viernes, 2 de septiembre de 2011

Motivos que no permiten competir a presidente en octubre

Motivos que no permiten competir a presidente en octubre

La última reflexión que exige esta situación tan confusa. Competirán atomizados, o sea que no será una alternativa posible y concreta para un ballotage.
En la acción política la escala de valores de todo peronista era la siguiente: Primero la Patria, después el Movimiento y luego los hombres. Pareciera que en estos tiempos esta frase hubiera alterado el orden de prioridad de este objetivo, tan necesario de ser cumplido frente a la actual situación política.
Son muchos los que constantemente han esperado que los dirigentes de la oposición encontraran un dialogo fecundo y que procuraran un candidato único, con el respaldo del resto de los candidatos conformando un pacto de gobernabilidad a futuro.
Sin embargo el motivo más destacado respecto de la imposibilidad de consensuar, según esgrimen, es: “la estructura partidaria”, a quien le deben la promesa de lograr sus cargos políticos en las urnas. Al tiempo que cada uno de los candidatos a presidente y gobernador considera que su liderazgo es el único que puede garantizar la gobernabilidad.
Con lo cual: se altera el orden de prioridades. A pesar de que todos han realizado una profunda radiografía de la actual situación y de las consecuencias sociales y económicas que puede atravesar el país de continuar con la actual administración de gobierno.
Ahora bien, pareciera que no se ha pensado que esta actitud intransigente por parte de los candidatos también les significará una derrota política y desprestigio de la imagen, por ende el fin de su carrera política.
La falta de cohesión para reordenar al país parece no ser la prioridad, aunque los candidatos quedarán tan desprestigiados que no habrá ninguna posibilidad de que recuperen su espacio político. Mientras que aquellos que exigen que no se “bajen”, como suele decirse en la jerga popular, también quedarán debilitados porque el gobierno nacional los llevará a una necesaria afinidad y aceptación de la presidenta como eje nacional. Ya que de lo contrario, no podrán cumplir con sus obligaciones por las cientos de trabas que se les impondrán, cuando no, falta de “partidas” por parte de la administración de gobierno.
Por estos días tras el contundente triunfo del intendente de la ciudad capital, quien asevero que, “la actual presidenta había alcanzado importantes objetivos y que la oposición fragmentada no era una alternativa” “Ni siquiera representaba una opción para la elección presidencial, con lo cual estaba más cerca de las afinidades políticas del gobierno nacional que las de sus propios dirigentes partidarios”.
Enviando estos mensajes tan confusos y no alcanzando acuerdos, no han hecho más que perder la única alternativa que quedaba para lograr un cambio de modelo en las urnas. Los dirigentes que migraron por su ansiedad de su partido político a otro, y los que modificaron su plataforma partidaria por recibirlos, dieron señales ambiguas. Desarreglos de última hora que fueron los que más perjudicaron la credibilidad y la unidad.
A esta falta de plataforma y de concertación, se suma la supuesta lealtad a quienes han trabajado por sus candidaturas en las respectivas campañas a nivel nacional Como todos saben y experimentan la falta de gobernabilidad, la inseguridad, el flagelo de la droga, el delito, la inflación, la inestabilidad jurídica etc. será una constante en el escenario político de la Argentina.
En definitiva, parece que deben cumplir con las promesas electorales a sus seguidores y militantes, reconociendo su esfuerzo y no resignando la candidatura por esa lealtad partidaria, Aunque esa estructura y los seguidores sean finalmente un perjuicio que no contribuya al cambio que requiere el país.
Como consecuencia tendrán que tolerar su abrupta caída de imagen y desvalorización de la sociedad que no comprende estos códigos tan personalistas, partidarios, y de las bases Los que no pueden resignar, solo en esta ocasión, su oportunidad política en pos del destino del país. El panorama social de la Argentina para el futuro resulta desolador para quienes están en capacidad de comprender el escenario político y social a mediano y largo plazo.
O sea que debemos invertir el orden de prioridades, primero el candidato, después el partido político debilitado, y por último el país

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