jueves, 21 de julio de 2011

Preparémonos, CFK pidió “hay que convencer a los argentinos a no apostar al dólar”; fuga de capitales, subsidios disparados… ¿qué es lo que viene?

El desafío de pasar a subsidiar la demanda y no a las empresas, quienes son las que más se benefician
Existen U$S 147.495 millones, o sea más que la deuda externa y un 40% del PBI “fuera” del circuito formal o en el exterior, los subsidios del Estado se dispararon sólo este primer trimestre un 63% arriba y se sigue viendo una fuerte y persistente fuga de capitales, o paramos esto o las consecuencias son imprevisibles; mientras la Presidente motiva a “profundizar el modelo”.
Resulta increíble que Argentina subsidie sectores donde posee ventajas comparativas por la disponibilidad real y cierta de reservas en hidrocarburos, tal como lo señaláramos en una nota anterior sobre las reservas gasíferas no convencionales; este pseudo discurso desarrollista gubernamental esconde que los subsidios en el presente gobierno apuntan a sostener la renta extraordinaria de petroleras beneficiadas con la privatización de los 90 del siglo pasado, y algunas renacionalizadas por los “amigos” del poder -o sus testaferros directos- situación que además conlleva el riesgo de terminar con el autoabastecimiento energético, obligando a destinar una parte sustancial de los recursos a importar energía a precios exorbitantes y mediante contratos ilegales, ya que se realizan sin los correspondientes llamados a licitación pública.
Las crisis europea y estadounidense merecerían de parte de las autoridades ciertos recaudos, ya que la Argentina -contra la opinión de Boudou y su mentora- no está blindada y es muy probable y posible que el mundo deje de soplar a favor con la misma potencia con que lo viene haciendo desde hace ya nueve años en forma casi ininterrumpida, pues si bien durante la crisis financiera de la burbuja inmobiliaria estadounidense esta se contrajo un poco, los mayores requerimientos alimentarios del desarrollo chino la reimpulsaron casi en paralelo.
Esto es algo que cualquier especialista que haya trajinado episodios similares y manejen una agenda con contactos internacionales sabe, saben que los “temblores” europeos no llegaran aquí en forma tan intensa como cuando la crisis de 2008, pero los coletazos aquella vez se sintieron en el “desplome” de los precios granarios y petrolíferos, la devaluación brasileña, la fuga de capitales -mucho menos intensa que la actual- el cierre del crédito externo y las recesiones en cadena; pero entonces la Argentina “blindada” según Néstor y Cristina reforzaron las consecuencias con la generación de la crisis del agro y en 2009 la economía creció un 0,9% solo para el INDEC ya que mediciones de la UIA marcaron un retroceso de hasta el 3%. Pero ahora el escenario externo va de peor en peor, y no solo no mejora, sino que por el momento pocos vislumbran un sacudón como el de aquel 2009 en esta zona del mundo, pero aconsejan tomarse la película muy en serio.
Si la conmoción europea supera Grecia, Irlanda y Portugal y traspasa a España e Italia, cosa que ya nadie se atreve a descartar, el drama se potenciaría y mucho más si llegara a cruzar el Atlántico y llega a EEUU, que no olvidemos, enfrenta sus propias situaciones traumáticas, la situación de Argentina lejos está de hallarse “blindada” y ajena a sufrir coletazos y estertores provenientes del norte, y más si tomamos en cuenta lo que muchos analistas serios ya marcan , que no es otra cosa que algunas variables económicas y monetarias lucen con grados de desmejora notables respecto de 2008/9. Enumeremos: las reservas son sólidas, pero en términos relativos peores, ya que las cuentas fiscales cada vez más dependen del BCRA y la ANSES; el superávit comercial entró en un franco y peligroso declive, el tipo de cambio real está seriamente deteriorado por la inflación interna lo que ya nos equipara al real sobrevaluado del Brasil y nos acerca peligrosamente al 1 a 1 de la convertibilidad menemista.
La “fuga” de capitales ya es sumamente preocupante y hasta nociva, y la inflación cercana al 25/30 % es sumamente peligrosa; apenas durante el período de la crisis de la burbuja inmobiliaria el mundo dejó de ser tan favorable para nuestro país, aunque igualmente el viento de cola seguía empujando como muy pocas veces sucediera en la historia. El empuje de China que repercute directamente en el precio de la soja y el crecimiento sostenido de Brasil son hoy los dos únicos verdaderos sostenes de la actual bonanza nacional, en los últimos ocho años la mitad del avance económico fue sostenido por el contexto internacional -fuente Economía & Regiones-, significando entrada de divisas a chorros y fortísimos recursos fiscales; de seguido, arrastran consumo, inversiones y, al fin, crecimiento… pero no logramos el desarrollo.
Quien asuma en diciembre encontrará en la política de subsidios a las empresas privadas uno de los mas grandes y peligrosos desafíos, ya que desde 2006 a la fecha éstos no solo no dejaron de crecer exponencialmente sino que ahora representan el 12% del total del gasto público; este espiralamiento conlleva la contratara del “congelamiento” de las tarifas de energía y transporte pero sólo para los habitantes del área metropolitana, que desde hace cinco años lo hacen funcionar como ancla inflacionaria. Esto sumado a la barbarie de la intervención del INDEC y las cifras mentirosas y verdaderamente fantasmales desde allí publicadas.
Cortar de cuajo este perverso sistema que alimenta a las empresas y muy poco a los necesitados es casi imposible, aconsejándose pasar a un esquema que deje de subsidiar la oferta para empezar a subsidiar la demanda, reacomodando durante un período que no podrá ser muy corto las tarifas y los servicios, para dejar de lado la actual sangría de $70 mil millones, un 3,7% del PBI con que subsidiamos hoy este sistema en detrimento de las clases más postergadas de la Patria. En apenas dos años los subsidios se incrementaron en un 86%, realizando el gobierno muy poco por desarmar este esquema que beneficia casi con exclusividad a las empresas y a los que habitan en el área metropolitana.
Los tibios intentos por dejar de subsidiar el transporte y la energía iniciados en 2007 y 2008 se dejaron de lado en 2009 amparándose en el impacto de la crisis internacional y aquellos subsidios volvieron a crecer, ocurriendo desde entonces lo mismo amparándose o bien en el aumento de la carne para frenar el reacomodamiento de las tarifas, o en el efecto inflacionario y en la pérdida del valor adquisitivo del salario, algo que pareciera no ocurre en el resto del país, donde la política de subsidios es inexistente o muy pequeña. Este perverso esquema “desincentiva inversiones en energía, a la vez que incentiva una demanda excesiva -debido a los bajos costos- y termina derivando en una insuficiencia del servicio, especialmente en electricidad y gas en determinadas épocas del año”-fuente IERAL-, lo mismo comienza ahora a suceder con las naftas y el gas oil.
Pasamos de empresas privadas a empresas “semipúblicas” ya que “el mayor incentivo para las empresas ya no está en brindar mejor servicio a más pasajeros, ya que reciben sus ganancias por los subsidios con independencia de a cuantos pasajeros transporten”-fuente EGES- y la expansión de los subsidios al transporte, que suelen presentarse como una estrategia para beneficiar a los pasajeros/usuarios, choca con la evidencia empírica de que realmente están dirigidos a los concesionarios. Las empresas lejos de garantizar la calidad del servicio y del transporte, financian sus operaciones como proveedores de insumos, no cumplen con inversión alguna y condenan a los pasajeros a viajar como ganado, mientras ellos y los funcionarios corruptos malversan los dineros del pueblo. Los aviones, barcos, autos y mansiones de Jaime y tantos otros son apenas un triste espejo donde mirarnos.
La evolución de los subsidios entre 2011 y 2010 muestran el diferente trato que se otorga a aquellos destinados a los sectores económicos de los que tienen por destino la problemática social; mientras los primeros -sector agroalimentario- crecieron un 107%, los segundos -sector rural y forestal- crecieron solo un 4%, tratándose de un comportamiento irracional y perverso si se toma en cuenta que la tasa de crecimiento económico superó el 8% y que la pobreza afecta a un 30% del pueblo argentino. Obviamente una política verdaderamente redistributiva hubiere implicado una asignación distinta y diferente.
La salida del esquema perverso de los subsidios incluirá un aumento gradual de las tarifas -a tono con la inflación real y atendiendo verdaderamente los casos de pobreza e incapacidad de afrontar tales aumentos-, la instrumentación de una tarifa social, una campaña que concientice en el uso eficiente de la energía y una importante reducción de los “impuestos y gravámenes” que hoy recaen sobre los servicios públicos para que el costo final no se incremente más allá de lo imprescindible, y pueda ser pagado por la mayor cantidad de usuarios posible. El actual contexto económico haría viable -con las previsiones del caso- las subas de tarifas escalonadas, “margen para avanzar en el desarmado hay, lo que no hay es margen para hacerlo de una sola vez… hay consenso en que no se puede destinar el 12% del gasto público a mantener las tarifas congeladas de una parte de la población” -fuente Dal Poggetto-
Deberá iniciarse el proceso de dejar de subsidiar la oferta, deberá iniciarse un proceso de educación y concientización ciudadana para en el mediano plazo haber pasado del actual régimen perverso de subsidiar la oferta y a los empresarios -en muchos casos corruptos tanto como los funcionarios-, para pasar a subsidiar la demanda de aquellos que verdaderamente lo requieran; “es necesario lograr que los usuarios entiendan que la situación está totalmente descompensada en términos de precios relativos” -señala Álvarez-, deberán explicar que los subsidios llegan hoy al 3,7% del PBI, mientras el monto de la AUH que alcanza en realidad al 75% de los menores pobres -y por lo tanto no es aún “universal”- alcanza solamente al 0,6% del costo fiscal.
Se deberá realizar en conjunto y al unísono una tarea educativa para aumentar la eficiencia energética desde la escuela primaria, encarándose la tarea de concientización para que se entienda que se debe subsidiar con la asignación mucho más precisa y beneficiar a quien realmente más lo necesite, pero educando para que éstos también sean eficientes en su uso. La erradicación de los subsidios energéticos debe implementarse como continuación de un verdadero estudio sociológico realizado manzana por manzana, barrio por barrio y casa por casa para detectar las reales necesidades y su equidad cierta.
En el transporte la transición deberá ser seguramente más larga que en la energía, y los aumentos deberán ser acompañados de una metodología que permita seguir subsidiando a niños, ancianos, desempleados y carenciados o personas de bajos recursos. El SUBE puede ser, más allá de la tardanza en su implementación un muy buen recurso para poder llegar a este grado de equidad propuesto. Al identificar a cada usuario se puede otorgar beneficios diferenciales de acuerdo a la condición, la localidad que habite o si es beneficiario de planes sociales. Aquí también la quita o disminución cierta de los impuestos que gravan a este servicio público deben ser llevados a la práctica para que los aumentos sean los más acordes.
Los subsidios indirectos y generalizados actuales deben dejar paso a los directos y focalizados, para este fin existen plataformas como la ANSES que ya brindan datos de AUH y jubilaciones y pensiones. Las cifras que hoy se destinan a la Seguridad Interior, la Educación, la Salud, la Vivienda y la Cultura suman $48.500 millones una cifra claramente inferior a lo hoy destinado a los subsidios indirectos y generalizados enfocados más en beneficiar a los “amigos” que a la población.
Es indudable que los actuales subsidios constituyen una “herramienta de política pública”, y que este gobierno los utiliza para autoenriquecerse o enriquecer a sus amigos, cuando éstos debieran ser una herramienta de política pública para atender las problemáticas sociales más urgentes tanto como para inducir un desarrollo deseable y sustentable. Nuestro caso tiene muy poco que ver con ésta última aseveración, y revela por lo tanto una estrategia de intervención regresiva que valida las posiciones dominantes de las cúpulas empresariales y políticas, alentando la corrupción o en el mejor de los casos un comportamiento especulativo, que favorece la desinversión y que nada tiene que ver con la “redistribución de la riqueza” promoviendo el crecimiento y una nueva estrategia productiva.
Aprovechemos que aun China y Brasil fogonean nuestro crecimiento, la política monetaria expansiva de los EEUU, buscando reanimar su propia economía también nos beneficia permitiendo la llegada de capitales; a menos que la situación externa se desmadre, cosa no muy probable, el mundo seguirá jugando para la Argentina, no como hasta hace poco pero aún con una brisa de cola, aprovechémoslo antes de que una crisis posible golpee al gigante asiático, resienta su economía y por ende a Brasil que ya a empezado a ajustar sus variables detrás del objetivo de domar su inflación -una cuarta parte de la nuestra-, estas hipótesis poco probables no deben dejar de preocuparnos porque nuestras variables no son lo que eran hace apenas un año atrás, y eso si es una realidad.
Enfocar todo en las elecciones, como hace el gobierno es muy peligroso, pues los desequilibrios se mantendrán -como mínimo sino es que aumentan- después de octubre, lo propuesto por CFK de “profundizar el modelo”es algo que requerirá de un mundo que juegue indefinidamente a nuestro favor y eso es insostenible desde el raciocinio, tanto en el corto, como en el mediano y aún peor en el largo plazo. Una economía mundial que empuje menos, pensando solamente en los ciclos, es una realidad más factible que una locomotora incansable; y eso repercutirá aquí forzando correcciones: claro está, que con funcionarios racionales y no extremistas talibanes.


Parte I
Existen U$S 147.495 millones, o sea más que la deuda externa y un 40% del PBI “fuera” del circuito formal o en el exterior, los subsidios del Estado se dispararon sólo este primer trimestre un 63% arriba y se sigue viendo una fuerte y persistente fuga de capitales, o paramos esto o las consecuencias son imprevisibles; mientras la Presidente motiva a “profundizar el modelo”.
El empresariado serio se preocupa por que las variables económicas se están “desarticulando”, mientras enfervorizados jóvenes de La Cámpora prometen “educar a los gorilas sobre las bondades del modelo nacional y popular” y CFK remarcó que “hay que convencer a los argentinos a no apostar al dólar”, todo ello en medio de acechanzas algunas tremendistas -Morgan Stanley en febrero 2009 ubicó a la Argentina entre los mercados “fronterizos” junto a Nigeria, Vietnam, Líbano y Croacia- que incidieron en ciertos casos para que miles de millones de dólares de inversión extranjera directa -IED- se desviaran hacia nuestros hermanos y vecinos latinoamericanos; y otras bastante más serias y realistas.
Existen casi U$S 150 mil millones de ahorros de particulares o empresas argentinas fuera del circuito, mientras que a fines de marzo de 2011 las reservas internacionales del BCRA totalizaban U$S 51.298 millones, o sea que los activos externos de los argentinos casi triplican las divisas existentes -si consideramos como tales a los bonos y pagarés emitidos por el Tesoro que suman cerca de U$S 40 mil millones- en las arcas de éste y además superan la deuda externa (pública y privada) estimada en cerca de los U$S 131 mil millones; estos activos quintuplican las inversiones que las empresas argentinas mantienen en el exterior y que a esa fecha -marzo 2011- alcanzaban los U$S 29,3 mil millones.
Esta cuenta de capitales “fugados” se incrementó en los últimos 27 meses en U$S 26,5 mil millones y pese a la caída de los rendimientos financieros en el exterior y la volatilidad internacional; contra semejante desinversión o “fuga de capitales” el Estado no hace sino recurrir al tan meneado y cortoplacista método de ponderar “el modelo” mientras los capitales fugados se nutren de los excedentes del comercio exterior -obtenidos en su enorme mayoría gracias a los altos precios internacionales- que contra la voluntad expresa del gobierno K se vienen achicando mes a mes, pues si bien las exportaciones crecen las importaciones lo hacen mucho más, achicando significativamente el superávit comercial, de donde se nutren las divisas que financian toda la economía argentina.
Las reservas del BCRA están cerrando con un cierto retroceso, con una reducción de U$S 891 millones respecto del último trimestre de 2010, y aceptan que las compras de billetes en moneda extranjera por argentinos y residentes totalizaron U$S 2.877 millones en el primer trimestre de 2011, 1 mil millones más que el trimestre anterior y 1 mil menos que en el mismo trimestre del 2010; pero los “fondos de libre disponibilidad”transferidos a cuentas del exterior de residentes totalizaron además U$S 825 millones en ese mismo trimestre incrementándose respecto de trimestres anteriores. Esta tendencia, no solo que es constante sino que no muestra señales de desaceleración, por el contrario tiende a incrementarse de marzo hacia aquí. Mayo 2011 se fugaron U$S 2.350 millones contra U$S 1.225 millones mensuales de promedio del primer trimestre.
“En la previa del ciclo electoral, los riesgos parecen estar más concentrados hacia la profundización del desdoblamiento del mercado de cambios, aceleración en la salida de capitales mediante. De hecho, la coyuntura internacional marcada por los problemas de la periferia europea sumada al débil crecimiento de la actividad económica en EEUU, no aportan un panorama positivo en ese sentido, pudiendo ser fuentes de nuevas oleadas de volatilidad, agudizando a nivel local la salida de capitales” -consultora ACM-.Ni el crecimiento económico sostenido durante estos ocho (8) años, ni la situación financiera externa, más que volátil, logran disuadir a los connacionales de continuar ahorrando fuera del sistema local.
Este marcado grado de “desconfianza” en el supuesto y tan pregonado “modelo K” está siendo la principal causa de desinversión doméstica, aún mayor que la ausencia o retracción de la inversión extranjera -IED-, a lo que se debe agregar la elusión fiscal ya que esos fondos que se fugan o ahorran en el extranjero -o el colchón- no tributan impuestos. A esta constante salida de capitales que se encaminan a superar con amplitud el récord anterior de 2009, deberán agregarse los pagos de intereses y los giros de utilidades y dividendos de las filiales de las casas matrices que siguen siendo transferidos al exterior en lugar de reinvertirse nacionalmente; estos U$S 7 a 8 mil millones anuales impactan aún más sobre el saldo de la cuenta corriente y las reservas, pero además estos montos están incrementándose porque las ganancias empresarias son mayores debido al proceso inflacionario interno y el atraso cambiario, sobre todo esto está la salida de divisas por la regularización de la deuda pública.
La cancelación del cupón del PBI, que se descuenta no se reinvertirá y el atraso cambiario -que como dijimos agranda las utilidades empresarias en dólares-, más el cronograma de pagos de la deuda con el Club de París que ronda los U$S 9 mil millones achicarán aún más las reservas del BCRA, imponiéndole al Gobierno que asuma el 10 de diciembre un “esfuerzo primordial”en revertir esta tendencia que, como “consuelo” podemos alegar que esto viene desde el 2007 cuando la fuga y el incremento de las tenencias externas de los argentinos eran de U$S 65 mil millones. Las cuentas públicas nacionales cerraron junio 2011 con un superávit primario magro de $934 millones que tras los pagos de intereses de la deuda dan como resultado un déficit de $3.308 millones.
Los subsidios del Estado a las empresas subieron este semestre un 63% respecto del mismo semestre de 2010 pasando de $19.874 millones a $32.360 millones, de los cuales el rubro energía -gas y compensaciones a las tarifas eléctricas- alcanzan la friolera de$19.242 millones y un incremento del 76,5% respecto de 2010 (fuente ASAP), y como contrapartida, y para negar el “relato” de la “distribución de la riqueza”, los subsidios sociales -Asignación Universal por Hijo y seguro de desempleo- absorbieron durante el mismo semestre apenas $18.087 millones, o sea se incrementaron apenas un 15%. Es cierto que la AUH se incrementó en un 54%, pero como contrapartida se eliminaron o achicaron -recortaron- otros programas como Techo Digno, Mejoramiento Habitacional, Infraestructura Universitaria, Más Escuelas Mejor Educación, el Ingreso Social con Trabajo y el seguro de desempleo llevando el incremento al mentado 15%, que si le descontamos la inflación real encontramos que la AUH creció en un 30%, mientras los demás programas retrocedieron un 9%.
Esta mentira de los subsidios sectoriales que el régimen K aplica para “evitar” o “moderar” subas de tarifas públicas y así contener o “dibujar”la inflación, no logró que con ellas subsidiadas la inflación de los últimos cuatro (4) años y medio trepara un 130%, debemos reconocer que de no haber existido la inflación sería mucho más alta aún y la pobreza, la indigencia y la caída del poder adquisitivo de los salarios sería realmente crítica. El 60% del incremento de los subsidios se dedican a la energía -CAMMESA, ENARSA-, les siguen las asignaciones al transporte, principalmente al transporte público automotor de pasajeros, explotación e inversión a los concesionarios de subtes y los trenes del área metropolitana y las gigantescas transferencias a Aerolíneas Argentinas y al FFCC General Belgrano.
Las empresas públicas -AySA y Télam- reforzaron sus partidas en un 62% o sea $2.430 millones, el sector rural y forestal absorbió $650 millones -+21%-,la industria agroalimentaria $424 millones -(-)53%- y el sector industrial $119 millones -+96%-, todos estas cifras no incluyen deducciones o exenciones impositivas como el caso de los créditos fiscales otorgados a las petroleras para “compensar” los precios diferenciales del gasoil que entregan a las empresas de transporte público y de cargas; para los expertos de ASAP esto esta “manifestando una probable necesidad de incrementos futuros -y cercanos- de créditos presupuestarios” que siguen escondiendo como lo vienen haciendo desde su implementación una enorme discrecionalidad y una fuente permanente de corrupción y negociados.
La crisis europea y el desbalance estadounidense no es una de esas películas para mirar desde la platea, como si fueran ajenas, sino algo que al menos merecería ciertos recaudos, algo que los expertos y los empresarios -y muchos argentinos que ahorran en divisas fuera del sistema- están remarcando cuando le piden a CFK que rectifique el rumbo pues parte importante de la culpa de que Argentina haya sido excluida del rango de “mercado emergente” es responsabilidad del propio Gobierno K, al no resolver el default del Club de París, la expropiación de los fondos de las AFJP y principalmente el indebido uso de esos fondos no aplicados correctamente a formar un “mercado de capitales y crédito productivo” y a la alteración permanente y sin sentido de las “reglas de juego”, “Brasil es un ejemplo, recibió U$S 100 mil millones de flujos de inversión extranjera directa -IED- en 2010 y otros U$S 37 mil millones durante el primer trimestre de este año”, no lo dijo Adelmo Gabbi pero lo dejó flotando en el aire.

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