domingo, 16 de octubre de 2011

Informe Argentina con Lupa

Informe Argentina con Lupa
La salud, el poder, las decisiones. Soledad y falencia internacional. Reforma de la Constitución: trampas y tramposos. El suspenso y los juicios

La salud
Una vez más, probablemente, en lo que va del año, la sexta o la séptima y no la tercera, como quiere el conformismo informativo oficioso y el cuasi oficial - la presidenta se vio afectada por un fuerte ataque de lo que los partes médicos oficiales identifican como una baja de presión pero otros diagnósticos pronostican como algún mal orgánico de mayor importancia.
El recato y silencio, observados en diversas oportunidades, acerca del estado de salud de la viuda de Kirchner abren las expectativas a versiones diversas, ninguna de ellas probadas ni admitidas o negadas oficialmente, que determinaron, en cierto momento, cuando se registraba la tercera o cuarta afección en el curso del presente año, evidenciada por la supresión de su viaje a Paraguay, que se ordenara la suspensión de los anuncios de la agenda diaria de la primera magistrado a fin de no tener que anunciar con excesiva frecuencia explicaciones referidas a los diagnósticos médicos pertinentes.
Este último detalle, que fue técnicamente oficial al insertarse como un dato de la rutina informativa de la presidencia de la Nación, no fue justificado de manera pública en momento alguno.
Cuando la presidenta suprimió un viaje a una escuela del sur del país, donde debía inaugurar un sistema de comunicaciones y un tendido de televisión, se aguardó su arribo durante cerca de una hora y media para concurrir a un almuerzo celebratorio.
No hubo explicaciones públicas pero el arribo nunca se concretó y jamás se explicaron las razones de esta ausencia a pesar de que en el mismo almuerzo estaban presentes un par de ministros nacionales.
Estos antecedentes abonan con severos temores el hecho de que la presidenta, dispuesta a insistir en un segundo mandato, haya experimentado una nueva afección de indudable gravedad ya que demandó 48 horas su recuperación, registrando, conforme con un informe oficial -que, sin embargo, no parece estrictamente un parte médico propiamente dicho ya que, según el propio texto, no incluye la firma de ninguno de los facultativos que la atienden- un registro de presión alarmante, de 5,5 de mínima, considerada excesivamente baja por algunos médicos consultados.
Como en otras oportunidades, el primer diagnóstico difundido, que consignaba la afección, daba por descontado el retorno a la actividad normal al día siguiente.
Un segundo parte, que aparentó ser o se confundió como la reiteración del primero, fijaba un lapso más prolongado de descanso, por 24 horas adiciónales, remitiendo la toma de actividad ordinaria recién para el jueves por la tarde.
Estas circunstancias pusieron en circulación el recordatorio de una suerte de diagnósticos y consejos efectuados a la ex primera Dama a comienzos del año, antes de aceptar su candidatura para la reelección, conforme con la cual debe limitar su actividad diaria -no en aquella oportunidad tan solo, sino de manera corriente y hasta “nuevo aviso”- a tan solo dos horas diarias, dedicando al descanso profundo-sueño entre 8 y 10 horas cada día.
Nadie controla, en realidad, en materia informativa, que se cumpla este cronograma de actividad, pero sí resulto notable, en cada oportunidad de sus viajes - y así se hizo notar para los suscriptores de Informe (2011) Argentina con Lupa, en este mismo espacio - que sus últimos viajes al exterior demandaron, en cada oportunidad, entre uno y dos días de descanso tras el vuelo y antes de iniciar la actividad oficial, así como un relaje posterior o bien el retorno inmediato al país, con un lapso de descanso, tras su arribo, de dos, tres o más días, lo que denotaba un cansancio o fatiga que no suelen ser corrientes para una mujer de su temperamento y edad.
La salud, el poder, las decisiones
Sobre todo en regímenes de alta concentración de poder personal como es el presidencialista, tan en boga para justificar las referencias a eventuales reformas de la Constitución, la salud de los mandatarios exceden los limites de un asunto privado y se convierten en algo de importancia pública que no puede ser sustraído al conocimiento de la sociedad.
Pasa de ser un asunto entre el médico y el paciente, a un tema que circula cómoda y ampliamente por los resquicios institucionales de control, para el caso, el Congreso.
No se sabe que, salvo una iniciativa aislada registrada en el pasado reciente, haya existido una acción mancomunada legislativa destinada a reclamar no solo un informe sino, necesariamente, una verificación que los “representantes del pueblo puedan controlar y verificar” respecto de la salud de la presidenta.
El hecho es que durante más de 48 horas -probablemente durante 60 horas- la presidencia de la Nación quedó, técnicamente, vacante, vacía.
En un país institucionalmente normal y equilibrado, en el que hubieran funcionado regularmente las instituciones constitucionales, el vicepresidente de la Nación debería haber asumido, tras el desfalleciente estado de presión presidencial, de manera inmediata.
¿Alguien imagina al ingeniero Julio Cesar Cleto Cobos corriendo para asumir junto al lecho de la ex primera Dama?
Más aún: ¿alguien imagina, por ejemplo al secretario General de la presidencia, doctor José Parrilli o a cualquiera de los altos funcionarios y legisladores oficialistas con mayor y más plena llegada a Olivos o a la Casa de Gobierno, urgiendo al ingeniero Cobos para llegar y asumir por el lapso que fuera: dos horas, medio día, dos días o el tiempo necesario?
¿Alguien imagina los sistemas del aparato estatal de salvaguarda de la institucionalidad -que los hay- funcionando plenamente y en condiciones de eficiencia y celeridad ante la marginación del primer Magistrado por razones de salud?
Porque, de hecho, durante esas 48 horas el país no fue gobernado -careció de gobierno-, no lo fue en detalle ni en plenitud, salvo que el descanso exigido por los médicos no haya sido respetado.
En reemplazo de la viuda, ¿quien atendió el despacho, estuvo al pie de las decisiones inmediatas e impostergables, de trámite o de alcances políticos e institucionales?
¿Quién fue responsable del poder en un lapso en el cual las exigencias médicas suponen la plena irresponsabilidad operativa de quien ocupa el gobierno?
De hecho, hay una sustitución operativa: hay un gobierno, sustituto del que indica la Constitución, que opera ad referéndum de las convalidaciones que verifique la viuda de Kirchner cuando recupere la salud.
No sólo no es un mecanismo previsto constitucionalmente, sino que parece, aparte de su clandestinidad, un aparato ejecutivo que escapa a su propio contralor básico legal como, es el Parlamento, ya que las decisiones que pueden haberse adoptado -o que el inclemente curso de la realidad pudo imponer como una exigencia impostergable- no reúnen las calidades elementales que fija la ley.
Y que la ley las fija no de manera abstracta ni, mucho menos, por terquedad, sino porque el estado y el país no se agotan en las decisiones personales y centralizadas, ni admite la delegación de funciones de manera marginal a los mecanismo instituidos por la “carta” básica que garantiza la convivencia entre todos: es decir, no es un asunto privativo de las decisiones de quien ejerce el poder sino que son normas a las que éste queda estrictamente sujeto.
Esta manifiesta violación de principios básicos, la inocultable marginación de un funcionario de la propia Constitución como el vicepresidente de la Nación, la puesta en funciones “de hecho” de funcionarios menores como responsables de algo más que el trámite ya que, eventualmente, podrían haberse suscitado reclamos de decisión política, parecen orientados a replantear el papel de contralor que la Constitución Nacional confiere al Parlamento.
El episodio reclama una lectura atenta y pormenorizada ya que la misma presidenta es candidata a sucederse en el sillón de Rivadavia y el planteo de fondo reside en establecer si está en condiciones físicas -y sus secuelas mentales ordinarias, si se verifica que la irrigación sanguínea, por ejemplo, afecta centros importantes del comportamiento- para un ejercicio por otros cuatro años, cuando el agotamiento registrado tras los dos primero de su gestión, pusieron al rojo vivo sus resistencias, como queda demostrado en forma pública.
Resulta inocultable que en los proyectos oficiales han figurado intentos -que se mantienen en silencio-, de convertir la figura del vicepresidente de la Nación, como candidato actualmente, elegido entre los más estrechos amigos de la presidente para integrar ahora la fórmula de la reelección, en una figura política con raigambre adicional y, por momentos cuasi extra constitucional.
Al respecto se ha mencionado al actual ministro de Economía y eventual vicepresidente de la Nación, si la fórmula de la ex primera Dama se impone en el comicio del 23 de Octubre o en una segunda vuelta, como un eventual ministro Jefe de Gabinete, habiendo saltado a esta “rectora” función -a la que la Constitución le otorga casi la calidad de una jefatura de gobierno (nunca asumida bajo los sucesivos gobiernos que la han matizado como un adorno o suerte de dispositivo de reaseguro público del presidente, de manera agudísima en la actual gestión del doctor Aníbal Fernández)- desde su insistente mención como un vicepresidente a cargo de la Economía del país, suerte de prolongación de su actual función al frente de esa misma cartera.
Toda la extra constitucionalidad que se puede reconocer en este juego de alternativas, ¿va, acaso, de la mano de la certidumbre de que la presidenta deberá ejercer, un eventual segundo mandato, sometida a un diapasón de cautela y suerte de “tiempo compartido”, a fin de poder hacer frente a los requerimientos reales de la función y a partir de los datos comprometedores de su salud?
La búsqueda del eventual sucesor, para mantener la ilusión de un kirchnerismo más allá del 2015, excluida la idea de que el hijo mayor de la pareja tenga posibilidad de una incursión exitosa en el tema, ni disponga de dotes especiales para permitirse ir más allá de la digitalización de un aparato como “La Cámpora” -y esto, siempre que alguien asuma la responsabilidad de la conducción formal y directa-, abre las expectativas a una sucesión en la que la fiabilidad cuenta más que los antecedentes o la capacidad efectiva.
Después de todo, se confía, el mismo método de funcionalidad a cargo de un equipo en las sombras, podrá imponerse si cualquiera asume en reemplazo de la presidenta… si no es posible la reforma constitucional, claro o, aun imponiendo la reforma, no se logra un parlamento suficientemente dócil o alineado.
La relación entre la salud y las líneas que se adopten para la funcionalidad del ejercicio de poder, no parecen orientadas a variar el esquema que sucedió a la muerte de Néstor Carlos Kirchner, del cual la presencia y encolumnamiento tras la figura de la ex primera Dama no permite imaginar que varíe en la profundidad y la estructura que, en los hechos, encabeza, hasta la fecha el secretario Legal y Técnico de la presidencia, doctor Carlos -erpiano- Zannini, por cuyas manos pasan, de manera inexorable, según las mejores versiones - aunque no sin la puja y compulsa casi permanente con los restantes sectores, en la lucha por espacios de poder -, los aspectos centrales del gobierno, tanto como los detalles de ejecución: la presidenta cumpliría el papel de algo así como una suerte de escribanía, que legitimaría las decisiones que se adoptan; una escribanía por cuanto expresa como sello legal de las medidas que implementan las decisiones, como suerte de mediadora final en esa misma lucha de poder antes mencionada.
De ahí la indiferencia con la que puede observarse el cumplimiento de las normas constitucionales del ejercicio del gobierno y de la sucesión “por razones de salud”… hasta ahora, tanto como la enorme dificultad que el kirchnerismo podría tener para encontrar alguien que comprenda y admita el rol para el cual se lo requiere.
Soledad y falencia internacional
Un par de horas antes de que en Washington se diera a conocer el plan terrorista pergeñado desde la estructura de poder iraní para cometer un atentado terrorista contra la embajada de Arabia Saudita en los Estados Unidos y la embajada del mismo país y la embajada de Israel en Buenos Aires, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, señor Héctor Timerman, pronunciaba una conferencia, en plena cancillería y ante los funcionarios que allí se desempeñan -por lo tanto, un público calificado- para celebrar el Día del Diplomático.
Fue por lo tanto apenas dos horas antes del anuncio oficial norteamericano, que el canciller Timerman reiteró una suerte de lo que, con amplia generosidad, podría calificarse como una boutade: la exposición elogiosa de la política argentina seguida con Irán puesta en cuestión por el propio Irán a partir de sus proyectos terroristas.
“En Nueva York -le relató a su selecto auditorio el canciller- la Presidenta se refirió al reconocimiento del Estado de Palestina, anunciado desde el Palacio San Martín, con una fórmula luego recogida por otros gobiernos que se apoya en las fronteras de 1967 (¡sic!) más el resultado de las necesarias negociaciones entre palestinos e israelíes. Por historia y por ideología somos fruto de la autodeterminación de los pueblos. Extendemos así nuestra contribución tanto a israelíes como a palestinos. Serán sus pueblos, cuando terminen las interferencias extranjeras, quienes encuentren el camino de la paz.
“La Presidenta -continuó dentro del área del Medio Oriente y entrando de lleno en Irán- mencionó otro punto significativo por sus enormes implicancias. Me refiero a la actitud de apertura que escogimos ante el anuncio de cooperación de Irán (sic ¡!) respecto de la causa AMIA, precisamente motivados por nuestro compromiso en la búsqueda de justicia y que en forma alguna configura un retroceso, pues siguen firmes los pedidos de captura emitidos por Interpol en contra de los acusados del horrendo atentado. Argentina no busca el diálogo como un fin, el objetivo es justicia para las víctimas. Argentina no busca una falsa reconciliación, además de justicia, busca memoria y verdad. Y lo hace por caminos legales porque no creemos en la venganza ni tampoco en la utilización de las víctimas como instrumentos políticos”.
Mucho se ha trillado en torno de la denuncia norteamericana en ese mismo día, dos horas después.
Y la carga principal residió, en ese primer momento, en condenar a Washington por no haber advertido acerca de los contenidos del complot que comprometían tan severamente la seguridad en la Argentina.
Y -¡oh sorpresa!- esas mismas cargas y quejas contra Washington, escuchadas en oficinas tan próximas a las del canciller, parecieron palidecer cuando, desde Washington primero y desde la propia embajada local, en seguida, se precisó que varias horas -casi dos días-, antes de hacerse conocer en Estados Unido el asunto, la cancillería y el gobierno argentinos habían sido prevenidos, en forma sucesiva, desde la propia Unión y luego desde la Embajada local, acerca de todos los detalles que luego se hicieron públicos, primero por boca oficial y luego ampliados, en cuanto se refiere a la Argentina, por vía periodística a través de trascendidos y descripciones “off the record”.
La pifia del canciller reubica su gestión en niveles estratosféricos y plantea el grado de alta vulnerabilidad que ofrece el país en un planteo internacional donde parecen estar nuevamente en juego muchas vidas.
Pero, sin dudas, muestra la virtual desconexión con el mundo real donde ocurren los hechos fundamentalmente internacionales, dejando en dudas la honestidad de sus referencias públicas y planteando un asunto de fondo: ¿sabía o no, al momento de pronunciar su discurso en la Cancillería, que Estadios Unidos había interferido ese intento terrorista iraní?
Es poco o nada significativo, finalmente, tratándose del canciller que revistió las modalidades de un simple “vista-aduanas” para tratar de enfrentar a la principal potencia mundial con una frívola revisión de valijas en un avión protegido por convenios que él mismo había convalidado.
Una desprevención, tanto como la de elogiar la política respecto de Irán y la presunción posible de un diálogo para hacer imperar la ley nada menos que con un régimen que trama un brutal atentado en el propio país.
Y que, además, exhibe una notoria desprevención al ignorar las relaciones estrechas con lo más cercano y granado de los puntos de relaciones externas del país, desde el punto de vista histórico, cultural y continental, como la República Oriental del Uruguay.
Porque en el mismo discurso, despachó las relaciones con Montevideo con un párrafo de apenas cuatro líneas -en el original-: “Con nuestros vecinos rioplatenses -ultrasintetizó- fortalecimos el proceso de Integración binacional con una activa agenda de reuniones de ministros, de vicecancilleres, de cancilleres y de presidentes”, olvidando quizá el funcionamiento de ese tren interpaíses que solo ha tenido averías y frustrantes acortamientos de trayectos, pero que se reduce a la nada como carencia informativa cuando, casi en paralelo, el ex presidente uruguayo, doctor Tabaré Vásquez, formula las revelaciones más asombrosas que muestran a un cancillería ausente, inexistente, esfumada entre los incendios que lo rodean.
No parecería razonable que se dé por normalizada una relación que, repentinamente y cuando todavía no se habían acallado las palabras del canciller, se conocen las revelaciones de una cuasi guerra con Uruguay, retenida tan solo por el realismo que imponen los propios militares uruguayos al revelar que no disponen de recursos ni equipo para llevar adelante una guerra que responda a los ejercicios “de frontera” de un no menos empobrecido y minimizado Ejército Argentino, ordenados nada menos que por la pacifista ministro de Defensa de ese momento, la doctora Nilda -montonera- Garré, en abierto desafío a la política de los “diálogos” y la “política de buena vecindad”, interferida tan solo por vecinos de Gualeguaychú que intentaban ocupar o hacer volar las instalaciones de la fábrica Botnia, y que el gobierno argentino kirchnerista no se animaba a detener o hacerles cumplir la ley.
¿Conoció el gobierno argentino los riesgos que se corrían y el extremo hasta el que había llegado el presidente Tabaré Vázquez?
¿Supo el canciller Rafael Bielsa que la secretaria de Estado de la Unión, señora Condoleezza Rice, había recibido especialmente al presidente Tabaré Vázquez y le había dado una esperanza en cuanto a un apoyo frente a los eventuales actos agresivos del kirchnerismo?
Por la agresividad con la que se manejó el ex canciller Bielsa al insultar al presidente Vázquez, todo hace suponer que no lo supo y ha tenido ahora una desagradable sorpresa de falta de información o relegamiento y soledad, como, quizás, la que ha tenido su sucesor en el tiempo, el propio canciller Timerman al enterarse de que un socialista de indiscutible prosapia de izquierda como Vázquez, decidió buscar la protección, como lo hiciera en su momento el presidente José Figueres, de Costa Rica, de Washington, este ultimo firmando un convenio que, por el precio de un dólar, los Estadios Unidos garantizaban su seguridad territorial y nacional; en tanto el segundo debía limitarse simplemente a esperar los acontecimientos para superar el déficit de equipo con el que debía llevar adelante la defensa de sus intereses nacionales.
No parece extraño que ante tal cúmulo de falta de informaciones de aquí y de acullá, la Argentina haya manejado sus relaciones con el exterior suponiendo que, merced al Banco del Sur podrá sustituir los oficios del Fondo Monetario Internacional; o que mediante el UnaSur estará en condiciones de disponer de los recursos de defensa necesarios para asegurar sus aventuras allende las fronteras, como las que parecen haber sido frenadas desde Montevideo, según confesión de Tabaré Vázquez.
Ese equivoco sistema de sustituciones, imaginado por Hugo Chávez bajo la advocación de los técnicos iraníes y los ideólogos cubanos que lo asisten, no parece haber redituado otro beneficio que la decisión de los Estados Unidos de cortar toda anuencia para las solicitudes de apoyo argentino en las entidades crediticias internacionales, incluidas las continentales, habida cuenta del escaso nivel de garantías financieras pero registrando, de este modo, adicionalmente, que no existe un vinculo que justifique una línea de“amistad” para correr riesgos asociados con el país.
Es probable que un país corra riesgos por dificultades financieras o económicas resultantes de una situación adversa y, en este sentido, pueda admitir comprensión; pero es posible que esto ocurra por su propia actitud desdeñosa respecto de quienes podrán ser sus solidarios apoyos, en cuyo caso caben algunas recriminaciones hasta encontrar el punto de reencuentro; pero, lo que resulta a veces insalvable, es que, además, un país en esas condiciones, esté dispuesto a asociarse con los enemigos de quien puede ayudarlo, en cuyo caso no cosechará ni siquiera la buena voluntad para tratar de superar sus inconvenientes.
En el caso argentino, no solo se procede a tratar de tener amistosas relaciones con Irán, con el argumento de que se trata de un país fiable después de haber asesinado, en sendos actos terroristas, a más de 135 personas, sino que, a renglón seguido, procede a reconocer a quienes, en otro terreno, como los palestinos, pretenden una presencia legitimada a fin de contar con los recursos y soportes políticos necesarios para llevar adelante una guerra de exterminio.
Esta suma de hechos contrastantes son los que recorren ese discurso de “buena voluntad” del canciller y colocan a la Argentina en un extremado y sistemático plano de soledad y aislamiento, al menos respecto del mundo civilizado y democrático, con los pies hundidos en el fango de los absolutismo iraní, venezolano, palestino, ecuatoriano, nicaragüense o boliviano.
Reforma de la Constitución: trampas y tramposos
A pesar de las desmentidas, burlas, medias verdades y afirmaciones a medias, generadas por los anuncios del intento kirchnerista de una reforma de la Constitución a fin de encontrar la modalidad posible de asegurar un imperio “eterno” -como lo vaticinó y proclamó en su momento la diputada“stalinista” Diana Conti- del kirchnerismo, al comenzar esta semana habría quedado constituida, de la manera silente más intensa imaginable y “bajo juramento” de “trabajar sin bulla, por favor, con resultados más que palabras”(secretario de la presidencia dixit, antes de dejarlos en posesión de media docena de despachos y una cuenta abierta para “compra de material” y el pago de tres muy fiables secretarias).
Hasta ahora estarían comprometidas las colaboraciones de ocho -seis hombres, dos mujeres- especialistas en derecho constitucional, sociología, historia y derecho comparado, a fin de elaborar un plan de acción, cuya presentación no podría exceder del mes de Marzo próximo, a fin de lograr un desarrollo que irá interesando a sectores de diversa procedencia política y en similar recoleto silencio.
No se excluiría del trabajo el intento de realizar algunos sondeos en profundidad mediante mesas redondas, conferencias, etcétera, que desligadas del proyecto central pusieran a prueba y en discusión pública los diversos tópicos reformistas para “ir ajustando los tornillos y no ser tomados por sorpresa”.
En forma pública, el asunto ha tenido progresivos soportes que cabrá ir analizando de manera pormenorizada, el menor de los cuales no parece ser el cuasi oficial pronunciamiento y reconocimiento socialista de su proclividad a apoyar una reforma constitucional, claro que amparados en rótulos que impliquen limites a la reelección específicamente de la viuda de Kirchner, finalidades de fácil compromiso ya que “los pingos se ven en las canchas”, conforme con la observación gauchesca atinada de un veterano organizador de reformas (estuvo en la reforma de 1957 y en la de 1994 y sabe, según dice, con sabiduría escéptica, que “no importa lo que se reforme sino cómo se lo aplique y quién lo haga: después de todo, la del 57 tiene el artículo 14 Bis y la del 94 crea un jefe de gabinete que es jefe de gobierno; pero, en realidad ni por la primera jamás se llegó al techo propio más que como una definición innecesaria por ya existente desde antes (¿a quién se le negaría un techo por razone s de derecho?) y en la segunda el jefe de gabinete nunca pasó de ser un empleado más, a las órdenes del presidente”).
Pero el equipo funcionará después del 23 a pleno, comenzando sus contactos y sondeos, aparte de la acumulación pertinente de material, con el auspicio implícito tanto de radicales como de socialistas, en cuyas plataformas se puede leer con claridad la proclividad a una reforma de la Carta Magna.
Ya han comenzado a tomar distancias de cualquier tentativa de la oposición de resistir una reforma y los argumentos buscan ampararse, como se señala más arriba, en un límite para que no haya reelecciones.
No se sabe a qué recursos podrán contribuir si el crecimiento del “nuevo partido progresista” coincide con la reforma y, a través de su imperio hegemónico, logra imponer a una persona, la misma en cada oportunidad que se presente.
Cuando en mayo de 2010 Hugo Chávez dio su famosa clase de dos días al matrimonio presidencial acerca de cómo llegar a la “presencia eterna” - no estaba la diputada “stalinista” Diana Conti presente, pero no es imposible que algo haya llegado a saber de esto - hizo dos anotaciones centrales acerca del método electoral, para superar el default experimentado apenas un semestre antes, en el comicio de 2009 por el propio Néstor Carlos Kirchner.
La primera fue la necesidad de dominar a los medios de comunicación como un canal único de verter sobre la sociedad cualquier consigna o información que se crea útil, de donde habría surgido con nitidez la conformación final de la aplicación de la por entonces flamante ley mordaza de radiodifusión.
La otra fue la urgencia de una legitimación constitucional de su permanencia en el poder: “Nadie llega al gobierno si no es para quedarse, si es que quiere hacer la revolución” habría dicho en la reunión.
Los suscriptores de Informe (2011) Argentina con Lupa tuvieron, en esos mismos días, una versión más completa acerca de las “reflexiones y enseñanzas” que aportó como síntesis de su camino, tras su fracaso golpista en 2002, cuando decidió imponerse a “hierro y fuego, si es necesario” pero “nunca abandonar el poder” (sic, atribuido al corolario de sus clases).
En los esquemas que la nueva comisión reservada de reforma de la Constitución tendrá por delante, conforme con quien los convocó y técnicamente puso en funciones, figura la posibilidad de “trabajar con dos aliados potenciales inmediatos” que no demoró en identificar, como se señala más arriba, en los radicales y los socialistas de Binner.
El suspenso y los juicios
Como si el tiempo y el inexistente fragor de una campaña electoral fueran los justificativos indispensables, la multitud de juicios que esperan al ministro Julio de Vido, parecen sujetos a algunas negociaciones que no son indiferentes a la conformación de un eventual gabinete -o, en realidad, dos gabinetes: uno que correría desde ahora hasta el comienzo lectivo del año 2012, es decir Marzo o Abril del año próximo; y un segundo gabinete, definitivo, destinado a acompañar a la ex primera Dama o quien ocupe la presidencia en su eventual nuevo gobierno, con posterioridad.
No resulta claro tampoco qué ocurrirá en lo inmediato -mucho menos en lo mediato- con los procesos seguidos contra el ingeniero Ricardo Jaime, del que se ha tocado a silencio en todos los ámbitos judiciales desde hace no menos de cuatro meses.
Tampoco se sabe qué ocurrirá con las denuncias y demás sortilegios jurídicos contra el parricida Sergio Schoklender, que desafío va y desafío viene, no ha cruzado todavía el umbral de celda alguna y, mucho menos, ha recibido carta documento que le notifique acerca de la iniciación de un proceso en su contra.
Mucho menos todavía se sabe qué ocurrirá con las denuncias que pesan sobre la jefa nacional y madre adoptiva del parricida Sergio Schoklender, la reputada madre de la Plaza de Mayo, señora Hebe de Bonafini, cuyas denuncias ante estrados judiciales se encuentran en estado de hibernación sino de extinción concertada (con la esfera oficial pertinente).
Resulta muy curioso observar cómo se han ido silenciando los más truculentos de los episodios de corrupción y hasta qué punto comienzan a extinguirse algunas acciones que, en su momento, restallaron como episodios descomunales.
Si se cumplen los pronósticos (¿o propósitos?) atribuidos a Gabriel Mariotto, en el caso de imponerse la ex primera Dama en los comicios del 23, hacia fines de año difícilmente habrá medio alguno en condiciones de abordar estos temas ni siquiera preguntarse qué ocurrirá con esos juicios, ya que para entonces habrá habido un “sinceramiento en los medios de comunicación, televisión y radios, que hará imposible que continúen las campañas difamatorias contra el gobierno, la sociedad y los más altos funcionarios”.
Para entonces se piensa que habrá terminado la “faz I” de la aplicación de la ley mordaza de radiodifusión, consistente en la entrega de un total de 450 frecuencias a nuevos permisionarios, la imposición de desarticulación de no menos de 15 grupos informativos en todo el país y el comienzo de la aplicación de las normas de “contenidos” que comenzarán a incluir obligatoriamente en todas las programaciones, aspectos centrales informativos.
El miércoles por la noche en el programa “A dos voces”que se emite por el Canal 11 TN, se emitió un documentado micro destinado a historiar el procesos seguido en Venezuela por el chavismo contra los medios y la libertad de información y de expresión, sus metodologías y acusaciones, sus diatribas de tribuna contra los propietarios de medios y periodistas independientes.
En un debate posterior, el filósofo Tomás Abraham equiparó lo ocurrido en Venezuela con lo que ocurre en la Argentina, denunció la existencia de una censura permanente y calificó como “fascistas” a los que integran, dirigen y definen las políticas de medios del estado en el país.

PANORAMA POLÍTICO NACIONAL DE LOS ÚLTIMOS SIETE DÍAS

Paradojas: se vota lo mismo pero se espera un cambio

Aunque la elección presidencial del 23 de octubre carece ya de mayores misterios, la política argentina sigue preñada de incógnitas. Se sabe que Cristina de Kirchner se sucederá a sí mismo, para iniciar el tercer período consecutivo en el poder de la misma familia. Pero se ignora si esta vez, sin la presencia dominante de su desaparecido cónyuge, la señora pondrá en marcha algo de lo que prometía en su campaña de 2007, cuando si lema era: “el cambio recién empieza”.
Una encuesta de Poliarquía que se conoció esta semana indica, al menos, que la abrumadora mayoría de la población espera cambios en el gabinete. Esa expectativa puede leerse como una crítica oblicua al gobierno: se vota la continuidad de la Presidente, pero se la notifica de que no está bien rodeada. Se esperan modificaciones de personas. ¿Del “modelo”? El tema reside, más bien (por ahora), en algunos rumbos. Sobre todo en lo que hace a seguridad e inflación.
Por otra parte, los actores sociales aguardan los nombres de los futuros ministros para descifrar señales sobre el camino que seguirá la Presidente. El silencio convierte la curiosidad en sospecha y la sospecha se traduce en fuga de capitales.
Desde la coalición oficialista llegan mensajes contradictorios: algunos redactan proyectos en la línea “radicalización del populismo”, otros se ilusionan con rumbos más sensatos y siguen soñando con arreglar las cuentas con El Club de París para virar suavemente hacia la normalidad económica. Del otro lado del espejo, la realidad ofrece sus propias proyecciones: la canasta familiar sube, los salarios alcanzan menos y, sin embargo, parecen pesar demasiado sobre la competitividad de las empresas. El ministro de Economía de Brasil sugiere a sus compatriotas que recen para que la economía china no se retraiga; Argentina, en todo caso, debe rezar por China y también por Brasil, esos son sus dos mercados fundamentales. Aunque de Brasil, ya se sabe que sus perspectivas de crecimiento para 2012 cayeron a la mitad, al 2,8 por ciento. Varias grandes firmas industriales instaladas en Argentina ya amagaron (o iniciaron) un encogimiento laboral: menos horas por semana, suspensiones, licencias adelantadas.
Si bien el hecho está disimulado o compensado por algunas ventajas comparativas y competitivas con que cuenta, Argentina está mal parada en la realidad mundial, particularmente por una tendencia (que el oficialismo ha practicado sistemáticamente) a caminar por los bordes y alejarse de las corrientes centrales y del equilibrio.
En virtud de ese comportamiento, enfrenta ahora dificultades para, por caso, tramitar créditos ante organismos internacionales, en los que Estados Unidos ha prometido ponerle la proa. Argentina es señalada por incumplimiento de sus compromisos internacionales (se apura en estos días por sacar normas adecuadas sobre lavado de dinero que se había obligado a sancionar hace años; sigue sin avanzar en el tema de la radarización del territorio, un paso ineludible para dar batalla al narcotráfico seriamente; está en veremos el sinceramiento de su sistema estadístico; mantiene su condición de país moroso) y zigzaguea de modo desconcertante en temas de alta exposición mundial.
La denuncia que esta semana hizo pública el gobierno de Barack Obama a través de su ministro de Justicia sobre preparativos de atentados de agentes iraníes contra diplomáticos en varias capitales, una de ellas Buenos Aires, encontró a la Casa Rosada y al Palacio San Martín en medio de un viraje. Cuatro años atrás, antes de la asunción presidencial de su esposa, Néstor Kirchner había reclamado a la República Islámica de Irán ante la ONU que accediera a la extradición de funcionarios y ciudadanos de aquel país, acusados por la justicia argentina participación en el atentado contra la sede de la AMIA. La actual Presidente reiteró en dos oportunidades ese gesto, que procuraba simultáneamente dar satisfacción a los reclamos de la colectividad judía y converger -nada menos que con una fuerte denuncia sobre terrorismo- con la política de Washington de aislar al régimen de Teherán, que ya desplegaba su amenazante política de desarrollo nuclear.
Desde entonces, la política de Buenos Aires hacia el gobierno iraní varió. Algunos atribuyen ese cambio al peso de las exportaciones argentinas (la balanza comercial con Irán es netamente favorable para Argentina); otros, a la influencia del venezolano Chávez, a quien atribuyen haber intercedido ante el gobierno de la señora de Kirchner para que Argentina facilite apoyo tecnológico al desarrollo atómico de Irán. Algunos notorios mosqueteros del gobierno, como Luis D’Elía, pivotean constantemente entre Caracas y Teherán.
Por hache o por be, lo cierto es que la denuncia de Washington colocó en una situación de incomodidad al gobierno, que ya cuatro meses antes había sido informado de las investigaciones por el embajador de Arabia Saudita en Buenos Aires, uno de los posibles blancos del ataque terrorista. El diplomático aclaró que transmitía los datos por consejo (y con autorización) del gobierno de Estados Unidos, que era el que estaba desarrollando secretamente las pesquisas.
El gobierno de la señora de Kirchner ya tenía estos datos en su poder cuando visitó la Asamblea de la ONU, tres semanas atrás, y su embajador ante el Organismo, Jorge Argüello, recibió la orden de mantenerse en su asiento mientras el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, pronunciaba un discurso negador del Holocausto y numerosas delegaciones abandonaban la sala en señal de protesta.
Hay que admitir que el gobierno argentino no es el único de la región que ha virado de tono en relación con el gobierno de Irán. La presidente de Brasil, Dilma Rousseff también cambió la sintonía, aunque lo hizo en sentido, si se quiere, opuesto al de la señora de Kirchner. Diferenciándose de su antecesor, Lula Da Silva, Rousseff empezó por tomar distancia de Teherán por temas de derechos humanos (a raíz de las amenazas de lapidación de una mujer iraní condenada en 2007 por adulterio) para luego aclarar, a través de su canciller, Antonio Patriota (ex embajador en Washington), que la política nuclear de Irán le “genera desconfianza”.
Rousseff prefiere navegar por el hondo canal central, en Buenos Aires se inclinan por las fangosas orillas.
Diez días atrás, la Presidente había escuchado en Olivos al experimentado Felipe González. Aunque está retirado de la vida oficial, González sigue de cerca la política mundial, conoce el pensamiento de los principales líderes y también el de muchos de los mayores actores económicos. El sabe que, si Argentina tiene un asiento en el G20, se espera del país que actúe con jerarquía y responsabilidad, que sea previsible, que cumpla con sus obligaciones. En estos tiempos de crisis, predica el sevillano, el mundo necesita “gobernanza”,gobernabilidad, y eso implica imposición de normas, y un sistema de castigos y premios.
¿Qué le tocará a la Argentina en esa tómbola?
La previsibilidad de los Estados es la que facilita la convivencia y las buenas relaciones. Durante esta semana, uruguayos y argentinos se enteraron de que, en medio de la crisis por la papelera Botnia, el ex presidente oriental Tabaré Vásquez había evaluado una hipótesis bélica. Se puede hacer consideraciones sobre la extemporaneidad o la indiscreción de las inopinadas declaraciones del político frenteamplista: muchos se encarnizaron ya con él enarbolando esos argumentos. Quizás conviene también reflexionar sobre las razones que habrán empujado a este oncólogo pacifista y de izquierdas a imaginar la posibilidad de una dramática ruptura de la hermandad rioplatense, de una guerra con su gran vecino argentino. Seguro que el desencadenante no fueron las protestas vecinales de Gualeguaychú: Uruguay estaba preparado para entender esas quejas y para soportarlas. Sucede, sin embargo, que en un momento dado las asambleas locales de protesta fueron espoleadas desde la jefatura del Estado vecino y su presidente agitó la bandera patriótica para enfervorizar a esa asamblea. Como en otras ocasiones, la pequeña política doméstica fue puesta por encima de las cuestiones permanentes, fueran estas los vínculos con Uruguay o la defensa del medio ambiente: el hecho es que desde entonces en los sectores más iracundos de la protesta se empezó a fantasear con el uso de medios violentos para “erradicar” la planta instalada al otro lado del río. “Pensaban en dinamita”, explicó Vásquez. No hacía falta tener espías en Gualeguaychú para saber que también se imaginaron otros métodos, otros instrumentos. Los preocupados uruguayos fueron contaminados por un delirio que, comprobaban, estaba lejos de encontrar contención razonable y adecuada en la autoridad argentina.
Los comportamientos serpenteantes, imprevisibles (desde maltratar a huéspedes oficiales hasta incautar sorpresivamente bienes de un Estado al que se le ha pedido colaboración, proponer diálogos cordiales con gobiernos a los que se ha acusado de ejercer el terrorismo o ignorar advertencias sobre la eventual reincidencia) generan desconfianza, suspicacia, reticencia o rechazo. Constituyen mala política.
Estos asuntos pueden no ser centrales en la atención pública. Pero sus consecuencias, cuando se desencadenan, suelen llegar a todos los niveles de la sociedad.
Seguramente intuyendo eso, una sociedad que sabe quién será su presidente desde el próximo 10 de diciembre, ya le reclama señales. Y señales de cambio.

sábado, 15 de octubre de 2011

Entre Ríos: descontrol de la Justicia Electoral Provincial

Entre Ríos: descontrol de la Justicia Electoral Provincial

Desde el Peronismo Disidente y con la firma Héctor Maya y Aníbal Vergara, quienes encabezan la lista de diputados provinciales de COMPROMISO FEDERAL-UNIÓN PROVINCIAL (lista 133/157), se conoció una declaración de prensa, donde adjuntan documentación de información falsa difundida desde la página del Superior Tribunal de Justicia y reclaman intervención del poder ejecutivo y legislativo ante descontrol ilegal de la Justicia Electoral Provincial.

En su correspondencia al Gobernador Sergio Urribarri y al Presidente de la H. C. de Diputados, Dr. Jorge Busti, la cual fue remitida el pasado 12 de octubre, Maya y Vergara denuncian la manifiesta ilegalidad en el comportamiento de la Dra. Leonor Pañeda, a quien le atribuyen continuar con su pensamiento y métodos que utilizara cuando era asesora del proceso militar, donde ingreso en el año 1978.

Los quejosos señalan que pese a ser nuestro partido UNIÓN PROVINCIAL reconocido y tener lista oficializada para el distrito Entre Ríos por la Justicia Federal, y haberse comunicado ello por oficio del Juez Federal al Tribunal Electoral Provincial, no se ha dado aun cumplimiento a la Ley de los Partidos Políticos de Entre Ríos N° 5170- que dice en su Art. 51: Los partidos políticos reconocidos en el orden nacional para actuar en elecciones nacionales dentro de la provincia quedarán automáticamente reconocidos en el orden provincial con la sola presentación ante el Tribunal Electoral de la provincia, acreditando dicha circunstancia. Llenado dicho recaudo, se tendrá como válidos los actos que los partidos hubieran realizado y realicen ajustados a los términos de la Ley 22627 y su Decreto Reglamentario, y que se adecuen a las exigencias de la presente.

Este incumplimiento de la ley por parte de la Dra. Leonor Pañeda, concordante con sus antecedentes tiene por objeto proscribirnos a partir de negar la oficialización de nuestras listas, colocando a la Justicia Provincial ante la situación escandalosa, que somos reconocidos como partido de distrito por la Justicia Federal y proscriptos por la provincial, lesionando el derecho básico de congruencia, afirman desde Unión Provincial.

No podemos dejar de mencionar tambien -afirman Maya y Vergara- la novedosa sorpresa, de encontrar en las páginas del Superior Tribunal de Justicia, la Gacetilla del Órgano de difusión oficial de la Justicia, donde a partir de una operación política se comunica información falsa, señalando que somos un partido extinguido y que ello es así tanto en lo provincial como en lo federal, cuestión que es falso y de público conocimiento, ya que, como Uds. saben, les indican a Urribarri y Busti- nuestra boleta N° 157 de UNIÓN PROVINCIAL con candidatos a diputados nacionales ha sido oficializada y estará en los comicios junto a la N° 133 de Compromiso Federal que propone la candidatura del Cro. Alberto Rodríguez Saá a la Presidencia. Usar la pagina del Superior Tribunal, para difundir falsedades en operaciones políticas, nunca se ha visto.

Al concluir su queja los firmantes del comunicado Héctor Maya y Aníbal Vergara, señalan que nunca vieron tanta alevosía en la vocación de proscribir, -inclusive adulterando expediente, fojas y fechas- sin respetar mínimamente la ley, sin reparos básicos, como los que ha demostrado en su proceder la Dra. Leonor Pañeda, quien marcando el nivel de la Justicia, no solo preside el Tribunal Electoral, sino tambien el Superior Tribunal de Justicia, por ello, más allá de la división de poderes, pareciera que es obligación del Ejecutivo y Legislativo, tomar intervención, cuando se verifica semejante descontrol ilegal de la Justicia Electoral Provincial.

El resguardo de la calidad institucional y la vida democrática es obligación de todos, pero en especial de quienes son responsables de poderes del estado y como peronistas, que siempre luchamos contra las proscripciones, interesamos tomen las medidas que crean legales, piden Maya y Vergara a Urribarri y Busti.


COLOQUIO DE IDEA

De eso no se habla

En el coloquio anual del Instituto de Ejecutivos Argentinos (IDEA), empresarios y economistas extranjeros coincidieron en que los Estados Unidos van a crecer muy poco en el 2012, que la recesión se aproxima en Europa y que China disminuirá su crecimiento al 7 u 8% anual. Pero la preocupación fundamental en el cónclave es la desaceleración abrupta de la economía brasileña, que se espera que crezca sólo el 0,8% el tercer trimestre y quizás 0% el cuarto. Aunque se espera que el banco central de ese país baje por etapas la tasa Selic, que está en el 12%, hasta el 9%, para que el crecimiento se ubique en el 3,5% en el 2012. De todas formas, es una mala noticia para nuestro país, que ya está sintiendo una menor demanda en el rubro automotriz (Fiat y Renault y acerías como Acindar). Está claro que el crecimiento argentino se basa en la soja y en el crecimiento brasileño del 7,5%. En el nuevo escenario, Brasil crecería por varios años a la mitad cuando mucho, lo que ya es un problema grave para nosotros. El precio de la soja se recuperó esta semana y pasó los 460 dólares la tonelada en Chicago, después de haber estado hace poco más de un mes a 534 dólares y la semana anterior a sólo 430.

Sólo dos opciones

La realidad es que el aumento del gasto público en la Argentina es tal que para que cierren las cuentas no sólo tiene que haber una cosecha de 53 millones de toneladas de soja sino que ésta debe llegar a los 600 dólares la tonelada, número muy difícil de alcanzar. Además, la creciente inflación argentina, que estos dos últimos meses superó el 2%, infló mucho los costos de la siembra de la oleaginosa, lo que indica que, si sigue en torno a los 450 dólares la tonelada, no les dejará mayores ganancias a los productores. Volviendo al evento de IDEA, los empresarios argentinos que tienen negocios con el Estado se hicieron ver poco o se limitaron a decir que estaba todo bien, excepto las críticas a la inflación de dos dígitos y su relación con los pedidos gremiales de aumentos de sueldos para el año que viene. O sea, la renovación de la puja distributiva con Hugo Moyano en marzo próximo y la paritaria docente de febrero. Pero ningún empresario habló de la crisis energética, el tema más grave junto con la inflación, el déficit fiscal y la disminución del superávit comercial. Especialmente este último, ya que el año que viene la cuenta energética de importación será de 12.000 millones de dólares contra sólo 3.500 millones de dólares del 2011. El Estado le compra gas natural a Bolivia a 10 dólares el millón de BTU y gas natural licuado a Barbados a 19 dólares, mientras a los productores locales les paga 2,8 dólares. Así las cosas, el 2012 se caracterizará porque el gobierno no tendrá dólares suficientes para cumplir los compromisos internacionales Por lo cual, o toma deuda a tasas siderales o devalúa.


LA BOMBA ESTÁ DEBAJO DEL ESCRITORIO

LA BOMBA ESTÁ DEBAJO DEL ESCRITORIO

Ya no se trata de encontrar una explicación aceptable al deseo de un fiscal federal de quedar bien ante los ojos de la Presidente candidata, para lo cual propuso que la madre del capitán Alfredo Astiz sea detenida preventivamente por la sola sospecha de haberse apropiado del hijo de una desaparecida durante la guerra revolucionaria. El disparate de la propuesta contra una señora de 90 años de edad por la simple circunstancia de ser la madre de un marino emblemático listo para ser condenado por haber luchado contra la subversión, es un caso que a esta altura de las circunstancias ya no asombra a nadie. No obstante, se espera exprimirlo electoralmente y, de paso, distraer la atención de otros problemas que se corresponden con el título de nuestro informe de hoy. Tampoco alcanza para llenar la idea explosiva el tironeo que se ha producido entre la Casa Rosada y el gobierno de la provincia de Buenos Aires, la manifiesta resistencia de Daniel Scioli -una verdadera sorpresa- a aceptar la presión de la propia presidente de la República para que le pida a su secretario de Seguridad, Carlos Casal, la renuncia al cargo, para colocar allí a un personaje recomendado por La Cámpora, cuya capacidad política parece crecer rápidamente.

No es suficiente, repetimos, pero estos temas contribuyen para trazar el panorama difícil que se hace cada vez más pesado en los tramos finales previos a las elecciones, pesadez que no se alivia con las palabras simpáticas para el gobierno de los empresarios reunidos en IDEA, palabras más de circunstancias, comprometidas y temerosas, que no reflejan en absoluto el íntimo pensamiento de quienes conocen a fondo una situación que, como lo comentamos hace poco -casi unas horas-, le fue trasmitida a Cristina Fernández por el director del Banco de Londres, Mario David Blejer, durante una reunión privada no desmentida. Esta conversación giró en torno de la verdadera bomba que nos habla del deterioro progresivo de un gobierno que, no obstante, se apresta a ganar otra vez unos comicios a contrapelo de la realidad.

De todos modos, la percepción ya se manifestó a través del resultado de una encuesta de opinión que coincidió con el pensamiento cristinista en el sentido de que deberá cambiar su gabinete de tan escaso protagonismo. Curiosa conclusión de casi un ochenta por ciento de los consultados, que eluden responsabilizar a la viuda de todo lo que sucede y de todo lo que sucederá. Los temas ya salieron del silencio y comienzan a circular pero, según parece, no afectarán mayormente los resultados previstos, pues son pocos los que valoran el significado de una inflación de la que en buena medida es responsable el ministro de Economía y actual compañero de fórmula de Cristina. El guitarrista parece ubicarse a leguas de distancia de la crisis a la que únicamente se asoma con sus frases y sonrisa permanente. La gente le cree, no lo vincula ni con la inflación ni sus consecuencias. Según parece, tampoco con el crecimiento de la desocupación y los anuncios de ajustes por parte de las empresas que ya comienzan a disminuir dramáticamente su producción ante el horizonte indicativo de una caída del consumo. Cabe entonces preguntarse: ¿por qué los nuevos y los potenciales desocupados votarán a favor del Frente para la Victoria? El interrogante es válido para los que ya retacean sus necesidades consumistas, fenómeno que comienza a afectar sensible y progresivamente a los sectores medios. El problema ha iniciado el camino descendente hacia los niveles de menores recursos, fenómeno que admite repetir el interrogante. ¿Por qué unos y otros eluden la realidad y aseguran que apoyarán al kirchnerismo...?

El misterio se ahonda pero hay una primera explicación: la culpa se le asigna a ciertos ministros, ciertos secretarios de Estado y ciertos funcionarios que deberán renunciar, y así sucederá después del 24 de este mes, lo que permitirá descomprimir -poco y por cierto tiempo- las tensiones que se acumularán primero en la superficie y después en las honduras sociales y políticas. El proceso alimentará la mecha de la bomba a la que aludimos y que ya produjo la lipotimia presidencial. Si Brasil acelera la devaluación del real, aunque sea por unos pocos centavos, nuestra industria metalúrgica -y especialmente la automotriz- se resentirá aún más de lo que ya se sabe. La firma Renault podrá aguantar el suspendido ajuste hasta después de los comicios, pero luego será obligada por el realismo del mercado. Lo mismo ocurrirá con otras marcas, por más buena voluntad que demuestren los empresarios, en tanto las dirigencias agropecuarias ya están alertadas por la maniobra organizada por los asesores más cercanos a Cristina: la visita a las dependencias de CONINAGRO. Ésta fue el anticipo de uno de los tantos proyectos recaudatorios que sufrirá el campo dentro de poco. La idea de enfrentar a los distintos sectores que lo integran sólo afectará a los cooperativistas que responden a Buzzi y lo más probable es que se produzca un cimbronazo de proporciones sobre el filo de la próxima cosecha, tan necesaria para las arcas fiscales.

Este sensibilizado componente del escenario promete complicarse más aún gracias a las señales que producen elementos de La Cámpora especialmente reclutados para inspeccionar primero los depósitos que presuntamente guarden grano sin vender de la última cosecha, operación que expresa una evidente amenaza intimidatoria de actos futuros pero de notable incongruencia: el escaso grano que está almacenado -maíz, principalmente, y trigo- es el que no puede venderse por los impedimentos dictados por el mismo gobierno a través del insólito Guillermo Moreno. Entonces... ¿qué es lo que se pretende...? ¿Se trata sólo de una incompetente administración en la materia o la amenaza tiene contenido ideológico que iría más allá de la estatización del comercio exterior? Las importaciones ya están controladas, las exportaciones también pero no existe aún una normativa ordenada al respecto. ¿Se avanzará en un frente regional pese a la obvia enfermedad de Hugo Chávez y los problemas políticos que afectan la estabilidad de Bolivia y su presidente Morales?

Todo es posible y los problemas están concatenados. Otro tema concurrente es la pelea desatada en materia de seguridad -o mejor dicho, de inseguridad- que afecta a las policías Federal y Bonaerense, precisamente en momentos en que se asoma un horizonte cargado de tensiones que aumentan en lo social por todo lo que hemos mencionado y otros temas que se engrosan día a día. Más allá de las diferencias políticas con Scioli, y ahora con Macri, con el objeto de debilitarlos en sus respectivos distritos, no podemos dejar de mencionar el conflicto potencial con la CGT y con Hugo Moyano, los juicios ganados por los jubilados, a quienes no se les paga, el uso con fines políticos de los recursos de la ANSES, las presiones de los bonistas y el cerramiento del crédito externo, todo lo cual sucede en medio de un conflictivo panorama internacional, un Canciller inoperante, un ministro de Economía guitarrista que será vicepresidente, un presidente de la Suprema Corte que se codea con terroristas, la promesa de un cambio en la composición del gabinete nacional que se integraría con jóvenes cuya identidad se desconoce y una incertidumbre que crece tan incontenible, que buena parte de quienes la soportan votarán por ella. Así es la Argentina en que vivimos.-

NO HABRÁ APERTURA CRISTINISTA

Bolilla negra

Una ola de decepción y preocupación se extiende en las filas del peronismo no kirchnerista. Es que después de las primarias del agosto, algunas señales del cristinismo fueron interpretadas como el inicio de una apertura para sumar al gobierno a sectores del peronismo disidente resueltos a deponer las armas. Sin embargo, las expectativas de apertura se están diluyendo rápidamente. Más allá del reciente abrazo entre Carlos Kunkel y Felipe Solá, la Casa Rosada seguiría vetando que a este último se le dé una cuota de poder en el gobierno bonaerense. “Felipe tarde o temprano va a jugar contra Cristina y nosotros no se la vamos a hacer fácil”, sintetizó un conocido operador kirchnerista de la tercera sección electoral. Otro ejemplo serían las reiteradas llamadas del gobernador saliente de Chubut, Mario Das Neves, a Aníbal Fernández. Éste tendría expresas instrucciones de no contestar ésas y otras llamadas. La orden sería clara: Cristina decide personalmente si se le abren las puertas a algún peronista disidente o si, en cambio, se aplica la bolilla negra. La idea dominante es no ceder espacios a figuras no confiables y concentrar los resortes del poder en dos ejes encabezados por Carlos Zannini y Amado Boudou, que expresan respectivamente la centroizquierda K y el nuevo cristinismo heterodoxo.

De más está decir que al gobierno sí le interesa cooptar los votos de muchos de los diputados -y algunos senadores- que están a punto de abandonar los bloques del Peronismo Federal. Pero con los números tal como vienen, por ejemplo, el Frente para la Victoria contaría con quórum propio en la cámara baja y la necesidad de votos ajenos sería cada vez menor, excepto para operaciones de gran envergadura que requieran los dos tercios de los votos, como es el caso de la reforma de la Constitución Nacional.

Adelina operadora

El hecho de que las posibilidades de una apertura del cristinismo sean cada vez menores no impide que por la Casa Rosada circulen operadores habilitados para gestionar determinados acuerdos. Por ejemplo, la ex diputada nacional de la UCD Adelina Dalesio de Viola oficiaría de puente entre el gobierno y el gobernador Alberto Rodríguez Saá, que ahora hace campaña aclarando que no es opositor. San Luis era el último distrito del peronismo rebelde, luego de que el gobernador electo de Chubut, Martín Buzzi, abandonara a su mentor Das Neves para abrazarse al cristinismo. Pero la situación está cambiando rápidamente. El sucesor de Alberto Rodríguez Saá será su ex jefe de gabinete Claudio Poggi. Sin llegar a los extremos de Buzzi, algunos conocedores del tema insisten en que el futuro gobernador empezará a actuar en sintonía con Olivos, marcando el eclipse de la dinastía de los Rodríguez Saá. Otro caso especial es la relación del cristinismo con Juan Manuel Urtubey, un kirchnerista no sólo crítico sino también presidenciable. El gobierno no estaría dispuesto a tolerar la instalación mediática de Urtubey como presidenciable, porque la considerarían un desafío a la autoridad de CFK, que no tiene hoy posibilidad de ser reelecta. Esto hace que sean mirados con creciente inquietud ciertos pasos del salteño. Por ejemplo, en la Casa de Salta en Capital Federal ya estaría funcionando una oficina de Urtubey 2015. Y hasta se dice que algunos de los principales operadores de Eduardo Duhalde, el caso de Julio César Araoz, ya estarían instalados allí con el objetivo de trasvasar los cuadros duhaldistas al nuevo emprendimiento. Todo un revival, porque en el 2003, en la Casa de Salta, el entonces gobernador Juan Carlos Romero puso en marcha al peronismo disidente. 

viernes, 14 de octubre de 2011

SE ESTÁN ORGANIZANDO OPERACIONES MASIVAS DE CORTE DE BOLETA

El delivery electoral puede ser decisivo el 23

Las primarias del pasado 14 de agosto, entre otros efectos, posibilitaron que todas las fuerzas políticas conocieran en detalle dónde están paradas. De ahí en más, se generó -tanto en el oficialismo como en la oposición- una carrera para intentar corregir, mediante mecanismos oblicuos, las debilidades que les marcaron las primarias. Como el esquema de las alianzas es inmodificable, el único recurso importante que queda es organizar cortes de boletas. Esta tendencia es importante en la Capital Federal, a partir del hecho de que el PRO no tiene candidato a presidente. Pero en Buenos Aires es donde se están organizando para el 23 las mayores operaciones del delivery electoral, en una escala nunca antes vista. El delivery consiste en repartir a una gran cantidad de votantes los juegos de boletas cortadas, instruyéndolos para que ensobren éstos y no las boletas del cuarto oscuro. No se trata de un mecanismo sencillo. Hay que disponer masivamente de boletas de distintas fuerzas y armar cientos de miles de juegos cortados. Y finalmente, organizar una cadena de distribución confiable y relativamente controlable.
Para todos los gustos
La candidatura de Ricardo Alfonsín puede ser una víctima importante del delivery. No es un secreto que Francisco de Narváez está dispuesto a cumplir su reciente acuerdo con Alberto Rodríguez Saá, haciendo que sus fieles lleven las listas de UDESO para los cargos provinciales y al puntano como candidato a presidente. También Alfonsín sufriría la quita que le producirían algunos sectores de la UCR que le son adversos y que votarían a la UDESO en las listas provinciales y a Hermes Binner para presidente.
En el oficialismo tampoco se privarían de usar el corte. No es un secreto que el ultracristinismo, es decir, Carlos Kunkel, Mario Ishi, Fernando“Chino” Navarro, etc., se propone hacer que Daniel Scioli quede varios puntos por debajo del resultado que obtenga CFK. Para ello, estarían organizando distintos cortes de boleta a favor de Martín Sabatella y De Narváez. Aunque sin comprobarse, también hay versiones de que algunos intendentes del conurbano, preocupados por el hipercristinismo que se cierne, intentarían bajarle algún punto a la presidente a través del corte a favor de Eduardo Duhalde o de Rodríguez Saá.
Más abajo de las fórmulas presidenciales, el delivery y los cortes florecen y se multiplican. Se sabe que Daniel Scioli apoya a su hermano José, candidato a senador nacional por la opositora UDESO. Con este fin, el gobernador les habría pedido a varios intendentes que hagan que sus seguidores sustituyan la boleta de Aníbal Fernández, candidato a senador por el FpV, por la de Pepe Scioli. Señalan fuentes quilmeñas que el Jefe de Gabinete, ni lerdo ni perezoso, estaría detrás de un corte de boleta contra Scioli para devolverle así la gentileza.
A nivel de cada municipio, los cortes se van diversificando según las pujas locales y ya en muchos casos sin vincularse con ninguna estrategia electoral. Los entendidos en las contiendas electorales bonaerenses afirman que este 23 la incidencia de los cortes puede duplicar y hasta triplicar el escaso promedio histórico del 5%. Pensando a mediano plazo, si el sistema de primarias continúa vigente, el delivery electoral puede convertirse en una herramienta decisiva en las próximas elecciones.

Un invento en medio del naufragio

Un invento en medio del naufragio

 
De pronto está de moda zaherir a las agrupaciones opositoras y, de modo especial, a sus dirigentes y candidatos. En ciertos casos, lo hace la misma prensa que, antes del 14 de agosto (elecciones primarias), alentó en la opinión pública un clima triunfalista para los competidores de doña Cristina en la pugna electoral, si no para ganar, al menos para no incurrir en un papelón. Ahora que cayeron al suelo los bríos de las cofradías rebeldes al “modelo”, el gremio de columnistas y opinadores se ensaña con los caídos. Aunque todos éstos convalidaron la regularidad del comicio, con sólo quejas administrativas, y ninguno tuvo, ni tiene, la virilidad suficiente para denunciar el fraude pre-electoral con que el oficialismo construyó su victoria; o sea, el uso y abuso de los recursos del Estado (miles de millones) para ejercer el más grosero clientelismo. A veces lo hacen a la madrugada y no en voz alta, acaso porque es la hora en que anda Boudou.
Claro, después de haber hecho un circo de la política, los opositores no tienen mucho derecho a la piedad. Se fragmentaron en función de personalismos de segunda y tercera, con no menos de seis candidatos presidenciales y manejando las relaciones interpartidarias con la lógica del conventillo, en la cual persisten hoy, eliminando toda posibilidad de que el cuerpo electoral, en medida razonable, los tome en serio. Entonces a nadie puede extrañar que el aparato gubernativo gane arriba, abajo y en todas partes.
Pero nuestros “capitanes de la derrota” no carecen de creatividad. En un supremo esfuerzo de inspiración -como la que tuvo César al cruzar el Rubicón- acaban de lanzar la iniciativa de que, como cauce mágico para superar los males argentinos, procedamos a instalar un régimen “parlamentario”.Es decir, uno donde el poder principal del Estado se concentre en las representaciones legislativas y desde cuyo núcleo mayoritario (conformado con acuerdismos y trenzas) se establezcan las leyes, los planes y las decisiones fundamentales. Uno de los autores del globo así lanzado, ya dijo: “Lo tienen los ingleses y anda bien, también los alemanes y los japoneses, y si allá funciona, ¿por qué no ha de funcionar en la Argentina?”
Esta supuesta idea-fuerza no es original. La prohíjan el epistemólogo argentino-canadiense Mario Bunge, el justice-inmobiliario Eugenio Raúl Zaffaroni. En una visita a Italia, la lanzó Eduardo Duhalde conversando con el eminente politólogo Giovanni Sartori, y quien le habría respondido con una sonrisa florentina. En lo mismo estaría militando el líder “progre” Hermes Binner que, conforme a los antecedentes de las cofradías del igualitarismo, espera compartir el reparto de oratoria y canonjías, en y desde las bancas, con el gobierno de turno que sea.
El “parlamentarismo” es antiguo, pero se afirmó en la lucha contra el absolutismo en la Edad Moderna, sobre todo en Inglaterra cuando, expulsados los Estuardo, el acuerdo inteligente y maduro entre “liberales y conservadores” (whigs y tories), sin excluir sobornos y corruptelas, consolidó la independencia de los jueces y ciertos poderes relevantes de las representaciones (impuestos y reclutamiento de tropas), más la elaboración de las políticas públicas mediante la cooperación de ministros y legisladores, de donde fue surgiendo eso del gobierno de “gabinete”. Luego, de la segunda mitad del siglo XIX en adelante, extendido el sistema a otras naciones, en lugar de los caucus y personajes confiables para el rey y los comunes, el rol correspondió a los partidos políticos, y en especial, a sus figuras dominantes.
Esto último es decisivo. El soporte sociopolítico del parlamentarismo está en los partidos políticos, y dentro de ello en la disciplina con que controlan el papel de las representaciones. Y antes de eso, cierto rigor en la selección de los dirigentes y candidatos con que las agrupaciones reclaman el reconocimiento de los electores. Unas condiciones de las cuales los ingleses llevan tradicionalmente el liderazgo, y así con las huellas que dejaron en las instituciones de la India, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. Lo que no los exculpa de su historial colonialista y de agresiones internacionales.
Nosotros, en el pasado, tuvimos, aun en el régimen presidencialista, una actividad parlamentaria de excelente nivel, acaso por la calidad intelectual y personal de los diputados y senadores. En su trayectoria estuvieron Carlos Saavedra Lamas, Alfredo Palacios, Arturo M. Bas, Nicolás Repetto, Horacio Oyhanarte, Lisandro de la Torre, Ricardo Balbín, Mauricio Yadarola, Miguel A. Zabala Ortiz, Raúl Bustos Fierro, Ernesto Sanmartino, José Aguirre Cámara, Delia Degluomini de Parodi, Arturo Sampay y muchos otros. ¿Cuántos de éstos tenemos hoy?
Visto desde la sociología política, el régimen parlamentario implica, en lo fundamental, transferir a las agrupaciones cívicas las altas competencias del gobierno. Si esas organizaciones no tienen calidad ni una base de doctrina y organicidad, es muy difícil que funcione el sistema. Y en su práctica es muy perniciosa la fragmentación entre ellas, ya que conspira contra la formación de la voluntad del Estado. Por algunas de estas causales naufragó la república española en los años ‘30 para culminar con la guerra civil. En Francia, la 4ta. república fue un exponente de vicios similares y, a los males de la postguerra, se sumó la crisis de Indochina y de Argelia. El régimen de De Gaulle (la V República) fue, al final, un encuentro con la historia.
Un sistema institucional no puede transferirse de una nación a otra cuando sus tradiciones y su estructura étnico-cultural son diferentes. Lo que se puede hacer con una trilladora o un equipo de resonancia magnética no puede equipararse a las formas y contenidos de la vida política. Máxime cuando son muy diversos los grados de disciplina social, de los ciudadanos con un mínimo de autonomía mental y esto vale para el interior de las agrupaciones y para la sociedad plena. ¿Cómo estamos nosotros en materia de disciplina colectiva y de calidad de las organizaciones políticas? Éstas no son, ni mucho menos, para presentarlas a un concurso y, en cuanto a los hábitos de orden, no es exagerado decir que en la Argentina no hay disciplina ni en los cuarteles.
A lo más se conseguiría imponer el desequilibrio permanente en la relación de fuerzas cívicas y eso se proyectará al plano de las políticas fundamentales relativas a la convivencia y al planeamiento. Habrá debates y conflictos pero la sociedad será privada de gobierno que, normalmente, supone capacidad para elaborar y aplicar una determinada unidad de decisión y acción. Algo importante ante todo para la democracia.
En el siglo XIX esta cuestión sustantiva se resolvía dando primacía a la “deliberación”, algo esencial en el parlamento, hoy este lugar corresponde a la “decisión”, que es el núcleo del gobierno. Sin perjuicio de las diversas formas y gradas de la participación democrática, un régimen de malos oradores, intercambio de favores y más la tecnología de la “Banelco” no parece apto para la problemática nacional, la que existe y la que viene. No la soportaría una realidad dinámica y compleja como la actual.
Claro que el tema del “parlamentarismo” no agota el fondo de picardías que es propio de nuestra política; ya se dice a gritos que se trata de un tapujo para enmascarar una reforma constitucional que habilite la reelección indefinida de la actual Presidente. Los voceros oficiales lo niegan, pero ante el cociente de credibilidad que exhibe el oficialismo, la opinión pública practica, al menos, la duda metódica. La tentación de permanecer en el sillón de un cargo importante, es connatural al que lo consiguió, sobre todo si aporta honores y riquezas. Hay un magnetismo de la posición gubernativa que invita a quedarse; acaso por aquello de que “el poder corrompe” (Lord Acton). Y nunca falta un mucamo que, creyéndose útil y erudito, argumenta con la debida indignidad que “si Luis XIV se mantuvo 63 años en el trono, por qué no Nos”.

jueves, 13 de octubre de 2011

Más allá de la lipotimia presidencial

Más allá de la lipotimia presidencial

Curiosamente y por primera vez, el gobierno justificó la ausencia de Cristina Fernández de un acto organizado como parte de la campaña electoral, en base a una caída inesperada del estado de salud presidencial. La noticia, a doce días de los comicios, tiene su componente de riesgo, pese a la certeza instalada en la opinión pública respecto de que está asegurada la reelección. Lo cierto es que la Presidente se vio emocionalmente afectada -situación que es posible se prolongue durante lo que resta de la semana con el eufemismo de “secuelas de la lipotimia”- después de una prolongada reunión que en un domicilio particular se desarrolló horas antes, con la presencia del ex titular del Banco Central, Dr. David Blejer. El nombre de este influyente economista, ligado a sectores financieros de gran importancia y que en el pasado se desempeñó como titular del Banco Central de la República, fue mencionado tiempo atrás para ocupar nuevamente ese cargo o algún otro de similar trascendencia, lo que evidentemente no se cumplió. De todos modos, su rol de hombre de consulta se mantuvo, al margen de que sus recomendaciones no siempre fueron atendidas, aunque ahora y ante la evidencia de las graves dificultades que aparecen en el horizonte, se conoció que su pensamiento podía llegar con mayor firmeza a la Casa Rosada y que sus análisis serían escuchados con atención. Blejer, cuyo nombre es reconocido en los más altos niveles, habló largamente con Cristina Kirchner, muy en privado, aunque se considera que podría haber participado algún funcionario del área económica, además del dueño de casa.
Según fuentes privadas que insistieron en la necesidad -y conveniencia- de mantener en reserva las alternativas de la conversación, podemos decir que se abordaron temas estructurales de la actividad económica, de la inestabilidad que se ahonda en la materia y las perspectivas que reúnen todos estos componentes, sin excluir los aspectos políticos internos e internacionales. También se evaluaron las perspectivas sociales a la luz de las dificultades que se acumularán con el transcurrir de las semanas e incluso se mencionaron algunos nombres de figuras polémicas que rodean la función de la presidente de la República.
Así, se consideró el factor inflacionario, que tiende a acrecentarse día a día, la insistencia oficial en mantener bajo el tipo de cambio, la alteración de los datos oficiales con relación a los distintos temas, circunstancia que ahonda el impedimento de una adecuada planificación por parte del sector privado para encarar un futuro que se muestra incierto. Obviamente, estas reflexiones, avaladas por la seriedad de las fuentes, entrañaron un matiz crítico a la situación, con el agregado específico de la inconveniencia en atender pagos de la deuda externa mediante el uso de las reservas acumuladas en el Banco Central, cuyas estimaciones exactas fueron expuestas muy por debajo de las informaciones oficiales en la materia.
Según se nos dijo, la conversación tuvo momentos difíciles, por la discordancia puesta de manifiesto respecto de la estimación presidencial acerca de determinados temas, aunque habrían existido coincidencias sobre la necesidad de efectuar ajustes muy severos prácticamente después del recuento de los votos, con el consecuente aumento de las tarifas y una suba del costo de vida como consecuencia inevitable de las alternativas del“modelo”. Según parece, se sopesó la conveniencia o no de aplicar las medidas en preparación de manera gradual o bruscamente, y durante el intercambio de opiniones e información, Cristina pudo confirmar que si no se adopta una actitud clara, drástica, con amplitud informativa, justeza en los conceptos vulgarmente definidos como “señales”, no se obtendrían resultados. Digamos que esta apreciación fue taxativa, concreta, fundamentada y crudamente expuesta. Así, se pasó revista al cerramiento del crédito externo, al aislacionismo en que se ha colocado al país, a la necesidad de reducir el gasto interno y, obviamente, esto último aludió al enorme peso que poseen los llamados “programas sociales” concebidos en términos electorales. Por cierto, el factor social quedó expuesto -aseguran que en medio de elocuentes baches de silencios- y flotó entre los contertulios el peligroso contenido político de esta circunstancia.
El riesgo país, que ya roza el mil por ciento, no fue ajeno al análisis crítico, con el agregado de que, si se mantenía la actual situación y no se aprovechaba el impulso que podría surgir de los votos obtenidos para poder modificarla, los riesgos del futuro se agrandarían proporcionalmente al plazo previsto para una debacle y hasta se estimó que, de no cambiarse el rumbo comentado antes de transcurridos los próximos seis meses... como máximo, esa debacle podría convertirse en una explosión. Concurrentemente, se habló de la vertiginosa salida de capitales del país y se pasó revista a la objetiva contradicción entre quienes podrían votar por la fórmula Cristina Kirchner-Amado Boudou pero simultáneamente corren todos los días a comprar dólares en pequeñas cantidades ante la certeza de que ésta será la única forma de defender “los pocos pesos que se ganan”. Como explicación, se aventuró que mientras se consume a crédito “cada vez menos” la sensibilizada y experimentada opinión pública aprovecha el momento mientras reconoce los síntomas de tantas experiencias acumuladas en la historia económica de la Argentina.
Las fuentes reiteraron que hubo momentos de tensiones poco disimuladas, que Cristina quedó impresionada por lo descarnado del análisis y que debió escuchar acerbas críticas a por lo menos tres figuras destacadas del actual momento político. Éstas fueron Nilda Garré (quien no volvería al área de Defensa, como es de su interés), Horacio Verbistky, el asesor sin cartera y mentor de buena parte de las medidas seguidas por el kirchnerismo desde que asumió el poder, y Héctor Timerman, quien hace esfuerzos por mantenerse en el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores y Culto.
Como lo saben nuestros lectores, estos nombres, las resistencias que despiertan fuera y dentro del gobierno, a lo que debe agregarse la inseguridad jurídica y las peligrosas definiciones ideológicas que adoptó el presidente de la Suprema Corte, Ricardo Lorenzetti, lo cual forma parte de un escenario que augura cambios necesariamente profundos que pondrán en juego otros nombres y novedades a plazo fijo, por decirlo de alguna manera. Las fuentes dicen que una posterior meditación presidencial acerca de los reales alcances del escenario es el origen específico y tangible de la lipotimia.

¿Cumplen los diputados con sus obligaciones?

¿Cumplen los diputados con sus obligaciones?

En el presupuesto del año 2012, se incluye un importante aumento para el Poder Legislativo, que es sostenido como los otros poderes del Estado y la Administración Pública, por los contribuyentes. Ahora bien, ¿los cuantiosos gastos del Poder Legislativo guardan relación con lo que realmente se trabaja y el desempeño que llevan a cabo los representantes de las provincias (senadores) y los representantes del pueblo (diputados) que justifiquen semejantes erogaciones?
Creo que no, y si bien dejo para un próximo informe el trabajo que lleva a cabo el Senado de la Nación, es importante dar a conocer algunos aspectos del trabajo que lleva a cabo la Cámara de Diputados, para que se tenga plena conciencia de la enorme diferencia que existe entre el discurso y la realidad.
Podemos empezar, contando que la Comisión Bicameral de Seguimiento de las Privatizaciones, un organismo encargado de controlar y fiscalizar lo ocurrido a partir de 1992, se reunió una sola vez en el año 2010 para constituirse, y una sola vez en el 2011, para escuchar el informe que presentó el Presidente de Aerolíneas Argentinas. Nunca se pudo lograr en los casi dos años, que los senadores y diputados que la integran dieran el quórum para reunirse y tomar decisiones importantes.
Existen ocho comisiones permanentes que no han conseguido concretar una reunión en lo que va del año, siendo la Comisión de Juicio Político un ejemplo de inactividad, ya que el Frente para la Victoria que la preside desde el año 2006, juzgó innecesario reunirse de marzo del año 2007 a pesar de los pedidos de juicio político que se efectuaran.
La Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamentos que preside el diputado Vargas Aignasse del FPV, se reunió este año una sola vez, y nunca se convocó a una reunión de asesores. El año pasado el trabajo fue casi inexistente, y las reuniones se realizaron en forma conjunta con otras comisiones. Hace meses está sin respuesta un pedido de los diputados Fernando Solanas, Felipe Solá y Marcela Rodríguez para que se ponga en tratamiento el proyecto de Ley para crear una Comisión Bicameral de Investigación de la Deuda Pública, violando así la propia reglamentación de la Cámara. Pero además cuando ese proyecto se presentó en marzo no le dio tratamiento y solo convocó en agosto a la Comisión para discutirlo.
La Comisión de Pequeñas y Medianas Empresas, dejó de funcionar desde septiembre del año pasado, y hace tres que no se aprueba un proyecto de ley, aunque su presidenta (FPV) hizo declaraciones sobre impulsar el trabajo.
A pesar de los esfuerzos de su Presidente, el diputado Fernando Solanas, la Comisión de Energía no consiguió Quórum en ninguna de las reuniones a las que convocó durante este año. La última de todas las reuniones convocadas, tuvo una ausencia total ya que a excepción de Solanas no concurrió ninguno de los 35 diputados que la integran. Cabe apuntar que en esta comisión fue citado varias veces el secretario de Energía Daniel Cameron y siempre faltó a la cita, además de no haber respondido a pedidos de envío de documentación que se le hiciera.
La Comisión de Transporte no se reúne desde noviembre del año pasado, la de Asuntos Cooperativos, Mutuales y Organizaciones no gubernamentales tuvo dos reuniones en el 2010 y una en lo que va del año. La Comisión del Mercosur sesionó por última vez en septiembre del año pasado, la de Defensa se reunió apenas dos veces, Seguridad Interior una sola vez, y Economías y Desarrollo Regional sesionó en abril y nunca más. Defensa del Consumidor, del usuario y de la Competencia no se reúne desde noviembre del 2010, Presupuesto y Hacienda se reunirá esta semana para tratar el presupuesto 2012, además de haber bloqueado una respetable cantidad de proyectos. La Comisión de Análisis y Seguimiento de las Normas Tributarias y Previsionales está inactiva desde la mitad del año 2008.
La Comisión de de Relaciones Exteriores se reunió dos veces y la de Intereses Marítimos una sola vez, como la Comisión de Comunicaciones. Educación y la Comisión de Justicia se han reunido varias veces, pero no con la habitualidad que deberían. La Comisión de Minería no funciona desde fines del año pasado.
El caso de Presupuesto y Hacienda que preside el diputado Gustavo Marconato (FPV) es un paradigma de los que son estos manejos legislativos, ya que a pesar de habérsele girado cientos de proyectos, no convocó a ninguna reunión. El año pasado el Proyecto de creación de la Comisión Bicameral para la Investigación de la Deuda, lo recibió en agosto y recién lo puso en tratamiento en noviembre.
Estas falta de trabajo no es solo imputable al oficialismo que preside las estratégicas comisiones de Presupuesto y Hacienda, de Peticiones Poderes y Reglamentos y Comercio para dar un ejemplo, sino a comisiones que integran diputados de otros partidos para quienes pareciera, que ha excepción de preparar proyectos que no se discuten, no hay el menor interés en dedicarse a la labor específica para la cual han sido elegidos
Y este año pareciera que los tiempos electorales, han significado un “permiso” para que los legisladores no trabajen en sus funciones, dedicándose por completo a las campañas, aunque tanto ellos como sus asesores han seguido recibiendo puntualmente sus emolumentos, y la costosa estructura del Congreso, muy superior a las Legislaturas de muchos países europeos se mantiene exactamente igual, aunque nada concreto se produzca.
Como corolario a tanto desprecio institucional, el plenario de la Cámara de Diputados se reunió nada más que cinco veces en lo que va del año, y la última sesión solo tuvo la asistencia de 85 diputados.
Discursos hay muchos, exhibicionismo de lo que se va a hacer es parte de la hojarasca dialéctica que se cultiva, pero las realizaciones concretas son casi inexistentes.
El pueblo argentino no merece que sus representantes no lo representen, que se dediquen a la especulación constante del quórum para hacer fracasar iniciativas que pueden ser importantes, que cultiven un sectarismo partidista que paraliza la actividad legislativa. Los diputados no ejercen sus funciones honorariamente y lo menos que podría pedírseles es que tengan conciencia de la realidad que vive el país y de la obligación constitucional que tienen con sus representados.

miércoles, 12 de octubre de 2011

La Corte Suprema no es garante del Derecho, o sea, en este país no hay Justicia

La Corte Suprema no es garante del Derecho, o sea, en este país no hay Justicia
Si alguna prueba faltaba para demostrar que Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, es un faccioso o un adulón de la izquierda y no un juez imparcial, la acaba de ofrecer él mismo al organizar un acto en el Aula Magna de la Facultad de Derecho, en el cual presentó su libro “Derechos humanos, justicia y reparación”. El presentador fue Eduardo Anguita, terrorista del ERP y uno de los asaltantes del Comando de Sanidad del Ejército que asesinaron al Tte. Cnel. Juan Duarte Hardoy en los años 70.
Estaban presentes en el acto otros ministros de la Corte Suprema, uno, el dueño de seis departamentos dedicados a la prostitución, Raúl Eugenio Zaffaroni y el otro Juan Carlos Maqueda, un político peronista de larga actuación hasta que aterrizó en la Corte por voluntad de Duhalde quien lo nombró durante su interinato presidencial.
Además, asistieron otros jueces penales federales como Claudio Bonadío, Ariel Lijo y Sergio Torres y Raúl Madueño integrante del Tribunal penal de Casación, el mismo que acaba de condenar a quince años de prisión al Coronel Alejandro Duret, entregado por el presidente de Chile a la tiranía kirchnerista en insólita violación del derecho de asilo.
No faltó Luis Cabral, presidente de la Asociación de Magistrados, deshonrando así la memoria de su padre, un gran Juez al cual aquel señor dista mucho de asemejarse; la presidenta de las energúmenas abuelas de plaza de mayo, el ministro de Justicia, Julio Alak, el premio nobel de la paz, Adolfo Pérez Esquivel, y otros de la misma laya. Hasta se hizo presente el presidente de la DAIA Aldo Donzis, vaya a saberse a qué título (“Clarín”,28/9/2011, pág. 16 y “La Nación” del mismo día, pág. 9).
En ese acto Lorenzetti, que trepó a la Corte con fama de ser un intelectual del Derecho, mostró, sin embargo, su militancia activa en la persecución de los secuestrados políticos actuales y futuros declarando: “Los juicios de lesa humanidad no tienen marcha atrás. Son una política de Estado. Vamos a seguir con ellos. Les pido a los jueces que sigan en ese camino.” (“La Nación”, 28/9/2011, pág. 9).
Confesó así, desvergonzadamente, que esos juicios no son procesos imparciales y serenos en los cuales se respete la presunción de inocencia, sino que son actos políticos impulsados por el Estado, hoy convertido en una tiranía de ex-terroristas y de simpatizantes con ellos.
De esa enfática amenaza sólo puede deducirse que, pase lo que pase, esos juicios deberán llegar a su objetivo: la condena de los procesados, sea como sea. De ninguna otra manera se considerará cumplida la exhortación vehemente del autor del libro presentado, con el sugestivo título de “Derechos humanos, justicia y reparación”.
“Justicia” es sólo la palabra con que se cubre la inicua voluntad de estos jueces facciosos disfrazada como “sentencias” que no se basan en la ley sino en su odio contra las FFAA que los combatieron o en su deseo de hacer carrera complaciendo a la tiranía kirchnerista. Los “derechos humanos”poco les importan, como lo prueban los 140 muertos en las cárceles del régimen y los mil secuestrados que yacen en ellas por la ilegal voluntad de jueces como Lorenzetti. Y la palabra “reparación” oculta la malversación de fondos públicos destinados a pagar “indemnizaciones” a los terroristas que tanto daño le causaron al país derramando la sangre de miles de víctimas inocentes o a subsidiar los negociados de las arpías de plaza de mayo y de su secretario parricida.
El libro de Lorenzetti es un monumento al cinismo. Ya se sabe por anticipado cual será su voto cuando alguna de esas parodias judiciales que él incita llegue en grado de apelación ante la Corte Suprema. Ha prejuzgado con total desparpajo.
* * *
Respecto al “presentador” que eligió Lorenzetti para su libro, he recibido una carta de Arturo Larrabure que lo denuncia como terrorista. La carta dice así:
“El presentador del Dr. Lorenzetti
“Perplejo, he leído que el presidente de la Corte Suprema de Justicia eligió a Eduardo Anguita para que presentara su libro “Derechos humanos, justicia y reparación.
“El gesto del Dr. Ricardo Lorenzetti, de singular significado, no parece evidenciar “el respeto y la tolerancia” que se autoadjudica el magistrado, ni es prueba de “la igualdad ante la ley para todos”que predica; más bien se asemeja a una burla al dolor de las víctimas del terrorismo guerrillero, se aleja de la prudencia e imparcialidad con que deben conducirse los jueces, y anticipa que para algunos de ellos hay una sola clase de derechos humanos.
“Como miembro de la organización terrorista ERP, que secuestrara y asesinara a mi padre, Anguita integró el grupo guerrillero que copó, el 6 de septiembre de 1973, el Comando de Sanidad del Ejército, asesinó al Tte. Cnel. Juan Duarte Hardoy e hirió a un oficial y a un conscripto, en el marco del ataque sistemático a la población civil que en pleno gobierno constitucional realizó el terrorismo guerrillero para imponer un régimen marxista.
“Confío que otros jueces tendrán el coraje para desoír la convocatoria del Dr. Lorenzetti a imitar su cuestionable proceder, y alguna vez juzgarán a los guerrilleros que entonces torturaron, secuestraron y asesinaron a miles de personas, y a quienes hoy presuntamente malversan los caudales públicos indemnizando a los deudos de los guerrilleros muertos durante el ataque a cuarteles, en plena democracia.
“Y espero también que cuando la causa por el asesinato de mi padre llegue a la Corte, el Dr. Lorenzetti tenga el decoro de excusarse, porque evidentemente con su gesto ha prejuzgado.”
* * *
Felicito a los quince jóvenes de la “Agrupación de Hijos y Nietos de Presos Políticos” que protestaron en el acto de Lorenzetti. Como toda respuesta, el faccioso que funge de Juez de la Corte, se empecinó en sus pésimas intenciones diciendo: “No vamos a retroceder en los juicios de lesa humanidad. Los juicios no se van a detener. Esto va a continuar” (“Clarín”,loc. Cit.)
Qué quiso decir con “esto va a continuar” está claro. No se refiere a los “juicios” en sí, sino a la persecución descarnada contra toda ley en que están empeñados contra las víctimas del odio de esta tiranía neo-marxista como “política de Estado”, en estrecha colaboración con el terrorista Eduardo Duhalde que, irónicamente, revista como secretario de derechos humanos de la tiranía.
Ante la angustiada protesta de los hijos y nietos de las víctimas de esa persecución, además de la enfática réplica de Lorenzetti, “la inmensa mayoría de la concurrencia, jueces, embajadores, organismos de derechos humanos, legisladores y funcionarios, se pusieron de pie y aplaudieron las palabras de Lorenzetti” (“Clarín”, loc. cit.).
Es decir, esa pequeña multitud de personajes importantes (que lo son sólo por sus cargos) actuó como una “patota” al servicio del odio y del abuso de poder, despreciando el derecho tan humano de los hijos y nietos de los secuestrados políticos a expresar su dolor y su indignación de la única manera que se les permite, a viva voz. Todos los demás medios, los del poder, los del dinero y los de la prensa, los tiene la “patota”...