viernes, 2 de septiembre de 2011

Así que ahora

¿Así que ahora atentamos contra la calidad institucional?
Punto final para el discurso conciliador del cristinismo, como era de esperar duró lo que duró el “relato” del fraude del“ya ganó”, como cada vez que está en apuros el gobierno salió a cerrar filas; lo que no sabemos es si se fueron de boca o se ajustaron a la letra que les bajó la Presidente

Con marcada ofuscación Randazzo convirtió la comunicación oficial del fraude electoral del pasado 14-A dado por el “cómputo definitivo”de su Ministerio, que era de pura ganancia en una nueva polémica, al reavivar lo que hasta los medios seudo opositores -La Nación y Clarín- venían tratando de tapar u ocultando en páginas interiores donde se notase poco. Pero como no saben o no pueden dejar de pegarse un tiro en los pies cada mañana se despachó con acusaciones y ataques a las instituciones y a la misma democracia republicana, pues las irregularidades las hicieron notar los jueces electorales y no los medios de comunicación.
El hecho de que ciertos medios muy tibiamente publicaran y difundieran lo que los jueces Blanco, Servini y varios otros denunciaran luego de las presentaciones de los partidos de la oposición -UCR y Frente Popular- bastó para que en catarata los Ministros Randazzo, Fernández, Boudou y Tomada se despacharan con todo tipo de acusaciones malintencionadas volviendo a colocar en el tapete, aquello que una enorme porción del pueblo argentino había aceptado como válido, que no era otra cosa que la estruendosa victoria cristinista por casi el 50% del electorado, y con una ventaja sobre sus inmediatos perseguidores de casi el 38%.
Hasta el propio periodismo cómplice de éste fraudulento y falaz relato oficialista se sintió atacado, pues como ellos bien dicen “es cierto que hubo especulaciones sobre el impacto de esas irregularidades en la diferencia de votos. Pero nadie habló de fraude ni puso en cuestión el espaldarazo que había recibido Cristina” -Roa Ricardo, Clarín- y sale a defenderse con infantilismos propios de aquellos a los que agarran y retan por realizar meras travesuras y no verdaderas ignominias. Es cierto que desde el 2001 no existieron elecciones que mantuvieren reglas y que las PASO del 14-A se convirtieron por el mismo motivo en una simple “encuesta”, pero también es cierto que el fraude se consumó con la aquiescencia del periodismo y cierto sector judicial.
No existió el medio que hiciere notar seriamente la desobediencia flagrante para con la legislación que el mismo Gobierno K había impuesto a las apuradas, atropelladamente y sin el debido debate democrático tras la derrota del 29-J; la distribución de las pautas publicitarias fueron un verdadero escándalo ya que existió una enorme asimetría estructural entre lo que obtuvo la oposición con lo que utilizó hasta ilegalmente el oficialismo como el uso indebido -y prohibido- de la cadena nacional y la difusión de obras y anuncios oficiales, “un vale todo con veda y sin veda”. Lo grave de la desmesura del Ministro Randazzo, como de Fernández y Tomada y lo de Juan Manuel Abal Medina es que se ufanan de haber roto con la Ley y no que mientan respecto de lo que dijo e hizo Néstor la noche del 29-J.
Y esto no fue una simple ida de boca de un ministro o de tres y un secretario de Estado, sino que esto sigue una línea impuesta desde la misma Casa Rosada pues al embate ministerial se sumó el Senado de la Nación -sector oficialista- donde el senador Marcelo Fuentes dijo que “se trata de una campaña de los medios hegemónicos… y aseguro que los mismos sectores que antes recurrían a los golpes de Estado ahora son los voceros de los grandes medios de comunicación, que buscan descalificar la voluntad popular” . Aquella supuesta actitud conciliadora puesta de manifiesto la noche del fraude más abyecto y descarado que se tenga historia en los últimos setenta años de historia nacional, trocó de la noche a la mañana en esta actitud de volver a la descalificación y el ataque a todo aquel que no se supedite a sus designios imperiales.
Acusar a Clarín y La Nación de “atacar a la democracia” y de “haber condicionado a todos los gobiernos democráticos” es como mínimo desconocer la realidad, pues uno y otro son absolutamente funcionales al oficialismo -como lo fueron casi siempre con los gobiernos no peronistas- y si llegan a criticar o destapar algún acto de corrupción lo hacen cuando ya es imposible mantenerlos ocultos por más tiempo, o cuando desde los centros de poder internacional les dan el vía libre. Pero lo realmente peligroso es que apenas transcurrido el período de luto opositor por la impericia propia para impedir que se consumara el atropello democrático y a las instituciones de la república, el gobierno cristinista demuestra su voluntad de “ir por todo”, y a cualquier costo.
Que el hijo de un dirigente que fue cómplice del golpe militar genocida del 76 se atreva a señalar a nadie como ”condicionador” de la democracia causa espanto, el mismo espanto que nos tiene que causar que quien robó miles de millones de dólares tenga el tupé de hablar de las necesidades y carencias aún no resueltas del pueblo argentino, o que quien fue cómplice de los militares del 76 en su provincia y se aprovechó de la circular 1050 para quedarse con las viviendas de sus comprovincianos venga a levantar el dedo acusador convirtiéndose en idealidad de la lucha por los DDHH. “Mienten, faltan a la verdad, tergiversan la verdad cuando dicen que nos enojamos con declaraciones que hacen dirigentes de la oposición o jueces electorales” llega a decir Randazzo.
“Han condicionado a todos los gobiernos democráticos en toda la historia reciente de la democracia, tan reciente que no alcanza ni los 30 años, por eso todos los gobiernos tuvieron legitimidad en el origen, pero no la tuvieron en el ejercicio del poder y así terminaron” dice subiendo la apuesta, quien o es muy joven o muy estúpido para ignorar que si los medios condicionaron y atacaron a algún gobierno democrático fue a los de Perón del 46 y 52 y al de Perón e Isabel en el 76, a quienes éstos mismos medios y otros ya desaparecidos desestabilizaron de todas las maneras posibles, pero siempre aliándose con los mismos sectores y señores que hoy son los socios políticos del cristinismo. La banca, la izquierda vernácula -PC-, los hoy llamados progresistas que entonces eran “los revolucionarios”, etc.
Es esta misma prensa que ellos eligieron como “sus enemigos”, la que amparó los hechos de corrupción más descarada durante el alfonsinismo -Mazzorín-, el menemismo -las privatizaciones escandalosas-, el aliancismo -con la Banelco en el Senado-, y las denuncias infundadas por traficante de Carrió y otros sobre Duhalde. Es esta misma prensa la que denunció tibiamente el escándalo Skanska, la corrupción escondida en los subsidios -Jaime, De Vido, Cameron, etc.-, el atropello a las instituciones republicanas y el apriete a los jueces no oficialistas, o el amparo descarado de los jueces afines y serviles y ahora buscó con una complicidad artera ocultar el fraude y las tremendas irregularidades denunciadas por Blanco o Servini respecto de la pantomima realizada el pasado 14-A y “asumida” hasta por los propios actores políticos de la oposición.
Este Abal Medina digno hijo de… descaradamente aseguró que “los diarios atacan el sistema democrático” cuando es su jefa política quien más hace por llevar adelante los ataques nunca antes vistos, desde la caída de los conservadores y la década infame a mediados del siglo XX, contra las instituciones y el orden constitucional; él tanto como su madre cómplice y el resto de este gobierno corrupto siguen engañando al pueblo con una opulencia ficticia y con medidas de neto corte populista “berreta” o de fin de ciclo, de década perdida. Y en esto los medios que ellos eligieron como sus oponentes y enemigos son cómplices por acción y por omisión, pues no denuncian con la claridad que debieran hacerlo el tipo de maniobras que estos traidores a la patria están llevando a cabo.
Este régimen delictivo y estalinista sólo acepta la uniformidad de voces y sólo la de ellos, nada ni nadie puede contradecirlos o contradecir la versión oficial, el “relato” que pretenden imponer a nuestro pueblo; es por ese motivo que debemos como argentinos de bien, y para preservar la Patria para nuestros hijos adoptar una posición militante contra ellos, y contra sus aliados seudo opositores u opositores conniventes -Rodríguez Saá, Binner, Macri, Stolbizer, Carrió, etc.-, o sea esa oposición que le es imprescindible, así como los medios seudo opositores para justificar una supuesta lucha nacional y popular contra los “enemigos del pueblo” argentino.

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