viernes, 2 de septiembre de 2011

¿QUÉ COSA NO HAY EN LA ARGENTINA?

¿QUÉ COSA NO HAY EN LA ARGENTINA?

El ministro del Interior, Florencio Randazzo, hombre de la Cámpora, acusó al periodismo de “empañar el acto eleccionario”, como una prueba más de que todavía hay funcionarios del gobierno nacional que no tienen vergüenza en defender un modelo de permanente agresividad, de constante ataque a la prensa, como si, en este caso, el periodismo hubiera organizado y desarrollado las elecciones primarias tramposas.
Cuando un funcionario, como el Sr. Florencio Randazzo, se pasa una hora despotricando contra la prensa y atacando a un periodista, específicamente, es innegable que no tiene nada mejor que hacer. Seguramente, el país funciona maravillosamente y no existe ningún problema. Todo marcha sobre ruedas.
En realidad, lo que marcha sobre ruedas, es la corrupción que está enquistada dentro del propio gobierno argentino.
Lo que marcha sobre ruedas, es la desvergüenza de querer proteger un acto de tanta importancia, con actitudes que nada tienen que ver con la vida democrática. O sea, se han perdido los valores de la democracia que tanto pregonan defender.
Las denuncias que se hicieron atentaban -según el ministro- contra la mentada transparencia que tanto defendió un siervo de la provincia de Buenos Aires, enfervorizadamente, como para esconder alguna malicia.
Seguramente, también marchará sobre ruedas, para este gobierno, la cantidad de niños que se mueren de hambre, de frío y decenas de enfermedades, en diferentes puntos del país.
Seguramente también, la Nación irá sobre ruedas, porque no han visto cuánta gente hay viviendo debajo de los puentes, de las autopistas y cobijados por sucias e inhabitables lonas, cartones y diarios, donde familias enteras -incluidos inocentes niños- esperan que, algún gobierno argentino, se acuerde de darles cobijo, alimento, atención sanitaria y ropa decorosa.
A esta gente no las tenemos en Las lomitas o en Gallo Colorado… Las tenemos en Buenos Aires, la orgullosa capital de la República tan visitada por los turistas de todo el mundo.
Pero todas estas cosas, son parte de los “negocios” de muchos punteros políticos que, pese a las denuncias que cargan sobre sus espaldas, siguen dando la cara sin vergüenza ninguna, sin ponerse colorados, y encima, se animan a postularse para cargos electivos regalando ropas, alimentos, plasmas, televisión digital, pelotas de fútbol, camisetas del club de sus amores, etc. etc. etc.
Bien dice el ministro Randazzo, que hay gente que se dedica en “empañar el acto eleccionario”. Es cierto, esa gente está dentro del mismo gobierno.
Pero que le quede claro al señor ministro -y se lo decimos con absoluto respeto- él ve la situación a través de la lente de un gobierno ciego, sordo, mudo y corrupto, que le pide a la gente que “sea solidaria” aunque no tiene la obligación de ayudar a los que nada tienen, mientras que el gobierno que “SÍ tiene la obligación Constitucional” de proveer de ayuda social, alimentación y bienestar” a sus ciudadanos, se hace el distraído mirando para otro lado.
Denostar al periodismo que sólo se encarga de informar y opinar (porque en democracia se puede opinar por si no lo sabe el señor ministro), es atentatorio y grave para la convivencia de los ciudadanos y peligroso para la permanencia de la democracia y la vida republicana, en la Argentina.
Por eso, a la luz de todo lo ocurrido durante estos últimos años, posteriores a la crisis de 2001, como argentino y hombre que piensa y escribe lo que siente con todo derecho, considero que ya estamos hartos de abusos, atropello, agresiones de palabra y de hecho, de inseguridad, de las metidas de mano en la lata que ayudamos a mantener todos los argentinos y el gobierno se la lleva no sabemos adónde, de peleas permanentes con gobiernos que otrora fueron nuestros amigos, de tomaduras de pelo al pueblo mediante mentiras constantes, de los discursos de la señora presidenta que se ufana de dar migajas a los jubilados que viven con un sueldo más miserable que ratón de aserradero y de la presencia de un séquito en sus actos que cobra para estar presente y llevarse “nuestra plata”.
¿Quién le dijo al gobierno que la gente que vive trabajando, esquivando gomas quemadas, rutas cortadas, sorteando manifestaciones de piqueteros oficialistas, está de acuerdo con esta política?
¿Quién le dijo al partido gobernante que ésta es la manera en que se gobierna un país?
El ministro Randazzo, que tanto defiende el acto eleccionario, tendría que explicar, por ejemplo, por qué hay tantos niños desaparecidos en el país, por qué hay tanta miseria en toda la república que dicen gobernar tan maravillosamente.
¿Por qué no paran la delincuencia y que los derechos humanos sean también para el vecino que se defiende a tiros de este sector maligno de la sociedad?
¿Por qué no le explican a los jubilados quién los autorizó a extraer los fondos de la ANSeS para prestarlos graciosamente a empresarios amigos y no dándole a los viejos el aumento que les corresponde? ¿Quién embolsilla los intereses de tanto dinero?
Que se entere el Sr. Ministro del Interior: ¿Sabe por qué, no ocurre nada de todo esto?
Porque no hay periodistas que “ensucien” con sus comentarios el acto eleccionario; lo que no hay en la Argentina, de parte de este gobierno, sencillamente, es vergüenza.

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