sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Y ESTO NO ES FRAUDE, SEÑOR MINISTRO?

¿Y ESTO NO ES FRAUDE, SEÑOR MINISTRO?
Por si quedaba alguna duda de que las cifras que con irritantes aires de fanfarronería y petulancia meneó el ministro del Interior Florencio Randazzo frente a los invitados a su conferencia de prensa no cierran el debate sobre las maniobras fraudulentas con que el oficialismo empañó la encuesta obligatoria del 14-8 la jueza Servini de Cubría se encargó de disiparla con su grave denuncia sobre el ejército de mandaletes pagados por el gobierno para inducir el voto de los ciudadanos más desprevenidos. Servini volvió a poner sobre el tapete el análisis de los elementos constitutivos del fraude electoral que no se reducen solamente a la adulteración de los números como lo proponen convencidos rastacueros como el ministro que seguramente se cree su propio cuento dada las contundentes muestras de escasa formación jurídica constitucional que exhibió en varias de sus declaraciones tratando sin éxito de minimizar el gatuperio que su inepcia provocó.
En primer lugar cabe poner en claro que esta en esencia ni siquiera fue una elección fraudulenta sino una vulgar encuesta de opinión plagada de tretas y argucias que el oficialismo no necesitaba para ser la opción más votada sino para convencer a los contrarios de la imposibilidad de ganarle en las verdaderas elecciones, y que a juzgar por la estampida de ratas asustadas que corren sin rumbo y la cola de empresarios que piden pista para arrodillarse delante de la corona el objetivo fue ampliamente cumplido.
En segundo término el peor fraude no es cómo piensa el ministro dentro de su rudimentario mecanismo conceptual una manipulación de los números que queda subsanada cuando se comprueba que no son suficientes para modificar el resultado final. El verdadero fraude es manipular u obstruir la manifestación de la genuina voluntad del elector que es lo que hizo el oficialismo con diversas maniobras como la demora en proveer de fondos a los partidos, la sustracción de boletas, la inducción al voto con personal contratado para esa tarea supuestamente por el Correo Argentino y el patoteo de votantes por bandas aleccionadas entre otras menudencias por el estilo.
Porque entonces no solamente se está perjudicando a una agrupación o favoreciendo a otra sino que cada vez que se distorsiona con ardides la voluntad de un ciudadano se está cometiendo un atentado contra la democracia que tiene en la libre emisión del voto su piedra fundamental. Y éste es el atentado que debería denunciar el ministro no el que su imaginación adjudica a diarios que cuentan los hechos verificados en el trámite eleccionario. ¿Qué va a hacer ahora Randazzo, va a calificar a la Dra. Servini de Cubría de terrorista electoral porque hizo denuncias que los pusilánimes, acomodaticios y confundidos opositores no se animaron a hacer?
Varios colegas cometen un serio error de apreciación cuando deducen que el ataque de Randazzo a los medios durante la conferencia de prensa es sólo una muestra de “hiperpapismo” destinado a conmover el ánimo de su ama con vistas a la Jefatura de Gabinete, como lo demostró el hecho de que siguió tocando la misma melodía desencadenada al día siguiente, algo que es impensable que no cuente con el aval presidencial a la luz de los reiteradas desautorizaciones que recibieron en caso contrario arranques de la más abyecta obsecuencia como el de la ya legendaria consigna de la confesa estalinista Diana Conti.

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