sábado, 12 de noviembre de 2011

IMPLÍCITO RECONOCIMIENTO DEL FRACASO DE LAS MEDIDAS DE LA AFIP: GARANTIZAN LOS DEPÓSITOS EN DÓLARES

Contramarcha de un gobierno a los tumbos

Ayer a última hora se reunió sorpresivamente el directorio del BCRA, mientras la expectativa en los mercados pasaba por una medida draconiana con respecto a los depósitos en dólares. Pero ocurrió todo lo contrario. Cambiando la política restrictiva de las últimas semanas, se decidió facilitarles a los bancos los dólares que pidan los depositantes.
La entidad aprobó una norma para que las entidades financieras puedan disponer de los dólares que excedan el 20% del encaje y que no estén prestados. Este giro del gobierno apunta exclusivamente a tratar de inyectar confianza en el público a partir del siguiente razonamiento: el retiro de los depósitos en dólares obedecería, sobre todo, a la creencia de que en cualquier momento no se podrá disponer de los mismos, y el convencimiento de que esto no va a ocurrir frenaría la corrida. Los depositantes deberían, entonces, convencerse de que su dinero no será pesificado ni canjeado por bonos
Sin embargo, las primeras opiniones dadas anoche por analistas financieros coincidían en que la desconfianza tiene causas profundas y múltiples y, una vez instalada, no se desarticula con una medida aislada. Después de convertir a la AFIP en el regulador del control de cambios, la Casa Rosada intenta ahora convencer a los alarmados ahorristas de que gozan de las mayores garantías de seguridad jurídica. Enredado en su incoherencia, el gobierno sigue ahora una trayectoria esquizofrénica, porque por un lado la AFIP dificulta la compra de dólares pero paralelamente el BCRA intenta dar garantías para que los depositantes se lleven sus dólares
No habrá que esperar mucho para conocer el resultado, porque pasado mañana se verá la reacción de la gente, que todavía tiene fresco en la memoria lo ocurrido a fines del año del 2001 cuando se instauró el corralito. Aunque, sin duda, la situación actual es muy distinta. Este año la economía creció mucho, a diferencia de fines del 2001. El déficit fiscal de entonces era mayor que ahora y ante cada ajuste se recaudaba menos. En aquella época había U$S 15.000 millones de reservas y ahora hay U$S 40.000 millones, si descontamos los préstamos de corto plazo tomados de bancos europeos. De esa suma, U$S 6.000 millones pertenecen a los depósitos en dólares que están como encajes en el Banco Central y que son los que los depositantes están retirando a su vencimiento, en mayor volumen ayer y anteayer, cuando los retiros habrían llegado a más de U$S 500 millones, aunque los registros del Central digan algo distinto.
Fin de semana con debate
Entre las versiones que se sucedieron en las últimas 48 horas figuraba también el desdoblamiento del mercado cambiario en un dólar comercial y otro turístico. Esta idea parece no prosperar, porque tendría todos los efectos negativos de la devaluación y ninguna de sus ventajas, careciendo de sentido.
Así las cosas, este fin de semana, en la cúpula del gobierno habrá un debate sobre cómo seguir la historia. El sector que impulsó la medida de ayer, en última instancia, argumenta que se debe permitir que la gente se lleve los U$S 6.000 millones. Una posición muy arriesgada, porque entonces las reservas, si se excluyen los préstamos con los bancos europeos, quedarían en U$S 33.000 millones, de los cuales más de la mitad son pasivos del Central. Por lo cual, la entidad quedaría en una situación de extrema debilidad.

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