sábado, 1 de octubre de 2011

A PRINCIPIOS DEL 2012 HABRÍA ELECCIONES EN EL PJ

Cristina conducción
La apoteosis electoral del cristinismo continuaría en el 2012, con elecciones internas para renovar la conducción del PJ nacional. La idea está madurando en la Casa Rosada, con el objetivo de plebiscitar a CFK como conductora del peronismo, un rol que hasta ahora no figuró entre sus intereses. En abril del 2012 vence el mandato de la actual composición del Consejo Nacional del PJ, cuya presidencia ejerció Néstor Kirchner hasta su muerte y ahora ocupa, sin mostrarse en ese cargo, Daniel Scioli. Para darle aun más fuerza a la convocatoria, se unificarían las internas del PJ nacional con las de otros distritos, por ejemplo, la Capital, donde el mandato de sus autoridades vencerá en diciembre próximo. El kirchnerismo se caracterizó en general por desconfiar de la estructura partidaria que lo llevó al poder. En el 2003, Kirchner congeló al PJ, tal vez suponiendo que el duhaldismo era todavía demasiado fuerte. En el 2007, los Kirchner volvieron a menospreciar a la estructura partidaria al apostar a la concertación con fuerzas extrapartidarias que dio frutos con la vicepresidencia de Julio Cobos. Recién después de ser derrotado el 28-j del 2009 por la coalición integrada por Mauricio Macri, Francisco De Narváez y Felipe Solá, el ex presidente se abrazó con desesperación a los símbolos partidarios. Hasta se instaló de vez en cuando en la sede partidaria, convocando al Consejo Nacional en varias oportunidades. Su idea era mostrar un partido descongelado que le proporcionara una transfusión de sangre al kirchnerismo, que había quedado en minoría en la Cámara de Diputados y estaba claramente a la defensiva. Luego del fallecimiento de Kirchner, CFK colocó nuevamente al PJ en el freezer, negándose a compartir su creciente popularidad con la dirigencia partidaria. En la cumbre de su éxito, ahora la presidente volvería a interesarse en el tema, sobre todo por una razón: la necesidad de movilizar al peronismo para que éste protagonice el operativo clamor por la reforma constitucional con reelección indefinida. El cristinismo esperaría que, a lo largo y ancho del país, las cúpulas locales del PJ activen la campaña pro-reforma, como ocurrió antes de la Convención Constitucional del ‘49. Para esto, sería imprescindible un sacrificio más, o sea, asumir la presidencia del partido. La maniobra incluirá probablemente un llamado a elecciones anticipadas en el PJ bonaerense para que Gabriel Mariotto, el futuro vice de Scioli, asuma su presidencia. En la maniobra nacional, Cristina aparecería flanqueada en el PJ por Jorge Capitanich y José Luis Gioja, mientras que tanto Scioli como Hugo Moyano perderían todo peso en la conducción partidaria.
El PRO, el principal obstáculo
En lo inmediato, el cristinismo se conforma con pulverizar los bolsones de peronistas disidentes que van quedando aislados a partir de la caída de Eduardo Duhalde, las limitaciones de la candidatura de Alberto Rodríguez Saá y el cambio de bando de Felipe Solá. El próximo lunes, la presidente visitará Chubut y se especula con una foto con el gobernador saliente Mario Das Neves, compañero de fórmula de Eduardo Duhalde. Operadores de la Casa Rosada especulan con que el chubutense realice un gesto de distención y hable de la reunificación del peronismo. De ser así, Duhalde habría recibido un nuevo golpe a días de las elecciones presidenciales. Meticulosamente, el kirchnerismo quiere que antes del 10 de diciembre los restos del Peronismo Federal estén disueltos, para proclamar entonces que el peronismo se está uniendo bajo la conducción cristinista. Pero en esta marcha triunfal hay sombras. El gobierno está convencido de que la actual tregua con el macrismo no durará demasiado. El jefe del PRO no ha renunciado a sus ambiciones presidenciales y, para sostenerlas, está dispuesto a rescatar a los náufragos del Peronismo Federal que empiezan a llenar el océano. Por ejemplo, una figura itinerante por las distintas variables del peronismo, Julio Bárbaro, acaba de incorporarse al staff de Macri. Su misión sería justamente servir de puente para que muchos dirigentes del Peronismo Disidente se estacionen en el PRO. Una pieza mayor en este juego sería el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, que está cerca de conseguir su reelección. El calendario corre ahora en contra de Macri. Ya no podrá ser reelecto, porque la constitución porteña lo prohíbe. Y para tener chances de llegar a la Casa Rosada en el 2015 necesita en el 2013 mostrar un armado político nacional del cual hoy carece y que sólo la absorción de parte del peronismo puede garantizarle.

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