viernes, 9 de septiembre de 2011

Buscan exculpar a Hebe de Bonafini

Buscan exculpar a Hebe de Bonafini
El Dr. Barcesat ha solicitado la desestimación de la querella radicada por Schoklender dado que -según afirma- en el contrato suscripto entre la Fundación Madres de Plaza de Mayo y la empresa Meldorek la firma de Hebe de Bonafini es falsa.
Para mayor abundamiento agrega que a la fecha de dicho contrato ella estaba fuera del país. En realidad si fuera falsa la firma resulta intrascendente dónde se encontraba a esa fecha, pero Barcesat es así, de ampuloso nomás.
Sin embargo este argumento me genera más dudas que certezas.
En primer lugar, si el contrato fuera nulo de nulidad absoluta por falsedad instrumental, suena un poco raro que a pesar de esto las partes hayan mantenido la relación dando cumplimiento a sus cláusulas durante tanto tiempo, como si el mismo fuera válido, es decir como si Hebe “conociera”la existencia del contrato. Durante largo tiempo se iniciaron obras, se compraron materiales, se contrataron profesionales de la construcción, se hizo abundante publicidad, se recibieron millones de pesos por parte del gobierno, se fiscalizó el avance de las obras, se pagó o dejó de pagar a los obreros, se “distribuyeron”o “repartieron” esos millones, se le exhibieron las casas a Dilma Rousseff desde el balcón de la Rosada, incluso León Giecco le cantó una balada, etc. Siempre con Hebe y Pablo tomados de la mano...
Da toda la sensación de que ni la propia Hebe se había dado cuenta de que su firma era falsa. Parecería que la falsificación era bastante “buena”...
¿Y ahora el Dr. Barcesat denuncia que la firma no es de la Presidente de la Fundación????
Este vodevil parece una remake del cuento del pícaro y el bandido.
Resulta difícil de creer que el pícaro de Schoklender se largue a hacer semejante desarrollo y desvío de fondos sabiendo que tiene como basamento un contrato en el cual le falsificaron la firma a la “buena” de Hebe, menos aún suponer que “ignoraba” la falsificación. Justamente él que es capaz de ponerle un supositorio a una liebre en carrera, él quien a pesar de sus títulos universitarios no iba ni siquiera a hacer pis si no lo acompañaba su abogado el Dr. Gallardo.
En los casos de falsificación de firmas hay tres posibilidades:
a) Que la trampa la haya concretado el propio Schoklender haciendo que algún “perito” imite la firma de Hebe sin que ésta tenga la mínima idea de la existencia de este contrato.
b) Que Schoklender haya firmado el contrato supuestamente en su despacho y luego fuera llevado el instrumento al despacho de Hebe para recoger su firma, momento en cual se consumaría el fraude por medio de algún allegado a ésta quien imita su rúbrica.
c) Que al acto de la firma haya concurrido una sustituta con su documento de identidad como es el caso de los delitos de “sustitución de persona”.
Descartemos esta última posibilidad dado el conocimiento que tienen entre sí las partes contratantes.
Respecto de las dos primeras es del caso aclarar que resulta difícil suponer que un contrato de tal envergadura y, fundamentalmente, de acuerdo a las intenciones de las maniobras que se llevarían a cabo durante su cumplimiento, no sea suscripto por ambas partes quienes se encuentran presentes en el acto y en forma simultánea estampan sus firmas.
Hasta me atrevería a suponer que luego de las rúbricas hubo corchos de Chandon volando por los aires....
No hay dudas de que esa es la forma en que se habrá suscripto.
Por lo tanto la excusa de Barcesat suena en principio como un manotazo de ahogado o un recurso infantil.
Pero si digo “en principio” es porque en nuestro actual Poder Judicial rige el adagio aristotélico denominado “la mano es más rápida que la vista”, entonces no nos apuremos a sacar conclusiones definitivas.
Dentro de la apertura a prueba las partes ofrecen aquellas que consideran que hacen a su derecho, eso todos lo sabemos. También sabemos que si lo que está en conflicto es la firma de un contrato, que una parte la sostiene y la otra la niega, no queda más remedio que recurrir a una pericia caligráfica.
Y acá es donde interviene Mandrake...
Cada parte ofrecerá su propio perito y el Dr. Oyarbide designará el perito oficial. Todos ellos participarán y darán su veredicto.
Claro que si hubiera discordancia resolverá Su Señoría mantantirulirulá...
Y ¿Qué dudas caben de que habrá discrepancia entre los peritos?
El del actor jurará que es AUTÉNTICA, el de la demandada asegurará FALSA!!! y el Perito Oficial??? Dependerá de los estímulos...
Finalmente, ante la falta de unanimidad, el Dr. Oyarbide dirá que no hay certeza de que la firma sea auténtica y chau picho.
Hebe será sobreseída de inmediato, quedando en manos del denunciante la posibilidad de recurrir el fallo, pero eso ya es historia futura...

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