, o que va, en el mundo.
Por cierto todavía hay en la Argentina pelmazos varios empeñados en demostrar que el paso del tiempo ha dejado en la obsolescencia la alegoría pedagógica del brillante economista francés Federico Bastiat que hace 161 años pintaba en su obra “Armonías económicas” a Jerjes el Grande como un vívido ejemplo de ciertos delirios que acometen a gobernantes de mala bebida. “No sabemos de nadie más que como Jerjes estuviera tan embriagado con su poder -escribió- como para decir a las olas del mar “Hasta aquí habéis venido, pero no más allá”. Las olas, sin embargo, no se retiraron de Jerjes, pero sí Jerjes de las olas, y, si no fuera por esta sabia aunque humillante precaución hubiera sido ahogado”. Obvio, eso porque no llegó a conocer este país. Aquí se ahogaron varios -metafóricamente hablando- pero aún hay quien sigue intentando obtener resultados diferentes empleando los mismos métodos, algo que una palabra autorizada como la de Einstein calificó de auténtica locura.
Claro que para quien confunde el símbolo químico del oxígeno con un cero siendo presidente o quien confunde dólares con pesos siendo ministro de economía, todas estas fruslerías son simples elucubraciones de especuladores que quieren quedarse con “la chancha, los veinte y la máquina de hacer chorizos” según la elevada construcción lingüística e intelectual que gusta utilizar la viuda de Kirchner para apostrofar empresarios que se aplauden encima. Tampoco importa mucho que en varios frentes se haya vuelto a la época pre-Menem de los cuantiosos déficits en las empresas del Estado que justificaron su remate para demostrar una vez más que como dijeron Gardel y Le Pera “veinte años no es nada”.
Lo importante para esta parodia de gobierno es la tan hipócrita como ridícula renuncia de ricos y famosos (funcionarios y artistas) a los subsidios energéticos que en un refritado del “fondo patriótico” de Galtieri se hubiera llevado el primer premio en un festival de tonterías pero que sirve para seguir ocultando a los giles que votaron este “modelo” (incluida la “oposición”) los portentosos e impunes negociados escondidos detrás de la compra de gas y derivados del petróleo adquiridos para abastecer el consumo a resultas de los cuales al menos un 30 del 54% que votó sin importarle la corrupción pasará a transferir en directo gran parte de su ingreso personal a afortunados bolsillos de empresarios amigos y miembros del funcionariato pagando así en diferido el costo de su comodidad y de su insensato desprecio por la salud de las instituciones de la República puesto de manifiesto al emitir el sufragio.
Al paranoico enfoque oficial acerca del modo de enfrentar los estropicios económicos causados durante años por los rudimentarios conocimientos en la materia de Néstor Kirchner -rumbo a hoy a convertirse en un santo laico- se suma la insólita actitud de prestigiosos periodistas de medios supuestamente “opositores” que al igual que hicieron años ha con Néstor Kirchner celebran en sus artículos la supuesta habilidad de la viuda para “construir poder”, “manejar la agenda pública”, “ganar el centro de ring”, “enfrentar la situación” y otros remanidos lugares comunes utilizados solapadamente para disimular ponderaciones que tienen un inocultable tufillo a “reacomodamiento posicional”.
Estos requiebros mediáticos de grandes plumas, que maquiavélicamente pensando pueden estar quizás destinadas a allanarle a la viuda el camino hacia el abismo acelerando su natural propensión a las chapucerías, son sin embargo fuente de confusión para la opinión pública en tanto implican poner dudosas virtudes personales por sobre valores que son esenciales al funcionamiento social y que han sido pisoteados una y otra vez sin escrúpulos por la señora de Kirchner y su cohorte de paniaguados, cohorte que, dicho sea de paso, ha dejado en claro en esta oportunidad como pocas veces antes su condición reptante.
La misión del periodismo de opinión se torna así sospechada de acomodatitis con una imagen nebulosa y desvirtuada que contribuye muy poco cuando no frena la maduración cívica de la ciudadanía tan necesaria para lograr que alguna vez en este dichoso país la sociedad lleve al poder en defensa propia funcionarios y legisladores que superen la mediocridad dirigencial que ha caracterizado los últimos veinticinco años de democracia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario