miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL GOBIERNO EN ALERTA PARA EVITAR LA FUGA DEL DÓLARES

EL GOBIERNO EN ALERTA PARA EVITAR LA FUGA DEL DÓLARES
Rumbo al control de cambios
Ayer, el BCRA, al igual que el viernes pasado, puso en venta 500 millones de dólares y, pese a esto, le compraron 200 millones. Y el lunes, que era feriado en los Estados Unidos, tuvo que vender 100 millones. Sumados los cuatro días hábiles de septiembre, el Central se vio obligado a vender 560 millones, o sea, la mitad de todo lo que vendió en el mes de agosto. Esta secuencia ya se puede calificar de corrida cambiaria. Cabe señalar que el BCRA tiene más o menos U$S 49.800 millones brutos, pero hay que descontar U$S 22.000 millones de Lebac, Nobac y pases por los que debe U$S 22.000 millones. También les debe a los bancos U$S 8600 millones, que son encajes pero que están incorporados a las reservas, más deudas con el Banco de Basilea, más deudas con organismos internaciones y el pago del cupón del PBI. En realidad, las reservas netas para defender la paridad son de U$S 15.000 millones, contra una base monetaria de 191.000 millones de pesos. Esta comparación demuestra que, si hay una fuerte corrida, el dólar podría subir pronunciadamente. Esta situación sólo sería posible si los operadores de mercados salieran masivamente a comprar dólares, lo que por ahora no ocurre.
Callejón sin salida
Sí podemos decir que, si sigue este ritmo de ventas diarias, el BCRA no cuenta con artillería suficiente como para frenar el dólar. Lo más probable es que, en pocos días, el gobierno llene de policías el microcentro para que el dólar oficial no pase de los 4,24 pesos, aunque el paralelo esté en 4,45. Y si con la policía no alcanza, no le quedaría al gobierno más remedio que imponer un control de cambios estricto, lo que llevará el paralelo a cotización superior. La pregunta es, si se abandona la flotación administrada como hasta ahora y se va al control de cambios, ¿en cuánto se fijará la paridad? Lo más probable sería en 4,50%. Pero es evidente que, si Brasil sigue devaluando el real, acá no se pueden quedar atrás, porque se perdería toda competitividad.
Las razones de esta corrida están en la caída de los mercados mundiales y, además, en la certeza de los operadores del mercado de que el BCRA, como dijimos, no cuenta con artillería para parar la suba del dólar. Por otro parte, el gobierno el año que viene no tendría forma de pagar los compromisos de la deuda externa con reservas del BCRA, como se hace desde enero del 2010. Entonces habría que acudir al mercado voluntario, donde a lo sumo se pueden conseguir U$S 2.500 millones a una tasa superior al 10%, siempre y cuando los inversores acepten la jurisdicción argentina, porque si se la fija en Nueva York, los holdouts podrían incautarse los fondos.
El cristinismo parece transitar, entonces, por un callejón sin salida, que conduce al control de cambios, tal vez apoderándose de los depósitos en dólares de los bancos a cambio de un bono y, además, estatizar el comercio exterior. Esta última, una herramienta de la década del ‘50 que ya demostró su inutilidad.

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