lunes, 22 de agosto de 2011

LA INTERNA DEL 24 DE OCTUBRE

El cristinismo ya piensa en desmantelar a Scioli
Daniel Scioli se lanzó a una frenética actividad para aumentar el 47% de votos que alcanzó en las primarias del pasado 14. Así fue que instruyó a sus ministros Eduardo Camaño y “Cacho” Álvarez de Olivera para avanzar fuertemente en la campaña en los distintos distritos. Mientras tanto, el gobernador se reunió el martes con el intendente de José C. Paz y competidor en la interna a gobernador del Frente para la Victoria, Mario Ishii, y se concentrará estos días en las 10 localidades en las que perdió con Francisco de Narváez. También se concentra el sciolismo en ocho intendentes radicales para que hagan campaña sin la boleta de Francisco de Narváez, para conservar su mando. Los distritos en cuestión son Coronel Dorrego, Daireaux, General Guido, Maipú, Pellegrini, Saladillo y Salliqueló. Scioli obtuvo el 47%, es decir, 6 puntos menos que CFK, que sumó la diferencia gracias a Martín Sabbatella. Fuentes del sciolismo admiten que el 23 de octubre, ganando el kirchnerismo, se iniciará automáticamente la carrera por el 2015. Paradójicamente, el día que será probablemente el de mayor gloria de CFK, será también el comienzo de su mayor problema. El peronismo vive en estado de interna permanente y la Constitución Nacional le prohíbe a la presidente ser reelecta. Este límite puede hacer que antes de fin de año ya esté en marcha el proyecto Scioli 2015, probablemente con vasos comunicantes con José Manuel de la Sota y Juan Manuel Urtubey, los dos gobernadores peronistas que ya se plantaron fuera del cristinismo. Que estas perspectivas aparezcan antes de que CFK inicie su segundo mandato puede parecer fuera de contexto. Pero lo que le da sentido al tema son los pronósticos de muchos economistas, que coinciden en señalar que las distorsiones de las tarifas, el tipo de cambio y los precios le pondrían un límite a la supervivencia de la actual política económica antes de un año. La dirigencia del PJ observa estas señales y empieza a pensar en la hipótesis de un rápido desgaste de Cristina. En el 2007, Néstor Kirchner optó por prevenir el desgaste que sufriría en una eventual segunda presidencia, abriéndole a su esposa la perspectiva de dos mandatos o bien de su retorno este año, que la muerte finalmente frustró.
Sin soluciones
La situación de Scioli no es precisamente cómoda, porque el 24 de octubre el cristinismo dejaría de necesitarlo. En algunas oficinas de La Cámpora se ultiman planes para que Gabriel Mariotto se convierta rápidamente en el delegado interventor del gobierno provincial. La idea es que el titular de la AFSCA pase a ser el interlocutor entre Olivos y los intendentes y que la asignación de recursos a éstos pase directamente por su aprobación. El ex motonauta tendría claro que intentarán vaciarlo de poder y, en última instancia, hasta sacárselo de encima, para evitar que se convierta en un poder alternativo a la Casa Rosada. Su armado futuro descansaría en un acuerdo con Sergio Massa para que éste se proyecte a la gobernación mientras él apunta a la Casa Rosada.
Para la presidente, el problema tiene hoy sólo dos alternativas de solución. La primera pasaría por instalar una figura de su confianza que pueda ser su delfín en el 2015. Hoy por hoy, el único que encaja en este perfil contando con algún grado de imagen positiva es Amado Boudou. Pero un proyecto así sólo podría prosperar en el marco de una economía floreciente, como la que le posibilitó a Lula entronizar a Dilma Rousseff. Si vienen tiempos difíciles, a Cristina le sería muy difícil seguir disciplinando el peronismo a sus deseos.
La otra alternativa es que, después del 23 de octubre, el cristinismo deje de lado las delicadezas y anuncie que se propone reformar la Constitución Nacional para -entre otros puntos, por supuesto- sancionar la reelección sin límites, como propuso Diana Conti. Pero semejante ofensiva implicaría enormes riesgos, porque el gobierno está muy lejos de contar con los dos tercios de los miembros de las dos cámaras, como exige la Constitución para declarar la necesidad de la reforma. En uno de los gabinetes K donde se hacen planes, aseguran que recién en la elección legislativa del 2013 el gobierno podría avanzar lo suficiente en el número de bancas como para intentar la reforma. Pero ni los funcionarios más entusiastas creen que la crisis económica que se avecina espere dos años más.
Sin una salida clara ante el problema del 2015, por ahora el cristinismo estaría conformándose con planear la forma de evitar que Scioli emerja como el candidato natural ni bien se silencie en octubre el ruido de las urnas.

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